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Reconciliación - 24 de Marzo del 2006. Por Quito Mariani
Todavía hay gente que se llena la boca con esta palabra de significado tan noble, pero también de disfraz de actitudes vergonzosas. He recibido preguntas a propósito de todo este estremecimiento experimentado por el país con el recuerdo de los 30 años del golpe militar, que resultan como una acusación para rechazar esta fiebre de justicia mostrada en los distintos actos conmemorativos. A esas preguntas respondo con esta pregunta: Reconciliación ¿entre quienes? ¿con quienes? ¿Entre los doloridos por la pérdida de los seres queridos y los que los eliminaron? ¿Entre los sobrevivientes de las torturas y los torturadores? ¿Entre los que experimentaron la impotencia de los reclamos que los llevaron a golpear todas las puertas y los que se burlaron de ellos cargándolos con la responsabilidad de padres o educadores descuidados? ¿Entre los que guardaron silencios cómplices y los que esperaron que “por oficio” los defendieran? ¡Qué noble y cristiano sería el perdón! Suelen argumentar. ¡Qué grande sería que todo se perdiera en el olvido! Insinúan delicadamente. Pero la injusticia no se perdona, sino que se remedia. Los delitos no se olvidan, sino que o se purgan o se reparan los daños. Toda la nobleza y hasta las posibilidades del perdón o el olvido como esfuerzos individuales desaparecen cuando se trata de delitos sociales. Estos quedan encajados en la marcha de la sociedad que los ha padecido, como palos en la rueda, y no hay otro paso para quitar esos obstáculos, que LA RECONCILIACION CON LA HISTORIA. A través del juicio oficial muchas veces tardío y del juicio popular contra los culpables. Un “nunca más”, hecho efectivo y testimonial con el repudio continuado a los protagonistas y a los cómplices. Todo esto importa un largo proceso. Que se acorta solamente cuando se van borrando las diversas consecuencias de los crímenes y atropellos, con decisiones justas, con castigos aleccionadores, con posibilidades concretas de remedio de las injusticias y desigualdades, que son las causas profundas de todas las violencias. Por eso hoy, 24 de Marzo, con todos los actos, con todos los repudios, con todos los propósitos de abrir archivos secretos, con todas las voces levantadas contra la impunidad, con todos los rostros de los desaparecidos apareciendo en las pancartas por encima de las multitudes, es un día de reconciliación verdadera, de RECONCILIACION CON LA HISTORIA.
José Guillermo Mariani (pbro)
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