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La búsqueda(paráfrasis para el pasaje de Juan 9,35-37 y Mateo 25,31-40)
Dónde está que no lo veo? Alguien tiene que mostrármelo limpiándolo de leyendas sacándolo del pasado.
Me hablan de un hijo sin padre y de un dios encapsulado de una madre sin marido y sin dolores de parto atendida por la guardia de animales de un establo. De una presencia del cielo con angelitos dorados y una estrella misteriosa que seduce hasta a unos magos.
¿Dónde está que no lo veo? Alguien tiene que mostrármelo limpiándolo de leyendas, sacándolo del pasado.
Dicen que tuvo que huir de la furia de un tirano dejando una cantidad de víctimas en sus manos. Un chico desobediente con soberbia de letrado que siempre anduvo perdido marchando de contramano y al final Templo e Imperio lograron eliminarlo.
¿Dónde está que no lo veo? Alguien tiene que mostrármelo limpiándolo de leyendas sacándolo del pasado!
Cuentan que quiso salvar al hombre de su pecado pero cada vez el mundo luce más empecatado. Muchos de sus seguidores exageran los milagros y pretenden repetirlos prolongando así el engaño que es la causa que aun mantiene mis ojos bien apretados.
¿Dónde está que no lo veo? Alguien tiene que mostrármelo! ¿o es que muchos no lo ven y eligen estar callados?
¿Quién es para que yo crea?
-Soy yo, el que te estoy hablando, el que camina tus calles y marcha siempre a tu lado un humano como todos envuelto de risa y llanto. Soy el que ves en la esquina extendiéndote la mano y el que en la cárcel espera de tu comprensión de hermano
El que te pide agua fresca en el rigor del verano y el que ambiciona tu techo en los inviernos helados el que transita hospitales enfermo y abandonado el que te envidia la casa porque la suya es un rancho y el que te quiere un amigo sin billetera y sin campos.
Soy Jesús el nazareno que desde un mundo lejano voy encontrando presencias que actualizan mi legado. El que confiando en el hombre lo coloca sin reparos en las trincheras que luchan para liberar esclavos, con los ojos bien abiertos y el corazón arriesgado.
Yo soy el que vive siempre porque soy voz y reclamo, desde el gesto y la palabra, de todos los desplazados.
Ya concluyó mi ceguera porque encontré lo buscado y no hay ritos ni temores que lo alejen de mi lado. Con él volvió mi confianza en el porvenir humano y voy andando el camino del amor esperanzado. Ya estoy viviendo de nuevo con el corazón saciado. |
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