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La Iglesia con ChávezDe seguro que ya el título de esta reflexión habrá hecho rechinar los dientes a muchos, con ese chirrido tan desagradable y molesto que expresa la bronca irreprimible. No es raro que la influencia de la prensa proyanqui se cuele por todos los intersticios de la información para producir desprestigio y venganza contra la soberanía bolivariana de Venezuela. Entre nosotros, el Episcopado en una de sus Asambleas anuales deliberó durante esta semana acerca de la actitud a asumir ante los resultados de las elecciones que, a juzgar por algunas declaraciones, no han sido del agrado de muchos a pesar de los cordiales y diplomáticos saludos entrecruzados. Allá lejos en Venezuela se vive el proceso hacia un nuevo plebiscito para presentar a la aprobación o rechazo de las mayorías la nueva constitución socialista. Por cierto que para algunos ya el término “socialista” es estremecedor, haciéndoles resucitar viejos fantasmas de comunismo y dictaduras de izquierda. Como siempre excita la curiosidad la posición de la Iglesia. Y a juzgar por el análisis de Charles Hardy, la Iglesia católica apoya fuertemente al presidente Chávez. Lo cual no puede sino causar extrañeza. A la que Hardy, conocedor desde muy adentro de los entretelones eclesiásticos, responde. Una cosa son los obispos que acaban de emitir un comunicado que titulan “Llamados a vivir en libertad” en el que declaran la reforma constitucional como moralmente inaceptable a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia… porque un estado socialista es excluyente e implica el cese del pluralismo y la libertad política y la conciencia de los ciudadanos”. Y otra cosa es la Iglesia, comunidad de seguidores de Jesucristo, en que los pobres tienen la palabra. Porque la gente que vive en las barriadas y en las zonas rurales constituyen la mayoría de la Iglesia católica y ellos apoyan la antedicha reforma. Ellos son la Iglesia y su apoyo es decisivo. El conocido ex obispo de Chiapas Samuel Ruiz en una entrevista en que el tema eran los zapatistas y el periodista le interrogó sobre si podían hablar un poco de la Iglesia, respondió de inmediato: Estamos hablado de Iglesia. Si quieres que hablemos de los obispos no tengo inconvenientes pero nosotros no somos la Iglesia sino sólo una parte de ella. El argumento de los obispos venezolanos para justificar su documento del diecinueve de Octubre es un alegato de que ellos son ciudadanos y legítimos pastores de la Iglesia. No lo negamos, pero ¿de dónde proviene su legitimidad? En la iglesia católica no hay ni consultas ni reclamos frente a las autoridades elegidas por el Vaticano en ejercicio de una monarquía absoluta. Quizás por eso molesta tanto que el gobierno de Chávez haya puesto a nivel de las decisiones democráticas tanto su legitimidad como las decisiones más importantes de su gobierno. Todavía mucha gente pregunta sobre la existencia de la teología de la liberación que parece haber sido borrada absolutamente por la iglesia oficial. Las censuras y penas eclesiásticas llevadas a cabo con singular táctica de ocultamiento e imposibilidad de defensa, parecieran haber acallado esa iniciativa novedosa, marginando a sus proclamadotes que, en muchos casos han tenido un compromiso heroico con el pueblo oprimido. Pero es que, siguiendo el mensaje de Jesús de Nazaret, no puede existir una teología que no sea liberadora. ¿Quién puede justificar una teología de la esclavitud? Lo mismo que puede afirmarse del estado que, teniendo como fin el bienestar de toda una nación, rehusara el socialismo del que, al menos en las denominaciones no quieren desprenderse ni siquiera los que militan descaradamente en el capitalismo liberal. José Guillermo Mariani (pbro) |
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