Homilias Dominicales. Domingo 22 de febrero de 2015 – 1ro de Cuaresma. Por Guillermo “Quito” Mariani

TEMA (Mc.1,12-15)

El espíritu llevó a Jesús al desierto donde pasó 40 días y fue probado por Satanás. Vivía entre las fieras y los ángeles le servían. Cuando arrestaron a Juan se dirigió a Galilea a proclamar la buena noticia de Dios diciendo: Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reinado de Dios. Arrepiéntase y crean la buena noticia.

 

Síntesis de la homilía

Inmediatamente después de haber clarificado su conciencia de tener una vocación para instaurar los principios de una sociedad distinta y nueva, Jesús es movido interiormente para internarse en el desierto. Lejos de toda influencia o vigilancia de poderes. Observando la austeridad en la alimentación con los escasos frutos del desierto, la convivencia con los animales y con todos los acompañantes de la naturaleza que estaban a su disposición como mensajes del Dios por el que sentía llamado. Los simbolismos son muy claros. Los 40 días rememoran los 40 años del peregrinaje de Israel antes de llegar a la tierra prometida; las pruebas protagonizadas o personalizadas por Satanás hacen alusión a las pruebas de Israel en el largo camino, hambre, sed, agresividad de las fieras, maravillas de la naturaleza como el maná y la vertiente de la roca. Todo esto integrado como en un panorama global, para entrenarse, desde la vivencia y el razonamiento; (espiritualidad) para la misión a cumplir.

La prueba de que la realización de su cometido revolucionario iba a experimentar dificultades, comenzó de inmediato. Juan su antecesor y compañero de ideales había sido arrestado por el poder romano. Galilea, su provincia, le resultaba entonces más familiar y acogedora. Allí se dirige para comenzar anunciando la gran novedad de la buena noticia de salvación. Una novedad que implicaba no sólo una esperanza de acción divina sino una responsabilidad de asumir sin mezquindades las exigencias provenientes de los valores del reino nuevo. El de la sociedad fraternal naciendo y creciendo de la conciencia del amor de Dios Padre.

El ambiente ecológico del desierto sin alteraciones de la intervención humana, indica desde el comienzo la integración cósmica en la visión de Jesús, favorecida por el clima de la soledad, los animales, los recursos naturales y su manera de aprovecharlos.

La figura de Satanás (el que figura en el libro de Job para solicitar permiso para probar si era realmente justo, con terribles acontecimientos), aparece aquí también personificando las tentaciones (conmociones interiores) que sufrió Jesús, durante ese tiempo, de “retiro espiritual”, diríamos.

En realidad, las tentaciones nunca serían tales si nos llegaran como elaboradas por un personaje tan tétrico como Satanás. Lo son precisamente porque llegan por las experiencias normales y cotidianas a través de las creaturas de nuestro entorno.

Aunque la liturgia católica ha aprovechado este relato (común a los tres sinópticos aunque sólo Marcos las mencione como inicio del período del desierto y Lc. con Mt. Al final) para introducir un período de arrepentimiento de pecados y penitencia, el sentido más profundo es el del desierto de Jesús. Tiempo para estudiar la realidad y repensarla en función de los que consideramos valores personales y de relación que edifiquen nuestra personalidad y nuestra colaboración a la felicidad común.

 

 

 

 

 

 

Homilías Dominicales. Domingo 18 de enero de 2015 – 2do. durante el año litúrgico ciclo “B”. Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema : (Ju.1,35-42)

Juan, que estaba con dos de sus discípulos, vio pasar a Jesús les dijo “ Ese es el cordero de Dios “. Al escucharlo los discípulos siguieron a Jesús. El, dándose vuelta les preguntó “¿qué quieren?” Respondieron “Rabbí ( que significa maestro) ¿dónde vives?” “vengan y lo verán” les dijo. Ellos fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él ese día. Eran alrededor de las cuatro de la tarde. Andrés, el hermano de Simón Pedro, era uno de los dos discípulos que oyendo a Juan siguieron a Jesús. Al amanecer vio a su hermano Simón y le dijo: “hemos encontrado al mesías (que traducido significa Cristo) Entonces lo llevó donde estaba Jesús. Éste lo miró y le dijo “Tú eres Simón el hijo de Juan. Te llamarás Cefas (que traducido significa piedra.)

 

Síntesis de la homilía

No hace falta pensar que Jesús con mirada divina adivinaba el sentir y modo de ser de las personas, como se ha argumentado con frecuencia, y algún pasaje evangélico lo afrima. Basta con pensar en la profundidad de la percepción detallista de quien mira a otro con interés personal y cierta práctica del trato social. Y Jesús tenía indudablemente

esa característica. Tampoco se puede argumentar que al cambiarle nombre Jesús se anticipó a su elección de Simón como fundamento de una comunidad. La importancia del nombre era, para la mentalidad judía, muy grande. Revelaba lo que la persona era o la ovación con que llegaba a la comunidad social. Para que todo el mundo supiera con quién trataba Jesús llama Piedra a Simón, porque en sus rasgos, su caminar, su conversación y sus ojos, descubrió la persona fuerte, espontánea y de rápidas decisiones que era bajo el nombre de Simón, que significa “el que escucha” ó “el que es escuchado”.

La sugestión de Juan diciendo a sus dos discípulos que Jesús es el cordero de Dios, puede tener varias raíces, (aunque algunos estudiosos afirman que es una traducción equivocada de la palabra “siervo” que con su enseñanza aparta del pecado del mundo,)

El cordero pascual, que redime con su sangre, el cordero que remplaza a Isaac sobre el altar levantado por Abraham, el chivo emisario apedreado y muerto por los pecados de la gente, el cordero del cap.53 de Isaías torturado y mudo. Lo cierto es que a los discípulos les basta para decidir su seguimiento como culminación de la fidelidad a Juan y su bautismo. El gesto y la invitación de Jesús resalta la amabilidad y respeto en el trato interpersonal que se demuestra también en la permanencia en la casa durante todo el día. Una sensibilidad que muestra el relato que especifica el detalle de la hora. Como cuando nos suceden cosas importantes.   De acuerdo el relato joánico estos dos discípulos serían los primeros llamados y entrarían a seguir a Jesús después de esta cálida entrevista con él. Los otros tres evangelistas colocan el llamamiento de los 4 primeros, a orillas del mar de Galilea mientras se dedican a labores de pescadores, y hablan de un seguimiento inmediato, sin esa prudencia de conocer por propio análisis la persona a quien se va a elegir como guía de vida y acción. A través de tiempo y experiencia hemos aprendido y tenemos que aprovechar este aprendizaje, que ya se han inventado muchos modos de engañar con apariencias de ideales y promesas, para obtener rendimiento de intereses que nada tienen que ver con el bien comunitario ni siquiera con la felicidad personal. Sin llegar al extremo de desconfiar de todo hay que evitar también la ingenuidad de irse de boca al primer ofrecimiento entusiasmante. Por algo se ha inventado una profesión: el marketing. Nuestro compromiso cristiano en un gran número de casos, no ha sido revisado ni asumido sino aceptado por tradición familiar o cultural y eso, hay que reconocerlo ha traído una cantidad de secuelas perjudiciales no sólo para el pensamiento sino también para la actividad humana.

La cruda realidad. Por Guillermo “Quito” Mariani

¡Francia está estremecida! Cuatro millones de franceses repudian esa venganza traicionera y absolutamente desproporcionada! Y todo el mundo no islámico, se horroriza ante esa injuria a la libertad de expresión y ese fanatismo que lleva a despreciar el valor de la vida humana, la ajena y la propia. Las expresiones de repudio han concentrado millones de hombres y mujeres en los grandes centros del mundo.

Es un testimonio tremendo. Quienes animan la realización de estas acometidas de terror debieran conmoverse frente al rechazo universal de su conducta, sus fanatismos y ambiciones. Pero… concentraciones quizás tan numerosas como estas se realizaron en las principales capitales del mundo rechazando el capricho norteamericano de arrasar Irak. Y en contra de la decisión de ONU, la invasión se llevó a cabo y sus secuelas perduran.

Pareciera entonces que rechazar, denunciar, condenar severamente, concentrar mayorías de resistencia a la violación de los derechos humanos esenciales, lamentarse convencidos de que “es lo que hay” y ya no podemos escaparnos de estas realidades que revelan la presencia de lo más deleznable que puede albergar el ser humano: el odio… tiene que dar lugar a un análisis más profundo que descubra tácticas más eficaces para disminuir, al menos, la frecuencia y lo inhumano de estos acontecimientos.

Y por eso no hay que olvidar los procesos históricos que desembocan en panoramas como el que estamos viviendo. Porque, detrás de todo, hay una especie de aprendizaje social, lento y profundo del que resulta muy difícil liberarse.

 

-Hemos aprendido, primero, que el dominio es más importante que los esfuerzos de comunión. Y en esa carrera emulan la delantera los medios masivos de comunicación que dependiendo de poderosas  empresas internacionales imponen sus intereses manipulando la información en su favor.

-La conciencia de que lo importante es “ganar” ha invadido todas las actividades, el tránsito vehicular, el deporte, las discusiones, la política y es generadora de una cantidad de violencias políticas,familiares, de género y discriminantes.

-Sabemos también que el capital es el factor más importante para calificar a las personas y sociedades, aunque por debajo sigan corriendo manejos sucios contrariando leyes y valores humanos. Y que, si no se aceptan las reglas, incluyendo las delictivas, para lograrlo, estarás permanentemente “en la lona”

-No tenemos duda de que la fuerza de las armas y su venta para dirimir contiendas inventadas, es lo más “convincente” para lograr sujeciones con supremacías

-Nos hemos acostumbrado a que instituciones tan prestigiosas, mayoritarias y piadosas como la iglesia católico-romana, no se hayan privado y aún justificado emprendimientos como las Cruzadas, la Inquisición y otras parecidas, con la convicción de ser absolutamente poseedoras de la salud y la salvación, camino de fanatismos.

-Por encima de todos los convenios y acuerdos internacionales en los organismos creados con ese fin, hemos experimentado que el más fuerte siempre tiene privilegios y termina triunfando.

-Son muy pocos los países que, como Argentina, sin dejar pasar el tiempo hasta el olvido, han llevado a los tribunales a genocidas torturadores y tiranos

-Estamos convencidos de que con todos los discursos y acciones para evitar las alteraciones producidas por las violaciones ecológicas son tomadas en serio por los chicos adoctrinados en las escuelas, los adultos afiliados a diversas agrupaciones defensoras del medio ambiente, pero violadas con secuelas tremendamente dañosas por las grandes industrias de los países que rehúsan a firmar tratados y compromisos concretos.

-No nos llama la atención de que se nos presente a un Dios asesino, que exigió la muerte de su hijo preferido para vengar las ofensas recibidas, y que menosprecie esta vida en favor de otra reservada para los que aceptan el sufrimiento.

TODO ESTO ES LO APRENDIDO-       ¡Y TENEMOS QUE DESAPRENDERLO!,

PARA LOGRAR UN VERDADERO CAMBIO. UNA PAZ QUE NO ESTÉ SIEMPRE PRONTA A ESTALLAR O QUE EXIJA PERMANENTEMENTE ESTAR PREPARANDO GUERRAS!

Algo quizás podamos hacer, fomentando en los jóvenes, desde todos los ángulos, un sentido crítico que vaya desmoronando estas lamentables lecciones, fruto de experiencias sociales repetidas y por eso, condicionadotas de nuestras conductas, con estas terribles consecuencias.

 

 

Homilías Dominicales. Domingo 11 de Enero de 2015 Festividad del bautismo de Jesús. Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema ( Marcos 1, 7-11)

Juan predicaba diciendo: detrás de mí viene alguien que es más poderoso que yo y yo ni siquiera soy digno de ponerme a sus pies para desatarle la correa de las sandalias. Yo los bautizo con agua pero él los bautizará con el espìritu santo. Desde Nazaret, llegó Jesús de Nazaret de Galilea y también fue bautizado por Juan en el Jordán. Y al salir del agua vio que el cielo se abría y el espíritu de Dios descendía sobre él como si fuera una paloma. Y escuchó una voz que le decía: tú eres mi hijo muy querido, mi predilecto.

 

Síntesis de la homilía

Jesús no llega de repente. Tiene una historia biológica (nacido de mujer, dice Pablo) y social (ligado a toda la línea de los profetas que po0demos identificar con lo que nosotros llamamos “los políticos” (nada que ver con los politiqueros) encargados de velar por el bien del pueblo con un análisis de la realidad basado en principios superiores a la cotidianeidad de las inquietudes humanas y de anunciar y juzgar los buenos y malos acontecimientos que han de sucederse a través del tiempo y como consecuencias del proceder del pueblo.

En Abraham y el pueblo originado en él hubo una vocación. La experiencia de un llamado interior muy fuerte y presionante con el descubrimiento de sus propias posibilidades para acceder a él y cumplirlo. A través del resultado de la obediencia a ese llamado, un pueblo que se consideró con la misión de sostener el monoteísmo con su testimonio y su conducta, llenó la vocación histórica, consciente de que estaba cumpliendo con la voluntad del Creador. Juan, el hijo de un sacerdote judío, experimenta también la fuerza de un llamado respondiendo a las inquietudes del pueblo oprimido y ansioso de ver el cumplimiento de antiguas promesas de sus dirigentes religiosos. Y esa fuerza lo lleva a desafiar al Templo y a las autoridades religiosas e imperiales, desde el desierto, haciendo de mediador de otro llamado: la vocación de Jesús de Nazaret para instaurar el reinado de Dios entre los hombres. El bautismo que Juan está realizando en las aguas del Jordán (un baño purificante muy popular para Israel) convoca a Jesús quien inmediatamente del gesto de identificación con el pueblo oprimido y esperanzado, vé , escucha y siente interiormente la seguridad de que el Ser supremo instala en él su fuerza y voluntad haciéndolo hijo predilecto con una vocación excepcional y hermosa.

Esta continuidad histórica de la vocación es decir de la preparación que advertimos, para que en la realidad se vayan cumpliendo diversos acontecimientos que la acercan al plan que el Ser supremo ha tenido al originarla , no es una cosa extraordinaria. Es resultado de una conciencia expresa o implícita, del sentido de los acontecimientos y circunstancias que nos toca vivir a cada uno. Cuando el Concilio Vaticano II usa una expresión originada en Juan XXIII “atender a los signos de los tiempos” se refiere a esto. Estar alertas para descubrir la propia vocación desde la realidad circundante y de las posibilidades a nuestra disposición, para remediar sus deficiencias o promover su mejoramiento. Si a veces se ha dado que algunos han experimentado ese llamado como una voz de Dios, a no ser que signifique una presunción para justificar su estado, entendemos la fuerza que para Juan y Jesús tuvo una clase particular de llamado que aceptaron como vocación y cumplieron como el pueblo judío, equivocándose en el sentido que le dio considerándose “elegido”, o como Juan, que supuso una irrupción violenta y destructiva de dios contra los enemigos del pueblo, o como el mismo Jesús y sus discípulos que tuvieron por seguro una vuelta inmediata y triunfante. Pero, en los tres casos, el llamado, la vocación, fue cumplida dando el fruto de acuerdo a la voluntad de Dios, sobrepasando las debilidades o fallas personales.

Homilías Dominicales. Domingo 28 de diciembre de 2014 – Festividad de la familia de Jesús Por Guillermo “Quito” Mariani

 Tema (lc.2,22 y 39-40)

Llegado el tiempo de la purificación legal de maría fueron con José y el bebé al templo. Un hombre justo que esperaba el consuelo de Israel, Simeón

los recibió y tomando al niño en sus brazos alabó a Dios diciendo:Ahora puedes dejar Señor que tu siervo muera en paz, porque mis ojos han visto la salvación de Israel…

Su padre y su madre estaban maravillados por oirle. Bendiciéndolos Simeón añadió “este niñpo será causa de caída y elevación para muchos en Israel y a ti mism una espada te traspasará el corazón.

Había cerca una profetiza de nombre Ana, ya entrada en años: Se presentó en ese momento y hablaba acerca del niño a todos los que esperaban la redención de Israel.

José y María después de cumplir todo lo que mandaba la ley volvieron a su casa y el niño crecía en sabiduría y simpatía delante de todos (se trata de una síntesisn porque es un pasaje extremadamente largo)

 

Síntesis de la homilía

Sagrada familia llamaba la tradición a la familia de Jesús. Así la Iglesia alejó en la práctica lo que Pablo afirma con fuerza señalando a Jesús igual a nosotros en todo menos en el pecado. Sagrado significa separado, distinto, selecto. Ni Jesús ni su familia lo fueron.

La importancia de esta celebración, tan próxima a la Navidad, se coloca en la expectativa de que esa familia con sus virtudes se convierta en orientadora de la conducta familiar cristiana. Hay varios obstáculos para que esto se realice. Primero la diferencia absoluta de orden cultural y por tanto de concepción de la familia. Además la irregularidad de la relación de María y José, que la Iglesia definió con el dogma de la virginidad perpetua y se afirmó en pleno siglo XIII en ocasión de la disputa teológica entre Scotistas y Tomistas (franciscanos y dominicos) que quedó solucionada con la célebre frase de Cirilo de Alejandría “potuit, decuit, ergo fecit”. (pudo, estaba bien, lo hizo)atribuyendo a Dios este proceder lógico humanamente. Cuenta también el reducido papel de formadores que asigna la tradición a María y José suponiendo que Jesús-Dios, era absolutamente perfecto.

Que podamos admirar y agradecer la voluntad de María de sujetarse a lo que pensaba que era voluntad del Yahvé; que admiremos la prudencia y reserva de José ante lo imprevisto del embarazo; está bien. Pero todas estas cosas no pueden constituir un ejemplo a imitar, sino en su sentido más profundo de sujeción a la voluntad de Dios conocida por los signos de los tiempos, la conciencia personal y la disponibilidad para cualquier acto de generosidad exigido por su misión de padres de Jesús, un chico “superdotado”.

Ese es el sentido que damos a nuestra conmemoración. Recuperación del sentido de la familia como raíz y escuela del amor social y por tanto de la realización paulatina del reinado de Dios entre los hombres. Cultivo permanente y profundo de la relación marital con sus diversos componente se sentimientos, sexualidad, compañía en la acción, sostén en las dificultades, gozos compartidos y proyecto de vida. Sentido de generosidad para aprender de las dificultades y carencias en la historia de cada familia, el corazón se abra a la comprensión de los problemas de toda índole e intensidad que pueden producirse en otras familias.

 

Homilías Dominicales. Martes 24 de diciembre de 2014 – Festividad del nacimiento de Jesús (ciclo “B”) Por Guillermo “Quito” Mariani

 Tema: (Juan 1,1-18)

La palabra que existía desde el principio estaba con Dios y era Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de la palabra. Sin ella nada se hizo.

Todo lo que existe tiene vida en ella y la vida es luz para los hombres. La luz brilla en las tinieblas aunque las tinieblas no la reciban. Apareció un hombre enviado por Dios que se llamaba Juan. Vino como testigo, para dar testimonio de la luz y todos creyeran por medio de él. El no era la luz sino el testigo de la luz. La palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que llega a este mundo. Ella estaba en el mundo y el mundo fue hecho por ella y el mundo no la conoció. Vino a los suyos y los suyos no la recibieron. Pero a los que la recibieron, a los que creen en su nombre les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios. Ellos no nacieron de la sangre ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios. Y la palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como hijo único lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él al declarar “Éste es aquel de quien yo dije: el que viene detrás de mí en realidad me ha precedido porque vivía antes que yo”- De su plenitud todos hemos recibido, regalo tras regalo. Porque la ley fue dada por Moisés, pero el amor y la verdad nos han llegado por Jesucristo. Nadie ha visto jamás a Dios. El que lo ha revelado es el hijo único que está en el seno del Padre.

 

Síntesis de la homilía

Un discurso tan arrevesado, porque mezcla lo poético, con lo filosófico con la realidad que describe, no parece adecuado para la celebración tradicional de la Navidad alrededor de la evocación del nacimiento de Jesús de Nazaret, vivida simplemente como fiesta de ternura y de mutuos regalos en la noche iluminada por su luz-

Sin embargo, cuando tenemos el coraje de enfrentarnos directamente con el texto de esta introducción de la “buena noticia” trasmitida por el evangelista San Juan podemos descifrar la profundidad del mensaje, que descubre la gran fuente de felicidad que es para la humanidad el acontecimiento a que se refiere.

Lo primero es que el discurso se centra en la palabra y en la palabra identificada desde el comienzo con Dios. Porque, ante la absoluta trascendencia del Ser supremo, a que Juan se refiere asegurando que “a Dios nadie lo vio jamás” lo único a que nosotros tenemos acceso, es a su palabra creadora, su expresión hacia fuera, su comunicación. Que se nos entrega a través de todo lo que hay a nuestro alrededor, el mundo, el cosmos, y culmina con la presencia del gran enviado que es JESÚS DE NAZARET.

Sin anclarnos en la grandeza de la figura de ese Jesús que en esta celebración aparece con todas sus debilidades humanas porque no dispone de lugar y estilo digno de nacimiento, ni de padres poderosos y distinguidos, ni de toda esa magnificencia con que los que nos relataron su nacimiento creyeron que debían adornarlo, recurriendo a los misteriosos seres celestiales que son los ángeles y a los fenómenos meteorológicos que ligaron a su presencia entre nosotros, podemos tratar de seguir paso a paso las afirmaciones de Juan que directamente se enfocan a la palabra. A la de Dios y a la del hombre. Porque si bien Jesús es palabra de Dios que podemos aceptar, si decidimos hacerlo, cada uno de nosotros es también palabra que debe hacerse aceptable para los demás siguiendo la línea de esa misteriosa encarnación (humanación) que Juan nos presenta.

Al margen de los tiempos concretos que vivimos y que, de un modo u otro. siempre están invadidos por las ambiciones de poder, aún en democracia, y por eso nos insertan constantemente en espacios electorales, que recomienzan sin pausa ni intervalos naturales de transición, entre los esperados resultados de las elecciones mayoritarias, la experiencia cotidiana nos convence del escaso valor de la palabra. La palabra el medio privilegiado de la comunicación humana, generadora del amor y la felicidad, revelación de lo humano y también revelación de lo divino, se convierte en instrumento de confrontaciones que no respetan ni la dignidad de las personas, ni la verdad de los hechos y acontecimientos desfigurados sin ningún escrúpulo para lograr el triunfo de los propios intereses generalmente ligados profundamente al dinero y a las finanzas identificados como el escalón más eficiente hacia el poder .

No es mucho lo que podemos hacer y lograr, desde una perspectiva cristiana que honre la palabra humana y así se acerque aun sin nombrarlo, a la propuesta de Jesús de Nazaret. Pero si somos constantes en cultivar y contagiar el respeto a la palabra que nace en nosotros y nos entrega a los demás mejoraremos en gran medida la riqueza de las relaciones humanas para construir un mundo mejor para todos.

Homilías Dominicales. Domingo 21 de diciembre de 2014 – 4to. de adviento (ciclo “B”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema : (Lc. 1,26-38)

Un mensajero Gabriel, es enviado a una ciudad de galilea llamada Nazaret a una joven que estaba compr0ometida con un hombre perteneciente a la familia de Davis, llamado José. El nombre de la joven era MARÍA. En mensajero entró en su casa y la saludó: Alégrate llena de gracia, el Señor está contigo! Al oir estas palabras la joven se sorprendió y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el mensajero le dijo: No temas María porque agradas a Dios. Vas a concebir y dar a luz un hijo al que pondrás por nombre Jesús. Será grande y lo llamarán hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David su padre y reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino0no tendrá igual. María respondió: ¿Cómo puede ser esto si yo no conozco a ningún varón? El mensajero respondió: El Espíritu de dios descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será santo y lo llamarán hijo de Dios   También tu parienta Isabel ha concebido un hijo a pesar de su vejez y la que era considerada estéril ya se encuentra en su sexto mes porque nada es imposible para Dios.María dijo entonces: Yo soy servidora del Señor. Que se cumpla en mí lo que has dicho.Y el mensajero se fue.

 

Síntesis de la homilía

La liturgia evoca hoy en el camino hacia el nacimiento de Jesús a María de Nazaret que se ve sorprendida por la visita y anuncio de un mensajero que abre sin aviso su puerta y le comunica que su situación de embarazada resulta agradable a Dios, porque se ha cumplido el tiempo (una frase que aparece en el verso 33 del mismo capítulo). Se refiere al tiempo señalado por el profeta Daniel anunciando la llegada del mesías liberador de Israel, 70 semanas. Honramos a María la madre, como el mensajero Gabriel al que Lucas presenta como enviado por Dios. En la tradición cristiana y de un modo especial la católica este honor se trasladó a la “virgen”. Tanto que para nosotros es la advocación más acostumbrada. Y de esa misma visión se dedujo la superioridad de la virginidad sobre el matrimonio que, disminuyendo en su dignidad la sexualidad matrimonial contribuyó a desfigurar y achicar la generosidad de la maternidad. Hay entre los teólogos muchas interpretaciones sobre la virginidad de María basadas en la exégesis bíblica más científica y objetiva, y se tiene especial cuidado para no. contrariar la formulación dogmática que en muchas oportunidades ha significado una exclusión del ámbito eclesial. De todos modos la evocación del episodio llamado de la Anunciación, en proximidad de la Navidad, el parto, legitima el asentar la afirmación en la maternidad, como lo más importante y digno de agradecimiento como contribución a la misión liberadora de Jesús con la que todos hemos sido beneficiados. Aceptar la maternidad es normalmente una decisión que, aunque gustosa y alegre, importa un acto fuerte y positivo de voluntad. Y, a través del relato de Lucas (único evangelista que crea esta circunstancia como suceso histórico) esa decisión es muy firme en la jovencita que viviendo su compromiso con José (también joven por supuesto aunque desde el principio lo pinten como viejo) conoce y da curso a su embarazo considerándose recinto y defensora de la vida. Hoy, cuando la ternura parece haber desaparecido de las relaciones humana habituales e incluso cuando se repiten los hechos crueles de la llamada violencia de género antifeminista, es tiempo creo para fijar la atención en la generosidad materna que en la aceptación de hijo se siente colaboradora sostén y originadora de ternura en la vida personal y comunitaria. Una misión que no es exclusiva de María sino de todas la madres que en su aceptación viven encendiendo luces que iluminan el valor de la vida y la ternura humanas.

Dos Celebraciones Finales 2014. Por Guillermo “Quito” Mariani

DOS CELEBRACIONES FINALES DE 2014
Domingo 21 a las 10.30 en el salón del Club de tenis del Banco de Córdoba
Viacocha 7.200
MARIA, LA MADRE QUE ESPERA
Miércoles 24 – en el salón de ATALAYA a las 19.30
                                                                                         Padre Francisco Palau 6450
LA PALABRA SE HACE CUERPO  DE UN SER HUMANO COMO NOSOTROS
Nuestra celebración tendrá como característica especial, la expresión corporal de nuestro gozo agradecido, 
 en las canciones del Gloria.- María.- Vals de la ofrenda.- y Padre nuestro.-
                                                         
NI FALTES, NI DEJES DE INVITAR

Homilías Dominicales – Domingo 14 de diciembre de 2014 – 3ro de Adviento en el ciclo “B” del año litúrgico Por Guillermo “Quito” Mariani

 Tema (Juan 1,6-8 y 19-28)

Apareció un enviado de Dios que se llamaba Juan. Vino como testigo de la luz para que todos creyeran por medio de él. El no era la luz sino el testigo de la luz. Este es el testimonio que dio Juan cuando los judíos enviaron sacerdotes y levitas desde Jerusalén para preguntarle: ¿quién eres tu? El confesó sin ocultar nada sino que dijo abiertamente: Yo no soy el mesías: ¿quién eres entonces? ¿Eres Elías? No. ¿Eres el profeta? Tampoco, les dijo.- Entonces ¿Quién eres? dínoslo para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado. ¿qué dices de ti mismo? Y él dijo “Yo soy una voz que grita en el desierto: preparen el camino del Señor, como dijo Isaías. Algunos de los enviados eran fariseos y volvieron a preguntarle.¿Por qué bautizas entonces si no eres ni el mesías, ni Elías, ni el Profeta? Juan respondió: Yo bautizo con agua pero en medio de ustedes hay alguien a quien no conocen. El viene después de mí y yo soy digno de desatar la correa de sus sandalias. Todo esto sucedió a orillas del Jordán en Betania donde Juan bautizaba.

 

Síntesis de la homilía

La redacción del evangelio de Juan que data de fines del siglo primero, con el desarrollo de varias comunidades cristianas, dirime en el comienzo, una cuestión disputada todavía en la que los discípulos de Juan el bautista, organizados también en comunidades, afirmaban que Juan era el enviado de Dios, rivalizando con los seguidores de Jesús en atribuir a uno u otro la dignidad de mesías. Por eso las preguntas inquisidoras de los enviados de los sacerdotes y levitas ante quienes el mismo Juan deja claro que no es ni el mesías, ni Elías señalado por Malaquías como anunciador y anticipo del día del Señor con venida del mesías liberador, ni otro profeta aludido por varias profecías y salmos

Las preguntas se refieren directamente al asunto de la autoridad para el baño de purificación, al que se daba mucha importancia como incitador a una purificación más profunda, prescritos en diversas circunstancias como introducción a las comidas y se observaba rigurosamente por la ortodoxia judía.

La actitud de Juan, a quien la popularidad de su figura y predicación podía haber halagado hasta hacerlo creer que realmente era el mesías, es realmente señera en la historia tantas veces repetida en las diversas religiones y también en la sociedad de personajes o grupos que admitidos y aclamados popularmente se agrandan hasta considerarse superiores como representantes de Dios cuando no a desplazarlo en la comunicación con los hombres endiosándose a sí mismos.

También podemos añadir a esta consideración, la actitud del apóstol Pablo que advierte sobre el peso que llegan a tener en la iglesia los “falsos profetas” con artimañas engañosas para presentarse como mensajeros de Jesús o del mismo Dios. Absolutante ungidos de su misma autoridad. La humildad de Juan que se confiesa indigno hasta de postrarse ante el que ha de venir, para desatar las correas de sus sandalias resulta ciertamente ejemplar.

El bautismo de agua, con la riqueza de significado de este maravilloso elemento de la naturaleza, engendrador de la vida, la frescura, la limpieza, la alegría y la transparencia no llega sin embargo a igualarse a la importancia que tiene para el ser humano, la limpieza de corazón. El espìritu del Dios Padre de todos, que a nadie se niega según la

afirmación de Lucas (11,13) y que es el verdadero y secreto promotor de la obra del reinado de Dios entre los hombres. Una realidad que debiera movernos a relativizar todos los ritos y costumbres piadosas que conservan para muchos la primacía en lo religioso, para adentrarnos en la valoración de las cualidades humanas de relación con los demás, que construyen realmente la comunidad fraternal necesaria y ansiada.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Homilías Dominicales. Domingo 30 de Noviembre de 2014 (ciclo “B”) 1ro. de Adviento. Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema: Mc.(13,33-37)

Palabras de Jesús a sus discípulos. “tengan cuidado y estén prevenidos porque no saben cuándo llegará el momento. Será como un hombre que se fue de viaje y deja su casa al cuidado de sus servidores asignando a cada uno su tarea y recomendando al portero que permanezca en vela. Estén revenido entonces, porque no saben cuándo llegará el dueño de casa. Si al atardecer, al canto del gallo o por la mañana. No sea que llegue de improviso y los encuentre dormidos. Y esto que les digo a ustedes se lo digo a todos ¡Estén prevenidos!”

 

Síntesis de la homilía

El aviso de “estar prevenidos” ha quedado sonando en la atemorizada conciencia de quienes pensando en lo imprevisto de la muerte, recuerdan aquella sentencia tremenda inventada por el autoritarismo religioso de que “se merece el infierno por un sólo pecado mortal no confesado”. El contexto es “escatológico”. Con la mirada bíblica de Jesús trasmitida a los discípulos, de un final apocalíptico del mundo y de la historia y como un aviso para quienes tuvieran la dicha o la tragedia de vivir en esos últimos tiempos.

Desde ya podemos pensar que de ser así no se trata de un aviso al que tengamos que dar mucha importancia. Aunque se han repetido ya varias oportunidades en que diversos grupos, con distintos intereses, han anunciado ese final terrorífico de la creación y la historia de la humanidad. Siempre hay una especie de satisfacción al profetizar calamidades como eficaz medio para proponer salvaciones, originadas en quienes con diversas ambiciones quieren ponerse en el centro de la escena.

Sin incurrir en ese clima terrorífico pero que adivinamos muy lejano, la propuesta tradicional se ha concentrado, posteriormente, en la afirmación de que hay que estar prevenidos para cuando nos llegue la hora definitiva y final de la vida.

El sentido común y la interpretación crítica de este pasaje ha de fijarse, en cambio, en la necesidad de vivir alertas, despiertos, prevenidos para no dejar pasar las oportunidades que se nos brindan para poner en marcha nuestro propósito de ser constructores del reinado de Dios, proclamado e instaurado en el camino de la humanidad por Jesús de Nazaret.

No hay momentos predeterminados para que en el transcurso de la vida se presenten ocasiones en que, conscientes de nuestras posibilidades, podamos complicarnos con emprendimientos, proyectos o realizaciones que fomente el mejoramiento de las relaciones interpersonales y sociales. La costumbre de esperar o exigir que de otros niveles se soluciones los problemas acuciantes, produce al mismo tiempo un clima de pesimismo general y una evasión de lo que podía ser nuestra colaboración para mejorar la relaciones humanas no solamente con nuestra acciones concretas personales o grupales sino con la adhesión en opinión y participación para con las iniciativas propiciadas por otros grupos o personas con influencia más amplia y profunda en el clima y la realidad social.

Para eso es indispensable tener bien afirmada nuestra escala de valores. Y en primer lugar, en situación defensiva y muy alerta para lo que significa, en un sistema impuesto sin contemplaciones y absolutamente visible para todos que es el capitalismo liberal, que coloca en la cima de los valores el dinero y su acumulación, como fuente primaria de sentido y felicidad para la vida de los seres humanos. No se trata entonces de un consejo inútil para quienes no lleguen a los últimos tiempos, que no es seguro que lleguen realmente, al menos como se prevén. Ni de un aviso de prepararse para la muerte. Sino de una advertencia para estar despiertos para darle a la vida sentido de solidaridad y felicidad.