La Cripta Virtual: Un espacio para hablar Sin Tapujos

"Donde la Iglesia no engendre una fe liberadora, sino que difunda opresión, sea esta moral, política o religiosa, habrá que oponerle resistencia por amor a Cristo".
Jürgen Moltmann

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“ NADIE PUEDE SERVIR A DOS SEÑORES ” Por Eugenia y Eugenio Serres.

 (Inspirado y copiado en partes, al documento emitido por los presbísteros Erio Vaudagna y José Rivarola Acebal en el año 1968)

19 de Abril /06

DIOS DE LA ESCASEZ Y LA MISERIA:

Ese es el dios de la escasez y la miseria. Un dios que promete -para el “más allá eterno”- la abundancia, el cielo. Pero un cielo que se compra con la moneda vil de un paso silencioso y resignado por la tierra, “valle de lágrimas” y penoso invierno que hay que soportar.

Soportar “con dignidad”, claro. Con la dignidad pasiva y humillante del esclavo, para quien el sometimiento es: “ley natural y divina” y la autoridad que la tutela, un algo intocable que se ejerce con conciencia de elegido por la Providencia.

DIOS DE LA INDIVIDUALIDAD:

Ese es el dios de la individualidad. Un Dios que apabulla al hombre y que lo obsesiona por la “salvación de su alma”. Un dios, por lo tanto, que lo encierra al hombre en el más peligroso subjetivismo de la realidad. Un dios que lo pone de rodillas, haciendo la humanidad un conjunto de individuos atomizados, incapaces de comunicación profunda. Allí no hay lugar para el hombre erguido que mira de frente y tiende su mano a los demás. “Divide y reinarás”, ésa el la bandera del neoliberalísmo sin fronteras del dinero y para cumplirla es de insustituible eficacia la complicidad de un dios que repliegue al hombre sobre sus propios egoísmos dinamizando sus instintos de posesión y lucro “sálvese quien pueda y como pueda”.

DIOS  DE LA COMPETENCIA:

Ese es el dios de la competencia. El dios de la “oferta y la demanda”,

del doy para que me des. Un dios avaro cuyos “bienes eternos” son asequibles con dificultad a una minoría de esforzados. Esto es un dios que exige atletas fogueados en las palestras legales, litúrgicas y sacramentales; atletas ejercitados en cursillos, novenas, procesiones, rosarios, ayunos y abstinencias con “empanaditas de vigilia”. Un dios que cuenta con “directores técnicos” (llamados espirituales) altamente especializados, a los que hay que someterse para sobrellevar victoriosos los rigores de una lucha ardua, primordialmente dirigida contra el sexo y las ideológias “no occidentales”.

Pero el Dios bíblico, revelado en Jesucristo, es aquel que en Jeremías desenmascara sin compasión a los que tienen la boca  llena de paz y las manos roñosas por la corrupción, la explotación, la injusticia y la opresión.

“Desde el profeta hasta el sacerdote, todos practican el fraude. Han curado el quebranto de mi pueblo a la ligera, diciendo:

¡Paz, paz ! cuando no había paz .

¿Se avergonzaron de la abominaciones que hicieron ? Avergonzarse no se avergonzaron; sonrojarse tampoco supieron; por tanto caerán con los que cayeren; tropezarán cuando se lo visite - dice Yahveh (Jeremías 6, 13)- .

DIOS DE LA PLENITUD:

El dios bíblico es el Dios de la plenitud. El Dios del: “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia”. Es el Dios de la Nueva Tierra” del Apocalipsis y del “Hombre Nuevo” de Pablo. Y este hombre nuevo es el que con espíritu de creatividad, búsqueda y riesgo permanentes, rehace con alegría y profundo amor a la tierra su postergada dignidad y señorío. Es el hombre nuevo, que en “dolores de parto” se desgaja del vientre oscuro y estrecho de una tierra progresivamente dominada.

Pero, este hombre nuevo del Dios bíblico, no es el hombre del “orden establecido” y del dejar la cosas como están “dejar hacer, dejar pasar”. Por el contrario, es el hombre de la novedad y de la plenitud. Es el hombre siempre dispuesto a partir, enemigo irreconciliable del statu quo, del privilegio y de la explotación. El Dios bíblico es el dios de la venganza, de la rebeldía ante la explotación o el menosprecio del hombre. Es el dios de la alegría y la liberación. Es el dios enemigo inclaudicable de aquellos que usufructúan con las estructuras injustas de este sistema económico que excluye constantemente a grandes mayorías. Es el dios samaritano, el dios paria de la sociedad, que venda la heridas de los marginados por los ladrones de siempre. Pero es también el dios que no descansa hasta arrancar de la frente de aquéllos las cenizas de la esclavitud y restaurarlos a su verdadera dignidad, coronándolos con la libertad y el señorío (Jeremías 61, 1 - 4).

DIOS  DEL AMOR EFICAZ:

Este Dios bíblico, revelado en Jesucristo, es el Dios del Amor Eficaz.

Es el del “Nadie ama más que aquel que da la vida por los otros”. El dios ante cuya presencia, surge con fuerza incontenible el fenómeno de la comunión y la solidaridad plena. A su contacto camina el paralítico, el sordo oye, el ciego recupera la vista y “el hombre de la mano seca” recobra  su vitalidad para la noble tarea de transformar la tierra mediante el trabajo en un destino común de pan y de igualdad. 

 “Todos los creyentes vivían unidos y tenían todo en común...”(Act. 2,44) “Nadie llamaba suyos a sus bienes, sino que todo lo tenían en común” (Act. 4, 32).

DIOS DE LA SOLIDARIDAD:

Es el Dios revelado en Jesucristo, es el Dios de la Solidaridad. Es el dios a la estatura del hombre, que tiene compasión de la multitud marginal y hambrienta, que llora como todos la desaparición, el secuestro o  la muerte de un pariente, un amigo, un compañero de trabajo, o un vecino, que goza de una fiesta, que come y bebe con satisfacción en la bodas de Caná, hasta el punto de ser juzgado como “comilón y borracho”. Es el dios sin prejuicios burgueses que no teme la crítica ni la burla de almidonados moralistas. Que tanto se sienta con su madre como con la prostituta, la samaritana o la mujer adúltera. Que, así pasa una tarde con sus amigos discípulos, como con el desprestigiado Zaqueo o con Nicodemo, el fariseo honesto. Hay, sin embargo, algo que nos llama mucho la atención a los discípulos de este Dios y es que nunca lo encontramos en palcos oficiales al lado de Herodes o de los Sumos Sacerdotes, ni tampoco compartiendo actos militares o festines de embajadas. Por el contrario, vemos que molesta a ellos su presencia como antes habían molestado Juan el Bautista y los Profetas. Como hoy molestan los piqueteros o todos los que lejos de asumir “con dignidad” la pobreza, se rebelan contra ella y preparan caminos eficaces de liberación. El Dios bíblico es el dios que uniendo su suerte a la suerte de todo ser humano, rompe y elimina para siempre las barreras ficticias y egoístas de raza, parentesco, religión, dinero y sexo, rescatando el ansia y la necesidad que todo hombre tiene de realizarse en la ayuda mutua y la solidaridad.

Nosotros creemos en este único Dios. Por eso, desde la parroquia “LA CRIPTA” hacemos un llamado a todos los hombres y mujeres que se sientan identificados con nosotros, pertenezcan o no a nuestro barrio, para que con nosotros se incorporen también a nuestra concepción cristiana. Nuestra invitación no es a un congreso eucarístico, ni a un Tedéum de acción de gracias, sino que es: a forjar juntos “el hombre nuevo” que es el hombre de la lucha y el combate por la justicia; el hombre dominador del universo, creador de riquezas inmensas. El hombre del trabajo y de la economía liberadora e integradora. El hombre de las grandes responsabilidades. El hombre de la fiesta y la alegría, el hombre de la ciencia y del saber. El hombre de la paz y de la amistad. El hombre imagen de Dios que se reveló en Jesucristo.

El hombre que escuchando ese poema que dice “Importan dos maneras de concebir la vida, una salvarse solo arrojar ciegamente los demás de la balsa ; y la otra un destino de salvarse con todos, comprometer la sangre hasta el último naufrago. Eligió esta última concepción de vida

Estamos cansados de escuchar palabras de paz, justicia amor, vacías de contenido, que no pasan de ser palabras y posiciones confusas y en definitiva conciliadoras con lo que no hay que conciliar. Nuestro compromiso desde LA CRIPTA, es hacer real la paz, la justicia y el amor. Como cristianos, sólo lo entendemos posible al lado de los débiles, los pobres y los desposeídos, que luchan por liberarse de toda explotación. “Nadie puede servir a dos señores; o Dios o el dinero”.


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Última modificación: 30 de July de 2010