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Una chispa en un polvorín
La violencia más impactante es desde luego la violencia física ejercida sin ningún miramiento ni disimulo o la que se ejerce con “guante blanco” oprimiendo y condenando a la desnutrición, las pandemias y la muerte. Pero hay también otra clase de violencia que podríamos llamar intelectual o racional. La que descalifica sin ninguna consideración otros modos de pensar o analizar y combinar los conocimientos adquiridos. El discurso del Papa en la Universidad de Ratisbona que él calificó como una clase más, volviendo a los tiempos en que era catedrático del mismo establecimiento, ha dado mucho que hablar. Desde luego que, a pesar del carácter afectivo de la evocación, la palabra del Papa no podía quedar encerrada entre los muros universitarios. Si esto se podía prever ¿por qué esa cita del emperador bizantino descalificando a Mahoma y sus seguidores como propulsores de la guerra santa para imponer la religión? El propósito inmediato es,claro, descartar la violencia y entronizar la razón, cuando se trata de una propuesta religiosa. Pero ¿no podían hacerse mil citas estrictamente históricas aludiendo tanto a la práctica como a las razones invocadas por la Iglesia católica para “propagar o conservar la fe” mediante la guerra y la represión violenta? Además, ¿cómo no tener en cuenta la situación actual del mundo, en base a la pretensión norteamericana, compartida con gran parte de occidente, de calificar como terrorismo el hecho de poseer recursos energéticos o alistarse para las agresiones contra la geografía, la cultura y las personas de tantos países? ¿Cómo arrojar una chispa aunque se considere inofensiva, a un polvorín? Las reacciones no se han hecho esperar, aunque bastante silenciadas por la prensa. Y no es fácil adivinar hasta dónde pueden llegar. Pero al margen de todo esto ¿no hay detrás un gesto político de embanderarse con este occidente enfrentado con el oriente, a propósito de los temores de la iglesia católica de ser desalojada de Europa por el Islam? ¿No es un indicio de este propósito el que no se haya hecho ninguna referencia a los atropellos por las potencias bélicas contra Irak, Irán, Afganistán, Líbano y demás? Se reivindica en el cuidadoso razonamiento del Papa la influencia del raciocinio helenista adoptado por la Iglesia de los primeros siglos, considerando tendencioso el progreso racional y científico que no ha seguido las mismas normas, hasta calificarlo como irracional o malintencionado. Aparece aquí, como base, el empeño de afirmar que la iglesia católica es la única que posee la plenitud de la verdad y que todo lo que se aleje de su modo de actuar y analizar la realidad, constituye error perjudicial para la humanidad. Un discurso hilvanado cuidadosamente, respondiendo al nivel universitario, pero que para el mundo, católico y no, resulta problemático y hasta incomprensible en la actualidad. Pareciera un atrevimiento juzgar palabras de un intelectual prestigioso y sobre todo del jefe de la iglesia católica. Sólo hay de mi parte un señalamiento de puntos que aparecen como peligrosos, con un deseo de obtener clarificación y, si es necesario, rectificación de procederes.
Pbro. José Guillermo Mariani |
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