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"La soledad es peor que la ceguera.
Si no fuera por ella,
este
invierno de sombras
sería, muchas veces, primavera".
De "Goteras de Infinito"
El sinceramiento de Mariani pone al desnudo todo aquello que la Iglesia
Católica trata de mantener oculto con el argumento de "evitar el escándalo". El
texto aparece claramente contextualizado en la bochornosa aparición de curas
pedófilos que proliferan en el mundo.
Pero la transparencia del párroco cordobés también desnuda la pacatería, el
amarillismo y la superficialidad de quienes sobredimensionan dos episodios
relativamente intrascendentes -una noche de pasión con una amante ocasional y un
frustrado acercamiento con un joven homosexual- e ignoran el nudo de toda esta
historia que es, por cierto, expresión de la realidad de la Iglesia
contemporánea.
El relato cuenta una historia de amor en serio. Un hombre de 25 años se enamora
de una dirigente de la Acción Católica. Cuando él tenía resuelto dejar el
sacerdocio para construir su vida con ella, la familia de la joven interfiere y
se la lleva lejos. Nunca volvieron a verse. Veinte años después, una carta que
llega desde Goya le informa a Mariani que aquella joven murió, que lo amó
siempre y que vivió convencida de que él había intentado sacarla de su camino.
Mucho
después, en un episodio inesperado, ese hombre iba a conocer a una hija de su
amada. Porque Mariani amó siempre, probablemente hasta hoy, a esa mujer.
Y es una historia de amor, porque este cura representa a ese sector de la
Iglesia que no acepta a la Fe como una forma de poder extorsivo y no cree que la
Iglesia sea Santa porque ampare a los abusadores, oculte sus miserias y niegue
los sentimientos.
Mariani habla de la Córdoba de Luciano Benjamín Menéndez y de la Argentina de
Jorge Rafael Videla. Relata exilios, complicidades y persecuciones. El texto de
"Sin tapujos" tiene presente en forma constante a la figura del asesinado obispo
de La Rioja, Enrique Angelelli, amigo del autor y de muchos otros curas
comprometidos de aquel entonces.
El relato es auténtico y no tiene una sola frase morbosa, aunque no esconde
aquellas cosas que tanto molestan a los obispos cuando aparecen ante la opinión
pública.
Por eso, no es extraño el enojo que provocó esta autobiografía. El argumento del
vocero episcopal Guillermo Marcó lo expresa todo: "No hay por qué decirlo". La
pregunta que cabe al respecto es "¿Por qué no decirlo?".
Sin tapujos es el doceavo libro de Mariani, aunque es el primero que se encamina
a convertirse en best seller. Y es una historia de amor: amor a una mujer, a la
humanidad, a la Fe cristiana. Amor a la vida.
Por eso constituye un formidable cuestionamiento al celibato, a la religiosidad
deshumanizada y a la Fe entendida como instrumento de poder. (FS)
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