|
|
Rehenes
El gobierno y el país han sido secuestrados por la oligarquía sojera. Lo curioso y desorientador es que, aparentemente, los rehenes aplauden, bocinean, cacerolean en distintos lugares del pais. No se confunden los rostros y el vestir de los protagonistas de esas manifestaciones, con los de la gente de bajos recursos ni con los de los peones rurales. Tienen uniforme campesinos como una manera de desfilar por la ciudad sintiéndose dueños. Y hábilmente manejados por la oposición y los medios de difusión cautivos de los capitales del agro, se arriesgan a la calle bajo el paraguas democrático, para engrosar el reclamo y la bronca de quienes han sentido que les meten las manos en los bolsillos cargados, obligándolos a compartir. El discurso de la presidenta mostró argumentos irrefutables. Los privilegios en combustibles, el pago en pesos de tarifas y salarios, (L.Miguens que posee 2.219 hectáreas en Salto, paga sólo $78 anuales por hectárea como impuesto inmobiliario) los pagos deficientes de los peones rurales y el trabajo en negro, el destino del dinero recaudado por las retenciones explicitado en infraestructuras de caminos y subsidios o compensaciones a los sectores que suministran productos de gran consumo popular como la leche, los pollos, la carne. Y precisamente eso enardeció a los “productores” que más podían llamarse “exportadores”.Aunque ellos ya habían tomado la decisión del paro por tiempo indeterminado, horas antes del discurso. Ya no se trata de retenciones y de soja. Las milicias del capital se han convertido en oposición política. Se trata de una lucha de poder. La comedia del cacerolazo imitando el del 2001 los ha envalentonado para derrocar al gobierno y hacerse dueños, como sucedió entre los ochenta del diecinueve y los cuarenta del veinte. No es improbable que siendo una fuerza desintegradora muy poderosa, la pongan de manifiesto en este paro, que ha sido calificado como “el de menos preocupación por el prójimo”, para derribar a todos sus rivales. Para acabar con todos sus rehenes, incluso con el gobierno. Si su dominio económico se extiende hacia lo político, la Argentina habrá cerrado un período de su historia para volver al pasado. Aunque su éxito quede determinado por el valor internacional y el rendimiento de los campos agostados por la soja. No se nos escapa que el gobierno pudo haber actuado en otra forma, favoreciendo el diálogo, renunciando a expresiones irritantes, seleccionando entre los grupos a los pequeños productores (que ya casi ni existen porque les ha convenido arrendar sus hectáreas) y a los que nada tienen que ver con la exportación sojera. No se nos escapa que hace falta , si el objetivo del gobierno es realmente propiciar una redistribución de ingresos, una reforma agraria que evite la adquisición ilimitada de tierras por parte de particulares o sociedades anónimas nacionales o extranjeras. Esto ha producido una concentración en muy pocas manos, imposible de contrariar. Será necesario revisar las colaboraciones con el bienestar general, exigiendo como a cualquier hijote vecino, el pago de los impuestos inmobiliarios rurales con una tasación actualizada. (el campo de Manuel Anchorena en Chascomús paga anualmente $8.40 por hectárea) Que haya control estricto de los salarios y trato de los peones de campo cumpliendo con la ley que los protege. Y, como el problema aparente son las retenciones, es claro que habría que dar un paso atrás, mientras se acomodan mediante leyes y consultas los otros elementos. Por allí, creo, marcharían los términos de un acuerdo que será muy difícilmente aceptado por quienes se sienten absolutamente dueños de la situación. Podemos esperar cualquier cosa de estos desbordes. Como sucede frente a todos los rehenes. José Guillermo Mariani |
Número de visitas desde la Pascua del 2001
Enviar correo electrónico a
raul@sintapujos.org
con preguntas o comentarios sobre este sitio Web. |