CORDOBA 435
Ciudad querida, con cariños viejos
en ladrillones de amasado barro.
Espacio de leyenda y personajes
de agudo ingenio y de piropo fácil.
Mezcla de cumbre y valle
de ranchos y cemento
de progreso y colonia
de intelecto e industria
de nobleza con dobles apellidos
y pujanza con sonrisa de pueblo
espejo de la vieja Andalucía.
Un perfume de pétalos abiertos
que aguarda entre las páginas
de libros olvidados.
Un pasado de claustros venerables
sembrados de oración y pensamiento
argamasa de sabios.
Historias de pasión y rebeldía
de un interior que es corazón y sangre
y la razón alerta de la Casa de Trejo.
Un “cordobazo” amaneciendo calles
con luces de justicia libertaria
desde las noches de la dictadura.
Y un presente
que guarda aletargada la esperanza
de crecer sin que nadie lo detenga
con deshonestidad o cobardía.
Y campanas que siguen derramando
con misterioso acento de nostalgia
mensajes de horizontes sin barreras
sobre el asfalto roto
de la desilusión y las traiciones.
Y la Cañada, arroyo silencioso
sobre el lecho de piedra
custodiado
por los oscuros cuerpos de las “tipas”
siempre vestidas con ropaje nuevo.
Y un pacífico río que se encrespa
inesperadamente
haciendo de su canto y su bravura
una lección que muchos no aprendieron.
Y el otoño, poeta cordobés incomparable
envolviendo el herrumbre
de las hojas caídas
con destellos de sol en retirada.
Y unas ganas…
de volver a ser lucha y esperanza
corazón de una Patria recobrada
puntal de una bandera y un mañana.
José G. Mariani -6 Julio de 2008
|