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Otro mundo es posible
La consigna elaborada por los participantes del primer
Foro social mundial que nació, como propuesta de entidades sociales
brasileñas, en oposición al FEM de Davos, y se realizó en Porto Alegre en Enero
del 2001, parece traída por los cabellos para quienes somos testigos del
empeoramiento constante de la situación social, producido por un capitalismo
cada vez más voraz y cruel que, con el crecimiento ilimitado del poder
financiero, ha constituido una “sentencia de muerte para amplios sectores de la
humanidad”.
Con un silencio bastante llamativo de la prensa, se llevó a cabo entre el 25 de
enero y el 1ro. de febrero, la IX reunión de ese Foro en Belem de Pará (Amazonia
Brasil) con la participación de ciento cuarenta y dos países y ciento treinta y
tres mil participantes. Entre ellos, quince mil jóvenes y mil trescientos
indígenas. Las declaración de principios establece estas convocatorias como
espacios de encuentro, discusión sobre los problemas que afectan al mundo desde
la visión de los testigos víctimas, ejercicio de la libertad para expresión de
la inquietudes y planeamiento de acciones comunes frente a problemas semejantes,
fomento de las expresiones culturales de toda índole y fortalecimiento de las
relaciones de conocimiento y comprensión entre los representantes de las
diversas etnias y nacionalidades.
El ambiente de pesimismo y tensión vividos en Davos expresando la incertidumbre
ante la crisis mundial todavía insuficientemente diagnosticada, y provocativa de
agresiones entre los mismos participantes, ordinariamente atentos a las pulcras
reglas del protocolo y la mesura de los grandes, contrasta con la persistencia
de los reunidos en Belem para mantener la lucha y la esperanza. Apoyando a los
venidos de Africa, Asia, Oceanía, Europa y toda América, estuvieron presentes
Lula, Correa, Chávez, Morales y Lugo.
Ni en el espíritu, ni el modo de organización, ni en la disponibilidad de
ingentes sumas de dinero, ni en la representatividad oficial de sus países, ni
en la flexibilidad de sus opciones, el Foro Social guarda ninguna semejanza con
el Foro Económico de Davos. Todo el aspecto externo es de heterogeneidad en
libertad, homogeneizada solamente por el anhelo común de vencer las condiciones
ominosas creadas por la globalización económica para la mayor parte de la
humanidad.
Para muchos analistas que valoran los procesos sociales por los resultados
obtenidos en una visión inmediata de la realidad, los Foros no han logrado una
presencia efectiva y eficaz en el afán de cambiar este mundo por otro que
afirman “utópicamente” posible.
Pero, basados en la importante convocatoria con que cuentan, en la calidad y
hasta calidez de las víctimas del capitalismo globalizado que son la mayoría de
sus participantes, en el ritmo paciente, abarcativo, popular y alegre que llevan
sus deliberaciones, siguen siendo un acontecimiento muy importante mundialmente.
Una de las decisiones del último, ha sido intensificar la acción descentralizada
que ya se está dando, por foros sociales creados en distintas naciones,
articulación entre las organizaciones indígenas, Foro mundial del Agua,
agenda global de los derechos sexuales y reproductivos y la continental de los
pueblos amazónicos…etc. La articulación de los diversos movimientos se produce
en estas grandes reuniones, ahora bianuales, para orientarlos en diversas líneas
de reclamos y reformas efectivas. Citemos como ejemplo: prioridad total para las
energías renovables y abolición del agrocombustible; centralidad de la
agricultura familiar y soberanía alimentaria en tanto instrumentos de lucha
contra el hambre; extensión de la democracia participativa a través de
referendum o consejos permanente de ciudadanos y organizaciones;
desmantelamiento del FMI y el banco mundial y reemplazo por agencias de la ONU;
derogación de leyes antiterroristas usadas para criminalizar la protesta social
pacífica . . .
La entidad FSM cuenta con muy pocos recursos materiales, se la puede acusar de
deficiencias organizativas y de resultados a muy largo alcance. Pero es una
realidad que está brotando desde abajo, con la fuerza de las reivindicaciones de
todos los postergados que no tiene nada que perder y ha crecido lo suficiente
como para tenerla en cuenta como un mojón de optimismo y esperanza.
José Guillermo Mariani (pbro)
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Foro Social Mundial
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