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¡Buenos días Argentina!
El pulso firme por la decisión, y sin poder evitar el temblor de la emoción, una a una fueron estampándose las firmas de los Congresales, en aquel histórico Documento de declaración de la Independencia de las provincias Unidas del Río de la Plata. Habían transcurrido seis años desde el grito del nacimiento. Ahora se le otorgaba, a la nación bebé, el Documento de identidad. Un documento que como muchos de los personales, se fue desgastando hasta hacernos olvidar de nuestra cultura, de nuestras riquezas, de la ingente tarea de muchos hombres y mujeres que con sudor y sangre fueron construyendo la Nación. Y fuimos perdiendo la identidad. Y aceptamos vendernos. No llamamos “enajenación” a ese proceso. Lo calificamos de “privatización”, “capitalización”, “radicación de empresas extranjeras”, “inversiones en adquisición de tierras patagónicas inexplotadas”, “descubrimiento de yacimientos auríferos y extracción, posibilitando el empleo de mano de obra nacional”, “relaciones carnales”, “colaboración con la paz en el Golfo” . . ¡Cuántos eufemismos para lo mismo! Nos vendieron! Perdimos vergonzosamente la Independencia. Hoy está amaneciendo un nuevo día. Las decisiones del presidente Kirchner y su equipo están conmoviendo las trenzas de la corrupción, de la impunidad y la dependencia. Aunque el juicio del Obispo Giacquinta disminuya la importancia de estas iniciativas, es innegable su fuerza de transformación. No nos hacemos ilusiones. No somos ingenuos.
Siguen apareciendo signos. De un nuevo propósito. De un nuevo rumbo. Pero los intereses que ya se tocan y se dañan, aunque no en gran escala, porque sus recursos se han vuelto inagotables, están mostrando la reacción. Es un placer constatar, por ejemplo, que “Ambito Financiero” ya se queja de que el país esté siendo entregado a la izquierda. En realidad, hubiera sido una tragedia que de la pluma de los responsables de ese diario, saliera una alabanza para las decisiones gubernamentales. Nos hubiera hecho pensar que estaba en marcha otro nuevo engaño,. Y, por otra parte, esa acusación que adivina izquierdistas y zurdos por todas partes, nos recuerda aquellos constantes recursos justificantes de los gobiernos dictatoriales. “Se trata de comunistas disfrazados”. Con lo cual Estados Unidos se restregaba las manos. No Sres, de Ambito Financiero y adheridos, ya eso no conmueve al “Gigante del Norte”. Ahora hay que afirmar que somos “generadores de terrorismo internacional”, para agradar a su política de dominación. Así que ¡adelante! Si quieren resultar simpáticos, encuentren terroristas, no comunistas. Esto, seguramente, no será lo único ni lo más grave. La acometida que se prepara, deberá ser una “estampida” que sorprenda y barra con todo. Eso nos sugiere que hay que seguir creciendo y preparándonos para la resistencia. Por suerte, poco a poco los Movimientos populares van gestando las coincidencias para esa actitud.. Por eso nos animamos, en este 9 de Julio, a decir “BUENOS DÍAS, ARGENTINA! con una sonrisa renacida. |
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