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CeladasEn las emboscadas es indispensable esperar el momento oportuno para que la sorpresa constituya una aliada insustituíble en la desorientación del enemigo y en el mal que se le pueda ocasionar. El Departamento de Justicia de los Estados Unidos, al que está integrado el FBI, esperó (no seguramente sin complacencia oficial) con una carta importante bajo la manga, para producir una explosión que, además de aumentarse con colaboración mediática, “matara dos pájaros de un tiro”. La carta en cuestión, era la negativa o postergación de la extradición de Antonini Wilson. Sin prisión ni acusación, el empresario se movía libremente hasta que llegó el momento de utilizarlo. Siete presidentes sudamericanos se reunían en Buenos Aires para la asunción de Cristina. Y en importantísima reunión previa, decidían la constitución del Banco del Sur como entidad independiente del FMI y el BM, para cumplir los mismos nobles objetivos que estas entidades propusieron en sus estatutos. Propósitos que han sido completamente desvirtuados por los préstamos casi usurarios, generadores de una deuda externa imposible de saldar para muchos países que no tenían otro medio de avance que esas ayudas financieras externas. Era el momento. Nadie hablaba ya de los 800.000 dólares de la valija contrabandeada por Wilson. Ni la justicia argentina cuya Aduana descubrió el envío, ni la venezolana de donde supuestamente procedía el dinero, pudieron hacer otra cosa que reclamar la extradición, después de la huida y desaparición de Wilson que terminó refugiado en Miami. Así estaba el asunto, pendiente y oscuro. Propicio para una celada. La que se armó. El inobjetablemente honesto AW, declaró que el dinero se enviaba desde Venezuela para financiar la campaña de Cristina. Mentira o verdad esto era una bomba. Así, ya quedaban en la mira los dos objetivos Chávez y Cristina, como los dos propulsores más entusiastas del Banco Latinoamericano. Y comenzaron las explosiones. Primero las declaraciones del fiscal, luego el apresamiento de ciudadanos venezolanos que habrían ofrecido a Wilson 2.000.000 de dólares para que se callara, y ahora seguramente vendrá la declaración de los venezolanos, sin ninguna presión, de que efectivamente ha sido así. La actitud de la Sra. Presidenta ha sido digna y firme. Su afirmación de que no se va a doblegar, va más allá de esta acometida concreta y hasta burda. La presidencia del MERCOSUR que ella asume con la expresión clara de cuáles son las prioridades a alcanzar, no ha quedado dañada por el infundio, a pesar de la comprensible insistencia de la prensa. Para quienes crean ver en estos 800.000 dólares el secreto de la amistad con Hugo Chávez, cosa que sería muy rastrera y vulgar para quienes visiblemente están poniendo el pecho para sacar adelante a sus países atenazados por la injusta distribución de bienes, no hay argumentos válidos. Además, si la oposición ha afirmado constantemente las cuantiosas riquezas de los Kirchner con adquisición poco menos que gratuita de una cantidad de tierras sureñas, y la evidencia de cuantiosas sumas desviadas al exterior ¿qué podían significar 800.000 dólares? El establecimiento de una independencia económica para el MERCOSUR, que cumpliría una de las condiciones indispensables señaladas como aspiración por Simón Bolívar, nos está también poniendo al abrigo de esa crisis estadounidense de la que hablan hoy muchos economistas, pero que se mantiene cuidadosamente disimulada. Las señales de amabilidad entre los presidentes de Uruguay y Argentina aliviando las tensiones de Botnia, la solicitud que continúa por parte de Chávez de ingresar al acuerdo, la afirmación de Lula llamando a fijarse en los elementos que conspiran desde adentro contra la unión deseada por todos y la objetividad de Cristina para fijar los objetivos inmediatos constituyen, a mi entender, un buen comienzo latinoamericano para el 2008. José G.Mariani (pbro) |
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