Domingo 5 de Septiembre de 2010 – 23 durante el año litúrgico (ciclo”C”)

Tema: (Lc. 14,25-33)

Jesús se vuelve a la gente que lo sigue y advierte que quien no está desprendido de su padre, su madre, su mujer, sus hijos, sus hermanos y hermanas y hasta de su propia vida, no puede ser su discípulo. Y tampoco el que no carga su cruz y lo sigue. Y pregunta: Si alguien quiere edificar una torre ¿no se pone a pensar primero con el material que cuenta? Porque de otro modo los que van la torre sin terminar lo tildarán de inútil. Lo mismo que si un rey ve venir a su enemigo con tropas, calcula el número de las suyas y si es menor, manda una embajada para negociar la paz. Así también el que no se desprende de sus bienes no puede ser mi discípulo. La sal es cosa buena pero si pierde su sabor con qué se lo devolverán? Para nada sino para tirarla. Y concluye: El que tenga oídos para oír que escuche!

Síntesis de la homilía

Realmente no es fácil escuchar y admitir esa serie de exigencias de Jesús. Interpretadas a la letra, con el fundamentalismo con que se ha leído muchas veces la Biblia, Jesús parece rechazar los vínculos familiares con toda la riqueza de sus afectos, sostén psicológico de la fortaleza y madurez. Eso ha servido también para colocar por sobre el matrimonio y la familia, el celibato y la virginidad, unidos al retiro del mundo y de las tareas necesarias para ir estableciendo en su seno el reino anunciado e iniciado por JESÚS DE NAZARET.

Hay que colocar en su momento histórico las exigencias de Jesús. la propuesta aclara que todos los vínculos familiares pueden constituirse en obstáculo para la causa del Reino, lo mismo que el aprecio de la propia vida colocada sobre todos los otros valores. Y cada uno, antes de decidirse al seguimiento y servicio de la causa del reino, ha de tener en cuenta estas relaciones con las personas y los bienes.

Así lo explicitan las dos comparaciones a que recurre. No se trata de que las torres no se construyan sino de que esté listo para ese objetivo todo el material necesario. Ni tampoco de que un rey deje de valorar sus tropas sino que, teniendo en cuenta las del enemigo, se adelante a proponer lo más conveniente para ambos.

En la experiencia bastante frecuente, los casos de desprendimiento efectivo y afectivo de la familia acarrean a las personas y a la sociedad una cantidad de inconvenientes. Así como también la fijación de cada familia como bunker que hay que defender a toda costa, transformándola en germen de discriminación, resulta un claro impedimento para luchar por la comunión entre los hombres, sin ninguna distinción de raza, religión, posesiones o sexo. que es lo proclamado por el evangelio de Jesús.

El entusiasmo de ser cristiano, en el sentido de seguidor de Jesús, no debe nacer ni de intereses egoístas (como eran en un principio los de los apóstoles) ni del miedo (que nos hace sumisos, conformistas o cobardes) sino del agrandamiento del corazón por el esfuerzo constante de generosidad para buscar la felicidad de los demás con la nuestra propia. Cristianos tristes o encogidos por la sumisión, al margen del pensamiento y el sentido común, son como alguien lo dijo, “tristes cristianos”.

Somos una Iglesia en busca de un liderazgo revitalizado. Por Brian Coyne

Somos una Iglesia en busca de un liderazgo revitalizado

El editor de “Católica” Brian Coyne, nos muestra una lista de temas actuales en la discusión pública que señalan la necesidad que tiene la Iglesia de revitalizar su liderazgo

El Catolicismo hoy se está transformando rápidamente en una de las cerca de treinta mil iglesias que sostienen estar encabezadas por Jesucristo. Y está perdiendo rápidamente su demanda de primacía dentro de las iglesias Cristianas. El editor de Catholica, Brian Coyne, explora hoy lo que no ha salido bien y lo que necesita ser hecho si la Iglesia Católica institucional de hoy día ha de reclamar para si legítimamente algún sentido de preeminencia entre las otras iglesias Cristianas

Cuál es el objetivo que define al Catolicismo?

Dentro de una semana cumpliremos cuatro años desde la primera edición pública de Catholica. Confieso que estoy cansado casi exhausto. Las fuerzas de la mente humana que enfrentan a veces la iglesia institucional y la civilización parecen apabullantes. La búsqueda de seguridad psicológica y mental de certezas empuja a los seres humanos en las más extrañas direcciones.

La corriente edición del Nacional Catholic Reporter publica un profundo comentario de Eugene Cullen Kennedy. Él compara el colapso de la Iglesia institucional con el del gobierno de Francia bajo el asalto de Hitler. Lo que sostiene es que dicho colapso no ocurrió tanto por la superioridad de Hitler como por el colapso interno de la moral del liderazgo Francés y su burocracia.

He aquí una muestra de lo que el profesor Kennedy tiene para decir:

La gente común, sin embargo, sintió lo que estaba ocurriendo y el periodista Eric Sevareid pronto estaría describiendo las hordas de familias que ataron sus colchones a los autos y taponaron los caminos que salían de París hacia el sur. Estos hombres y mujeres –observó- entendieron lo que estaba pasando,  pero los generales no lo hicieron nunca. “los viejos y barbudos senadores” –escribió- “se sentaban durante tres horas a almorzar como siempre lo habían hecho, hablando con sus cortesanas mientras el país perecía.”

En todas partes el aparato oficial del gobierno funcionaba como si nada fuera de lo normal hubiera ocurrido. Oficiales de rangos menores insistían en llevar a cabo rutinas que Sevareid comparó con los espasmos de los recién fallecidos. Los Censores examinaban cuidadosamente los escritos –las regulaciones debían ser obedecidas- que pasarían por radio desde las ciudades en las cuales las sirenas que anunciaban los ataques aéreos ululaban y donde los edificios temblaban por los bombardeos. Todo el mundo seguiría actuando como siempre en este prototípico caso de un gobierno en colapso que vivía de los vapores de una gloría ya lejana. Aún así, sus mariscales y generales se pusieron los uniformes y ataviaron con fajas y medallas para pasar revista y dar la bienvenida a los corresponsales de guerra con bandas y recepciones, una fiesta de disfraces final para los hombres que se reafirmaban a si mismos ejerciendo las últimas migajas de poder que tenían en sus manos finamente enguantadas. Su nuevo líder, Philippe Pétain, era un octogenario de blancos cabellos que había sido un héroe de la generación anterior en Verdún.

Esto traza un paralelo con la actividad que alternativamente sorprende y enfurece a los Católicos que comprenden lo que sus obispos/generales no –que las estructuras jerárquicas de la iglesia se están estremeciendo bajo los golpes que caen como rayos de los tiempos modernos- La gente común entiende esto pero muchos líderes continúan reasegurándose de que nada ha cambiado y que el verdadero camino hacia el futuro es aquel que conduce atrás en el tiempo, hacia un supuesto pasado glorioso. Se ponen sus capas, se ajustan sus fajas y llevan a cabo liturgias –como la operística celebración de un viejo mundo perdido, completamente en latín con capa magna incluida, celebrada en el Santuario Nacional en Washington hace unos meses- Su líder es un octogenario de blancos cabellos, héroe la generación anterior previa al Vaticano II.

Sevareid describe el quedarse en fila “mientras un anciano burócrata con bigotes de morsa realizaba sus movimientos acostumbrados y con dolorosa lentitud tomaba debida nota de los hechos pertinentes con tinta verde en un enmohecido libro.” Este incidente simbolizaba lo que estaba ocurriendo. “la burocracia Francesa, que estaba contribuyendo a ahogar al país nunca soltó el férreo control por un instante.” La burocracia mantuvo al país unido incluso luego de que los alemanes les dieran el tiro de gracia y ridiculizaran una Línea Maginot que fuera diseñada por hombres que no entendían la movilidad de la guerra moderna.

De la misma manera, la burocracia Vaticana es la primera y última línea de defensa del modelo jerárquico de Iglesia. Siempre logró que la gente formara fila, por supuesto, para conseguir cualquier autorización que buscara y trató con métodos tejidos cual telaraña el ataque que supuso el escándalo por los abusos sexuales en sus ya desgarradas defensas. Se enfrenta a eso, de la misma manera que el burócrata de bigotes a su libro en 1940, sin darse cuenta que con su pasividad, estos burócratas están ahogando hasta matarla a la iglesia institucional. Sus carreras dependen, por supuesto, de no relajar el control ni por un instante.

Los “burócratas están ahogando la iglesia institucional hasta matarla…”

Nuestra Iglesia está  muriendo delante de nuestros propios ojos. Quién la está matando? La sociedad en su conjunto? O la enfermedad interna y una mentalidad burocrática como la que describe Eugene Kennedy en la Francia de la guerra?

Anoche en la televisión australiana fuimos invitados a presenciar una fascinante conversación entre dos mujeres, la periodista de ABC y presentadora del programa Lateline, Leigh Sales y Ayaan Hirsi Ali, la anteriormente afamada escritora musulmana y activista de los derechos humanos. El mensaje que Ayaan Hirsi Ali presenta al mundo puede ser resumido en la amenaza que constituye el fundamentalismo religioso. Su experiencia tiene que ver con el fundamentalismo Islámico, pero como he sostenido durante un buen tiempo, el fundamentalismo de las demás religiones incluida el Catolicismo, solo corre un poco detrás aquel.

Para mi, las fuerzas gemelas de la inercia burocrática y el fundamentalismo son las fuerzas más importantes que están matando a la Iglesia a lo largo de todo el mundo occidental. Ambas fuerzas conllevan un impulso que es más fuerte que las fuerzas que mantienen al sol encendido y dan vida a nuestro planeta.

Me cuestiono todo el tiempo: que me lleva a mi? Que los empuja a ustedes –la gente que se siente atraída a Catholica y a la exploración a la que nos vemos abocados? En verdad pienso que es una búsqueda de la verdad. Pero no la búsqueda de la certeza en el sentido que empuja al fundamentalismo a buscar la “verdad” en reglas hechas por hombres y las figuras de la autoridad, sino “La Verdad” –las intuiciones que se encuentran en la Mente Divina solamente.

La Religión no es solamente un “juego” de disfraces litúrgicos. Ni tampoco es algún juego de andar tratando de probar a todas las religiones que haya por ahí que la nuestra tiene un “conjunto de leyes morales” superior. Es una búsqueda de nosotros mismos para llegar individualmente a las respuestas moralmente correctas a las decisiones esenciales que tenemos que tomar en nuestras vidas. Algunas veces esas respuestas son difíciles de discernir. Tomemos el caso de dos grandes historias que aparecieron en los titulares. La de los denunciantes que decidieron publicar “documentos secretos” en Internet acerca de las operaciones de EE.UU. en Afganistán. Mucha gente tuvo que tomar decisiones morales a lo largo del camino que llevó a la difusión de esos documentos –desde la gente que originalmente tuvo acceso a los mismos hasta los distintos periodistas que tuvieron que tomar la decisión de publicarlos-

Como he sostenido en el pasado: algunas veces la respuesta moralmente correcta es denunciar; otras veces es mantenerse en silencio. Bastante a menudo la decisión moral está lejos de ser simple y definida y la respuesta moral que se requiere tiene que ser cuidadosamente evaluada y matizada.

En el programa Four Corners de anoche nos dieron a conocer el amplio y masivo uso de la violación como arma de terrorismo y guerra en el Congo en este mismo momento. Podríamos pensar que esto está lejos de nosotros. Pero a menudo nosotros, “la gente civilizada” nos ponemos a “cazar en manadas” como los soldados que están descargando este terrible golpe sobre sus propias gentes. Podremos no estar “violando mujeres” ¿pero tenemos la fuerza de carácter moral para levantarnos contra la manada cuando alguna “conducta patoteril” se hace inmoral y se transforma en un abuso de los derechos de otro sector de la sociedad en la que vivimos?

Se supone que la Religión es el estamento dentro de la sociedad que guía a la gente hacia conductas moralmente superiores a través de lograr que los propios individuos sean capaces de tomar mejores decisiones individuales. No seguimos sin más a “la turba” –la clase de comportamiento de la turba que crucificó a Jesucristo. No nos movemos simplemente siguiendo los instintos reptilianos de nuestro cerebro. Estamos llamados a tener un nivel más alto de discernimiento en nuestras conductas morales.

El Catolicismo a menudo reclama para sí una “primacía” entre las iglesias Cristianas.

Actualmente ha perdido ampliamente esa “primacía”. Si ha de recuperarla, eso no ocurrirá echando mano del argumento de la “Sucesión Apostólica” ni proclamando tener una comprensión superior de un juego de Leyes Divinas por sobre cualquier otra religión o grupo de gente en la tierra. Solamente vendrá de una superioridad reconocida y avalada por otros, porque tenemos una comprensión superior de “la manera de pensar, sentir y actuar” expresada por Jesucristo. Esto no se consigue con la pretensión de tener una liturgia superior, mejores vestimentas o bienes más grandes en magníficos monumentos arquitectónicos repartidos por el mundo. Vendrá solamente de una institución y una organización que demuestre sin lugar a dudas que le puede mostrar a cada individuo como tomar las decisiones moralmente correctas en la maraña de decisiones que tiene que tomar en su vida. No se trata de pararse en las esquinas protestando en contra del aborto. Se trata de demostrar que cuando te enfrentes a un embarazo no previsto en tu familia, vas a saber como guiar a las personas atrapadas en los dilemas que plantea esa situación para que puedan tomar las decisiones correctas que los conduzcan al equilibrio espiritual. Se trata de guiar a las personas en la toma de las decisiones necesarias para que en primer lugar no haya “embarazos no previstos”.

Es evidente que nuestra Iglesia  ha fallado en gran medida en un mundo occidental que moralmente no es distinto de la clase de horror moral descrito en el documental sobre el Congo en el programa Four Corners anoche. Niños han sido violados en nuestra Iglesia y, durante demasiado tiempo, miramos para otro lado.

Donde están los obispos, los sacerdotes, los líderes morales que dejarán de jugar sus juegos burocráticos? Que dejarán de lado este constante llamamiento a la mentalidad fundamentalista entre nosotros? Y que mostrarán un liderazgo espiritual genuino guiando a las personas en el uso de sus propias conciencias para tomar las decisiones moralmente correctas en sus vidas? No queremos más decidores-de-Misas. Queremos y necesitamos hombres y mujeres maduros que sean guías morales que puedan enseñarnos como pensar, sentir y actuar en “la Manera” expresada para nosotros por Jesús el Cristo. Jesús no fue ningún débil tratando de probar que tan bueno, nene-de-mamá y conformista social era Él. Fue un líder mostrando a la gente como romper las reglas en orden a alcanzar la verdad moral en las situaciones en las que se encontraban. Él sirve de modelo hoy para nosotros para que encontremos la verdad moral en las situaciones en las que nos encontramos hoy día. Necesitamos líderes espirituales hoy que estén preparados para pararse y mostrarnos como hacerlo. Los juegos litúrgicos tienen que terminar. El fundamentalismo tiene que ser desterrado a la pila de las cosas inservibles en todas las religiones. Este juego de virtuosismo sentimentalista y conformidad social tiene que terminar. En última instancia, ninguna de estas cosas nos conduce a “LA VERDAD” que reside en lo DIVINO solamente

Brian Coyne – editor de la revista Católica

traducción gentileza de Luis Pesciallo

Domingo 26 de Septiembre de 2010 – 26 durante el año litúrgico (ciclo “C”)

Tema: (Lc. 16,19-31)

Había un hombre rico que se vestía pomposamente y banqueteaba diariamente. Un mendigo cubierto de llagas, Lázaro, estaba tendido en el portal de su casa esperando las sobras y los perros lamían sus llagas. Murió el mendigo y fue acogido en el seno de Abraham y murió también el rico y lo enterraron. Estando en el abismo y viendo a Abraham con Lázaro a su lado gritó:

Dile a tu amigo Lázaro que moje mis labios con una gota de agua porque me consume el fuego-Pero Abraham respondió: Recuerda hijo que a ti te tocó en la tierra todo lo bueno y a Lázaro lo malo, por eso él goza y tú padeces ahora. Pero además entre uds. y nosotros hay un abismo y por más que quiera nadie pueden atravesarlo. El rico rogó entonces que enviara a Lázaro a avisar a sus hermanos para que cayeran en lo mismo. Y Abraham contestó: tienen a Moisés y los profetas. Sino los escuchan a ellos, tampoco harán caso a un muerto que resucite.

Síntesis de la homilía

La parábola que nos trasmite Lucas pinta en cuatro pinceladas la diferencia de clases en Israel y en nuestro mundo con dos protagonistas el rico y el pobre. Ambos son caracterizados como representantes extremos de su clase. El rico banqueteando todos los días. El pobre muriéndose de hambre. El rico vestido pomposamente. El pobre harapiento. El rico con la puerta cerrada. El pobre tirado a la puerta. El rico sin nombre envuelto en las satisfacciones de su riqueza. El pobre Lázaro (significa “Dios ayuda”) esperando y sufriendo. Identificados por la muerte el rico sepultado y el pobre amaneciendo a la vida.

¿No hay posibilidad de cambio en estas situaciones tan radicalmente opuestas? El resultado de la parábola que se interna en el más allá del tiempo es que la situación cambia absolutamente para cada uno de los actores. Lázaro quiere ayudar pero no puede. El abismo es muy grande. El rico busca ayuda. La muerte lo ha hecho consciente de la inutilidad de sus riquezas. Ha cambiado el corazón y quiere que otros cambien: sus hermanos.

Es difícil que los ricos al estilo del de la parábola accedan a entrar en el reino con valores igualitarios, en que las riquezas debieran ser compartidas con los menos dotados. Y, sin embargo son ellos, los pobres como Lázaro, los que pueden ayudarlos recuperar el sentido profundo de la vida y los bienes puestos a nuestra disposición por la naturaleza y, en último término por Dios. Resulta difícil, porque muchas veces la riqueza no se construye sin producir pobreza. Porque el afán de dinero y posesiones cierran los corazones como cerraba el rico su puerta. Porque siempre se encuentran argumentos para excusarse de compartir, de ser justos, de comprender, calificando de indolentes o vagos a los que tantas veces han sido privados de toda oportunidad favorable.

Es demasiado tarde cuando el rico se da cuenta de que el pobre tirado a su puerta era la gran oportunidad para encontrarle sentido a la vida. Era para él la “ayuda de Dios” De que disminuyendo sus banquetes se agrandaría su corazón. Y de allí brotaría un tesoro incomparable de felicidad en el amor. No hay que olvidar cuántas veces el secreto de la felicidad se nos descubre desde los más pequeños y abandonados.

Domingo 19 de Septiembre de 2010 – 25 durante el año litúrgico (ciclo “C”)

Tema (Lc. 16,1-13)

Jesús cuenta a sus discípulos la parábola de un hombre rico que tenía un administrador. Lo llamó para despedirlo, porque no estaba satisfecho de su cumplimiento. Entonces el hombre se puso a pensar:¿y ahora qué hago? Ni tengo fuerzas para trabajar, ni me gusta pedir limosnas. Ya sé. Llamó a los deudores y al que debía cien le dio la factura por 50 u 80. El patrón al enterarse felicitó al administrador por su astucia. Y Jesús añadió que muchas veces los que pertenecen a este mundo tienen más ingenio que los hijos de la luz. Y concluyó Gánense amigos, dejando el dinero injusto para que así los reciban en las eternas moradas.

Y tengan en cuenta que si no han sido fieles con el injusto dinero ¿quién les va a confiar lo que vale de veras? Y si no fueron fieles con lo suyo ¿Quién les va a confiar lo ajeno? Nadie puede estar al servicio de dos señores. Se apegará a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y al dinero.

Síntesis de la homilía

Escandaliza a veces esta enseñanza de Jesús a sus discípulos. Resulta una especie de legitimación y alabanza de lo que nosotros llamamos “viveza criolla” 0 simplemente “avivada”. No pareciera que el dueño debiera alabar al administrador por su astucia delictiva. Pero hay que tener en cuenta varios detalles: En primer lugar, el dueño no se retracta del castigo de despedir al hombre que administraba sus bienes, porque se ve y está probando con su procedimiento en esta circunstancia, que tenía cierta facilidad para “meter las manos en la lata” De manera que la felicitación es como una manera irónica de despedirlo sin conflicto.

En segundo término el sentido profundo de la enseñanza es evitar que sus discípulos crean que porque sostienen la causa del Reino las cosas van a salir bien por sí solas. Quiere evitar la evasión del compromiso profundo con el esfuerzo de vivir y contagiar los valores de ese reino. Porque en los que él llama “la gente del mundo”, que saben que no cuentan con ninguna ayuda de arriba, los proyectos son más sólidos, el análisis más detallista y las soluciones más ingeniosas y eficaces.

Las dos circunstancias son aprovechables para los seguidores de Jesús en sus comunidades.

Lo primero, que la mala administración, el uso de medios indebidos como la represión, la descalificación, el engaño, el ocultamiento, produce sí o sí el alejamiento de la causa del reino. Una Iglesia que gracias a la complicidad con los poderosos y preocupada por mantener ella misma el poder, se maneja con estas “astucias” no es la de Jesús. Ella misma se ha despedido de esa misión encomendada a los discípulos.

Lo segundo, que quienes se deciden a trabajar por el reino, no se van a encontrar con un sendero sembrado de rosas, en el sentido de que podrán avanzar seguros y confiados, de que sus esfuerzos serán eficaces porque Dios está de su lado. Que no habrá incomprensiones ni persecuciones ni momentos de vacilación sobre el acierto del camino elegido. Nada de esto. Me recuerdo un proverbio que nos decía con frecuencia un sacerdote español encargado de nuestra espiritualidad en el Seminario: “Vinieron los sarracenos y nos molieron a palos. Que Dios ayuda a los buenos cuando son más que los malos”. Y en este sentido hay que reconocer que con frecuencia estamos en falta y bajamos los brazos antes de tiempo y mezquinamos nuestra presencia cuando haría falta. La construcción del reino, que significa felicidad compartida por todos, exige convicción, testimonio de vida, alerta constante para no desperdiciar las pequeñas ocasiones y valentía para encarar propuestas más grandes y generales.

Domingo 12 de Septiembre de 2010 – 24 durante el año litúrgico (ciclo “C”)

Tema(Lc.15,1-33)

Los fariseos se escandalizan de ver a Jesús compartiendo con descreídos y recaudadores de impuestos y sentarse a su mesa. Jesús les dice dos parábolas: Un pastor tiene cien ovejas y se le pierde una ¿No la va buscar y se alegra de encontrarla? Una mujer tiene cien monedas de plata y pierde una ¿No va revolver y barrer toda la casa hasta encontrarla? Luego añade un relato que presenta a un padre a quien el hijo menor reclama anticipo de herencia, a lo que el padre accede. El hijo se marcha y gasta todo el dinero hasta vivir en la miseria de aceptar un trabajo de cuidado de cerdos. El hambre lo mueve a volver a casa de su padre. Éste que lo está esperando sale a recibirlo y le impide expresar su pedido de disculpas manifestando su alegría con la orden de prepararle un banquete. Cuando el hijo mayor vuelve de trabajar se enoja y cuando su padre se acerca para invitarlo a la fiesta de la vuelta de su hermano le reprocha la desigualdad de trato ya que a él como obediente perfecto nunca le regaló ni siquiera un cabrito y a éste que gastó su dinero en prostitutas lo recibe con una fiesta. La respuesta del padre le advierte que él pudo siempre disponer de todo lo de la casa y que la fiesta es porque recupera a un hijo que había muerto y ha resucitado.

Síntesis de la homilía

Hay un fondo y un mensaje común en las tres parábolas de este hermoso y tierno capítulo de Lucas. Son especialmente de notar, como gestos de ternura, el del pastor que pone la oveja sobre sus hombros y el del padre que recibe al hijo perdido con abrazos, alegría y banquete.

También en los tres casos, extractados de la vida real, se pone de manifiesto la preocupación de la búsqueda esforzada de lo que se ha perdido. En el primero, haciendo el camino hacia la oveja extraviada, en el segundo barriendo la casa hasta encontrar la moneda y en el tercero esperando con impaciencia y cariño la vuelta del hijo. Nos fijaremos ahora en las razones de esa alegría y esa búsqueda.

Siempre se habla de la alegría por un pecador que se convierte. ¿De qué clase de pecadores se trata? Ni la oveja ni la moneda tienen otro mal que haberse separado del rebaño o caído de la bolsa. En cuanto al hijo, el pecado que aflige al padre profundamente es haberlo perdido, (como si se hubiera muerto), que se haya ido, usando de la libertad que é mismo como padre, respetó. En los tres casos, la conversión, el cambio, consiste en volver al rebaño, al conjunto de ahorros en la bolsa, y a la casa paterna. Si la “conversión” consiste en volver, el pecado consiste en abandonar, el rebaño, la bolsa y la casa. No se trata entonces de que sean pecadores, como los califican los fariseos, los que comparten y comen con Jesús. La alegría de la conversión (que es alegría del cielo), es por la vuelta a casa. El pecado entonces es la ruptura de la comunión. Nada que ver con la acusación del hijo mayor calificando a su hermano como gastador en prostitutas. El resultado final de este análisis es. Entonces, que el pecado es la ruptura de la comunión, del calor de rebaño, de la importancia de las otras nueve monedad, del afecto familiar. Muchos de los otros actos calificados oficialmente como pecados, no son calificados así por Jesús. Ni los que comían con Jesús dejaron de recaudar impuestos ni de divertirse a sus anchas. Ni el hijo menor rescató el dinero de herencia de los gastos con que lo había dispendiado.

Éste para Jesús es el verdadero pecado, el de la ruptura de la comunión por la injusticia, la opresión, la descalificación, la discriminación. Porque estas actitudes nunca pueden brotar del amor a nadie, y mucho menos del amor a Dios-

Charlas en La Cripta

Charlas sobre Aborto en La Cripta

Charlas en La Cripta

Tema: ¿Se puede dialogar sobre el aborto?

Distintas perspectivas. Un espacio para reflexionar

Acompañan: Prof. Lic. José Alessio

Prof. Dr. Hugo Vilarrodona

Aportes de: Prof. Dr. Jorge I. Perea y P. Victor S. Acha

Cuándo: Viernes 17 de Septiembre 20:30hs

Dónde: En la Cripta – Laplace 5786. Colectivos Linea N

Más info: charlasenlacripta@gmail.com

Abortos no punibles (sin letras chicas). Por Luciana Peker

La Guía de Abortos no Punibles no hace más que efectivizar un derecho ya incorporado al Código Penal Argentino. A pesar del revuelo armado por la confusión mediática que quiso asimilar la medida a una legalización del aborto, la normativa sigue vigente, aun sin el carácter de resolución ministerial que le daría más fuerza y sobre el que se reclama desde el movimiento de mujeres para evitar que sigan muriendo mujeres que se ven obligadas a abortar clandestinamente.

Por Luciana Peker.

ANA MARIA ACEVEDO

El Código Penal es de 1921. Hace 89 años que en la Argentina hay situaciones en las que el aborto es legal. Y sin embargo, hace –casi– un centenario que el Código Penal no se cumple. Los casos de aborto legal –-en el que una mujer es violada, una niña es discapacitada, corre peligro la salud o vida de la madre o el embarazo es inviable– no se cumplen por un cuento de la mala pipa en el que los médicos/as le piden a la Justicia que autorice el aborto y, mientras la gestación avanza, las mujeres sufren una doble victimización y, muchas veces, se llega a no cumplir con su derecho, a que sea demasiado tarde, o a la muerte de las mujeres.

Por eso, en la gestión de Ginés González García se implementó una Guía de Abortos no Punibles con el fin de normativizar esta ley y que las y los médicos ya no recurran a la Justicia sino que sepan qué hacer cuando llega una mujer que responde a los requisitos para acceder a un aborto no penado por la ley argentina. La posterior gestión de Graciela Ocaña (que ya se sacó una foto y está trabajando junto a Adrián Pérez, el escudero de Lilita Carrió en la Coalición Cívica) dejó en stand-by esta manera de ejecutar –ni siquiera avanzar, sino implementar– los derechos ya adquiridos por ley pero negados en la práctica y que dejan marcas indelebles sobre los cuerpos de las mujeres.

Con el objetivo de terminar con la confusión de la letra chica de la interpretación del artículo 86 del Código Penal y priorizar la atención a las mujeres, este año se presentó frente a organismos internacionales de Derechos Humanos una actualización de la Guía Técnica para la Atención Integral de los Abortos no Punibles, con el compromiso de que la misma tendría carácter de resolución ministerial. Sin embargo, una vez presentada la guía en nuestro país, el ministro de Salud, Luis Manzur, dio marcha atrás y no firmó la resolución quitándole fuerza a esa herramienta útil para no dilatar más las urgencias de mujeres con derechos escritos que también deben ser derechos reales. De todos modos, la guía está vigente y su interpretación amplia del artículo 86 incluye tomar en cuenta el riesgo para la salud de la mujer gestante (igual que en la guía 2007), reconocer el derecho de cualquier mujer violada –sin necesidad de denuncia policial sino mediante declaración jurada– a acceder a un aborto seguro y gratuito y la protección de las adolescentes para reclamar su derecho a abortar –siempre en caso de violación– sin autorización de padres o madres.

A pesar de las operaciones mediáticas para hacer pasar la guía por lo que no es (una legalización encubierta), el protocolo no cesó. Marta Alanís, Católica por el Derecho a Decidir e integrante de la Campaña Nacional por el derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, aclara: “La guía técnica de abortos no punibles sigue vigente en el Ministerio de Salud de la Nación a pesar de que no tenga el rango de resolución y es un instrumento que orienta desde argumentos legales y médicos a los servicios de salud de todo el país. Hay provincias que tienen una ley similar a este protocolo, otras que tienen resoluciones ministeriales para regular sin problemas el acceso de una mujer a un aborto cuando es legal según el artículo 86 del Código Penal. Luego, algunas provincias que no tienen resolución ni ley se guían por este protocolo y también hubo algunos avances en la atención sin necesidad de judicializar los casos y preservando la intimidad de la mujer o niña que lo solicita”.

Por otra parte, no es la primera vez que se protocolizan los abortos no punibles. Estas normas ya existen en la Provincia de Buenos Aires, Santa Fe y Chubut, para aclarar los tantos y que ninguna mujer quede afuera de un aborto seguro, legal y gratuito, justamente, ante abortos que –por leyes de principios del Siglo XX– deben ser legales, seguros y gratuitos.

Un reclamo de organismos internacionales

Por otra parte, esta actualización de la guía –llevada a cabo por el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable– dice cuándo y cómo actuar cuando llega una mujer violada o con peligro sobre su vida o su salud a un hospital y viene a responder a pedidos internacionales que señalan que la Argentina tiene una deuda pendiente.

Entre el 8 y el 26 de marzo del 2010 sesionó (por 98ª vez), en Nueva York, el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas que examinó el informe argentino presentado sobre avances (en general) de derechos humanos, incluidos los derechos sexuales y reproductivos. El 23 de marzo el relevante organismo hizo las siguientes observaciones en su apartado número 13: “El comité expresa su preocupación por la legislación restrictiva del aborto contenida en el artículo 86 del Código Penal, así como por la inconsistente interpretación por parte de los tribunales de las causales de no punibilidad contenidas en dicho artículo. El Estado Parte (Argentina) debe modificar su legislación de forma que la misma ayude efectivamente a las mujeres a evitar embarazos no deseados y que éstas no tengan que recurrir a abortos clandestinos que podrían poner en peligro sus vidas. El Estado debe igualmente adoptar medidas para la capacitación de jueces y personal de salud sobre el alcance del artículo 86 del Código Penal”, retó Naciones Unidas.

Marta Alanís participó, en marzo pasado, de la reunión del Comité de Derechos Humanos y relata cómo la guía no salió de la nada sino de un pedido internacional para que la Argentina se aggiorne y cuide la vida de muchas mujeres. “El Comité de Derechos Humanos de la ONU pidió al Estado argentino que realice políticas públicas para garantizar el aborto cuando es legal, criticó la visión restrictiva y absurda de reconocer solamente el caso de violación a personas con discapacidad mental (y no a todas las mujeres violadas) y recomendó avanzar con la despenalización. Como respuesta, la delegación oficial argentina defendió la guía técnica que ahora se presentó en Argentina.”

En este contexto, el lanzamiento de la guía para la implementación de abortos no punibles no hizo otra cosa que seguir las recomendaciones de Naciones Unidas.

La médica Mabel Bianco, presidenta de la Fundación para Estudios e Investigación de la Mujer, resalta: “Argentina firmó el tratado de eliminación de toda forma de discriminación contra la mujer (Cedaw, por sus siglas en inglés), el de Derechos Humanos y el de Derechos Sociales y Económicos. Cada tratado tiene un comité de expertos que periódicamente revisan la situación de las naciones: el país hace un informe. Respecto de la muerte materna y de que la principal causa sean las complicaciones por aborto, el Comité de la Cedaw, en el 2004, hizo una recomendación al Gobierno de que debía asegurar a las mujeres el acceso al aborto no punible”.

Por eso, el Estado generó algunas modificaciones y las mostró como pasos adelante. La Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito resalta: “En el reciente reporte al Comité Cedaw, el Estado Nacional indicó como uno de sus logros que `se elaboró y actualizó la guía de atención integral para casos de abortos no punibles, aprobada el 12 de julio del corriente año’”.

Por esta razón, la Campaña reclamará hoy, a las 12 horas, ante las autoridades del Ministerio de Salud, la firma de la resolución ministerial que avale y dé alcance nacional a la aplicación de la nueva Guía Técnica para la Atención Integral de los Abortos No Punibles.

La legisladora porteña María Elena Naddeo enmarca: “Las conferencias de población celebradas en El Cairo, en 1994, y en Beijing, en 1995, incorporan estos derechos como derechos humanos básicos y obligan a los Estados parte a adoptar e implementar políticas publicas destinadas a preservar la salud integral de las mujeres. Tenemos que superar los dogmas y los enfoques patriarcales sobre el cuerpo de las mujeres porque las mujeres y las adolescentes pobres son quienes sufren las consecuencias directas del poder hegemónico vigente”.

Link a la nota:
http://www.pagina12.com.ar/imprimir/diario/suplementos/las12/13-5874-2010-08-02.html

Preguntas clave

1) ¿Por qué es necesaria una norma si el aborto no punible ya está en el Código Penal?

“Para evitar la judicialización, que solo demora la respuesta y en estos casos el tiempo es muy importante para hacer la interrupción en el mejor momento”, apunta Mabel Bianco. Mientras que la psicóloga Cristina Zurutuza, integrante del Consorcio Nacional por los Derechos Reproductivos y Sexuales (Conders) y del Comité Honorario Consultivo Regional del Comité Latinoamericano y del Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (Cladem ) dispara: “El sistema de salud hegemónico tiende a derivar las decisiones a otras instancias, por ejemplo la judicial, violando de esta manera los derechos humanos de usuarios/as. Pero también hay personal no médico que opera en el mismo sentido. Los comités de bioética, por ejemplo, pueden estar compuestos por abogados, biólogos, filósofos, y muchas veces traban la realización de abortos no punibles”.

2) ¿Los médicos piden el protocolo para no tener miedo de realizar un aborto no punible?

“La guía es excelente y llevará tranquilidad a las/los médicos/as que tienen que atenerse a la ley”, explica la psicoanalista Martha Rosemberg. Y pide: “La guía intenta habilitar a los médicos/as para reparar mediante el cumplimiento de los abortos legales los estragos con los que la violencia machista se cobra las vidas de las mujeres y niñas. Y debe ser acompañada por la capacitación de los médicos/as en lo que respecta a marcos normativos vigentes sobre abortos legales y su responsabilidad para implementarlos”.

María Inés Sasiaín, secretaria de Salud de la Asociación Sindical de Profesionales de la Salud de la Provincia de Buenos Aires, habla con conocimiento de oficio: “En la práctica de la medicina es común y deseable, en muchos casos, manejarse con protocolos que se utilizan, por ejemplo, para el tratamiento de infecciones en oncología, en emergentología y accidentes”. Y agrega: “La existencia del protocolo te da seguridad en tus prácticas desde el punto de vista científico y legal. Es común que en los juicios los magistrados pidan protocolos para ver si el profesional actuó dentro del marco de la comunidad científica. En el caso del aborto no punible, a pesar de que el Código Penal protege al profesional, la existencia del protocolo compromete también a las autoridades de salud (ministros y directores) y les da seguridad a los profesionales que deben realizarlo”.

3) ¿Sólo los médicos son responsables de evadir la aplicación de los abortos no punibles?

“No son los médicos, sino las autoridades de salud de algunas provincias y las familias y mujeres afectadas que piden el protocolo para que los médicos y todas las autoridades de salud sepan cómo actuar frente a esta solicitud de interrumpir el embarazo en los casos previstos por la ley”, señala Mabel Bianco.

4) ¿Por qué es importante que el aborto se realice en un hospital público en los casos de violación?

“En el caso de violaciones es importante realizar la interrupción en un organismo estatal para poder hacer el estudio de ADN y poder saber la identidad del violador”, explica Bianco. Además, en muchísimos casos, las mujeres embarazadas producto de una violación no tienen los recursos para acceder a un aborto en clínicas privadas.

5) ¿La guía de atención a los abortos no punibles legaliza el aborto o sólo regula los abortos legales?

“Este protocolo sólo reglamente lo que dice el Código Penal. No amplía las causales, por ejemplo, no agrega otras malformaciones inviables con la vida. Por eso, este protocolo no despenaliza el aborto. Sólo aclara cómo se interpretan los casos que entran en las excepciones legales”, apunta Bianco. “Despenalizar el aborto sería quitarle la pena impuesta actualmente en el Código Penal. Si una mujer firma una declaración jurada de que fue violada y, con esta constancia, le hacen un aborto, igual sigue penalizado. Desincriminarlo sería quitar la figura como delito dentro del Código Penal”, diferencia Zurutuza.

6) Si con una declaración jurada una mujer puede decir que fue violada y entonces practicarse un aborto no punible, ¿eso significa que cualquier mujer puede decir que fue violada para realizarse un aborto?

“Una declaración jurada es un documento con valor legal en el que, generalmente, debiera haber una leyenda por la cual quien hace un uso del mismo fraudulentamente podría ser penado por fraguar los dichos”, aclara el médico Mario Sebastiani, docente de la Universidad de Buenos Aires e integrante del Servicio de Obstetricia del Hospital Italiano.

Por otra parte, la declaración jurada protege el derecho de la mujer que vivió una situación de violencia sexual muchas veces compleja: en la inmensa mayoría de los casos las víctimas de violación que solicitan abortos no punibles son niñas y adolescentes víctimas de abuso sexual intrafamiliar. La denuncia a un familiar, por más que sea un abusador, es una decisión compleja y muchas veces inviable para el resto de la familia en términos emocionales. La declaración jurada permite que esa niña/adolescente que ya es víctima del abuso sexual no deba, encima, llevar adelante un embarazo traumático.

Por otra parte, la declaración jurada se debe a que la ley de violencia sexual dice que la mujer tiene hasta dos años para denunciar la violación, que es un delito de acción privada. El embarazo es una situación de urgencia y no puede manejarse con los mismos tiempos. La denuncia de violación es para perseguir y sancionar al culpable, por eso todos los exámenes que se hacen a la mujer en busca de rastros. Pero tiene unos tiempos propios muy diferentes de los que requiere un aborto no punible.

7) ¿Cuál es la situación de una mujer que fue violada y pide interrumpir su embarazo?

“La declaración jurada de la mujer sirve en la situación frecuente de muchas mujeres que no están dispuestas a denunciar su violación por motivos diversos y válidos de autoprotección. Da validez de testimonio a la palabra de la mujer violada y eleva la consulta médica a una instancia significativa de rechazo a prolongar el ataque a la integridad corporal sufrido por la mujer y considera la potencialidad patógena de un embarazo y maternidad forzadas”, subraya la psicoanalista Martha Rosemberg.

“Es innegable que la salud de la mujer embarazada por violación está en riesgo. La declaración jurada de violación solicitando una interrupción voluntaria del embarazo tiene el valor performativo de situar a la mujer en el supuesto de peligro para la salud que sólo puede ser resuelto por la interrupción del embarazo. De no interrumpirse, fuerza a la mujer a acatar la voluntad violenta del inseminador y de los/las médicas/os que le niegan el aborto legal. Es muy penoso pensar que lo que fue previsto en 1921 en el Código Penal para atenuar el dolor y la desgracia de padecer la violación se desestime castigando a las víctimas. Los retrógrados recorren (hacia atrás, como su nombre lo indica) un camino que lleva del embarazo significado como donación de vida, a la maternidad como castigo por haber sido violable”, analiza Rosemberg.

8) ¿Por qué se supone que una mujer es capaz de mentir una violación con tal de realizarse un aborto?

“Si antes hemos descuidado a las mujeres, las hemos juzgado malamente por cometer los abortos y las hemos expulsado de la luz obligándolas a efectuar esta intervención en una escenografía de clandestinidad, ilegalidad y peligros concretos para la salud, la moral argentina, hoy, las juzga por anticipado, pensando que, además, son mentirosas”, analiza Sebastiani.

9) ¿La normativa del aborto no punible implica un enfrentamiento con la Iglesia?

“La fe católica y la pertenencia a una comunidad de fe no se definen por adherir o no a la moral sexual que pregona la jerarquía. La fe no puede ser reglamentada, no se puede medir y no pide obediencia debida. La fe es una necesidad para muchas personas y nadie puede impedir vivirla. La fe es el amor al prójimo, la proclamación de la vida digna y en abundancia para todas y todos, que es lo central del mensaje de Jesús. Es un proyecto inclusivo donde todas y todos tenemos lugar y sobre todo tenemos derecho a tomar decisiones basadas en nuestra libertad de conciencia. Qué hacemos en la cama, con quién dormimos, si usamos o no condón, si quedamos embarazadas sin desearlo y decidimos interrumpir un embarazo no tiene nada que ver con la fe, aunque ése es el mensaje ideológico misógino de la jerarquía vaticana que tiene muchas expresiones en la jerarquía local”, diferencia Marta Alanís, de Católicas por el Derecho a Decidir.

10) ¿La población se opone o apoya la aplicación del aborto no punible?

“En una sociedad que es cada vez más pluralista, los hallazgos de los estudios de opinión pública –que analicé desde 1994– muestran que las opiniones de la ciudadanía están de acuerdo con los derechos sexuales y reproductivos, en general, y el aborto en particular, especialmente en la Ciudad de Buenos Aires. Ese acuerdo se vuelve más enfático si una mujer fue violada, ante la presencia de malformaciones del feto, si la vida de la mujer corre riesgos, o tiene un peligro para su salud física y psíquica”, indica Mónica Petracci, actual subsecretaria de Investigación de la Facultad de Ciencias Sociales. ¤

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18 de agosto, Día del Celibato Opcional: Amores compatibles. Por Juan Yzuel Sanz

Cuarenta y cinco años después del Concilio Vaticano II, quedan todavía muchas tareas pendientes tras aquel vendaval del Espíritu que, como deseaba el Papa Juan XXIII, aireó y dio nueva vida a la Iglesia. Una de ellas, de vital importancia, es la vuelta a un ministerio sacerdotal que permita a la comunidad cristiana, como ocurrió en el primer milenio, elegir a sus sacerdotes entre hombres de fe probados y fieles, sean estos solteros (célibes) o casados. Hoy, 18 de agosto, algunos cristianos celebran el Día del Celibato Opcional.

El celibato libremente asumido y vivido con alegría es y será siempre un don maravilloso para la Iglesia y para el mundo. Millones de personas que habitan zonas sumidas en la pobreza y la opresión llevan una vida digna gracias a sacerdotes, religiosos y religiosas entregados al servicio de Dios y de su Pueblo. Otros, en países donde la pobreza consiste en la soledad, la depresión o la falta de sentido, encuentran una mano amiga en quienes están siempre disponibles para escuchar y ofrecer amistad incondicional, perdón, orientación y esperanza.

Aún así, un creciente número de sacerdotes y obispos aprobarían hoy que la Iglesia ordenara a los casados. Pesa, en esta decisión, la falta de vocaciones que asola la Iglesia de los países occidentales y que condena a miles de comunidades a vivir sin la Eucaristía y sin un cuidado pastoral adecuado, pero también la percepción de que es hora de que la Iglesia haga las paces entre cuerpo y espíritu y renuncie a un dualismo de cuño más filosófico que teológico que fue la razón principal de la imposición universal del celibato en el Concilio Lateranense de 1139.

El amor a una mujer y el amor a Cristo y a su causa son compatibles. Así lo creen organizaciones internacionales de curas casados, como el Movimiento por el Celibato Opcional (Moceop), que no sólo reivindican la libertad de elección, sino el sacerdocio femenino y el fin de un sistema clerical de poder en la Iglesia que poco tiene que ver con modelo de comunidad cristiana de los evangelios. Entre ellos ha surgido la iniciativa de celebrar el 18 de agosto como Día del Celibato Opcional, conmemorando la trágica historia de los argentinos Ladislao Gutiérrez y Camila O´Gorman.

Ladislao era, según testimonios de la época, “un joven de pelo negro y ensortijado, cutis moreno y mirada viva, modales delicados y un conjunto simpático”. Ordenado sacerdote a los veinticuatro años, trabajó en Tucumán y luego fue designado párroco en la iglesia del Socorro de Buenos Aires. Poco después de su llegada reparó en una joven alta, de pelo castaño y expresivos ojos oscuros, que solía ir a misa cada día, participaba en los cantos y escuchaba atentamente sus sermones.

No tuvo que esperar mucho para que se la presentaran: pertenecía a una familia de clase alta y era hermana de Eduardo O’Gorman, compañero del seminario y jesuita como él. Poco a poco se hicieron amigos y empezaron a encontrarse en sus paseos. La afinidad espiritual se transformó en amor y la pareja decidió huir. Para ello forjaron un plan: llevarían algo de ropa, lo que pudieran juntar de dinero y dos caballos. El destino final, si todo iba bien, sería Río de Janeiro. El 12 de diciembre de 1847 fue el día elegido para la fuga.

Al llegar a Luján, en una enramada que les había proporcionado el mesonero y bajo la noche refulgente de estrellas, pudieron amarse con libertad por primera vez. Ya en Paraná, en febrero de 1848, consiguieron un pasaporte a nombre de Máximo Brandier, comerciante, natural de Jujuy, y su esposa, Valentina Desan. Allí embarcaron con la complicidad del patrón del barco y llegaron a Goya, en tanto eran buscados a petición del padre de Camila. Al llegar a Goya, con su nueva identidad, pudieron tomarse un respiro y prepararse para la última etapa: Brasil.

Mientras tanto, para ganarse la vida, abrieron una escuela para niños, la primera que existió en esa pequeña ciudad. Pudieron vivir cuatro meses en una relativa felicidad, olvidando la persecución de que eran objeto. Pero el 16 de junio ocurrió el desastre cuando se tropezaron en una casa con un sacerdote irlandés que conocía a Ladislao. Las fuerzas del gobierno los encontraron y apresaron. Tal había sido el escándalo social y político que, en un frío amanecer del 18 de agosto de 1848, fueron fusilados.

La ejecución de Camila durante las últimas etapas del embarazo produjo un escándalo internacional que contribuyó a la caída política del presidente argentino Juan Manuel de Rosas. Los acribillados cuerpos de los amantes lograron, finalmente, perpetuar el abrazo por el cual se les quitó la vida. Su historia fue llevada a la gran pantalla en 1984 por la directora argentina María Luisa Bemberg.
Desde el Concilio, más de cien mil sacerdotes y religiosos han dejado el ministerio por diversas causas, siendo el celibato la más importante de ellas.

Sus historias, a veces trágicas y dolorosas, forman parte de un gran drama humano lleno de dignidad y de fidelidad al evangelio. Muchos rehicieron sus vidas cómo y dónde pudieron, reorientando su vocación de servicio en la política, la enseñanza, la solidaridad, la sanidad, el arte…. Algunos siguen trabajando donde la Iglesia les permite servir. Otros sueñan con poder seguir ejerciendo su sacerdocio y cantan en esta jornada, aquel hermoso himno de Labordeta: “También será posible, que esa hermosa mañana, ni tú ni yo ni el otro la lleguemos a ver, pero habrá que forzarla para que pueda ser”.

Juan Yzuel Sanz
DNI: 18.010.786-S
Teléfono: 625 93 00 67 – 976 74 04 95
C/ María Zayas 19, 2º D
50018 – Zaragoza
Teólogo y educador. Miembro de Moceop. Miembro de la Asociación de Teólogos Juan XXIII

Fuente: Redes Cristianas

Resentimiento, teología y telebasura. Por José Ma Castillo

El Diccionario de María Moliner dice que el resentimiento es: “Sentimiento penoso y contenido del que se cree maltratado, acompañado de enemistad u hostilidad hacia los que cree culpables del mal trato”. Algo muy feo e inconfesable debe tener el resentimiento cuando sabemos que es rarísimo encontrar a alguien que vaya por ahí diciendo que él es un resentido.

Y sin embargo, los resentidos somos legión en este mundo. Lo que pasa es que, como eso es tan feo, los resentidos vamos por la vida haciendo esfuerzos titánicos para ocultar nuestros resentimientos. Más aún, no sólo intentamos “ocultar” que somos unos resentidos, sino que además pretendemos “justificar” el resentimiento. Y para ello, echamos mano de toda clase de argumentos: la justicia, el derecho, el amor, la familia, la muerte y la vida… Y hasta de Dios –sobre todo de Dios– nos acordamos, para dejar claro que nuestros resentimientos no son malos. Es más, que son inevitables, que son necesarios, que son buenos, y que son hasta meritorios.

No exagero. Santo Tomás de Aquino, el patrono de todos los teólogos cristianos, dejó escrito: “para que la bienaventuranza de los santos les satisfaga más, y por ella den gracias más rendidas a Dios, se les concede que vean perfectamente la pena de los impíos” (Sum. Theol. Supl., q. 94, a. 1). Y mucho antes que Tomás de Aquino, Tertuliano (s. III) se regodeaba describiendo el juicio final: “¡Qué espectáculo tan grandioso entonces! ¡Allí gozaré! ¡Allí me regocijaré…! ¡Viendo cómo los presidentes perseguidores del nombre del Señor se derriten en llamas más crueles que aquellas con que ellos mismos se ensañaron contra los cristianos!” (De Spect., c. 29). Estamos, no ya ante la “justificación”, sino ante la “divinización” misma del resentimiento. Nietzsche, que cita estos textos en La genealogía de la moral (I, 15), nos recuerda un principio tan determinante como terrible: “Ver sufrir produce bienestar; hacer sufrir, más bienestar todavía – ésta es una tesis dura, pero es un axioma antiguo, poderoso, humano, demasiado humano” (II, 6).

Y, ¡por favor!, que nadie me venga diciendo que todo esto son cosas de locos, ideas cocidas y recocidas en mentes perturbadas. Nada de eso. Lo estamos oyendo (y lo estamos viendo) todos los días y hasta televisado en directo. Sí, televisado, en programas de mucha audiencia. La telebasura, que tanta gente se chupa, y que tanta gente aplaude cada día, en las horas de mayor audiencia, cuando hasta los niños te dicen quién es quién en cada momento. Pues bien, sepamos todos que eso que llaman el “morbo”, en gran medida está montado, no tanto sobre los chismes de lo que dijo o hizo fulano contra mengano, cuando se pensaban que nadie los veía. Eso es cierto. Pero el andamiaje que sostiene la telebasura es, sobre todo, la justificación y la apología del resentimiento. Un amasijo turbio y pútrido de experiencias, historias y sentimientos malolientes, que sin embargo interesan tanto y tienen tal reclamo, que se pagan a precio de oro. Hasta el extremo de que hay gente que vive de eso. Y vive bien, en estos tiempos de crisis.

Es verdad que el resentimiento fue siempre el mejor caldo de cultivo en el que se cocieron las pócimas envenenadas que rompieron familias y destrozaron las mejores relaciones humanas, tanto en la mal llamada “alta sociedad” como en los peor llamados “patios de vecinas”. Esto fue así toda la vida. Pero lo nuevo ahora es que el resentimiento se exhibe, se paga, se aplaude y hasta se nos propone como espejo en el que los aspirantes a “famosillos” de tres al cuarto se miran y remiran porque representa un futuro apetecible y no sé si hasta una carrera “dignísima” para gentes que uno no sabe si producen vergüenza o lástima.

Todo esto, creo yo, es un síntoma. Un síntoma alarmante. Una sociedad, en la que cada día es más difícil encontrar en los medios propuestas serias de buen nivel intelectual, al tiempo que con demasiada frecuencia te das de bruces con desperdicios que viven del resentimiento, sin duda alguna, es una sociedad en cuyo subsuelo ocurre algo muy preocupante. Los valores que se han difundido –y también los que se han ocultado– nos han metido de lleno en un auténtico proceso de descomposición.

Despenalizaciones. Por Guillermo “Quito” Mariani

La iglesia católica es experta en penalizaciones. Casi se podría afirmar que es mucho más conocida por sus prohibiciones acompañadas de castigo que por sus impulsos para acometer proyectos beneficiosos. El libro del derecho canónico que determina la legitimidad o el delito de los actos de los católicos dedica de sus 1752 cánones,  88  a establecer delitos y penas, si no tenemos en cuenta  todas las obligaciones graves fijadas en cada capítulo, referidas a las actividades que allí se describen. Si bien en todos los casos hay especialistas que le buscan la vuelta para lograr una interpretación benigna, desde la jerarquía suele elegirse como norma, la más severa.

Sin embargo, todo lo establecido por el Derecho canónico es nada si se compara con la actitudes penalizantes asumidas frente a determinadas conductas referidas al orden privado, que no dañan al orden público y constituyen un derecho de la libertad individual y una valoración de la conciencia como última medida de la responsabilidad personal. Y la institución eclesiástica es absolutamente reacia a despenalizar una cantidad de conductas que se califican como pecado y se asocian a ese fracaso definitivo del destino humano que se ha designado como INFIERNO descrito  siempre con una  truculencia superior a la del Dante.

A esta altura de la marcha de la humanidad en que, desde la investigación y la experiencia, se han recogido tantos datos para determinar lo conveniente y lo dañoso para el ser humano, para especificar lo que es humano y antihumano en una cantidad de cuestiones, la iglesia debiera proceder a una rápida despenalización de muchos considerados delitos. Debiera primero, despenalizar el placer, absolutamente condenado en cualquiera de sus niveles corporales. A continuación debían ser abarcadas por esa despenalización, la limitación responsable del número de hijos, la educación sexual considerada impulso excitante, los métodos anticonceptivos modernos, el uso de preservativos entre otras cosas para evitar el SIDA, la situación de los divorciados que han contraído nuevo matrimonio, la acción reivindicativa de los derechos y dignidad de los pobres cuando traspasa los límites de la limosna caritativa, la libertad para pensar y exponer el pensamiento con argumentación y debate, la  democracia inadmisible en su estructura monárquica…y ¡cuántas cosas más!

Pero la inclinación manifiesta es a penalizar. Porque penalizar disminuye al individuo por el temor y lo hace presa fácil del autoritarismo. Afirma un prestigioso historiador latinoamericano Enrique Dussel que ninguno de los grandes descubrimientos científicos a través de la historia ha dejado de darse el lujo, en sus comienzos, de ser condenado por la iglesia.

Está sobre el  tapete la despenalización del aborto. No es extraño que la Iglesia como en tiempos de torturas, dictaduras y represiones carcelarias, insista en el respeto a la vida no nacida justificando su indiferencia frente a las violaciones más crueles de los derechos humanos. El argumento simple es que un delito contra la vida no puede quedar impune. No se puede despenalizar un delito. Pero no se atiende a una razón que destruye la fuerza teórica de ese argumento. Todos los empeños penalizantes han fracasado en el logro de la disminución de los abortos. Y han logrado que en los realizados clandestinamente se pierdan muchas vidas de madres que se deben a muchos hijos. Estas afirmaciones están apoyadas estadísticamente. ¿Por qué no desclandestinizar una práctica que todos deseamos que disminuya, para que pueda recurrirse a todos los medios que hoy suministran la medicina, la psicología, la sociología, las instituciones que se responsabilizan  de la atención a los recién nacidos? ¿Por qué no aprovechar las conclusiones científicas acerca de la humanización de los pre-embriones para proceder inmediatamente en casos de violación?

Estamos pisando un terreno muy frágil. Pero evitar el debate y optar por la penalización es, a mi entender, una tendencia peligrosa y antisocial.

José Guillermo Mariani (pbro)