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CordobazoA 40 años de sucedido, la renovación de la memoria ha ocasionado múltiples y variadas reacciones de homenaje. Los que de algún modo fueron protagonistas han entregado sus recuerdos, las fotografías de periodistas, investigadores y aficionados han actualizado muchos de sus momentos y de sus hombres y el “blanco y negro” nos ha hecho volver a ese día con negrura de noche y luz de amanecer. Creo que mi reflexión no tiene otro mérito que el de ser un sobreviviente de una historia de golpes que abarcaron mi vida, influenciándola inconsciente y conscientemente. Nací en el 27 y el 30 cayó Irigoyen, el 43 tras la década infame el coronel Ramírez ocupó la presidencia el 4 de Junio en situación de la segunda guerra y bajo la presión de Estados Unidos que exigía ruptura con el Eje con el que simpatizaba el Ejército. Su definición fue tardía. El 17 de octubre del 45 Perón asumió el mando. Diez años después la “revolución libertadora” lo derrocó. Lonardi, Rojas y posteriormente Aramburu, no lograron restablecer el equilibrio con la proscripción del peronismo. Frondizi con el desarrollismo y los intentos de reconciliación con el peronismo, con veinte asonadas durante su gobierno, debió abdicar dando lugar al Dr. Illia. Onganía un militar y ferviente católico lo remplazó tras otros 10 años, con el propósito de una reorganización nacional a fondo y sin medias tintas. Y comenzó intentando anular el pensamiento. Purificó la Universidad a la que consideraba nido o guarida de comunistas y subversivos. Profesores e investigadores expulsados de sus cátedras y muchos de ellos golpeados con los estudiantes en la noche de los bastones largos de la UBA, con una repercusión en Córdoba. En esta ciudad la indignación por el desalojo de los profesores más prestigiosos copó el campo estudiantil. Los diversos movimientos AES, Integralismo, Lealtad y lucha, y la federación de estudiantes de la U. católica, tomaron la capilla de Cristo Obrero sede de la Parroquia Universitaria, con la aprobación inicial de la Jerarquía que luego, ante las presiones oficiales, consintió en el desalojo, produciéndose una gran concentración de protesta en Avda. Olmos con el desenlace del asesinato de Santiago Pampillón. Las muertes de los estudiantes Cabral en Corrientes y Bello y Blanco en Rosario continuaron enardeciendo los ánimos y promoviendo movilizaciones que tenían en vilo a las “fuerzas del orden”. Se llevaba a cabo una verdadera gimnasia revolucionaria. El Movimiento obrero, lo más dañado por las decisiones de la Dictadura, que había suprimido los derechos laborales conquistados hasta entonces y, a través de la DIPA había encarcelado a dirigentes obreros y sindicalistas, estaba dividido en las dos CGT (Ongaro y Vandor) Los reclamos de las bases y la limpieza de los dirigentes, de lo cual la muestra más elocuente fue Agustín Tosco, crecían y, lograda la unidad para la acción se decreta el paro general para el 30 de Mayo con movilización desde el 29. Las Fábricas, las Universidades, los barrios, vomitan obreros, estudiantes y gente de pueblo, que comienzan a movilizarse desde las 10 de la mañana y convergen hacia el centro. La policía cierra los puentes y los pasos estratégicos. El número de los manifestantes la supera. En las proximidades de la Plaza V. Sársfield la multitud se vuelve incontenible y la represión recurre a las armas de fuego, ocasionando el primer mártir obrero, Máximo Mena. No hace falta más. Las calles se convierten en hervidero de lava que desde todos los rincones confluye hacia Vélez Sarsfield y Colón. Incendios de Citroen, Xerox y La Oriental- Desde los balcones de Colón la gente agita banderas y lanza papelitos de adhesión. La clase media adherida, como a la fuerza, a un movimiento popular de cambio. Luego la represión del Ejército, el encarcelamiento de los dirigentes, la escapada para refugiarse en cualquier parte ente el tiroteo desde los techos que dura toda la noche. “El cordobazo” El primer golpe argentino originado y realizado por el pueblo. Una “pueblada”- Con toda la espontaneidad y la fuerza de un pueblo decidido a no dejarse dominar. Por eso, desde allí comienzan a repetirse los “azo”. Calerazo, Ferreyrazo, Viborazo, Córdoba vuelve a ser centro neurálgico del país. Cada “azo” es en realidad un latigazo que deja marcas en toda la nación. Cae Onganía, pero sigue el Proceso buscando reemplazantes más conciliadores Livingston, Lanuse. Y sigue la historia con el peronismo de vuelta, sus errores y brujerías y la instauración de la Dictadura definitiva y asesina, y la acción de la guerrilla de resistencia. ¿Todo perdido? ¿Todo, incluyendo las muertes heroicas, para nada? No, de ninguna manera. El “enemigo” con lazos internacionales fue más poderoso. Pero el pueblo sigue su historia. Esa historia paciente que no colma nuestras ansiedades de momento, pero queda en depósito con sus mártires, sus lecciones y sus logros. La Iglesia, como casi siempre y en especial en Latinoamérica, cómplice del poder y las dictaduras (de derecha) ha producido sorpresivamente un engendro auténtico y cristiano. Desde el Vaticano II, la Populorum Progressio, Medellín, el Movimiento de sacerdotes para el tercer mundo, Las comunidades eclesiales de base y la teología de la liberación, se ha puesto al lado del pueblo, de los oprimidos, de los sin voz. Y el “cordobazo” resucita y se fortalece. Y el resultado de un regreso a la conciencia de Patria grande y liberada se va haciendo realidad con los hermanos suramericanos. Nada se ha perdido porque la esperanza está más cerca y con otros métodos, el capitalismo acaparador está siendo vencido, paso a paso, por los pueblos desde los Foros sociales e infinidad de movimientos que un día levantarán de nuevo la cabeza, todos juntos como en el “cordobazo”. |
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