ABRAZO A “LA CRIPTA”. En defensa de nuestro modo de ser.

PORQUE SOMOS IGLESIA, PORQUE QUEREMOS SER ESCUCHADOS, Y PORQUE QUEREMOS SEGUIR VIVIENDO Y CRECIENDO COMO LAICOS COMPROMETIDOS EN UNA IGLESIA PLURALISTA, LOS INVITAMOS A COMPARTIR NUESTRAS ALEGRÍAS E INQUIETUDES, Y PARTICIPAR EN LA GRAN MOVIDA ARTISTICO-CULTURAL DE ABRAZO A “LA CRIPTA”,

EL DOMINGO 10 DE ABRIL,   DE   14,30 a 18,30 HS. EN LOS JARDINES DE LA PARROQUIA NUESTRA SRA. DEL VALLE “LA CRIPTA”.

ACTUARAN: SILVIA LALLANA, LULA FERNANDEZ, GUSTAVO CHAZARRETA, INTI HUYRA, GUSTAVO PATIÑO, “NEGRO VILCHEZ”, NORMA PICCONE, GRUPO MIXTURA, EMBAJADA CULTURAL DE RIO III, ENTRE OTROS,  Y EL CORAL DE LA CRIPTA Y EL TALLER DE TEATRO “EX TRAS”.

AVDA LA PLACE  5788, A METROS DE “LA MUJER URBANA” COLECTIVOS  Linea N

NO FALTEN!!!

“Abrazo de resistencia” a La Cripta. Por Alexis Oliva

La comunidad de La Cripta realizará este domingo un abrazo a la sede parroquial de Villa Belgrano en protesta por la designación de un párroco adverso a la línea de trabajo social, democrático y pluralista que vienen desarrollando desde hace más de 40 años. Lo decidió Ñáñez.

La comunidad de la parroquia Nuestra Señora del Valle -conocida como La Cripta- protestará este domingo contra la decisión unilateral del arzobispo Carlos Ñáñez de designar al cura párroco Pedro Torres, a quien atribuyen una actitud de “obediencia debida” con la jerarquía que históricamente los ha marginado y desalentado en su trabajo social.

La modalidad de la protesta será una “gran movida artístico-cultural de abrazo a La Cripta”, desde las 14,30 horas del próximo domingo 10 de abril, en la que actuarán el coro y el grupo de teatro de la parroquia y conjuntos folclóricos invitados. Previamente, esta noche desde las 22,30 se realizará una peña de despedida al párroco saliente, Víctor Acha, y “preparación de la resistencia”.

Más allá de que el nombramiento de un sacerdote es potestad del Arzobispado, lo habitual es que el designado tenga el apoyo del colectivo que va a conducir. En este caso, las diferencias teológicas e ideológicas con los curas que han conducido esta parroquia -identificados con la línea tercermundista-, hacen que la comunidad interprete esta decisión como “un nuevo gesto de intolerancia hacia la Iglesia de los pobres”.

En este sentido, el conflicto va más allá de una cuestión personal de simpatía o antipatía con los sacerdotes y se enmarca en el avance del conservadurismo de la Iglesia oficial sobre las cada vez más escasas experiencias de las comunidades de base con una impronta de transformación social.

“Para algunos ésta es una parroquia combativa. Y no están de acuerdo porque crea problemas y discute ciertas decisiones de la Iglesia oficial. Esta parroquia está comprometida con la realidad, con los pobres, con las personas diferentes; no está con el estatus de la Iglesia jerárquica. Nosotros frente a un conflicto de la realidad, no nos guiamos por lo que dice la Iglesia jerárquica, sino que vamos a lo que Jesucristo dice. Por eso se quiere terminar con experiencias de base como la nuestra”. Así lo explica a Prensared Beatriz Brikworth, integrante del consejo pastoral de La Cripta y militante de esa comunidad desde hace más de 40 años.

Fue en esa época cuando el Concilio Vaticano II impulsaba un proceso de renovación, apertura y compromiso, que llevaría a La Cripta a un sacerdote plenamente identificado con ese proceso: Guillermo “Quito” Mariani. Fueron 39 años en los que condujo esta comunidad, durante el período de nacimiento, apogeo y declinación del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, que se desarrolló en paralelo con el proceso de politización de los sectores obreros y juveniles, truncado luego por la represión dictatorial.

Luego de la jubilación de Mariani, en 2006, se logró la designación de un cura de la misma línea posconciliar, Víctor Acha, respetado por su trabajo en la parroquia de barrio Villa El Libertador durante los años 60 y 70, cuando llegó a sufrir once allanamientos antes de su obligado exilio. Acha continuó con la tarea desarrollada por su predecesor, estimulando el protagonismo de los laicos en la planificación y desarrollo de la tarea pastoral que involucra a unos 500 vecinos de Villa Belgrano y otros barrios de Córdoba que participan en las actividades de La Cripta. Ante su inminente jubilación, fue designado Torres, a quien consideran “la antítesis de lo que somos como comunidad”.

Ex seminarista e integrante del consejo pastoral, Daniel García Carranza, plantea lo que está en riesgo: “Lo que estamos tratando de hacer es mantener vivas las ideas del Concilio Vaticano II, que desde que surgieron se empezaron a implementar acá y la gente empezó a vivir esas cosas. Nosotros no estamos en nada raro. Lo que pasa que la Iglesia, con Juan Pablo II y ahora con Benedicto XVI está cerrando los libros del Vaticano Segundo, diciendo que esto no está vigente. No es la doctrina social de la Edad Media lo que tenemos que seguir, sino la del siglo XXI, porque la sociedad ha cambiado. Por eso la prioridad nuestra es la libertad de conciencia entre la gente”.

“Otro aspecto que genera una reacción adversa en la jerarquía es que nos permitimos debatir cosas que la jerarquía de la Iglesia no quiere discutir -apunta el laico Darío Passadore-. Por ejemplo, la ley del matrimonio igualitario. Por supuesto que hubo dentro de la comunidad distintas posiciones, pero la debatimos y tuvimos un montón de reuniones reflexionando e intercambiando información. No es que porque la Iglesia toma una postura nosotros agachamos la cabeza, sino que buscamos, a la luz del Evangelio, informándonos y pensando, buscar una postura propia con consenso”.

Justamente, con ese reciente debate está relacionado un antecedente poco alentador respecto a un eventual cambio de decisión del arzobispo Ñáñez: la “suspensión” (léase cesantía) al cura Nicolás Alessio por haber “cometido rechazo pertinaz de la doctrina descrita, al sacramento del matrimonio y desobediencia al Ordinario”, al manifestar públicamente su apoyo a la unión civil entre personas del mismo sexo.

No obstante, el colectivo La Cripta no está dispuesto a transigir y prefiere no tener un párroco propio y mantenerse transitoriamente como una vicaría, hasta que su reclamo sea escuchado.

En un comunicado a la opinión pública, se explicitan los motivos: “Decidimos rechazar la imposición del obispo. Porque nos ha costado un largo proceso personal y comunitario acrisolar un sentido de la vida y un sentido de nuestra fe. Porque eso ni lo renunciamos, ni lo negociamos, ni lo cambiamos, porque sería renunciar a lo que somos, pensamos y sentimos. Porque no queremos renunciar  a nuestro espacio en la Iglesia de la que somos parte, en la que hemos crecido o descubierto este modo de vivir la fe; no queremos entregar este espacio porque nos pertenece y no queremos dejárselo a quienes intentan otra cosa. (Porque queremos) dar a conocer que hay otro rostro de Iglesia que aquel que muestran los que tienen el poder (y que parece han olvidado que desde Jesús el poder es servicio)”.

 

Fuente Nota: www.prensared.com.ar

Fuente Foto: José Luis Cortés

Charlas en la Cripta. DDHH y Conflictos de Hoy. Derecho a la Identidad. Viernes 15 de Abril 20.30 hs.

Viernes 15 de Abril 20.30 hs.

 

Charlas en La Cripta

DERECHOS HUMANOS Y CONFLICTOS DE HOY

DERECHO A LA IDENTIDAD

Con la participación de:

Sonia Torres,

Titular de la filial Córdoba de Abuelas de Plaza de Mayo

Luis Miguel Baronetto,

Ex-director de Derechos Humanos de la Municipalidad de Córdoba, querellante de la causa UP1, Director  de la Revista Tiempo Latinoamericano, autor de varios libros entre ellos, “Derechos Humanos: una Tarea, una Construcción”

 

Y  los aportes  del Párroco Víctor S. Acha

 

Laplace 5786 (a mts Mujer Urbana) – Colectivos línea N

Para comunicación e informaciones charlasenlacripta@gmail.com

 

 

COMUNICADO DE PRENSA – PARROQUIA LA CRIPTA

Ante la imposición por parte del Obispo de un nuevo párroco que no comparte la manera de ser y hacer de la Comunidad de La Cripta, se convocó a una Asamblea Comunitaria el pasado sábado 26 de febrero. En la misma se votó el rechazo a ésta y cualquier designación que no respete el perfil de párroco propuesto oportunamente.

Esta decisión tiene como base el hecho de que ninguno de los pasos previos que intentaron la vía del diálogo, primero del párroco con el Obispo, luego de representantes de la comunidad con el Obispo y finalmente de representantes de la comunidad con el párroco designado tuvieron como resultado una escucha abierta y respetuosa de nuestras opciones.

Nuestro rechazo no es específicamente a esta designación o a la persona impuesta sino al modo autoritario que no toma en consideración la elección que, como cristianas y cristianos adultos y comprometidos, hacemos de nuestra práctica y nuestro modo de ser en la Iglesia.

La Asamblea analizó la historia y las opciones de la Parroquia, reflexionó sobre el lugar del laico en la Iglesia y su derecho a pedir como reemplazante del párroco que se jubila, una persona acorde a las necesidades y opciones de la comunidad.

Finalmente se sometió a votación la alternativa de aceptar o rechazar el nombramiento impuesto por el obispo.
DECIDIMOS RECHAZAR LA IMPOSICION DEL OBISPO

  • Porque nos ha costado un largo proceso personal y comunitario acrisolar un sentido de la vida y un sentido de nuestra fe.
  • Porque eso ni lo renunciamos, ni lo negociamos, ni lo cambiamos, porque sería renunciar a lo que somos, pensamos y sentimos.
  • Porque no queremos renunciar  a nuestro espacio en la Iglesia de la que somos parte, en la que hemos crecido o descubierto este modo de vivir la fe; no queremos entregar este espacio porque nos pertenece y no queremos dejárselo a quienes intentan otra cosa.

Sometida a votación la opción por “ACEPTAR” o “RECHAZAR” el nombramiento del nuevo párroco, el resultado fue que casi por mayoría absoluta se decidió rechazar y resistir el nombramiento de este y cualquier otro párroco que no esté alineado con nuestras convicciones.

 

Por eso resistiremos:

  • Para afianzar nuestro camino y nuestra comprensión de la vida y la fe.
  • Para que en la experiencia comunitaria se fortalezcan esas convicciones.
  • Para decir a quien quiera oírlo, que entendemos de este modo y no de otro la fe y la vida cristiana.
  • Para dar a conocer que hay otro rostro de Iglesia que aquel que muestran los que tienen el poder (y que parece han olvidado que desde Jesús el poder es servicio)

Una comisión propondrá y ejecutará diversas acciones y quedó convocada una próxima Asamblea para  definir nuevos pasos.

La Cripta, 2 de Marzo de 2011

 

Esta es la Iglesia que quiero. Por Betty Brinkworth

La Iglesia de Jesús era y debe ser:

–       Una comunidad comprometida con su mensaje liberador basado en su Palabra.

–       Una comunidad participativa y “horizontal”, sin autoritarismos ni imposiciones, donde se tomen decisiones consensuadas y se respeten las diferencias de opinión.

–       Una comunidad donde tengan cabida “los diferentes”, que son discriminados.

–       Una comunidad informada que se actualiza permanentemente en lo teológico, bíblico, social, etc.

–       Una comunidad madura, con espíritu crítico y libertad para expresarse, que analice los hechos a la luz del Evangelio, actualizado por los biblistas y teólogos modernos.

–       Una comunidad de servicio, solidaria, con opción por los pobres y que busca una mayor promoción humana.

–       Una comunidad que recrea sus celebraciones convirtiéndolas en fiesta de encuentro fraternal.

Esta es la comunidad que conocí y viví a lo largo de casi cuatro décadas.

Esta es la comunidad de La Cripta.

 

¿Es una comunidad diferente?  Creo que sí.

Es la comunidad en la que maduramos nuestro cristianismo, donde crecieron nuestros hijos y ahora nuestros nietos.

Por eso quisiera que nuestro Padre Obispo la conozca, la entienda y le permita ocupar un lugar, quizás con su manera diferente de ser dentro de la Diócesis.

 

¿Es mucho pedir? Creo que no.

Porque es importante que este lugar que ha sido un faro para muchos, siga alumbrando y orientando nuestras vidas.

Deseo que Jesús nos ayude a comprendernos y amarnos.

 

Beatriz Brinkworth


 

No permitir el ingreso del cura. Un caso exitoso. Por Raul A. Perez Verzini

No solo en La Cripta creemos que otra iglesia es posible:

El Papa da marcha atrás en Sucumbíos (Ecuador) y nombra a un Delegado Pontificio

La Cripta sigue organizando acciones para impedir la asunción del cura impuesto por el obispo Ñañez en contra de la voluntad de la comunidad. Mientras, vemos que en comunidades la lucha por defender un estilo de cristianismo da sus frutos.

El 30 de octubre del 2010 se supo la noticia del cese de Mons. Gonzalo López (de los Carmelitas) y la toma de posesión del P. Rafael Ibarguren (de los Heraldos del Evangelio, congegación religiosa de carácter fundamentalista), en la prelatura de San Miguel de Sucumbíos.

En sí mismo, el cambio era normal, pues el P. Gonzalo había cumplido sus años de prelado y había presentado la renuncia. Pero la forma en que se efectuó (a modo de expulsión) y la manera en que entraron los Heraldos del Evangelio en una prelatura que había mantenido una trayectoria ejemplar de Evangelio, desataron las protestas de un lado y de otro. La noticia se publicaba en diversos medios, con cierta frecuencia (en Redes Cristianas y Atrio, entre otras).

A lo largo de cuatro meses y medio la situación se había vuelto irresistible. Muchos agentes de pastoral de la Prelatura (en gran parte laicos) cerraban las puertas a los Heraldos del Evangelio y no les dejaban ni celebrar la eucaristía. Y por su parte los Heraldos (respaldados por algún obispo de Ecuador y por el Nuncio) querían imponerse también por la fuerza, oponiéndose en todo a las directrices de Mons. Gonzalo (e incluso a su persona).

La “buena noticia”

Los conflictos de la Prelatura han llegado a la Santa Sede y el Papa Benedicto XVI ha podido conocer el caso, y con un gesto de valentía que le honra, se ha vuelto atrás. Ésta es la noticia que se ha publicado en Quito, incluso en la misa de varias Iglesias.

Benedicto XVI ha nombrado Delegado Pontificio de la Prelatura de S. Miguel de Sucumbíos a Miguel Angel Polibio Sánchez , obispo de Guaranda y Secretario de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana.

Aunque no está claro qué directrices va a seguir el nuevo Delegado Pontificio, ni qué va a ser de los Heraldos (sin tendrán que marcharse), la noticia en sí misma resulta absolutamente extraordinaria. Las protestas de gran parte de los cristianos de Sucumbíos han hecho cambiar a la Santa Sede que, evidentemente, tiene miedo de que surja un escándalo (o incluso una escisión) no sólo en aquella iglesia, sino en otras muchas.

Sucumbíos puede ser un ejemplo de libertad y evangelio para otras iglesias cristianas, a no ser que se instale entre nosotros el puro pasivismo, de manera que ya no seamos capaces ni de protestar (porque somos tibios, como dice de un modo impresionante el Apocalipsis, cuando añade: “por eso, porque no eres ni frío ni caliente, te arrojaré de mi boca).

La realidad de La Cripta

Un pueblo mínimo situado en la amazonia ecuatoriana deja evidencia concreta de que la decisión de una comunidad de continuar un proyecto, un modo de vivir el Evangelio, no puede borrarse de un plumazo, sin importar de dónde provengan las decisiones.

¿Podemos nosotros también?

¿Tenemos la energía para marchar, para reunirnos, para trabajar conjuntamente en pos de este, nuestro propio proyecto?

¿Somos capaces de apoyarnos en este ejemplo para saber que no estamos solos?

Claro qué sí! Esto es una buena señal para que les quede claro que no nos dejaremos arrebatar la comunidad tan fácilmente.

Otra Iglesia es posible. Continuar con la historia de La Cripta es posible.

Para preparar esta nota hemos tomado el artículo de Xabier Pikaza. Aunque es largo recomendamos su lectura.

Para quienes quieran más información, vale la pena visitar el portal la prelatura de San Miguel de Sucumbíos (ISAMIS)

 

INFORME SOBRE EL CONFLICTO EN LA CRIPTA (Misas 19 y 20 de Marzo)

Queremos contar a todos los pasos que se han seguido dando en relación con el cambio de Párroco.

No hemos dejado el camino del diálogo:

1. El sábado pasado concurrimos 6 miembros de la Parroquia a la Jornada Pastoral de la Diócesis, donde asistieron mas de 1200 personas, delegados de todas las Parroquias de la Arquidiócesis. Allí se repartió a todos un breve volante dando a conocer nuestra situación y disposición al diálogo e invitando a quien quiera acercarse para dialogar.

2. El próximo martes el P. Víctor se reunirá con el Arzobispo y el Equipo de sus Vicarios,

3. Pero a la vez seguiremos haciendo públicas nuestras reflexiones y opciones. Quien quiera puede acceder a la Página “Sin tapujos” donde se publica todo lo que está aconteciendo

4. El viernes se reunió el Consejo Pastoral con otros miembros de la comunidad que quisieron participar.

· En la reunión se decidió postergar la Asamblea programada para el día 2 para una fecha a designar, que comunicaremos después.

· En su lugar concretar lo que hemos llamado “EL ABRAZO A LA CRIPTA” para el día DOMINGO 10 DE ABRIL DE 16 A 19 HS., en nuestro Jardín.

· Se trata de una movida artístico-cultural donde contaremos con destacados folcloristas, la actuación de nuestro CORAL LA CRIPTA y el Grupo de Teatro EXTRAS.

· Se escuchará un mensaje a cerca de este camino de reafirmación de nuestra identidad comunitaria en ocasión del cambio de Párroco, para concluir con el gesto de ABRAZO A LA CRIPTA

· Estamos todos convocados, se dará amplia difusión a este Evento, se invita a todos a participar e invitar a familiares, vecinos y amigos, que durante años han visto con agrado y esperanza el proyecto pastoral de esta comunidad.

· Se invita igualmente a miembros de otras comunidades que piensan y viven su fe y su actividad pastoral con nuestra misma mirada y opciones.

Asistamos todos los que estamos vinculados a La Cripta: quienes participamos de las Misas, los integrantes de los Grupos parroquiales, quienes participan en la Catequesis, en el Grupo Scout, familias, vecinos y amigos de otras comunidades.

NO ESTAMOS EN GUERRA,

ESTAMOS EN CAMINO

Y QUEREMOS AFIANZAR NUESTRAS OPCIONES Y SER RESPETADOS

 

¿DIÁLOGO EN LA IGLESIA CATÓLICA? Carta de P. Victor Acha al Obispo.

Tomado de la carta enviada por el padre Víctor Saulo Acha al Arzobispo, en el mes de febrero

Escribo estas líneas a propósito de la situación planteada en ocasión de mi retiro de la actividad parroquial. Este retiro estaba acordado con el Arzobispo cuando me pidió hacerme cargo de la Pquia. Ntra. Sra. del Valle, La Cripta, en el año 2006.

Desde que el Padre Carlos Ñañez se hizo cargo de la arquidiócesis pareció que comenzábamos un proceso de participación, de integración, de diálogo que había sido poco frecuente entre nosotros y que por cierto nos alegró. Poco después sacerdotes y laicos vimos con agrado cuando el Arzobispo pidió colaboración para entregar una carta pastoral a la arquidiócesis en un Adviento ya lejano. Así hubo muchos signos prometedores de una pastoral diferente.

En lo que a mi respecta, durante años expresé mi adhesión a las propuestas del Plan Pastoral, he colaborado en semanas del clero (no sin inconvenientes), he acercado sugerencias, fui llamado a colaborar con el Vicario de Pastoral, P. Walter, se me pidió exponer en algún encuentro diocesano, etc. Y cuando personalmente o con otros creímos necesario sugerir cambios, poner acentos, cambiar algún esquema, también lo expresé.

Parece que todo esto no significó mas nada, desde el momento en que me permití disentir con expresiones de algunos Obispos (a propósito de la Ley de Matrimonio igualitario) en una cuestión absolutamente opinable y frente a la cual la Iglesia tenía la oportunidad de mostrar su equilibrio, acentuando por un lado los principios que considera importantes y por otro mostrando su apertura para buscar caminos nuevos para la integración y el crecimiento humanos.

En varias ocasiones el Arzobispo ha manifestado que tiene presiones, y que peligra el camino pastoral que está en marcha en la Arquidiócesis. ¿De qué hablamos? ¿Qué puede temer el Arzobispo? ¿Quién puede presionarlo si cree que cuenta con la fortaleza del Espíritu? ¿Quién puede cuestionar los procesos participativos que el obispo quiera instalar en su diócesis?

La más antigua teología y práctica eclesial nos dicen que el Obispo tiene plena autoridad en su diócesis. Nadie de fuera, puede cuestionar su autoridad en asuntos que hacen a su ministerio pastoral. Ninguna institución de la Iglesia se sitúa por encima del Obispo en lo que concierne a sus decisiones pastorales.

¿La necesaria “comunión episcopal” que le une al resto de los obispos, significa algún modo de sumisión? ¿El Obispo tiene que condicionar sus decisiones a la palabra o el pensamiento de otros obispos? Aún los documentos, expresiones y criterios de la Conferencia episcopal no son  vinculantes, si bien son asumidos en razón de la comunión de todos. Pero obrar en comunión no significa no pensar, no opinar, no buscar, no expresar diferencias, acentos, puntos de vista que en conciencia se consideran válidos.

La fisonomía jerárquica y de sentido verticalista que muestra la Iglesia Católica, tiene más de mundana que de evangélica y aunque tiene siglos desarrollando ese estilo de autoridad, debe ser revisada y adaptada a la realidad del mundo actual y siempre buscando coherencia con el Evangelio, que es el criterio supremo de la fe y de la práctica cristiana.

Esto no es una reflexión aislada ni original, en parte es doctrina tradicional y en parte es el pensamiento de teólogos de reconocida autoridad, al menos desde que el ya olvidado Juan XXIII tuvo la ocurrencia de decir que había que dejar entrar aires nuevos en la Iglesia y sacar el polvo acumulado desde siglos en sus estructuras.

A esta altura de la historia ¿tienen sentido las posturas conservadoras que pretenden mantener el statu quo sin buscar caminos nuevos en lo que concierne al ejercicio de la autoridad? ¿A dónde va a terminar una Iglesia que siga apelando a ese tradicional recurso de la autoridad para señalar un único camino y opciones más corporativas que fieles al Evangelio? ¿Es que la Iglesia no puede incorporar de una vez, formas sanas y hace tiempo aceptadas socialmente de  participación, cuando se trata de la designación de obispos y sacerdotes?

He planteado al Arzobispo que el Padre Pedro Torres, propuesto como futuro párroco no me parece la persona indicada y también que no comprendo por qué no fui consultado respecto al posible sucesor, ni se pensó en dialogar con la comunidad al respecto. El obispo, los sacerdotes y laicos somos parte de una misma institución, de un mismo proyecto y creo que aceptamos un mismo evangelio que nos señala un modo de relaciones que exceden los marcos institucionales, porque se vinculan con lo fraterno, lo solidario, lo participativo.

Aquí no se trata de una actitud contra el padre Torres, solo opinamos (la comunidad y yo) que sus opciones pastorales difieren de las nuestras y que cada persona es adecuada o no, para determinada circunstancia ó ámbito. Son incontables en esta y otras diócesis los casos de cambios semejantes que terminan desarmando comunidades, enfrentando a unos con otros y produciendo heridas y rupturas que solo consiguen el alejamiento de muchos, cuando nuestra misión es integrar y nunca dispersar. Por eso hemos reclamado ser escuchados

¿Acaso la consulta amplia, la opinión de las bases, el criterio de los protagonistas menoscaba la autoridad de quien tiene que decidir? ¿No es mejor el diálogo oportuno y con todos,  que tener que afrontar situaciones conflictivas e indeseables que dejan heridas a veces insalvables?

Laicos representantes de la comunidad han hablado al respecto con el Arzobispo y también con el Padre Torres, pero parece que la decisión es inamovible.

Nos preguntamos ¿la intención será desarmar esta comunidad, desalentar nuestro estilo participativo e inclusivo, ajustar los proyectos a un modelo de pastoral tradicional?

De ser así ¿Porqué acallar las voces que matizan los discursos oficiales? ¿No es una riqueza asumir la diversidad en el conjunto de una diócesis? Hay mucha gente que adhiere a una pastoral tradicional, de conservación, de sacramentalismo y devociones, pero en el escenario de esta sociedad del siglo XXI, en el escenario de nuestro país y en el de Córdoba, muchos alentamos otras opciones pastorales.

Aquellas y estas opciones diferentes contribuyen a sumar, a integrar lo diverso, a fomentar la convivencia de lo diferente. ¿No se parece esto a lo que hizo, propuso y pretendió Jesús, incluyendo a todos, aceptando a los que eran rechazados en su tiempo, planteando una experiencia religiosa diversa en ciento ochenta grados a lo establecido en aquella sociedad?

Superemos los miedos, compartamos nuestras dudas, seguridades y expectativas, busquemos juntos, escuchémonos sin prejuicios. Solo eso podrá salvar a nuestra Iglesia de quedar reducida a una secta, o de ser una más de tantas obsoletas monarquías, cáscaras sin contenido significativo.

Cada día es mayor el descrédito del Vaticano, de muchos obispos de Argentina y de otras latitudes y no por calumnias, sino porque sus expresiones, sus actitudes, son muchas veces extemporáneas, cuando no anacrónicas u obsoletas. Y porque además ha quedado patente que el pecado está tanto dentro como fuera de la Iglesia y esto no puede ser de otro modo, porque esa es la condición humana. Asumamos con sencillez y humildad y sin arrogancias lo que somos. Porque es tan cierto nuestro pecado, como lo debe ser nuestra vocación para proclamar oportuna o inoportunamente el Evangelio de la vida, superándonos desde nuestras limitaciones.

Todos debemos leer “los signos de los tiempos” y revisar con sinceridad y sin prejuicios ¡tantas! expresiones y acciones que no hablan de una Iglesia enteramente fiel al Evangelio. Hay que transformar una Iglesia que pretende defender siempre el orden establecido, atender a quienes le halagan el oído y dicen amen a cualquier propuesta, para quedar bien con todos, menos con los que piensan, opinan y proponen. Hay que transformar una Iglesia que piensa más en la defensa de sus instituciones epocales que en su irrenunciable misión profética. Esto es misión de todos los que decimos seguir a Jesús de Nazaret.

Entonces, para ser una Iglesia que escucha, que atiende, que asume a todos y a todos propone el diálogo adulto y maduro, aceptemos al interior de nuestra comunidad diocesana, la diversidad y el pluralismo.

La cuestión planteada en La Cripta no está cerrada, pues lo que hoy es un hecho puntual de esta comunidad, o bien nos lleva a buscar caminos nuevos en las relaciones pueblo autoridad, o las soluciones sin el diálogo y la participación serán ficticias y harán daño a todos.

PADRE VICTOR SAULO ACHA

 

 

INFORME SOBRE EL CONFLICTO EN LA CRIPTA

Leído en las Misas del 12 y 13 de marzo

Es de todos conocido que a lo largo de dos meses tanto el P. Víctor como representantes de los Consejos pastorales, tuvieron comunicaciones por carta y entrevistas con el Arzobispo y también con el designado P. Pedro Torres.

¿Qué está en juego con la llegada de un sacerdote que no comparte los lineamientos teológicos y pastorales que han orientado desde hace décadas el ser y hacer de La Cripta?:

–      Está en juego que La Cripta continúe siendo una comunidad que funda su pensamiento y su acción en los postulados del Concilio Vaticano IIº y en la Teología más avanzada desarrollada a partir de entonces;

–      Está en juego esta parroquia donde se puede integrar todo el que busque sinceramente crecer como buena persona y como creyente fiel al Evangelio de Jesús;

–      Está en juego este espacio donde no hay exclusiones; donde no hay exigencias pastorales que alejan a quienes no se ajustan a modelos convencionales; donde no se imponen condiciones ni trabas para que las personas accedan a los sacramentos o se integren en tareas comunitarias;

–      Está en juego poder participar de una liturgia sin acartonamientos, ni apego a las rúbricas, de carácter festivo y donde se tiene como eje vertebral el Anuncio del mensaje, partiendo no de los dogmas sino de las realidades humanas que vivimos todos los días las personas;

–      Está en juego el legítimo derecho que tiene esta y cualquier otra comunidad a opinar respecto al sacerdote que se hará cargo de conducir la animación de la comunidad;

–      Está en juego todo aquello por lo que todos ustedes participan de esta comunidad y no de otra.

Por eso en la Asamblea celebrada el pasado 26 de febrero se decidió casi por unanimidad “NO ACEPTAR”, el nombramiento propuesto por el Arzobispo. Y el jueves pasado la Comisión constituida a efectos de decidir las acciones a seguir, ha resuelto lo siguiente:

  • Ratificar una próxima Asamblea que tendrá lugar el sábado 2 de abril y a la cual estamos todos convocados;
  • Notificar al Arzobispo y a sus Vicarios que habiendo intentado por la vía  del diálogo acordar acerca del futuro párroco y sin tener resultados satisfactorios, a partir de ahora hacemos pública la situación a través de todos los medios que sea posible;
  • Participar en la Jornada Arquidiocesana del sábado 12 (asisten mas de 1000 personas, delegados de todas las Parroquias de la Arquidiócesis) y repartir a todos un breve volante dando a conocer nuestra situación y disposición al diálogo;
  • Se organizará un evento masivo al que convocamos con la consigna: “ABRAZO A LA CRIPTA”, cuyas características daremos a conocer próximamente;
  • Convocar a toda la gente que está vinculada a La Cripta ya sea en las Misas, como en los distintos Grupos parroquiales, en la Catequesis, en el Grupo Scout e igualmente a familias y vecinos relacionados con nuestra comunidad para participar en dicho Abrazo que concretaremos en el fin de semana entre el 8 y 10 de Abril.

 

Más Cristianismo y Menos Catolicismo. Por Raul A. Perez Verzini

“La burocracia vaticana impone legalmente lo que no puede razonar teológicamente. A falta de argumentos, el gobierno imperial recurre a la fuerza. Los medios resultan conocidos. Son las medidas violentas de silenciar y excluir.”

Elisabeth Schüssler Fiorenza
(Exégeta y Teóloga Feminista de la Universidad de Harvard)

 

Más cristianismo y menos catolicismo fue la consigna más aplaudida en la asamblea parroquial del pasado 24 de Febrero, donde se votó masivamente el rechazo a la imposición autoritaria del obispo Ñañez de un párroco que no responde a las opciones de la parroquia.

Más cristianismo, es decir más evangelio. Menos Catolicismo, es decir menos institución eclesiástica.

No es que no queramos institución. La organización es necesaria, pero esta no puede ni debe estar por encima del espíritu del evangelio.

La práctica eclesial, sin embargo, está cada vez más centrada en la iglesia y menos en el evangelio. Es por eso que son cada vez más los laic@s y pensadores que hartos de tanta incoherencia se levantan para mostrar que otro cristianismo es posible.

Por eso el fenómeno de La Cripta es valioso. Representa un símbolo de una manera más creíble de ser cristian@s. Y por eso lo defenderemos de aquellos que están deseosos de hacerlo desaparecer.

No somos, como a algunos les gusta creer, un puñado de rebeldes politizados. Se trata de un enorme movimiento mundial de personas de distintas matrices culturales y extracciones políticas que coinciden en la importancia de volver al Evangelio.

Más cristianismo y menos catolicismo es la característica de la comunidad de La Cripta que, aunque no siempre consciente, ha ido caminando en una progresiva fidelidad a las ideas del evangelio apartándose de todo lo que huela a excesiva institución.

Ante la estrategia de destrucción de esta experiencia de 45 años por parte del obispado, se está esgrimiendo el argumento de que somos intolerantes y que no queremos darle una oportunidad al sacerdote impuesto. La respuesta es muy simple: No se trata ni de dar una oportunidad ni de negarla.

Esta comunidad tiene una historia y un proyecto. De ese proyecto se desprenden las responsabilidades que un párroco debe cumplir y de esas responsabilidades, surgió un perfil de párroco requerido. Así de simple, como lo hace cualquier organización sana.

Imaginen que se necesita cambiar un gerente y los responsables de tal cambio deciden imponer un candidato que no cumple los requisitos básicos. ¿Cuáles serían las consecuencias?

Se me ocurren como mínimo dos:

  1. El responsable de su designación sería seriamente cuestionado por incompetente. A nadie en su sano juicio se le ocurre nombrar un responsable de un área sin consultar primero con los involucrados el perfil requerido para el puesto.
  2. La misión y los objetivos organizacionales correrían un serio riesgo de verse truncados por la incompetencia del candidato. Ser incompetente para un puesto no tiene nada que ver con ser buena o mala persona. Si a mi me ponen de médico de un hospital seguramente mataré a más de un paciente. No porque sea mal tipo, sino porque soy ingeniero no médico.

Imagínense la cara de los pacientes, si ademas de poner a un ingeniero al frente de cirugía le dijéramos que es porque se trata de darle una oportunidad.

“Mire señor paciente, no sea intolerante! Es cierto, este muchacho es ingeniero no médico, pero es un gran tipo. Déle una oportunidad. Deje que lo opere. Deje de lado la ideología!. Eso sí, si le va mal después se lo cambiamos.”

En el ámbito institucional, a nadie relativamente cuerdo se le ocurriría argumentar que es de poco tolerantes no darle la oportunidad a un candidato que no cumple los requisitos del puesto. Sencillamente se lee el CV, y si no contiene lo básico, directamente se busca otro candidato.

En nuestro caso, hasta tuvimos la delicadeza de ir a hablar personalmente con el candidato y en la entrevista confirmó que no está de acuerdo con varias de nuestras opciones. Es decir, él mismo reconoció que no cumple el perfil.

¿Por qué tanto lío entonces? Es más, ¿por qué centrar en esa persona el problema? El problema no es el candidato, aun cuando venga impuesto por el ordinario del lugar.

El problema está en quien es responsable de selección personal y en sus métodos muy pocos apegados a las buenas prácticas organizacionales.

Intentar reducir el planteo a un problema con el candidato impuesto es ingenuo y manipulador. No tenemos nada contra el candidato. Es más, pudimos verificar que en su lugar es muy exitoso. ¿Por qué entonces privar a esa hermosa comunidad de alguien querido y seguramente adecuado para su proyecto?

Nuestra parroquia viene asumiendo compromisos muy concretos desde hace muchísimos años. Antes fue en contra de la dictadura militar, cuando de hecho la iglesia institución era cómplice. Hoy los desafíos son otros, pero también queremos ser una voz razonable y creíble en medio de tanto taliban suelto.

Por eso nos hemos puesto a estudiar para tratar de madurar nuestra fe y superar la catequesis infantil. Esto nos ha llevado a mantener contacto con teólogos y biblistas de vanguardia que nos ayudan a entender mejor el mensaje del evangelio.  Es decir, a ser más cristianos (=evangelio)  y menos católicos (=integristas y dogmáticos)

De hecho, algunos ejemplos concretos de las consecuencias de acercarnos más al cristianismo son:

  • Apoyo explícito a las leyes de fin de la impunidad.
  • Apoyo a la ley de matrimonio igualitario
  • Apoyo a la Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal, seguro y gratuito para no morir (según la consigna de Católicas por el Derecho a Decidir)
  • No discriminación en los sacramentos: divorciados, gays, madres solteras, parejas irregulares, etc. Bautismos sin importar la condición religiosa o legal de los padres.
  • La renovación de la liturgia. Cantos del cancionero popular, comunión bajo las dos especies, etc.
  • Participación activa de las mujeres en los puestos de liderazgo de la parroquia.
  • Participación de los laicos en la toma de decisiones. El Consejo Pastoral como órgano último de conducción de la comunidad dado que el párroco es temporario pero la comunidad permanece.
  • La homilía basada en la reflexión teológica, antropológica y exegética actual y no sólo en la repetición monótona y literalista del texto bíblico.
  • Centralidad en el mensaje de Jesús y no tragarse acríticamente lo que dice la iglesia institucional.
  • Promoción de la formación teológica y exegética de los laicos con pensadores sobresalientes como Ariel Álvarez Valdés.
  • Renovación de los sacramentos. Enfasis en la reconciliación comunitaria y no en la confesión individual. Etc, Etc.

Y por supuesto, todo SI, implica un NO.

Por eso, Quito Mariani fue tajante en no permitir la participación en la parroquia de grupos conservadores de talante integrista como Opus Dei, Legionarios de Cristo, Cursillos de Cristiandad, etc. Y en no promover prácticas supersticiosas como la mayoría de las devociones marianas.

 

¿Hay algún cura en esta línea? Será bienvenido a La Cripta.

¿No hay ninguno? No hay problema. Seguiremos haciéndonos cargo de las distintas actividades y celebrando la eucaristía con los múltiples curas que siempre y gentilmente nos acompañan.

Es cristianismo versus catolicismo. Cristianismo como centralidad en el mensaje del evangelio, leído críticamente y no de manera fundamentalista. Catolicismo como esa reproducción anacrónica del imperio romano centrada en la institución. Y cuya “tolerancia y respeto por lo diferente” son tan reconocidos en el mundo actual que no merece comentarios.

Exigimos un cura que comparta nuestro proyecto comunitario. Y eso no se negocia.

Una cosa debe quedarnos clara: La conciencia por encima de la institución.

Y ojo que no lo digo yo, lo dice un tal Ratzinger.

Paz y Bien

Ing. Raul A. Perez Verzini