|
|
Entre los miedos y los mediosEstos parecen ser los componentes más fuertes del clima en que nos movemos socialmente. Hay una oposición irresponsable y agorera que ya ha vaticinado tragedias económicas inevitables sembrando terror en ahorristas e inversores con la seguridad de default y con el recurso, ya utilizado con anterioridad, de publicar y aumentar los números del riesgo país, que la gente escucha aterrorizada sin saber bien de qué se trata, pero aleccionada por las experiencias vividas en gobiernos anteriores en que la economía estaba en manos de estos profesionales tan ortodoxos y aceptables como los que ahora se desahogan criticando. Que los números del INDEC causen irritación no es producto solamente de una manipulación del organismo y de Moreno, sino de una insistencia de los medios que se adueñan de cualquier asunto y dictan conductas, juicios y sentencias que inclinan hacia cualquier lado la balanza de muchos a quienes el sistema ha quitado la posibilidad de disponer de tiempo para pensar y juzgar por cuenta propia. La situación de Córdoba, al destaparse el verdadero estado financiero, producto de la administración inescrupulosa del gobierno anterior, y la necesidad de Juan Schiaretti de contar con ayuda nacional para poder subsistir, ha sido orientada por los medios ya conocidos en su tendencia a favorecer la dictadura del Campo, a victimar al gobernador por su apoyo a ese sector. Hasta se ponen en boca del ex presidente consejos dados privadamente a su esposa, ( estos informantes deben contar con infinidad de cámaras ocultas ) de castigar a Córdoba, mezquinando el envío de ayudas financieras. La reunión de Randazo con Schiaretti de la que ambos interlocutores salieron satisfechos no acaba de disipar las sospechas y objeciones ya que no se ha tratado simplemente de un triunfo cordobés sino que se ha decidido estudiar el asunto y esperar los resultados de una auditoría, que es el procedimiento legal y democrático que corresponde. Ya algunos han “cantado” el resultado de esa auditoríaç, como se habían anticipado vaticinando el apoyo al gobierno de la legislatura cuando la 125 se envió a Diputados. Este afán por lograr y aprobar victorias aplastantes como la del voto del vicepresidente en el Senado o la que hubiera acontecido si la reunión con el ministro o la presidenta hubiera producido de inmediato un flujo de 1.600 millones que calmara los reclamos de jubilados y sindicatos, entra en ese inclinación psicológicamente enfermizo de ganar y ganar sea como sea, que a veces se apodera de los argentinos. Como si la victoria de unos no trajera la derrota de otros y con ella acarreara o aproximara la del país entero. En el título de esta nota, los miedos y los medios aparecen como dos factores distintos aplicados el primero al pueblo en general y el segundo a algunos sectores del periodismo. Pero el factor preponderante para todo y para todos, es el miedo. Miedo de que te echen del trabajo. Miedo de que te quiten el subsidio. Miedo de se apoderen de tus ahorros con un simple “corralito”. Miedo de que te arrebaten el bolso del supermercado. Miedo de que los anunciantes dejen de sostener a los medios de difusión que no respondan claramente a sus intereses. Miedo a que las venganzas, como siempre encuentran mano de obra desocupada, te caigan encima aun sin saber por qué. Miedo de que se produzca un desabastecimiento o un alza de precios que te deje perdido con tu familia en el desierto de la impotencia y del hambre. Miedo…miedo. Un guiso de miedos que se revuelve y alternativamente hace aparecer distintos elementos en la superficie. Y todos esos miedos producen lógicamente, conductas defensivas. En la mayoría de los casos desacertadas por exageración, por egoísmo, por deficiente análisis de los procesos. Un padre de familia me contaba su experiencia con los cuatro hijos, a quienes no podía acompañar durante todo el tiempo desde la temprana muerte de su esposa. Les decía: cuando algo les cause miedo procuren primero, conocer de qué se trata. No se queden envueltos con la sábana ente un ruido nocturno. No se queden encerrados y con dudas cuando alguien los ha amenazado. Averigüen lo que puede realmente, y busquen aclarar la situación. El miedo siempre es mal consejero. Y lo saben muy bien los que trabajan por infundirlo. ¡Qué bueno si lográramos descubrir su origen en cada caso para combatirlo! José Guillermo Mariani (pbro)
|
Número de visitas desde la Pascua del 2001
Enviar correo electrónico a
raul@sintapujos.org
con preguntas o comentarios sobre este sitio Web. |