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Amaneciendo
La fiesta del 25 es fiesta de amanecer. “El sol del 25 viene asomando”. De amanecer de Patria. Y nada más que eso. Con todas las ambigüedades y riesgo de los nacimientos. Con todo el nerviosismo y los errores primerizos. Pero, sin nacer no se puede crecer. Sin amanecer no se puede lograr la plenitud del mediodía. La evocación de las fechas patrias suele generar reflexiones sobre la distancia entre aquellos ideales y estas realidades, o también sobre la necesidad de adoptar el mismo espíritu y actitudes de los protagonistas de los hechos evocados. Quiero reducirme a evocar el 25 como amanecer y el nacimiento. Porque lo estamos anhelando y hasta reviviendo. Y para que sea realidad alentadora e impulsiva hay que pujar fuerte desde las fuerzas que tenemos, desde la conciencia de posibilidades que nos alientan. No podemos perder de vista la amplitud y la riqueza de nuestra tierra, envidiada y codiciada por todo el mundo. Y por eso robada y vendida de mil modos por Gobiernos traidores, que no han logrado, sin embargo, agotarla. Ni en sus bellezas ni en sus riquezas. Es nuestra. Una madre siempre embarazada de vida y dispuesta a parir generosamente. Ni podemos olvidar lo valioso de la gente. Casi hemos internalizado la noción repetida por quienes necesitan descalificarnos, de que los “ argentinos no servimos para nada”. Tenemos alto índice de corrupción, los poderosos internacionales se han aprovechado de los cómplices nacionales llevándolos al poder con el precio de privatizaciones fraudulentas y sometimientos a los ajustes siempre depredadores de bienes y dignidad. Pero si miramos todo el panorama, la calidad de nuestros profesionales, la originalidad y perseverancia de nuestros investigadores, la cantidad de gente honesta y de nobles sentimientos que contactamos diariamente, la conservada estabilidad y vínculos afectivos del núcleo familiar aun en los casos de separaciones y divorcios, el florecimiento de las artes que han enamorada cuantitativa y cualitativamente a nuestros jóvenes marcando un ascenso en la espiritualidad y la cultura, el coraje de los afectados por la desocupación y exclusiones del sistema que no cesan de levantar su voz y sus reclamos a pesar de la sordera o la insensibilidad de los responsables, la perseverancia investigadora de un periodismo que, con todas sus limitaciones, resulta la única cirugía eficaz para los abcesos de corrupción que persisten todavía, y quizás muchos otros signos positivos. Ni tenemos que mirar hacia otro lado para desmerecer los logros oficiales en orden a la supresión de vicios enquistados en la estructura del poder, como la impunidad, la corrupción de la justicia, las intervenciones militares, la sumisión absoluta a los Organismos del dinero, la ausencia de la problemática latinoamericana, la influencia desmedida en asuntos de Estado, por parte del poder eclesiástico, la cesión a las presiones de las empresas internacionales en los injustificados aumentos de precios. . . Hay una oposición racional y otra que responde únicamente a intereses eleccionarios. Hay una crítica necesaria y justa de múltiples falencias, con ánimo de que se remedien. Pero hay también necesidad de bregar juntos cuando se está saliendo de un abismo. 25 de Mayo. Fiesta de amanecer y nacimiento. Desde lo que somos hacia lo que queremos y podemos ser. Con todos y con todo. José Guillermo Mariani (pbro)
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