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Más vale malo conocido que bueno por conocerMuchas veces, ante la ambigüedad de todos los procesos eleccionarios, la gente, cansada con tanta frecuencia, de las promesas incumplidas, renuncia a buscar y optar por cambios y prefiere quedarse donde está, con el miedo de caer en algo peor. Nos ha pasado en repetidas oportunidades en nuestra historia política, que los que buscan el poder por el poder, una vez encaramados sólo tienen en cuenta sus intereses que terminan confundiéndose siempre con los de las tradicionales clases dominantes. El debate emitido por canal 12, entre los principales candidatos a gobernadores de Córdoba, ha pretendido, con una perspectiva que los organizadores se encargaron de señalar insistentemente como oportunidad histórica, iluminar las mentes de los electores y provocar una corriente de responsabilidad para emitir el voto en septiembre. Personalmente, creo que para muchos el triunfador en el debate será simple y definitivamente el que les haya resultado más simpático, desde luego, por motivos personales. Un análisis profundo queda en mano de los especialistas y periodistas. Me permito hacer, de primera mano y “desde la ventana”, es decir desde fuera, sólo un ligero análisis. La oferta fue muy generosa. Si cada uno de los candidatos llega a cumplir con lo que ha propuesto, vamos a dar un paso gigantesco hacia adelante. En este sentido, me pareció mejor la propuesta de Luis Juez, que indicó en concreto, la conformación de equipos para estudiar los problemas y sus posibles soluciones, más que la seguridad de que ya están elaboradas esas soluciones inmediatas y listas para aplicación. En materia de números esgrimidos como argumentos irrefutables, la propuesta estuvo muy floja. Juez afirmó en dos oportunidades “es mentira”. Schiaretti no lo dijo, pero afirmó que se habían creado 2.500 puestos en la policía mientras Negri había hablado de 450. Juez habló del peso de la deuda remanente y Schiaretti afirmó que es tan ínfima que se paga sin darse cuenta en cuotas larguísimas y pequeñas. No fue la única discrepancia. Ante la perspectiva de solucionar la crisis energética los proyectos de gaseoductos que debieran estar funcionando pasaron del incumplimiento absoluto de promesas anteriores, a la magnitud de una realización fantástica para dejar de lado toda carencia energética. La proporción de las pequeñas industrias beneficiadas por la legislación actual, varió desde el mezquino 22 por ciento aducido por uno, hasta más de un centenar asegurado por el otro. A la disminución de la mortalidad infantil, a que se refirió Juez como una conquista de su gestión, la disminuyó Schiaretti aumentando los números de los resultados obtenidos por el gobierno delasotista. La salud y educación fueron afirmadas como prioridades por los tres candidatos. Es una coincidencia promisoria. Se discutió sobre el primer tema, presentando una realidad a la que solamente Luis Juez aludió, señalando la contradicción entre la construcción de hospitales y el deficiente mantenimiento de la infraestructura y la carencia de elementos indispensables. En educación se presentaron las opciones de ladrillos, reforma de los planes y estructura educativa, salarios docentes, y cierres inoportunos de escuelas técnicas junto con grandiosos proyectos para abrirlas. Quizás ninguno de estos aspectos deba ser descuidado, pero indudablemente hay que establecer prioridades, y todo apareció mezclado. Los recursos del reloj, la “virgencita” y el memorex utilizados por Juez, pasaron prácticamente inadvertidos, pero creo que significaron un intento de inserción popular, más que chicanas psicológicas. En general se puede decir que lo malo de las administraciones anteriores quedó en claro. La propuesta anticorrupción aparece como aspiración fuertemente alimentada por todos. Las obras que hubieran podido realizarse con los millones empleados en propaganda electoralista por el oficialismo, aportan una visión real de un elemento de corrupción. Esta es preocupación central para Juez. Negri, en cambio, afirma que la principal rémora está en la dependencia de Buenos Aires. Schiaretti recurre a las crisis del 2001 y 2002 y orienta todas las reformas al crecimiento del empleo. Han quedado flotando en el aire nuevas perspectivas. Algo nuevo también son las caras propuestas por Juez para acompañarlo desde los ministerios, posición ridiculizada por Negri que no quiso “hacer un desfile de figuras” e irá nombrando a sus ministros a medida que pase el tiempo. Sin embargo, que desaparezcan los de siempre y se renueven en su gran mayoría los “profesionales de la política”, significará atender un poco aquel justo reclamo de ¡que se vayan todos!. ¿Habrá la audacia y atrevimiento necesarios para optar por lo nuevo desconocido o preferiremos la seguridad de quedarnos con lo malo conocido? El 2 de septiembre lo dirá. Pbro. José G.Mariani (6 de Agosto 2007) |
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