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Barranca abajoNo pareciera que estuviéramos desbarrancándonos. Al contrario se podría hablar de una marcha ascendente hacia las elecciones de octubre. Sin embargo una rápida ojeada panorámica lleva a consideraciones diferentes. Primero, hay una impresión generalizada de que las cartas están echadas. ¿Efecto de los sondeos de opinión? ¿desorganización o incapacidad de una oposición desorientada y atomizada? Catorce candidatos parecen un número excesivo de opciones. ¿Se trata de opciones reales? ¿o simplemente de personas que asumiendo un aspecto sectorial de problemas puntuales, a los que podrían ofrecer solución, lanzan su candidatura y parafraseando a Lutero piensan “publicita, publicita que con algo te quedarás"? ¿Qué complicaciones añadirá a los electores la cantidad extraordinaria de boletas en el cuarto oscuro y qué lentitud imprimirá al acto eleccionario y al escrutinio? La experiencia de Córdoba y muy posiblemente otras que se conocerán deben ser tenidas en cuenta. Pero ¿quién da señales de intentar aprovecharlas? Desde presidencia de la nación se ha adoptado la consigna de no intervenir en la “pelea” de Córdoba. Absoluta superficialidad de juicio. La pelea es lo de menos, ya venía y está. Lo serio es el problema de la destrucción institucional de la confianza ciudadana, y esto no pueden dejar de verlo. Hay que pensar además, si el abanico tan abierto de propuestas, promesas y personas no aumentará el escepticismo y contribuirá a disminuir notablemente la proporción de votantes, a pesar del temor a las sanciones legales que, por otra parte, nunca son aplicadas por los que resultan vencedores. Los trámites oficiales que parecen más de continuidad asegurada que de campaña por la candidata ¿no son un peligro para la democracia? A pesar de todo el juicio positivo que se pueda hacer de la administración kirchnerista con indudables logros y también con notables vacíos, ¿qué garantía pueden afirmar la continuidad de un proyecto que parece desviarse hacia el populismo internacional y la disminución de la agresividad contra los organismos de crédito y la rapacería primermundista? Las preguntas van apareciendo y, a no ser que se produzca un vuelco inesperado con hechos, propuestas o personas que queden repentinamente desacreditadas o suban de improviso a primer plano, vamos barranca abajo, porque no se vislumbran respuestas. Para detener la caída serán necesarias iniciativas ingeniosas por parte de los de arriba, de los organizadores de los comicios y también de los votantes. Aunque se trate de una tarea ciclópea, un primer paso tendría que ser una selección entre las 14 candidaturas, descartando en principio las que claramente no responden a intereses nacionales sino foráneos o personales. Después de disminuir las opciones hasta reducirlas a dos o tres, habría que estar atentos a las novedades que se van colando tanto en hechos como en conceptos, a medida que se aproxima el día clave, porque pueden darse revelaciones importantes. La realidad es que todos se traen ases en la manga o dejan entrever hilachas encubiertas. La tarea de conseguir las boletas con anticipación puede resultar muy beneficiosa para llevar el voto preparado y si es necesario cortado. Normalmente, las democracias crecen con el tiempo y la experiencia. Hoy la nuestra, con todas estas incertidumbres, no aparece creciendo, sino barranca abajo. Quizás podamos empujarla hacia arriba. Pbro. José Guillermo Mariani |
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