Reportaje a uno de tantos
Por Pbro. José Guillermo Mariani - 27 de
Enero del 2005
Sc. ¿Me permite, Padre,
hacerle algunas preguntas sobre esto tan curioso que sucedió con las
declaraciones del representante del Episcopado español con respecto al uso de
preservativos?
Ig. Pero le advierto que
yo no voy a decir otra cosa que las que dice la Iglesia oficial
Sc. Padre, dígame por
favor, es que uds. ¿tienen prohibido pensar?
Ig. No tenemos prohibido,
pero aceptamos gustosos lo que dice nuestra Santa Madre.
Sc. ¿Podría decirme las
razones que tiene la Santa Madre para prohibir el uso de preservativos, como
acto inmoral, aún en el caso extremo en que se trate de frenar el SIDA?
Ig. Primero, porque se
trata de un medio de evitar la procreación, que es la finalidad primera del acto
sexual.
Sc. Dos cositas, Padre,
¿no sería el primer objetivo del acto sexual la completa comunicación humana
como expresión del amor y experiencia del placer? Y, cuando la procreación está
absolutamente imposibilitada por otro motivo (enfermedad, esterilidad, edad,
sexo) ¿no desaparece absolutamente la fuerza de su argumento?
Ig. De ninguna manera. El
preservativo es inmoral porque de por sí, aunque se lo oriente a otro fin,
está destinado a una inmoralidad que fomenta la promiscuidad. La inmoralidad de
buscar el placer esquivando la responsabilidad de la procreación.
Pero, además se trata de un violación de la ley
natural, porque priva al acto sexual de las características establecidas por la
naturaleza.
Sc. Perdone, Padre, ¿me
está diciendo Ud. que el único modo de admitir el uso de preservativo sería que
cada chico naciera con un condón móvil provisto por la naturaleza?
Ig. No admito esa falta
de respeto
Sc. Pero Padre, si yo
adhiero a su argumento, todas las conclusiones científicas que se basan en la
investigación más profunda que la simple constatación de lo que al hombre le
sucede naturalmente o se ha acostumbrado a hacer por ingenuidad o ignorancia,
sería inmoral. Y entonces, hasta tomar una cafiaspirina contra el dolor, o,
mucho más grave, trasplantar un órgano para remediar una grave deficiencia
natural, entraría en esa calificación. ¿No le parece que esto sí es una falta de
respeto a la ciencia, a la inteligencia y al derecho a la salud y la felicidad
de todo ser humano?
Ig. Si la Santa Iglesia,
con experiencia de siglos enseña y sostiene todo esto que Ud. no admite, por
algo será. Y esto es un argumento de fe que Ud. no puede refutar.
Sc. Disculpe nuevamente,
Padre, soy cristiano, soy Iglesia, pero no renuncio a pensar y la conducta que
Ud. fundamenta con sus argumentos no es otra cosa que darle las espaldas a la
vida, con la misma actitud que les hizo silenciar, no hace demasiado tiempo, los
ultrajes que significaron, las torturas, desapariciones y eliminación de
personas.
Ig. Es el argumento
habitual de lo enemigos de la Iglesia. Y yo soy hijo respetuoso y obediente.
Hemos terminado.
(las abreviaturas usadas para distinguir a los
dialogantes son
Sc.= sentido común - Ig.= Iglesia oficial)
José Guillermo Mariani (pbro)
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