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“Allí está la madre del borrego”Corresponde a la sorpresa de un descubrimiento luego de una prolongada búsqueda. Se ha encontrado finalmente un principio de solución. Se ha destapado la raíz de un problema. El ternero mamón, buscando ansiosamente la ubre que lo alimenta, ha identificado el mugido materno. Estamos viviendo una situación parecida. Las iniciativas del Gobierno nacional cuajan en leyes, decretos y estadísticas alentadoras. Se conserva una línea inicial de compromiso con los problemas económico-sociales. Pero la cosa no llega a la gente. Es sintomático el aumento de salarios y jubilaciones por única vez, decretado con ocasión de este fin de año. Aunque puede atribuírsele un valor simbólico porque rompe la tradición de que lo único que no ha aumentado por años son los salarios, sin embargo se le pueden hacer múltiples objeciones en el orden de la eficacia y oportunidad. La Sra. Carrió objeta con objetividad y argumentación muy seria y atendible. Quizás ella hubiera procedido aun más desacertadamente, si atendemos a las últimas alianzas con que se halla comprometida. Admitiendo su crítica, parece , sin embargo que no es al Gobierno en su nivel más alto, en que se origina el decreto, sino a los niveles intermedios, a quienes hay que orientar la denuncia y la exigencia de honestidad. ¿Cuántos empresarios, argumentando que no pueden pagar el aumento, lo ignorarán olímpicamente? ¿Cuántos harán firmar a sus empleados como si lo hubieran recibido, aprovechándose del miedo bastante real, de perder el empleo si no acceden a esa firma? No hace mucho tiempo estuvo con nosotros Jesús Olmedo cura de La Quiaca. Señaló que en un comienzo los planes “trabajar” dieron muy buen resultado. Hasta que cayeron en manos de los punteros políticos, esos personajes tan importantes cuando se trata de conseguir votos o afiliaciones de independientes para elegir a una presidenta del partido y que, insensiblemente se hacen dueños de todo lo que pueda significar alivio o mejora de la situación de las clases más empobrecidas. Este es otro nivel en que naufraga cualquier iniciativa que no los tenga en cuenta. En Córdoba el Gobierno Municipal proyectaba disminuir la influencia de los punteros que siempre es corrupción. No pudo lograrlo. Ellos tienen más fuerza en la pulseada. Y a esto viene el título de esta reflexión. Allí en los niveles intermedios está ahora instalada la corrupción más fuerte. Si no se logra desenmascararla seguirá siendo esponja que absorba todos los esfuerzos e iniciativas. Y quienes denuncian al Gobierno debieran fijarse, aunque esto pueda quitarles votos, en denunciar concretamente esos niveles intermedios. Del “que se vayan todos” se defendieron bastante bien los políticos. En realidad no se fue ninguno. Pero, además, cada uno se quedó con sus punteros obsecuentes y sus empresarios patrocinantes. Y “allí está la madre del borrego”. José Guillermo Mariani (pbro) |
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