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“Acusetes”No creo que la palabra del título esté en el diccionario. Era la denominación que cuando yo iba al Colegio (hace ya mucho tiempo) se daba a los chicos que, al recibir una ofensa o constatar que algo estaba mal, iban a contárselo a la maestra. Lo que ahora llamamos “botón”. Lo que Sebastián García Díaz quiere introducir como novedad original en las Escuelas, designando desde la secretaría de drogadicción, a alumnos determinados para que vigilen la entrada y el consumo de drogas en sus cursos. La visita “ad limina apostolorum” (a los umbrales o los pies de los apóstoles), es una disposición eclesiástica que obliga a presentarse periódicamente en Roma, para venerar el recuerdo de los apóstoles, a todos los obispos diocesanos y, de paso, entrevistar al romano pontífice para rendir cuenta de su administración diocesana y presentar las orientaciones y problemas pastorales del sector confiado a su ministerio episcopal. Desde el 7 de Marzo los obispos argentinos cumplirán con esta obligación canónica, reminiscencia de un gobierno unipersonal que más que alimentar la comunión, necesita trazar líneas disciplinarias y políticas para mantener la fuerza de la institución eclesiástica. El cometido de la visita ha sido expresado por algunos de ellos entrevistados por la prensa argentina. De acuerdo a esas declaraciones los obispos informarán al Papa sobre la pobreza y la inseguridad crecientes en sus diócesis y asimismo intercederán para que se restablezca la Vicaría Castrense y se indemnice al obispo Baseoto. ¿Necesitará realmente estos informes el romano pontífice? ¿No estaría más en el ámbito que le corresponde y en el que puede influir, un informe detallado sobre las causas del descrédito de la iglesia en Argentina que produce un verdadero vacío de vocaciones sacerdotales? ¿No sería el momento de tener el coraje de proponer la vuelta al ministerio de los sacerdotes casados que lo deseen? ¿No habría que buscar solución para ese testimonio antievangélico que es la situación de los sacerdotes ancianos que, o deben ser recogidos por su familia o deben resignarse a un geriátrico gratuito porque la precariedad de su jubilación no les permite mantenerse? ¿No habría que aclarar acerca de los subsidios estatales a los Colegios católicos y las cuotas inaccesibles para la gente humilde para la que fueron fundados? ¿No sería bueno comunicar las situaciones de doble vida que se ven obligados a aceptar por la escasez de ministros ordenados para atender las parroquias? ¿No deberían reclamar por una aplicación más auténtica de las reformas conciliares y mayor libertad para diagnosticar los problemas pastorales y promover las soluciones adecuadas? ¿No deberían comunicar todos los adelantos logrados en el orden de los derechos humanos, de la independencia de los organismos internacionales del dinero, de los logros en la disminución del desempleo y las iniciativas para lograr una mejor distribución de los ingresos? Porque si se trata nada más que de ir a quejarse de las cosas que a su juicio están mal por culpa de los gobiernos y quedarse con la satisfacción de habérselo contado al jefe supremo de la iglesia garantizándose así la publicidad, no estarían cumpliendo con otro papel que el “acusetes”, que siempre es un triste papel. José Guillermo Mariani (pbro) |
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