9 de julio
Otra celebración de azul y blanco,
otra fiesta para embriagarse de historia
hasta reventarla por los poros
chorreando libertad y amor
hacia el futuro.
La costumbre ya rito
de transformar las fechas en no fechas
nos va dejando en deuda con la historia.
Pero hoy, gracias a Dios, es Miércoles
un día entre semana
para evocar la gesta independiente
o tal vez para el sueño y la utopía
de librarnos de tanta dependencia
que cae como lluvia desde el Norte.
Frente al mote que aquellos nos endilgan
de terceros en el orden del mundo
vivamos el orgullo de sentirnos primeros
porque es nuestro
lo que ellos ambicionan.
Nuestra la libertad
en contra de sus moldes.
Nuestro el gozo sencillo de los pobres
contra la paranoia de sus miedos.
Nuestra la mano que acaricia y cura
contra la omnipotencia de sus máquinas
Nuestra la habilidad manual
con el alambre
frente a la `prepotencia de “use y tire”
Nuestra la profesión de fe
en la patria unida
contra la división planeada
entre gobierno y campo
para seguir robándonos lo nuestro
con la engañosa farsa del comercio.
Nuestra el agua profunda y generosa
al margen de su sed contaminante
Nuestro el cielo redondeado de estrellas
sin radar ni paraguas protectores
Nuestro el afecto de familia
emocionada de encuentros
contra el halago individual
de rentas seductoras
Nuestro el asado de ritual sabroso
suyas las hamburguesas de Mc. Donald
Nuestra la casa abierta
del corazón y el puerto
suyos los planes tétricos
para arrasar culturas.
Junto a nuestra riqueza
que exporta inteligencias
ellos crean solemnes y lo creen
misiles inteligentes
para suplir al hombre
En sincero balance, nosotros los terceros
Los estamos, sin ruido, “primereando.”
Hoy de nuevo la historia
nos persigue y aprieta
con sonido punzante de trompetas
con batientes de cascos y tambores
con urgencia de gritos libertarios
flameando en lanzas
para abrir fronteras
y arrear las dependencias para siempre.
La historia nos aprieta y nos empuja
hacia un amanecer destello y parto.
Porque somos aurora
aunque busquen hundirnos en la noche
José G. Mariani (pbro)
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