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Una estrella más para la Cruz del Sur. (Por el Pbro. José Guillermo Mariani)
Jueves 19 de Agosto de 2004
"El gobierno de Estados Unidos ha invertido mucho dinero en el referéndum
venezolano" (Roger Noriega subsecretario de Estado). Esta confesión no revela
toda la magnitud de las maniobras norteamericanas para desestabilizar el
Gobierno popular del presidente Chávez después de
fracasados los intentos golpistas del 2002 y 2003, a través de esta sugerencia
de referéndum para revocar su mandato. La victoria inicial de la consecución del
número de firmas necesarias para que se aprobara esta consulta popular, dio alas
a la oposición para una campaña fomentada por todas las Emisoras privadas de
Radio y TV, y por el Empresariado nacional, para lanzarse con fuerza y optimismo
a la operación democrática que les daría seguramente un inobjetable triunfo.
El Domingo 15 se acabaron las ilusiones. El triunfo de Chávez fue rotundo. A
la coalición opositora no le queda otra que objetar la elección, garantizada en
su limpieza por todos los observadores internacionales (Jimmy Carter por los
Estados Unidos y diversos profesionales y políticos de otros países) que han
coincidido en confirmar el triunfo absoluto de Chávez quien, como consecuencia,
permanecerá en el Gobierno hasta el 2007. "Permanecerá", decimos, porque
esperamos que el Gobierno de los Estados Unidos que ya prepara desde la Agencia
Central de
Informaciones y el Pentágono acciones en contra de ese gobierno, se modere en
sus intrigas por una parte, para no perder el porcentaje de petróleo
suministrado por Venezuela que le es absolutamente necesario a pesar del
arrasamiento de Irak; y por otra, para no seguir apagando las estrellas
dibujadas en su bandera, de un pretendido prestigio democrático
internacional.
Entretanto, en una imaginaria y utópica bandera que viene flameando desde la
Cruz del Sur, se ha encendido otra poderosa estrella. Con los presidentes de los
países del Mercosur y de la Comunidad Andina de Naciones, el venezolano empuja
con mucha fuerza la constitución de un nuevo bloque que se integre no sólo en lo
económico sino también en lo político. El triunfo del ideal bolivariano en su
Nación puede extender ahora la mano de la unidad latinoamericana estrechándola
con fuerza y eficacia.
Extraña y sugestiva coincidencia esta de que para nosotros, argentinos, la
fecha se empalme con el recordatorio de la muerte del Gral San Martín, como si
volvieran a abrirse las perspectivas de Guayaquil.
Pbro. José Guillermo Mariani
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