Muertos que iluminan. Por Guillermo “Quito” Mariani

La incorregible miopía humana nos hace ignorar una cantidad de luces que se encienden a nuestro alrededor cuando, como un regalo para cada generación, brotan personas que cultivan sincera y profundamente los grandes valores humanos y sociales, apretados en un solo amasijo.

Eso nos está sucediendo con la muerte de Néstor Kichner, el verdadero instaurador de una democracia con memoria, justicia, independencia, renuncia a la represión, y proyecto de futuro. De su ataúd y esparciéndose como rayos luminosos, se desprende el recuerdo y valoración de todas esas decisiones que se fueron adoptando en su plan de gobierno compartido, como el hogar, con su esposa Cristina Fernández. Las palabras de los presidentes latinoamericanos y el respeto del mundo por su figura y su acción, constituyen un motivo de orgullo para los argentinos que ya nos hemos acostumbrado, en cierta manera, a repetir las consignas que los intereses externos y antinacionales injertan en los medios de información que les responden desde adentro. “Estamos muy mal” “somos un país sin futuro” “el default nos ha borrado del espacio internacional” “Somos nación triguera y tendremos que exportar trigo” “Con este gobierno las cosas no se arreglan más” “la crisis económica mundial nos va a arrastrar sin remedio” “somos en el mundo modelo de corrupción y engaño”… para terminar con “los argentinos  no servimos para nada”.

Segura y lamentablemente, la muerte del ex presidente deja un vacío en la política y en la historia argentina. A mi juicio, que escucho compartido por muchos, “desde Perón y antes de Cristina ningún presidente ha estado a la altura de las reformas sociales que necesita la Argentina”

Pero ya se muestra, aprovechándose de este inesperado arrancón, la saña de los políticos ambiciosos de poder, para volver atrás todo lo que la Argentina conquistó durantes estos años.

El machismo corporativista mediático, agroexportador, político y eclesiástico emiten, junto al inevitable mensaje de condolencias, uno que llaman de esperanza, descalificando a la sra. presidenta. Según ellos, ella  no será capaz de seguir el rumbo y cambiará la confrontación por concertación como único modo de conservar el proyecto sostenido y acordado con su esposo. Esta descalificación llega hasta compararla con Isabel Martínez  desorientada con la muerte de Perón (Urgente 24), o hasta  exigirle  que se desligue del movimiento obrero y de Moyano, prescindiendo también de los servicios de Guillermo Moreno al que señalan como sostenido empecinadamente por Néstor. Sólo así podrá, dicen, lograr el apoyo necesario para la gobernabilidad desde la debilidad femenina en que la deja su esposo y sostén (R. Fraga de la Nación) El mensaje entre líneas, de reavivar la concertación no alude por supuesto, a conversaciones para lograr acuerdo sino, como las producidas hasta ahora, para imponer las condiciones exigidas claramente y sin vueltas por las corporaciones mencionadas.

¡No conocen a Cristina! A fuerza de denigrarla irrespetuosa y hasta burlonamente, han creído que ella es la que ellos desfiguraron. No han sido capaces de descubrir ni respetar su inteligencia, su firmeza, su convicción para llevar adelante un proyecto nacional y popular como el que ha ido  apareciendo en las importantes decisiones tomadas hasta ahora. Además no han contado con que, el apoyo popular que creyeron conquistar con astucia y medios, ya se les está escapando día a día.

La personalidad de Néstor Kirchner ilumina desde su ausencia.

José Guillermo Mariani (pbro)

Dónde está tu hermano? Por Rafael Velasco, sj

Una pregunta recorre la larga noche de la Historia: “¿ Dónde está tu hermano?” Según el mito bíblico originario de Caín y Abel, esa es la pregunta que Dios dirige a Caín, el hermano homicida.

Esa pregunta revela cómo se concibe bíblicamente al ser humano: como un ser responsable por su hermano, como alguien que debe responder por el otro.

La misma pregunta resuena hoy y rebota en cada esquina de nuestro país: ¿dónde está Mariano ?Ferreyra?

La respuesta de Caín en la saga bíblica es: “¿Acaso soy el guardián de mi hermano?” Esa respuesta revela la postura de algunos seres humanos que se desentienden de la suerte de su hermano. Son irresponsables. “Yo no tengo nada que ver. No soy el guardián de mi hermano”.

Tirarle el muerto. Esa parece ser la lamentable versión contemporánea de Caín de un sector de la dirigencia que “le tira el muerto a otro”, pero no es capaz de dar una respuesta, de hacerse responsable. Muchos de los que deberían ensayar una respuesta salieron a deslindar responsabilidades, a decir que los culpables son otros. Ni el Gobierno ni los gremios que protegen –y a veces alimentan– a los violentos, ni la Policía, ni la Justicia. No faltan quienes pretenden hacer política con esta tragedia. Algo realmente bajo.

Pero, como sociedad, no podemos eximirnos así nomás y mirar el drama desde afuera, como si no tuviéramos nosotros también una respuesta que dar. Porque este hecho de violencia tremendo no es un hecho aislado, algo así como un rayo en pleno día soleado.

Hace rato ya que venimos asistiendo a una violencia social creciente: aprietes, palos, discursos excluyentes y cada vez más agresiones contra los adversarios políticos… y no respondemos nada. No nos hacemos responsables.

Se escucha –eso sí– el grito por la inseguridad. Eso sí interesa, y es comprensible, pero interesa porque toca a lo nuestro: nuestras familias, nuestros bienes, nuestra propia seguridad personal.

Pero, ya se ha dicho, hay otra violencia perversa que se oculta tras buenas maneras y lugares lujosos, ante la que no respondemos tampoco. Es una violencia sorda, de guante blanco, que hace estragos. No utiliza revólveres, pero excluye; asesina de hambre y desnutrición, deja fuera de condiciones de vida digna a un número cada vez mayor de argentinos. Es la violencia de la exclusión.

Esa violencia se escuda en oficinas muy bien decoradas, en directorios ejecutivos muy pulcros, en algunas bancas con dietas, detrás de balances y rentabilidades excesivas. Por allí merodea Caín. Pero no decimos nada.

Esta violencia fratricida de Caín se ha cobrado una nueva víctima. Abel se llama Mariano Ferreyra. Pero la pregunta sigue resonando acuciante. Es hora de que comencemos a escuchar… y a responder.

Desde la sangre derramada junto a las vías del tren, en Barracas, se levanta –para todos– una pregunta, como un clamor, como una demanda con nombre y apellido: “¿Dónde está tu hermano Mariano Ferreyra?” .

Fuente: La Voz del Interior

Cobos, cabos y galera. Por Guillermo “Quito” Mariani

La persona del actual vicepresidente y sus actuaciones más notables incitan a una investigación de antecedentes, para atar una cantidad de cabos sueltos, que aparecen en sus actitudes “personales”.

Gobernador de Mendoza de 2003 a 2007, había desempeñados ya varios cargos públicos y poseía un interesante currículo profesional. Radical con militancia universitaria con afiliación desde los 90, su gobierno en Mendoza se caracterizó por un empeño de apartarse de los cánones tradicionales de los funcionarios de su categoría.  El llamado a concertación por parte de Néstor Kichner y su esposa Cristina Fernández, lo encontró dispuesto, desde el movimiento de recuperación surgido en su propio partido, para la candidatura vicepresidente de la nación. La expulsión del radicalismo que tenía la connotación “de por vida”, lo lanzó a la popularidad y tras el triunfo del 2007 formó parte del gobierno como radical K. Gerardo Morales emitió entonces un juicio demoledor: “Es un indigno que anda detrás de la plata y al abrigo del poder. Es un intolerante y autoritario que, además, ha institucionalizado el sistema de corrupción de este gobierno”.

Su carrera política no era deslumbrante desde el puesto de  vicepresidente y presidente del senado. Había dado un paso importante, pero no bastaba. Diagnosticó que los medios tenían fundamental importancia para ascender en el escalafón político. Y seguro de que esos medios  obedecen a sus dueños y que sin ellos no es posible el ascenso, esperó el momento en que pudiera aliarse con alguna de las corporaciones apoyadas por la prensa. No fue difícil identificar a la agrícola-ganadera con una historia bien conocida. Se dio entonces la gran polémica por las retenciones (2008) que costó el cargo al ministro Lousteau. En la sesión  definitiva  del 17 de Agosto, después de 18 exposiciones,   algunas brillantes y todas muy fundamentadas, la disposición 125, aprobada en diputados, no logró mayoría. Y con un discurso entre doloroso, arrepentido y desafiante, el presidente del senado emitió su voto negativo. La gente convocada por la Mesa de Enlace estalló en la Plaza y el  ing. Cobos salió  y fue aclamado por millares de voces. Había realizado el acto mágico de sacar de la galera, con la varita de su ocasional oportunidad de desempatar la votación, dos conejos:  popularidad, y apoyo de todo el arco opositor al Gobierno y su proyecto de mejor distribución de ingresos.

Por detrás se movía ya con mucha fuerza la necesidad de obstaculizar la Ley de Medios de la que  se hablaba, con intenciones de frustrar su envío al Congreso.

Convertido en héroe de aquella jornada, agradeció conmovido y se felicitó a sí mismo. Ya estaba abierta su candidatura presidencial, que muchos intentaron concretar en ese preciso momento. La Sociedad Rural como señal inequívoca del apoyo de la mesa de enlace, no dudó en bautizar CLETO al shorton ganador del Concurso con 1040kg. de peso. Del anonimato, Julio César había saltado al protagonismo.

Admitido nuevamente en su partido, fue atando cabos para fortalecer su pretensión presidencial. Hasta la Sra. Carrió consideró que su juego no era legítimo ni leal. La votación de la Ley de medios, que pudo ser ocasión de recurrir a la galera, resultó favorable y sin ninguna necesidad de desempate.  Ante el triunfo interno del Dr. Ricardo Alfonsín su estrella pareció opacarse. Pero  llegó la segunda gran oportunidad. El llamado grupo A, se traía una propuesta de justicia social para reconciliarse con la situación de pobreza. Otorgar el 82% móvil a todos los jubilados. Al comienzo de su gobierno en Mendoza, Cobos había vetado el 82% para los jubilados docentes. La ley sujeta a votación, parecía una reconciliación estilo Manrique con la clase pasiva. En realidad los jubilados con menores ingresos recibirían unos 300 pesos más y en cambio los de ingresos elevados, que acudieran a las tres enmiendas admitidas por la ley, desfinanciarían al estado, y la propuesta de la vuelta de AFJP se convertiría en una opción  casi inevitable. Otra vez el mago Cobos recurrió a la galera. Con la varita mágica del desempate, ya proclamada su candidatura para el 2011, apoyó la ley, y se volvió a convertir en líder de la oposición. Entonces sacó tres conejos de la galera:  hacer notar su imprescindibilidad para el triunfo radical; hacer un guiño, con visión electoralista , de preocupación por los más desamparados; y lanzar un llamado a toda la oposición por aquello de que en política:  “favor con favor se paga”.

Las cinco patas al gato. Por Guillermo “Quito” Mariani

El rescate de los mineros atrapados por un derrumbe en la Mina de Copiapó llenó los noticieros de radios y T.V., superó los ratings de todos los programas. Hasta el “13” se vio obligado a levantar el de Tinelli, que perseveró en la liviandad de los enfrentamientos y amoríos, por encima de la tragedia que se convertía en alegría con sentido plenamente humano, cuando el rating fue bajando significativamente.

Se llenaron los espacios del aire y las pantallas con las expectativas, las incertidumbres, los llantos, las explosiones de alegría, los abrazos interminables, los agradecimientos y felicitaciones. Pero también se llenaron los corazones de millones de escuchas y televidentes que siguieron cada paso del considerado “milagro” de Copiapó con emociones profundas y un sentido de solidaridad y admiración por todo el acontecimiento, que parecía de otro tiempo y otro lugar, el de los sueños.

El último rescatado de los 33 mineros, capitán lo apodan, Luis Urzúa, apenas salido de la cápsula se plantó ante el presidente Piñera para decirle:  “Espero que esto no vuelva a ocurrir nunca más”. Lo dijo todo. Con la misma serenidad con que había mantenido el orden y la esperanza del grupo sepultado. Miraba hacia el pasado desde ese presente y, sin olvidar la tragedia, volaba  hacia el futuro, afirmando su coraje y su optimismo “Estoy orgulloso de mi país”.

Buscarle la quinta pata al gato no correspondía en ese clima de emoción saludable y  optimista. Señalar que la presencia y las palabras de Piñera eran simplemente políticas, que había fijado la agenda del rescate para que no se frustrara su viaje a Europa. Hacer notar que la Empresa San Esteban Primera, no estuvo representada por ninguno de sus integrantes. Jugar con la situación de Johnny Barrios y el enfrentamiento entre su exesposa y la actual. Todo eso fue entretenimiento liviano tendiente a opacar un momento de felicidad y optimismo como pocas veces se da.

Y , por otra parte, que deja ocultas, en medio de los intereses empresarios y el manejo del periodismo, las otras cien patas del gato que constituyen la historia completa de este suceso. Los reclamos presentados y conocidos oficialmente por el ministerio de Minería sobre la inseguridad de la Mina San José en que se había dejado de cumplir el compromiso de avanzar en profundidad construyendo taludes de roca entre las diversas secciones y acuñando con mallas y pernos, para evitar  el aplanchonamiento del cerro sobre los túneles. La inversión en seguridad que en lugar de aumentar disminuyó, dada la baja del rendimiento de la extracción de cobre y oro, pero siguió siendo más que suficiente para la rentabilidad de la empresa y el cuidado de la seguridad. La desatención de las advertencias de trabajadores y técnicos que permitieron habilitar la mina en el 2008 a pesar de una clausura previa. Todo lo cual constituye un programa para realizar y exigir responsabilidades en el futuro.

Pero no podemos menospreciar todo lo que el suceso importa de alentador para entender la importancia de la tecnología comprometida con salvar la vida, todo el sentido de solidaridad que se recupera  compartiendo el dolor ajeno, los afectos y el sentido de la vida renovados, el aprecio por el trabajo  en clima de seguridad, la fuerza comunitaria de la amistad para contener las reacciones de desesperación pesimismo o derrotismo, el llamado de atención para recuperar los valores de la justicia social y la dignidad de cada ser humano. Y eso es motivo de fiesta. Y vale la pena vivirlo intensamente, sin buscarle cinco patas al gato.

Chanchitos para todos. Por Koldo Aldai

“Vamos a rasguñar esta piedra todos los días para llegar a ustedes en muy poco tiempo”, dijo el ministro de minería chileno a los siniestrados al comienzo del rescate. Tras 69 días y con el concurso de alta tecnología y todo un pueblo oficiando de matrona, la tierra parió uno a uno a todos los mineros. Ahora la muerte aguarda en otros frentes, agazapada en otras simas. Ahora con lo que queda de esas uñas, con las manos que aún no manchamos el resto del mundo, podemos “rasguñar” la dura piedra, la terca roca en otros desiertos, en otros rescates que nos competen a todos/as. A pie de esos abismos podemos apurarnos todas las gentes y naciones. Vamos a llegar también hasta ellos y ellas, hasta los últimos, los olvidados de la tierra.

Las montañas que ha movido Chile, la humanidad también las puede trasladar. No conviene olvidar su lección, el ejemplo de toda una nación unida para rescatar a los 33 trabajadores de las entrañas de la muerte. Chile ha conmovido al mundo en lo más profundo, ahora es preciso que el mundo afronte también sus urgentes retos globales y se conmueva a sí mismo, se estremezca de alivio, alegría y orgullo.

Más de mil millones de personas han seguido por televisión el histórico rescate. Más de mil millones de seres han apostado por la vida y enfocado su pensamiento para la resolución victoriosa de la operación. Ahora toca mover las máquinas, las mentes y los recursos a otros abismos, ahora prima generosidad para rescatar otros millones de urgidos. Chile nos ha enseñado que no hay imposibles capaces de doblegar una fuerte determinación colectiva a favor de la vida. Muy lejos de las cámaras y los objetivos, millones de humanos aguardan en lo profundo de sus propios abismos.

Otra gesta ejemplar, ésta ya de alcance planetario, nos desafía. ¿Y si movemos las perforadoras y si nos unimos no sólo una nación, sino toda la humanidad entera para también culminar con éxito el rescate de quienes aguardan sumidos en su angosto y olvidado agujero? Bien invertidos están los 15 millones de dólares para rescatar a los 33 mineros chilenos, pero tampoco deberíamos escatimar en invertir para devolver la vida a quienes tiritan en otras negras honduras. Fabriquemos, enviemos a esos avernos todas las cápsulas que devuelven al sol la vida.

925 millones de personas están atrapadas en la sima del hambre y la pobreza extrema, sin embargo no es necesario cavar tanto para salvarlas. El último informe de la FAO cifra en esa cantidad de seres humanos el objetivo de un rescate imprescindible. Según esta misma agencia de la ONU y según ese mismo informe de septiembre pasado, cada seis segundos muere un niño de malnutrición.

Podemos levantar otros campamentos a la esperanza en mitad de otros desiertos para asistir a otras porciones de humanidad. No tienen gafas negras, ni detrás el apoyo determinante de todo un pueblo y su gobierno, pero sí los mismos ojos, el mismo corazón, el mismo alma.

Hay treinta y tres cruces que no fueron, apunta el escritor chileno Hernán Rivera Letelier, hay muchas más tumbas que con coraje solidario y acción eficaz y coordinada a nivel planetario se pueden también evitar. Al igual que los chilenos, la humanidad aguarda manifestar la potencialidad profunda de su espíritu aunado. “Aquí no se trabajó buscando oro o petróleo o diamantes. Lo que se buscaba era vida. Y brotó vida, 33 chorros inmensos”, afirma el susodicho escritor que también fue minero en el mismo desierto de Atacama. Rivera menciona el monumento de vida que se ha alzado en mitad de ese páramo: “El rescate es una prueba de que cuando los hombres se unen a favor de la vida, cuando ofrecen conocimiento y esfuerzo al servicio de la vida, la vida responde con más vida”.

Queda unirnos en torno al resto de las vidas que zozobran, queda levantar monumentos a la vida sobre el subterráneo del abandono, el desamparo, el analfabetismo, el sufrimiento… Juntos/as podemos empujar las más poderosas perforadoras para arrancar millones de vidas a un destino incierto. Juntos podemos seguir burlando la desesperación y la muerte, vencer para siempre el hambre y el resto de lacras globales.

“Tenemos ricas empanadas esperándolos, asados y chanchitos…, mantengan la fe y el esfuerzo”, decía también el mismo ministro Golborne a los mineros abismados, cuando aún no les habían pasado víveres. Ahora sí, florecidas las sonrisas sobre el desierto más árido, propinados y televisados por todo el planeta esos abrazos eternos, tapado el agujero de la mina de San José, ahora sí, “chanchitos” para todos, en toda la faz de la tierra, “asados y ricas empanadas” descendiendo a todas las profundidades, colmando todos los estómagos olvidados…

Fuente: Eclesalia

¡Ojo con los estudiantes! Por Guillermo “Quito” Mariani.

Ya es indudable que el problema de las tomas de los Colegios secundarios se ha escapado de las manos de las autoridades. La movilización actual es un eco del estudiantazo del 2005. El ambiente secundario comenzó a entrar en erupción con la destitución por parte del rectorado de la UBA de la directora del Colegio nacional Virginia González Gass. Era una primera chispa. Se encendieron desde allí pequeñas llamas que se fueron avivando con la toma de conciencia por parte de los estudiantes de que si ellos mismos no exigían el respeto de sus derechos, nadie se jugaría por ellos.

Cosas muy evidentes a primera vista, como el deterioro de la infraestructura de los colegios oficiales, fueron motivo de consenso  para iniciar los reclamos que se fueron traduciendo en tomas de diversos establecimientos.  A costa de asambleas se pusieron sobre el tapete cuestiones más fundamentales como la ley de educación en cuya elaboración exigen ser participantes y la democratización de los institutos de enseñanza secundaria dando participación a los alumnos en la selección de programas y el nombramiento de profesores.

Como siempre hay quienes muestran la hilacha pidiendo proceder con mano dura. También desde los ministerios de educación se opta por amenazar con pérdida del año y exámenes de todas las materia cuando no esas intempestivas reacciones de “echarlos con 4 patadas” de un director de escuela.

Hay también todavía quienes con una sonrisa entre inocente y despectiva, creen que sólo se trata de “cosas de chicos”. No es así. Los adolescentes secundarios son representantes de una generación que  ha sido arrinconada en el reducto estrecho que son los Colegios y la ley de educación, pretendiendo imponerles una disciplina y una información simplemente académica, que no es capaz de contribuir al crecimiento en orden a los valores personales y sociales.

La postergación constante de los presupuestos para educación y salud, no pasan inadvertidos para estos jóvenes que, además de escaparse de todas las normas tradicionales, ya comienzan a pesar del consumismo que los atrapó en un principio, a darse cuenta de que merecen más. De que ellos tienen no que esperar el futuro sino construirlo desde ahora con todas sus potencialidades.

Pretender solucionar con un mezquino presupuesto las deficiencias edilicias en un plazo determinado entra en el escepticismo de quienes  han comprobado tan repetidamente el incumplimiento de los compromisos adquiridos ante medidas de reclamo que amenazaron desbordarse. Junto con eso y la jerarquización de los profesores gracias a salarios justos y  a sus posibilidades de capacitación para rendir ante los alumnos el gran examen de si son capaces de interesarlos y ayudarlos en la búsqueda de la verdad, es un camino lento pero eficaz de recuperación.

La escuela pública tiene que volver a su estatus y su prestigio, no gracias a disposiciones autoritarias sino en mérito a lo valioso de la formación ciudadana que están destinadas a brindar.

Una ingeniosa propuesta de Martín Caparroz sostenía que el comienzo de recuperación de la jerarquía que tuvo en otros tiempos la escuela pública como igualizante y engendradora de los mejores valores del respeto y la convivencia debía ser una ley que obligara a todos los funcionarios hasta cierto nivel desde arriba, a mandar a sus hijos a la escuela pública. Así habría más preocupación por la calidad y la eficacia educativa, como también para el mantenimiento de las infraestructuras en los límites de la seguridad, disponibilidad de elementos salud y comodidades elementales.

Hoy no sería posible ni admitida socialmente una represión cruenta como la de la “noche de los lápices” que los estudiantes, sin conocer demasiado de aquellos tiempos, no han olvidado. Ni siquiera una actitud, como pretendió asumir el ministro E. Bullrich, de la ciudad autónoma de Buenos Aires, ni la investigación sobre los estudiantes activistas que lideran las tomas que en lugar de infundir temor y encontrar soluciones sensibilizaron inmediatamente a los jóvenes y provocaron reacciones adversas. Las movilizaciones pueden seguir creciendo y contagiar a otros sectores de la sociedad convirtiéndose entonces en un problema grave e insoluble. No hay por supuesto ninguna semejanza ni con el clima ni con la evolución del mayo francés del 68 que proclamaba “la imaginación al poder” y puso en graves aprietos al gobierno de De Gaulle. Pero la semilla es la misma: la justa disconformidad juvenil con el sistema educativo y, más allá, con el sistema social en que permanecemos encajados. Aunque finalmente el movimiento se fracturara con intervención de adultos, ya significa una alentadora postura juvenil. Y “donde hubo fuego cenizas quedan”.

José Guillermo Mariani (pbro)

Fuera del plato. Guillermo “Quito” Mariani

Una verdadera lástima. Porque así embarró a muchos. Y sobre todo embarró una cancha que permanecía relativamente limpia, ya que calificó de “turros” a los integrantes de la Corte, dejando de lado todos los aciertos ya constatados y faltando al respeto a sus integrantes ya que los amontonó a todos en la misma bolsa con muchos jueces de quienes se puede sospechar complicidad y corrupción.

La sra. Bonafini, en el entusiasmo de su discurso, no tuvo en cuenta que un exabrupto de esta categoría, además de no ser eficaz en ningún sentido, favorece a quienes desde el otro bando pueden legítimamente acudir a la ridiculización o la denuncia ante la justicia.

Pueden darse explicaciones y encontrar alguna razón en el reclamo de que la ley de medios sea constantemente obstaculizada en su cumplimiento por quienes ven perjudicados sus intereses no compatibles con la verdadera libertad de expresión, y que el fallo de la Corte aparezca como una venganza contra la disminución de su presupuesto. Pero las explicaciones no cuadran ante una descalificación tan absoluta e injusta como la de la fundadora de las Madres de la Plaza, con todo el respeto que ella se merece.

La policía y la Fuerza aérea de Ecuador ensayaron un levantamiento ante la decisión de la Asamblea legislativa de disminuir las retribuciones económicas a sus miembros. Indudablemente se trata de una situación distinta.

Es una lástima, vuelvo a repetirlo. No solamente por las reacciones suscitadas sino porque me parece injusta, al atacar precisamente a esta institución democrática que ha dado abundantes muestras de moderación e independencia en sus definiciones, t está integrada por personas de mentalidad abierta y práctica jurídica.

Que haya detrás una pretensión de respuesta a la disminución del presupuesto por parte del gobierno nacional, puede discutirse desde distintos puntos de vista, pero un organismo que es pedestal de la democracia no puede ser descalificado de un plumazo y por un solo motivo. Aún para el rechazo de la corte adicta del Dr. Saúl Menem hubo paciencia y espera, a pesar de sus pronunciamientos injustos desde una parcialidad manifiesta.

Los ataques a la democracia pueden concretarse de varios modos. Como está sucediendo en Ecuador con la grave sospecha de tratarse de un movimiento incitado por los Estados Unidos (como lo afirma Evo Morales), como lo que nos sucedió varias veces con el pretexto de redimir al país por parte de las Fuerzas Armadas, o también por estos disparos desacertados, como las afirmaciones de la sra. Hebe que contribuyen a debilitar la fuerza de las instituciones que funcionan, aunque puedan objetarse o discutirse algunas de sus acciones.

Los fantasmas represivos no han desaparecido del todo. La ley con media sanción del senado nacional mandando a ser educados por los militares a los chicos y jóvenes que ni estudian ni trabajan es una expresión más de que se cree que “con mano dura” todo se remedia. Que además de ser de derecha no ha logrado históricamente otra cosa que aumentar los problemas. Es de desear entonces que nos acostumbremos a cuidar al máximo lo que tenemos. Hoy ni hace falta golpear las puertas de los cuarteles. Las actitudes destituyentes de poderosas corporaciones nacionales e internacionales, pueden dar por acabados los mejores intentos de democracia participativa. Y hay que permanecer despiertos.

J.G.Mariani (pbro)

Paranoia Desarmada. Por José Guillermo Mariani

Nadie puede negar que vivimos un clima de inseguridad que es necesario remediar de algún modo. Se han encargado de remarcarlo diversas marchas calificadas como “contra la inseguridad” convocadas por el ingeni-oso sr. Blumberg. La 6ta. convocatoria (Marzo del 2009) enaltecida por la presencia del rabino Sergio Bergman y la adhesión (aunque no oficial) de los católicos, por la presencia y el discurso del sacerdote Ricardo Fernández Caride que culminó la oración del pastor evangélico Carníbal, no contó con el número de asistentes y adhesiones de las anteriores. Y esto, a pesar de la insistencia periodística desde la mayoría de los medios y la importante intervención difusiva de Facebook. En verdad se trata de un reclamo justo y para bien de todos.

Lo malo está en que, como suele suceder a veces impensadamente, se “empezaron a ver las patas a la sota” o el “mostrar la hilacha”, como sentencia el refranero popular. La propuesta de Blumberg para la gobernación de Buenos Aires, las acusaciones contra los políticos y el ineficaz gobierno nacional, la frase lapidaria del rabino Bergman “Argentina volverá a ser república después de Néstor”, la marcha con pañuelos negros frente a la Casa Rosada que en el criterio de Alfredo De Angeli expresaba el dolor y la opresión que estamos sufriendo los argentinos, y una cantidad de acusaciones ignorando todos los cambios y proyectos del gobierno en este aspecto, hicieron descubrir un interés ajeno al bienestar y el restablecimiento de la seguridad. Se destapó así una motivación para allanarse el camino al poder ambicionado por distintos sectores. Una “politización” en el peor sentido de la palabra”.

Noam Chomsky, lingüista, filósofo, analista y militante político, tiene elaborada una lista de 10 estrategias de manipulación a través de los medios. La número 2 se expresa como “problema-reacción-solución”. Consiste en crear o agrandar un problema hasta que constituya un preocupación intensa y alarmante, fomentando su crecimiento e incitando así al público a que sea demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. ¿Exacto, no? Así se ha logrado crear un fantasma terrible con la inseguridad transformada en algo que sólo pueden solucionar los que vengan “después”. El medio elegido es la repetición constante y detallada por parte de una cantidad de medios, de una misma noticia terrible (el asalto o la muerte o el secuestro de cada día) hasta producir una sensación casi incontrolable de inseguridad. Porque ellos tienen y ofrecen la única solución.

De acuerdo a la estadística criminal realizada cada año por la Dirección de Política Criminal dependiente de la subsecretaría del Ministerio de justicia y derechos humanos los datos reales son los siguientes. En Argentina hay 5,8 homicidios cada cien mil habitantes. Sólo son más bajos en el mundo, los de Chile (1,6) de Canadá(1,83) y Estados Unidos (5,4). La misma proporción se mantiene después de aquella del 2008 que pudo compararse con la estadísticas mundiales. Desde el 2002 hasta el 2008 la tasa de homicidios bajó en un 37%. ¿Qué nos dice esto? Partamos de la base de que cada muerto es un MUERTO, importantísimo para su familia y la sociedad. Pero el inducir a vivir en paranoia constante, realizando y exigiendo medidas de seguridad legales, represoras, instrumentales, armamentistas, es un modo de manipulación en el que desgraciadamente se nos ha hecho caer hace tiempo, con el fin de desacreditar al Gobierno y desacreditar también al país internacionalmente. Cada uno que vive uno de esos acontecimientos dolorosos es presa inevitablemente, del dolor de la pérdida y la indignación por la injusticia. Pero no hay que caer en la afirmación de que es sólo un problema nuestro y la causa es el gobierno actual. El realismo de los datos por ejemplo, que colocan a la capital argentina como la segunda ciudad más segura de las Américas después de Toronto, tiene que acabar con la ingenuidad de dejarnos engañar por la avidez de ciertos medios de hacernos sufrir cada día y cada noche con relatos de crímenes, asesinatos y asaltos armados. No estamos en el país más inseguro del mundo. Hay que mejorar muchas cosas para que reine sensación de seguridad. Pero la angustia con que vive ahora toda la gente, es paranoia colectiva, fomentada por intereses políticos, y nos hace mucho mal.

¿Insulto o Felicitación?. Por Jose Guillermo Mariani

¿Insulto o felicitación?

El tono del discuro del sr. Presidente de la Unión Industrial acusando a la Argentina de parecerse a Cuba, no permite otra interpretación que la brotada espontáneamente de diversas fuentes. Se trató de un exabrupto lamentable con una calificación, o mejor descalificación irrespetuosa para con una nación latinoamericana. Las críticas desde la CGT, las declaraciones del ministro Tomada representando al gobierno nacional, y hasta la reacción de los directivos de la UIA que no dejaron prosperar el documento de apoyo al criterio de su presidente, pueden considerarse suficientes para rechazar lo que se dijo como insulto, señalando que nos estamos pareciendo a Cuba. La oposición al proyecto de distribuir las ganancia empresarias entre los asalariados, tocó agresivamente los bolsillos de los industriales, produciéndoles  un estremecimiento de temor descontrolado.

Considero sin embargo que no hay por qué indignarse ante la afirmación fervorosa del sr. Héctor Méndez con intento de descalificar el proyecto presentado por su tocayo el sr. Héctor Recalde.

¿Acaso es pecado parecerse a Cuba? Podía ser un insulto si este parecido hubiera sido con la Cuba de Batista. Pero a esta Cuba que reconoce oficialmente sus errores revisándolos; que está proponiendo reformas importantes en el orden económico para aumentar la producción aunque con el propósito manifiesto de no dejarse influenciar por los criterios  del mercado; que analiza y publica las deficiencias en el control del desempleo ocultado por subsidios y un pemisivismo en las empresas estatales que influyó poderosamente en la desaparición de los cuentapropistas; que conserva en A. Latina y en el mundo la primacía en el aspecto educativo, (sin analfabetos, con un 100% de educación escolar, un 11% de graduados universitarios y 12.000 profesionales con títulos doctorales) fruto de un ponderable esfuerzo en este rubro fundamental al que se une el aspecto sanitario accesible para todos por la distribución equitativa de los centros de atención y la calidad de los profesionales encargados de su atención; que con el bloqueo norteamericano, la caída del llamado orden económico comunista, la actual crisis mundial y los desastres de los huracanes que obligaron a un gran esfuerzo económico solidario de salvataje y asistencia; que todavía se da el lujo de que el transporte, la educación y la salud sean absolutamente gratuitas…¿a esta Cuba no debemos parecernos?

Se puede ciertamente hablar de las deficiencias del régimen económico y la limitación de las libertades sociales, pero el asunto de que trataba el presidente de la UIA era la distribución más equitativa de la riqueza entre el capital y el trabajo.

A pesar de las experiencias de muchos países con empresas que practican la distribución de ganancias con excelentes resultados en productividad, disminución de conflictividad y aumento de producción, parece que a nuestros industriales los hiere gravemente el pensar en cualquier distribución opuesta al acaparamiento. Lo mismo que hiere a los hacendados y agroexportadores cuando se considera la posibilidad, que ya es reclamo concreto de los 2.000 delegados de 15 provincias, incluidas las comunidades indígenas, que deliberan sobre la necesidad de una reforma agraria profunda con supresión de latifundios y logro de una soberanía alimentaria, perfectamente posible con nuestras riquezas naturales y laborales.

Hay insultos que resultan felicitación sr. Méndez.

José Guillermo Mariano (pbro)