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El “impenetrable”No fue sólo penetrado, fue arteramente violado con tractores derribando los gigantes ancestrales con machetes de verdugos degollando sus ramajes produciendo que el Bermejo se enrojeciera con sangre. Con plaguicidas mortales envenenaron el suelo la madre tierra lloró su esterilidad forzada y ellos para consolarla tendieron manto de soja que en su verdor simulara fecundidad y esperanza Las voces de los quebrachos que enrojecían los vientos las chauchas del algarrobo que fecundaban las bases las espinas del borracho que defendían sus flores y los erguidos lapachos que florecían la sangre todo sucumbió al ataque del hacha y la topadora y aquel dolor derribado quedó tendido en silencio sin atreverse a jugar a la vida con el cielo resignado a interpretar la impotencia de los muertos La espesa y ruda maraña que era barrera y defensa que rechazaba pedreas y colaba chaparrones desapareció una noche devorada por el fuego que la convirtió en cenizas y lamentos por el monte Los nativos que encontraban comida y techo en el bosque fueron muriendo por dentro con cada espacio robado y llevando con su rabia el rugir de los camiones apagaron sus fogones y maldijeron al blanco. Hoy día el Impenetrable ya no es más el predio virgen no es más la ancestral herencia de matacos y de tobas es un alarde orgulloso del progreso contra el hombre y un futuro de vergüenza para sonrojar la historia. José Guillermo Mariani (pbro) |
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