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De talibanes y exégetas. Mons. Polti Santillán censura al P. Ariel Alvarez Valdés. Por Ing. Raúl A. Perez Verzini

Entendemos por talibán un movimiento fundamentalista que busca bajo la fuerza de las armas constituirse como poder para subyugar a la sociedad en la que se encuentra inserto. Ejerciendo especial violencia en contra de las mujeres, se presenta como única verdad a la que todos deben someterse, incluso aquellos que no creen en su visión religiosa y política.

Dentro de la Iglesia Católica también tenemos talibanes, sólo que a fuerza de experiencia política y poderío económico, han aprendido a ejercer su lucha de manera más sutil, y al mismo tiempo, con el avance de las democracias en occidente, se han visto obligados a deponer las armas.

Cometeríamos un grave error si creyéramos que el movimiento Talibán e Islam es lo mismo. Aquellos han abusado de las sagradas escrituras, para de manera fundamentalista justificar sus acciones criminales. Estos, al igual que muchos católicos actualmente, no logran aún mostrar eficazmente que el texto sagrado puede y debe ser leído de una forma más humana y adulta.

Lo mismo sucede hacia el interior del cristianismo. No quisiéramos que se confunda a los talibanes del catolicismo con aquellos que pretendemos vivir nuestra fe de manera menos totalitaria, fundamentalista y dogmática.

Liderados férreamente por Mons. Ratzinger, hoy Benedicto XVI, los sectores más reaccionarios del catolicismo están de parabienes. Desde que descubrieron en Juan Pablo II la posibilidad de volver a ejercer el control de la organización eclesiástica, no han detenido su marcha invadiendo todo espacio de poder al que pudieran acceder gracias a su lobby y sus dólares. Al mismo tiempo y con el apoyo logístico de Ratzinger, han sido eficaces en “quemar en la hoguera” a todos los que piensan distinto o simplemente “piensan”. Como decía a comienzos del siglo pasado el gran filósofo y matemático Bertrand Russell, “nada hay más temible y peligroso que el pensamiento”. Por eso ejercen su rol de criminales del pensamiento de forma sistemática.

Como decíamos, en Occidente tenemos la suerte de que la democracia ha avanzado un poquito más y hoy no les está permitido quemarnos vivos, aun cuando seguramente ese sería su más íntimo deseo, a juzgar por la virulencia con la que actúan. Pero ellos saben muy bien que el totalitarismo se puede ejercer de muchas otras formas cínicas y crueles. La más común en los ambientes religiosos (alguna ventaja teníamos que tener como laicos!) es la censura y desautorización para enseñar y publicar. Esa es la forma en que han atacado un vez más y en esta oportunidad a nuestro maestro Ariel Alvarez Valdés.

Sacerdote y exégeta argentino de fama mundial, Ariel es uno de los expertos en Biblia más leídos en lengua española. Siempre ha querido transmitir lo más actual del pensamiento bíblico de forma simple para que todos pudieran entenderlo. Evidentemente tuvo éxito. Se ve que lo leyeron hasta en Roma! Y claro, no les gustó.

Quizás no les gustó no por lo que dice, sino por la forma en que lo dice. Porque de hecho Ariel no hace más que repetir lo que otros grandes exegetas han investigado y publicado. Tal vez el error de Ariel sea que lo dice de manera sencilla y con excelente buen humor. Es probable que el mayor pecado de Ariel sea que en cada charla intenta que abramos la cabeza y empecemos a razonar. Fe y Razón nos son excluyentes dice, y eso es un pecado mortal para el totalitarismo romano y sus sumisos vasallos.

Cuentan los historiadores que durante la época de la Inquisición, el Santo Oficio (mirá que hay que ser cínico para ponerle ese nombre!) no se ocupaba de los asesinatos de manera directa, sino que utilizaba a los idiotas útiles de siempre para que sean su brazo ejecutor.

En esta oportunidad el responsable de callar y denostar a Ariel Álvarez Valdés ha sido Mons. Polti Santillán de Santiago del Estero quien, como no podía ser de otra manera, pertenece a los talibanes del catolicismo: el Opus Dei.

Si uno compara la mentalidad y la forma de actuar de los integrantes del Opus Dei junto a los del talibán, vemos que la única diferencia es que el Opus se ha visto obligado a deponer las armas, las físicas no las psicológicas (al menos abiertamente a juzgar por la hermosa película “El Código Da Vinci”)

Definitivamente no tenemos nada que ver. Ellos se creen dueños de la verdad y con la misión de imponerla por la fuerza. Nosotros, seguiremos caminando tratando de entender, con una mentalidad abierta el mensaje de justicia, paz y reverencia por la creación que nos han transmitido los apóstoles.

Ellos seguirán ocupados en buscar y encontrar herejes con quienes descargar su impotencia existencial. Nosotros tratando de crecer en la inteligencia de nuestra fe. Ávidos de todo aquello que nos vuelva más humanos y por consiguiente mejores cristianos. Por eso continuaremos publicando todo lo que nos parezca sensato y trataremos de contribuir, aunque sea mínimamente, a la maduración en la fe de aquellos que les interese ese itinerario.

¿Realmente creerá Mons. Polti Santillán en Adán y Eva?

Evidentemente hay dos Iglesias. Usted como adulto deberá elegir cuál le parece más creíble y más evangélica.

Paz y Bien


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Última modificación: 30 de July de 2010