¿DIÁLOGO EN LA IGLESIA CATÓLICA? Carta de P. Victor Acha al Obispo.

Tomado de la carta enviada por el padre Víctor Saulo Acha al Arzobispo, en el mes de febrero

Escribo estas líneas a propósito de la situación planteada en ocasión de mi retiro de la actividad parroquial. Este retiro estaba acordado con el Arzobispo cuando me pidió hacerme cargo de la Pquia. Ntra. Sra. del Valle, La Cripta, en el año 2006.

Desde que el Padre Carlos Ñañez se hizo cargo de la arquidiócesis pareció que comenzábamos un proceso de participación, de integración, de diálogo que había sido poco frecuente entre nosotros y que por cierto nos alegró. Poco después sacerdotes y laicos vimos con agrado cuando el Arzobispo pidió colaboración para entregar una carta pastoral a la arquidiócesis en un Adviento ya lejano. Así hubo muchos signos prometedores de una pastoral diferente.

En lo que a mi respecta, durante años expresé mi adhesión a las propuestas del Plan Pastoral, he colaborado en semanas del clero (no sin inconvenientes), he acercado sugerencias, fui llamado a colaborar con el Vicario de Pastoral, P. Walter, se me pidió exponer en algún encuentro diocesano, etc. Y cuando personalmente o con otros creímos necesario sugerir cambios, poner acentos, cambiar algún esquema, también lo expresé.

Parece que todo esto no significó mas nada, desde el momento en que me permití disentir con expresiones de algunos Obispos (a propósito de la Ley de Matrimonio igualitario) en una cuestión absolutamente opinable y frente a la cual la Iglesia tenía la oportunidad de mostrar su equilibrio, acentuando por un lado los principios que considera importantes y por otro mostrando su apertura para buscar caminos nuevos para la integración y el crecimiento humanos.

En varias ocasiones el Arzobispo ha manifestado que tiene presiones, y que peligra el camino pastoral que está en marcha en la Arquidiócesis. ¿De qué hablamos? ¿Qué puede temer el Arzobispo? ¿Quién puede presionarlo si cree que cuenta con la fortaleza del Espíritu? ¿Quién puede cuestionar los procesos participativos que el obispo quiera instalar en su diócesis?

La más antigua teología y práctica eclesial nos dicen que el Obispo tiene plena autoridad en su diócesis. Nadie de fuera, puede cuestionar su autoridad en asuntos que hacen a su ministerio pastoral. Ninguna institución de la Iglesia se sitúa por encima del Obispo en lo que concierne a sus decisiones pastorales.

¿La necesaria “comunión episcopal” que le une al resto de los obispos, significa algún modo de sumisión? ¿El Obispo tiene que condicionar sus decisiones a la palabra o el pensamiento de otros obispos? Aún los documentos, expresiones y criterios de la Conferencia episcopal no son  vinculantes, si bien son asumidos en razón de la comunión de todos. Pero obrar en comunión no significa no pensar, no opinar, no buscar, no expresar diferencias, acentos, puntos de vista que en conciencia se consideran válidos.

La fisonomía jerárquica y de sentido verticalista que muestra la Iglesia Católica, tiene más de mundana que de evangélica y aunque tiene siglos desarrollando ese estilo de autoridad, debe ser revisada y adaptada a la realidad del mundo actual y siempre buscando coherencia con el Evangelio, que es el criterio supremo de la fe y de la práctica cristiana.

Esto no es una reflexión aislada ni original, en parte es doctrina tradicional y en parte es el pensamiento de teólogos de reconocida autoridad, al menos desde que el ya olvidado Juan XXIII tuvo la ocurrencia de decir que había que dejar entrar aires nuevos en la Iglesia y sacar el polvo acumulado desde siglos en sus estructuras.

A esta altura de la historia ¿tienen sentido las posturas conservadoras que pretenden mantener el statu quo sin buscar caminos nuevos en lo que concierne al ejercicio de la autoridad? ¿A dónde va a terminar una Iglesia que siga apelando a ese tradicional recurso de la autoridad para señalar un único camino y opciones más corporativas que fieles al Evangelio? ¿Es que la Iglesia no puede incorporar de una vez, formas sanas y hace tiempo aceptadas socialmente de  participación, cuando se trata de la designación de obispos y sacerdotes?

He planteado al Arzobispo que el Padre Pedro Torres, propuesto como futuro párroco no me parece la persona indicada y también que no comprendo por qué no fui consultado respecto al posible sucesor, ni se pensó en dialogar con la comunidad al respecto. El obispo, los sacerdotes y laicos somos parte de una misma institución, de un mismo proyecto y creo que aceptamos un mismo evangelio que nos señala un modo de relaciones que exceden los marcos institucionales, porque se vinculan con lo fraterno, lo solidario, lo participativo.

Aquí no se trata de una actitud contra el padre Torres, solo opinamos (la comunidad y yo) que sus opciones pastorales difieren de las nuestras y que cada persona es adecuada o no, para determinada circunstancia ó ámbito. Son incontables en esta y otras diócesis los casos de cambios semejantes que terminan desarmando comunidades, enfrentando a unos con otros y produciendo heridas y rupturas que solo consiguen el alejamiento de muchos, cuando nuestra misión es integrar y nunca dispersar. Por eso hemos reclamado ser escuchados

¿Acaso la consulta amplia, la opinión de las bases, el criterio de los protagonistas menoscaba la autoridad de quien tiene que decidir? ¿No es mejor el diálogo oportuno y con todos,  que tener que afrontar situaciones conflictivas e indeseables que dejan heridas a veces insalvables?

Laicos representantes de la comunidad han hablado al respecto con el Arzobispo y también con el Padre Torres, pero parece que la decisión es inamovible.

Nos preguntamos ¿la intención será desarmar esta comunidad, desalentar nuestro estilo participativo e inclusivo, ajustar los proyectos a un modelo de pastoral tradicional?

De ser así ¿Porqué acallar las voces que matizan los discursos oficiales? ¿No es una riqueza asumir la diversidad en el conjunto de una diócesis? Hay mucha gente que adhiere a una pastoral tradicional, de conservación, de sacramentalismo y devociones, pero en el escenario de esta sociedad del siglo XXI, en el escenario de nuestro país y en el de Córdoba, muchos alentamos otras opciones pastorales.

Aquellas y estas opciones diferentes contribuyen a sumar, a integrar lo diverso, a fomentar la convivencia de lo diferente. ¿No se parece esto a lo que hizo, propuso y pretendió Jesús, incluyendo a todos, aceptando a los que eran rechazados en su tiempo, planteando una experiencia religiosa diversa en ciento ochenta grados a lo establecido en aquella sociedad?

Superemos los miedos, compartamos nuestras dudas, seguridades y expectativas, busquemos juntos, escuchémonos sin prejuicios. Solo eso podrá salvar a nuestra Iglesia de quedar reducida a una secta, o de ser una más de tantas obsoletas monarquías, cáscaras sin contenido significativo.

Cada día es mayor el descrédito del Vaticano, de muchos obispos de Argentina y de otras latitudes y no por calumnias, sino porque sus expresiones, sus actitudes, son muchas veces extemporáneas, cuando no anacrónicas u obsoletas. Y porque además ha quedado patente que el pecado está tanto dentro como fuera de la Iglesia y esto no puede ser de otro modo, porque esa es la condición humana. Asumamos con sencillez y humildad y sin arrogancias lo que somos. Porque es tan cierto nuestro pecado, como lo debe ser nuestra vocación para proclamar oportuna o inoportunamente el Evangelio de la vida, superándonos desde nuestras limitaciones.

Todos debemos leer “los signos de los tiempos” y revisar con sinceridad y sin prejuicios ¡tantas! expresiones y acciones que no hablan de una Iglesia enteramente fiel al Evangelio. Hay que transformar una Iglesia que pretende defender siempre el orden establecido, atender a quienes le halagan el oído y dicen amen a cualquier propuesta, para quedar bien con todos, menos con los que piensan, opinan y proponen. Hay que transformar una Iglesia que piensa más en la defensa de sus instituciones epocales que en su irrenunciable misión profética. Esto es misión de todos los que decimos seguir a Jesús de Nazaret.

Entonces, para ser una Iglesia que escucha, que atiende, que asume a todos y a todos propone el diálogo adulto y maduro, aceptemos al interior de nuestra comunidad diocesana, la diversidad y el pluralismo.

La cuestión planteada en La Cripta no está cerrada, pues lo que hoy es un hecho puntual de esta comunidad, o bien nos lleva a buscar caminos nuevos en las relaciones pueblo autoridad, o las soluciones sin el diálogo y la participación serán ficticias y harán daño a todos.

PADRE VICTOR SAULO ACHA

 

 

INFORME SOBRE EL CONFLICTO EN LA CRIPTA

Leído en las Misas del 12 y 13 de marzo

Es de todos conocido que a lo largo de dos meses tanto el P. Víctor como representantes de los Consejos pastorales, tuvieron comunicaciones por carta y entrevistas con el Arzobispo y también con el designado P. Pedro Torres.

¿Qué está en juego con la llegada de un sacerdote que no comparte los lineamientos teológicos y pastorales que han orientado desde hace décadas el ser y hacer de La Cripta?:

–      Está en juego que La Cripta continúe siendo una comunidad que funda su pensamiento y su acción en los postulados del Concilio Vaticano IIº y en la Teología más avanzada desarrollada a partir de entonces;

–      Está en juego esta parroquia donde se puede integrar todo el que busque sinceramente crecer como buena persona y como creyente fiel al Evangelio de Jesús;

–      Está en juego este espacio donde no hay exclusiones; donde no hay exigencias pastorales que alejan a quienes no se ajustan a modelos convencionales; donde no se imponen condiciones ni trabas para que las personas accedan a los sacramentos o se integren en tareas comunitarias;

–      Está en juego poder participar de una liturgia sin acartonamientos, ni apego a las rúbricas, de carácter festivo y donde se tiene como eje vertebral el Anuncio del mensaje, partiendo no de los dogmas sino de las realidades humanas que vivimos todos los días las personas;

–      Está en juego el legítimo derecho que tiene esta y cualquier otra comunidad a opinar respecto al sacerdote que se hará cargo de conducir la animación de la comunidad;

–      Está en juego todo aquello por lo que todos ustedes participan de esta comunidad y no de otra.

Por eso en la Asamblea celebrada el pasado 26 de febrero se decidió casi por unanimidad “NO ACEPTAR”, el nombramiento propuesto por el Arzobispo. Y el jueves pasado la Comisión constituida a efectos de decidir las acciones a seguir, ha resuelto lo siguiente:

  • Ratificar una próxima Asamblea que tendrá lugar el sábado 2 de abril y a la cual estamos todos convocados;
  • Notificar al Arzobispo y a sus Vicarios que habiendo intentado por la vía  del diálogo acordar acerca del futuro párroco y sin tener resultados satisfactorios, a partir de ahora hacemos pública la situación a través de todos los medios que sea posible;
  • Participar en la Jornada Arquidiocesana del sábado 12 (asisten mas de 1000 personas, delegados de todas las Parroquias de la Arquidiócesis) y repartir a todos un breve volante dando a conocer nuestra situación y disposición al diálogo;
  • Se organizará un evento masivo al que convocamos con la consigna: “ABRAZO A LA CRIPTA”, cuyas características daremos a conocer próximamente;
  • Convocar a toda la gente que está vinculada a La Cripta ya sea en las Misas, como en los distintos Grupos parroquiales, en la Catequesis, en el Grupo Scout e igualmente a familias y vecinos relacionados con nuestra comunidad para participar en dicho Abrazo que concretaremos en el fin de semana entre el 8 y 10 de Abril.

 

4° Domingo de Adviento NO TEMER SITUACIÓN Y DESAFÍO: Hay dudas e incertidumbres pero hay signos. Por Victor Saulo Acha

4° Domingo de Adviento NO TEMER SITUACIÓN Y DESAFÍO: Hay dudas e incertidumbres pero hay signos.

1°  Lectura Isaías 7,10-14: No temer. Lo imposible es posible

Yahvé  habla a Ajaz, por medio de Isaías: “El Señor dará a su pueblo esa señal: la joven está embarazada y da a luz un varón a quien le pone el nombre de Emmanuel, es decir Dios-con-nosotros”

2°  Lectura Romanos 1,1-17 es el Hijo de Dios, si es hombre. El llama a la salvación

Pablo declara que de Cristo Jesús, nuestro Señor hemos recibido gracia y misión, para que en todos los pueblos no – judíos sea recibida la fe para gloria de su nombre. Y anuncia esta gran noticia “la gracia y la paz”, para los pueblos de la tierra que no conocían a Yahvé y ahora han encontrado a Cristo el Señor…

El Evangelio es para todos ya sean griegos o extranjeros, cultos o sin estudios. Es una fuerza de Dios y salvación para todos los que creen, que además nos reforma por medio de la fe y para la vida de fe, porque el que es justo por la fe vivirá.

Evangelio Mateo 1, 18-24: ¡No temer! Dios con nosotros

Si el Espíritu Santo sorprende a María con el anuncio de maternidad igualmente sorprende a su esposo José y lo hace padre al decirle “Tú eres el que pondrás el nombre al hijo que dará a luz. Y lo llamarás Jesús, porque el salvará a su pueblo de sus pecados”.Así se cumplirá la Escritura “la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que significa  Dios-con-nosotros”.

REFLEXIONES

Decíamos el domingo pasado que hay que saber ver y oír, porque que Dios es luz y es Palabra. El invita y muestra camino y no desde afuera de nuestras realidades, de nuestra historia o de nuestra vida. Nunca desde afuera porque El es Dios con nosotros.

Cada persona y las comunidades creyentes debemos ser lugar de interpretación de la historia y de la presencia de Dios en ella. Se trata del encuentro de nuestra realidad contingente, limitada, con luces y sombras, con Dios que es la plenitud de todo y que justamente ha querido tomar nuestra carne para hacernos participar de esa plenitud.

El siempre nos sorprenderá  porque nos elige para hacer con nosotros “grandes cosas”. Es lo que anuncia por los profetas y lo que comienza a realizar con María y con José asociado a ella. En ello se manifiesta el Dios que sorprende anunciando lo que parece imposible para nuestras fuerzas humanas.

La sucesión de estas experiencias de encuentro, de diálogos de Dios con hombres y mujeres del pueblo elegido, han quedado escritas en la Biblia para iluminar a los creyentes de todos los tiempos.

Claro, hay que tener oídos atentos y ojos abiertos, para ver y oir.

Supo hacerlo María con su “si” incondicional  a Dios que la invitaba a colaborar en la obra de salvación; supo hacerlo José reconociendo que Dios obra mas allá de nuestros límites humanos.

Solo cuando se está dispuesto a escuchar el hablar de Dios a través de nuestras realidades cotidianas, se puede interpretar lo que sucede en la vida con ojos de creyente y encontrar caminos nuevos cuando todo parece cerrado o terminado.

De este modo la fe se hace iluminadora de la vida, se hace operativa y eficaz, porque nos brinda las luces que necesitamos para que las encrucijadas del camino no nos acobarden, no nos derroten, no nos opriman. La fe es entonces movilizadota de la vida, nos abre horizontes y nos permite tomar decisiones operativas. La misteriosa gestación de María es signo de esperanza… José… recibió a María en su casa…

Cuantas situaciones de hoy nos hacen temer: la inseguridad social, la incertidumbre en tiempos de crisis, la desocupación, la crisis de las instituciones, la violencia instalada en todas partes, la estafa de los poderosos, el derrumbe generalizado…

Está Dios con nosotros. No tengamos miedo, con El podemos leer la historia y buscar en medio de las sombras dónde están los destellos de luz que nos permitan ver para abrir caminos nuevos.

En un oscuro pueblito de Israel, un hombre y una mujer sencillos y desconocidos, pero de profunda fe, pudieron abrirse camino en medio de sus temores y dudas.

Lo hicieron porque conociendo la Escritura, interpretaron lo que les sucedía a la luz de la Palabra de Dios y siguieron caminando e hicieron de su hogar el hogar de Jesús que vino para ser el liberador de su pueblo.

Nosotros,  hombre y mujeres de fe, tenemos el testimonio de la Escritura que también nos permite leer hoy los acontecimientos del presente con la luz permanente de la Palabra de Dios con nosotros. Nos dice San Pablo que la Buena Noticia es salvación para todo el que cree.

Esta Buena Noticia  ya manifestada en Belén, sigue hablando hoy para ser fuerza divina que nos salve de tantas oscuridades, contradicciones, fracasos y muertes. Buena Noticia hoy, para hablar a esta realidad a veces confusa y turbulenta en la que nos movemos y ayudamos a encontrar en medio de ella  caminos nuevos, caminos posibles, caminos de salvación.

No se repite a historia, pero si se repite en la historia aquel encuentro de Dios con los creyentes que abre las realidades conflictivas del  mundo, para que en ellas emerja la luz que permite encontrar caminos de salvación.

No hay nada imposible para Dios. El sin embargo, por un incomprensible designio de su amor ha querido que cuando nosotros lo elegimos, así como Él nos eligió primero, entonces comienzan a suceder cosas nuevas y podemos decir todo es posible para el hombre.

Es nuestra responsabilidad de creyentes  actualizar en nuestra vida y en nuestras realidades, en nuestro hogar y en nuestras ocupaciones, aquella Buena Noticia que puede mostrarnos nuevos horizontes y permitirnos imaginar caminos nuevos. No tengamos miedo El es Dios – con nosotros

Rezamos con el Salmo 24

Del Señor es la tierra y lo que contiene,

el mundo y todos sus habitantes:

y esa tierra y este mundo son nuestro hogar.

¿Quién subirá a la montaña del Señor?

¿quién estará de pie para escucharlo?

el de manos limpias y de puro corazón,

el que no pone su fuerza en cosas vanas ni obra con engaños:

Ese tendrá la bendición del Señor:

La fortaleza y la luz de ¡Dios Salvador!

3° Domingo de Adviento VER Y OIR SITUACIÓN Y DESAFÍO: Hay poderosos y profetas. Por Victor Saulo Acha

3° Domingo de Adviento VER Y OIR SITUACIÓN Y DESAFÍO: Hay poderosos y profetas.

LAS LECTURAS:

1°  Lectura Isaías 35, 1-6. 10: Signos: ver, oír… alegrarse… Dios mismo salva.

Que se alegren el desierto y la tierra seca, que con flores se alegre la pradera; que se robustezcan las manos débiles y las rodillas que se doblan; que los ojos de los ciegos se despeguen, y los oídos de los sordos se abran, porque Yahvé obra en su pueblo. “Calma, no tengan miedo, porque ya viene su Dios… ha salvarlos”

A los liberados por Yahvé  la alegría y la felicidad los acompañarán y ya no tendrán más penas ni tristezas.

2°  Lectura Santiago 5,7-10: Sean pacientes… y tengan ánimo.

Tengan paciencia, hermanos, hasta la venida del Señor. Miren como el sembrador cosecha los preciosos productos de la tierra, que ha aguardado desde las primeras lluvias hasta las tardías. Sean también ustedes pacientes y no se desanimen, porque la venida del Señor está cerca.

Consideremos lo que han sufrido los profetas que hablaron en nombre del Señor y tomémoslos como modelo de paciencia.

Evangelio Mateo 11, 2-11: Signos del Reino: la vista, el oído, los pies, la salud y la buena noticia a los pobres…

¡Vayan y cuéntenle a Juan lo que ustedes están viendo y oyendo: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan y una Buena Nueva llega a los pobres. ¡Y dichoso aquel para quien no sea motivo de escándalos! Jesús afirma que Juan es mas que un profeta. Es el mensajero que precede al Mesías abriéndole el camino. “De entre los hijos de mujer no se ha manifestado uno mas grande que Juan Bautista, y sin embargo el más pequeño en el Reino de los cielos es más que él”.

REFLEXIONES

La liturgia expresa la “pedagogía” de Dios, que nos va invitando a descubrir en su palabra signos, gestos, mensajes, que hablan a nuestras realidades para iluminarlas y orientarlas al destino de salvación que están llamadas. ¡Sí! todas las realidades humanas, personales, sociales, comunitarias, tienen un destino de salvación que se va concretando en el transcurso de la historia.

Esta pedagogía de Dios que se manifiesta en la Escritura y también en la liturgia del Adviento, nos invitaba en las semanas anteriores a  prepararnos

porque el Señor viene y a convertirnos para acceder a su Reino. Sin temores porque no hay nada imposible para Dios.

Estos mensajes salen al encuentro de tantas situaciones humanas de conflictos, de fracasos, de incoherencia. No son mensajes extraños a las realidades cotidianas y están vinculados a las grandes expectativas de las personas y los pueblos: cambiar la guerra en trabajo, encontrar la armonía del hombre con la creación, alcanzar la justicia para encontrar la paz.

¿Por qué entonces tantos odios y violencias, tantas injusticias bochornosas, tantos atropellos a la dignidad humana, tantos estragos en la humanidad a causa del poder y del dinero?

Los poderes del mundo han formado una trama de maldades y calamidades que expanden su fuerza destructoras, que crean el caos y la desolación y esto se repite a lo largo de los tiempos porque el pecado está instalado en los corazones y en las estructuras del mundo.

Pero… no tengan miedo, ya viene su Dios… él mismo viene a salvarlos (Isaías)… sean pacientes y no se desanimen, porque la venida del Señor está cerca (Santiago)

Ante las calamidades del pecado se levanta la voz de los Profetas anunciando que los ciegos verán la luz y a los sordos se les abrirá el oído. La luz y el sonido que nos comunican, nos vinculan, nos permiten percibir las dimensiones, las formas, los matices, la armonía y el color, son signos de la salvación anunciada y prometida.

Dios es palabra y luz, y hay que aprender a ver y oir. Si, los ojos de los ciegos se despegarán y los oídos de los sordos se abrirán… se robustecerán las manos débiles y se afirmarán las rodillas que se doblan.

Ante la pregunta de los enviados de Juan, Jesús declara que éste tiempo de salvación se hace presente con Él, vayan y cuéntenle a Juan lo que han visto y oído… la abundancia de salud y la Buena Noticia han llegado a los pobres.

Hay que saber ver y oir, porque vivimos tiempos de prueba, en los que hay que renovar la esperanza sin caer en el pesimismo, la angustia o la desesperación. Ver y oir el mensaje del Reino que es justicia, verdad, amor y paz, para decir ¡basta! a tanta muerte y destrucción, a tanta injusticia y mentira.

No hay tiempo para la indiferencia, el desgano o el pesimismo. No se desanimen… (Santiago). Animo, fuerza interior, manos y corazones unidos para caminar mirando al horizonte, sin inclinar la frente, ni doblar las rodillas.

El mundo presente también necesita profetas, nosotros, discípulos de Jesús hoy, debemos ser profetas para anunciar la verdad y la justicia como Juan Bautista, para señalar el pecado allí donde se hace visible en el mundo presente, para ser una voz que grita en los nuevos desiertos de la sociedad contemporánea.

Pero la voz profética no se agota en la necesaria denuncia del pecado, también es testigo de lo que Jesús proclamó: el reinado de Dios.

Ese reinado de Dios, se va construyendo en la historia y hoy hay signos que debemos saber leer, valorar y defender para que solo sirvan a la construcción de una humanidad cada vez mas plena y feliz y nunca sean instrumentos de destrucción, corrupción o muerte.

Hoy “vemos” y “oímos” con mayor lucidez y posibilidades que en otros tiempos:

El prodigio de las comunicaciones hoy, es la posibilidad de un mundo con menos exclusiones y marginaciones, porque permiten a todos el acceso a la información para conocer, expresarse, ser protagonistas. Limitar las comunicaciones a unos pocos, manipularlas con ideologías de dominación, monopolizar su producción y difusión son peligros y realidades presentes. Por eso hay que defender este logro de la humanidad para que todos podamos “ver y oir”.

La utilización del laser tanto para la recreación como con fines científicos es otro recurso que permite el gozo legítimo de los sentidos  y hace posible una mejor calidad de vida a través de su uso terapéutico. Este descubrimiento “cura a los enfermos”.

La creciente participación de las personas con capacidades diferentes en todos los ámbitos del trabajo, la cultura, el arte, etc., es nuestro recurso actual para que “los paralíticos caminen, los ciegos vean y los sordos oigan”

Tenemos anhelos de eternidad y de felicidad sin límites y son legítimos, porque así lo ha anunciado Dios… la alegría y la felicidad los acompañarán y ya no t|ndrán más pena ni tristeza. Este anhelo para el creyente es misión y tarea, es permanente desafío y búsqueda.

El Reinado de Dios se construye en la historia, se lo debe buscar constantemente, debe crecer desde la semilla hasta el árbol frondoso, nace al interior de cada corazón, pero se expande en la comunidad.

En el reinado de Dios nosotros somos sus artesanos; El no se vuelve atrás, nosotros no podemos claudicar; El está en el origen del reino, nos aguarda al final y nos acompaña siempre, no podemos detener la marcha ni abandonar el camino. Sepamos ver y oir: la Palabra de Dios es luz.

Rezamos con el Salmo 146

El Señor proclama la justicia:

nosotros liberamos a los oprimidos y damos pan a los hambrientos;

El Señor invita a la libertad:

Nosotros auxiliamos a los presos y excluidos;

El Señor dice “levántense, no tengan miedo”:

Nosotros recibimos al extranjero y reanimamos al débil;

El Señor rechaza el camino de los malvados:

Nosotros apuramos la justicia.

El reinado del Señor es para siempre.

2° Domingo de Adviento: TRANSFORMAR LA VIDA SITUACIÓN Y DESAFÍO: hay leones al asecho y hay corderos indefensos. Por Victor Saulo Acha

2° Domingo de Adviento: TRANSFORMAR LA VIDASITUACIÓN Y DESAFÍO: hay leones al asecho y hay corderosindefensos

LAS LECTURAS
1° Lectura Isaías 11, 1-10: Vendrá un mensajero de la justicia y la armonía

Denso el simbolismo, el texto pone como eje al “retoño”, que es unpersonaje que aparece varias veces en el antiguo Testamento y que tendráel espíritu (el soplo, el viento) del Señor. Presenta dos símbolos cósmicos:el viento y el mar y luego dos símbolos vegetales y animales.Aquel viento (espíritu) de Dios, como surgiendo de los cuatro puntoscardinales, se manifiestan en cuatro fuerzas convergentes:? Espíritu de sabiduría? Espíritu de inteligencia? Espíritu de prudencia? Espíritu de valentía
Esas fuerzas harán posibles que aquel personaje, “el retoño”, tenga elconocimiento y respeto del Señor, porque tendrá el espíritu, conocerá a Yahvé,lo respetará y gobernará según sus preceptos.Será un conductor dotado de justicia y lealtad, defensor de los derechos depobres y débiles, cuya voz derribará al opresor y al malvado.Los simbolismos de la armonía de la creación y del nuevo paraíso completan elcuadro que expresa estos anuncios proféticos.
2° Lectura Romanos 15,4-9: Miremos a Cristo, y conservemos la esperanza
A la luz de Cristo las comunidades del Nuevo Testamento interpretan lasEscrituras que han recibido. Así el anuncio mesiánico se lee desde Cristo, enquien se ha cumplido.Por eso hay que perseverar en la esperanza y encontrar la armonía,
aceptándose y recibiéndose mutuamente, superando toda división y ruptura.Solo asi será posible para el creyente alabar a Dios, ya que ese es el ejemplode Cristo que vino a generar la paz entre los pueblos divididos.Como en Isaías, también aquí está presente el anhelo de la paz y la armonía.Es que el corazón humano aspira a la plenitud que se busca o se frustra en lasobras que la humanidad realiza.
Evangelio Mateo 3, 1-12: Dios hace hijos aun de las piedras. Hay cambiar devida.
Persiste el tema de los tiempos nuevos y las obras nuevas.Por un lado, se interpreta a Isaías aplicándolo a la obra de Juan. El mensajede éste nuevo profeta es de conversión “Renuncien a su mal camino, porqueel Reino de los Cielos está cerca… Preparen un camino al Señor; hagan sussenderos rectos”.Este hombre concentra la atención y reúne seguidores venidos de todo elterritorio. Su palabra es tan dura como austera es su vida. No hay atenuantes,solo la conversión puede salvar del pecado “Raza de víboras, ¿cómo va apensar que escaparán del castigo que se les viene encima? Muestren los frutosde una sincera conversión… todo árbol que no da buen fruto, será cortado yarrojado al fuego”.Es inútil invocar a Dios si la suplicas de los labios no se acompaña de corazón con las obras.

REFLEXIONES
La liturgia de este Adviento, nos ayuda a crecer con la “pedagogía” delEvangelio: Dios “que puede hacer de las piedras hijos de Abraham”, es decirherederos de las promesas, hijos de su pueblo, salvados. Aquella pedagogíade Dios que el domingo anterior nos invitaba a “prepararnos”, hoy nos alienta a“convertirnos”, es decir vivir una vida nueva.Decimos como enunciado una consigna “no hay nada imposible para
Dios, todo es posible para el hombre”.
El hombre sigue siendo capaz de las atrocidades y las guerras desiempre, de las injusticias y los atropellos a la dignidad humana que tantasveces han manchado la historia, de los abusos del poder y del dinero que hanocasionado las peores tragedias de la humanidad.Pero cabe preguntarse ¿Cuándo como este siglo que ha comenzado,hemos visto de cuánto es capaz la humanidad? ¿Cuándo como hoy se hallegado a tales adelantos de la ciencia y de la técnica? ¿Cuándo se pensóque se pudiera llegar a la clonación y a tantos logros científicos similares? Elhombre actual está próximo a creer que lo puede todo con sus solas fuerzas…todo es posible para el hombre.
No obstante, ante tanta inseguridad –para algunos- subsisten lasmiserias de siempre para las grandes mayorías ¿no son estas la muestramas evidente de la limitación humana? ¿no es esta la realidad el espejo quenos muestra nuestros mil rostros, los del poder y los de la limitación, los de laverdad y de la mentira, los del odio y del amor?Pero el Dios Padre que nos ha revelado Jesús, es el Dios de laconfianza, por eso descubramos ¡de cuánto somos capaces!, descubramosaquella faceta que nos muestra capaces de cambio de transformación, deconversión. Es decir que nos hace capaces de “renacer” de nuestras propiascenizas.Para Dios es posible hacer de las piedras hijos, dice el Evangelio,hacer de nuestros corazones de la piedra corazones de amor, hacer denuestras potencialidades instrumentos de la verdad y la justicia, hacer denuestras energías fuerzas capaces de rehacer el mundo y la historia.Pero es fundamental que nosotros mismos reconozcamos estascapacidades que están en cada persona y que serán posibles si unimosnuestras posibilidades y esfuerzos para lograrlo.El profeta ha anunciado al Mesías (1° Lectura) describiéndolo comoaquel que conduce con el espíritu de sabiduría y de inteligencia, de prudenciay de valentía, como aquel que será el principio de un nuevo orden cósmico dearmonía perfecta.Juan, con su duro lenguaje advierte el camino a seguir: “Raza de víboras, ¿Cómo van a pensar que escaparán del castigo que se les vieneencima? Muestren los frutos de una sincera conversión… renuncien a su malcamino porque el Reino de los cielos está cerca”.Y si los poderosos, los estafadores de guante blanco, los corruptos dehoy no se dan por aludidos, habrá que gritarles aquellas palabras proféticas.Hoy el pueblo todo puede ser “profeta” que denuncia a los agentes del poder,de la fuerza indiscriminada y de la corrupción institucional.
Para el que encuentra la salvación, adherir al Reino implica:
? El reconocimiento del propio pecado, del camino torcido;? La firme decisión de una renuncia a tal situación;? La expresión concreta y efectiva de tal decisión mediante el esfuerzopara un cambio de actitudes.Esta conversión es el resultado de una decisión puntual y firme,que es aquella renuncia. Sin embargo no hay conversión puntual, sinoproceso de conversión, camino de conversión. Porque el pecado nos atrapareiteradamente, reiteradamente hay que dar paso del retorno a Dios, de lavuelta a su camino, del regreso al Evangelio, de la apertura al hermano, de lasana armonía con el mundo.Nuestra decisión de renuncia al pecado y adhesión al Reino, es lapermanente ratificación de nuestra vocación bautismal “El los bautizará en el
Espítiru Santo y el fuego”
Lo que en Juan era anuncio, para nosotros es realidad actual. Decada uno depende hacerla también una realidad efectiva y estable. Aquellaconstante conversión implica asumir que hay que “separar el trigo de la paja.Porque el Señor ha venido para guardar el trigo en sus bodegas, mientras quela paja la quemará en el fuego que no se apaga”.Este cambio de vida, que es decisión personal, que es opción de cadacreyente, también debe ser construcción de nuevas experiencias de comuniónfraterna, de adhesión solidaria al Reino del Señor, de esperanza renovada enmedio de las vicisitudes del tiempo.Para esto es oportuno recordar la carta a los Romanos queescuchamos “que, perseverando y teniendo el consuelo de las Escrituras, no
nos falte la esperanza… para vivir en buen acuerdo, según el espíritu de CristoJesús” y para que la experiencia cristiana nos haga fraternos y solidarios, noshaga imagen del Amor “Acójanse unos a otros como Cristo nos acogió para
gloria de Dios”.Las propuestas que surgen de los textos bíblicos y que acabamosde comentar, deben ser interpretados a la luz de los acontecimientos y lasculturas de hoy.Quienes se acercan a Juan y a quienes el llama “raza de víboras”son fariseos y saduceos. Ellos no representan al pueblo, unos se arrogan elconocimiento perfecto de la ley, los otros son una casta aristocrática y ambosestán lejos de las necesidades e intereses del pueblo.Hoy también encontramos estructuras y castas políticas, económicasy religiosas que están lejos de los intereses del pueblo y que como enaquellos tiempos se aprovechan de las mayorías para sus propios intereses ybeneficios.Todos podemos ser hoy esa voz que se levanta como la de Juan elbautizador para reclamar cambios profundos y saneamiento de las institucionesy sus estructuras.Todos con nuestro protagonismo, podemos contribuir a “separar lapaja del trigo”, para rescatar los mejores valores que se encuentran en lahumanidad y desechar todo aquello que es obstáculo para el bienestar, elcrecimiento y la realización de los pueblos.En las mayorías populares, en las instituciones intermedias, en losque piensan, trabajan y construyen tanto en los ámbitos laborales comointelectuales, allí está creciendo cotidianamente el trigo que podrá dar buenosfrutos. Allí debemos ser todos protagonistas, para consolidar cuanto hay devalioso en el presente de la humanidad.

Rezamos con el Salmo 72
Aguardamos Señor tu venida, porque contigo:
? haremos florecer la justicia para todos;? liberaremos al mendigo de su miseria,y asistiremos al pequeño que de nadie tiene apoyo;? seremos solidarios con el débil y el pobre,para construir con ellos caminos de liberación;
Por eso proclamamos confiados:
Que en ti sean benditas todas las razas de la tierra,y llegue la felicidad a todas las naciones

1° Domingo de Adviento: PREPARARSE SITUACIÓN DESAFÍO: hay obras de la noche, pero hay destellos de luz. Por Victor Saulo Acha

1° Domingo de Adviento: PREPARARSE

SITUACIÓN DESAFÍO: hay obras de la noche, pero hay destellos de luz

LAS LECTURAS:

1°  Lectura Isaías 2,1-5: Un pueblo nuevo… que cambiará la guerra en trabajo

Esta visión del “fin de los tiempos” del Profeta, se nos presenta como un anticipo de Pentecostés. Allí todos serán llenos del Espíritu de Dios y la diversidad de las lenguas comprenderán el nuevo lenguaje, contrariamente a la confusión de Babel con su soberbia y con la confusión de las lenguas. El cerro de Yahvé es la casa de Dios, hacia él acuden la multitud de los pueblos en una ascensión que lleva a la comunión de todos en el Señor y de la cima e desciende para llevar el mensaje, pues la ciudad de Dios irradia su palabra.

Es el pueblo nuevo reunido por el señor que será el mensajero y artífice de un nuevo orden mundial, donde reinarán la paz y el trabajo.

2°  Lectura Romanos 13, 11-14: Despertar y dejar las obras de la oscuridad.

Han llegado los tiempos nuevos y por eso hay que estar “despiertos”. La salvación nos viene de Dios en Jesucristo, pero hay que salir al encuentro del que viene, por eso hay que dar signos nuevos, hay que dejar las obras de las tinieblas y generar las obras de la luz.

Evangelio Mateo 24, 37-44: Estar despiertos: prevenidos y preparados

Tanto la referencia a lo sucedido en tiempos de Noé, como el ejemplo de los dos hombres y dos mujeres trabajando, o el del dueño de casa atento, se presentan como imagen de la atención y vigilancia que deben caracterizar al creyente que aguarde la venida del Señor.

Se reitera lo que escuchamos en la carta a los Romanos: estén despiertos. Se afirma por un lado que el Señor vendrá, pero a la vez se alerta que no se puede estar dormidos cuando El llegue, que no podemos vivir desprevenidos o indiferentes.

¿Qué tiene entonces de original, de único, esta “venida del Señor” que requiere tal atención? Parece que no es un acontecimiento más, aquí hay algo nuevo que merece toda la atención. Seguramente se trata de algo que interesa a la esencia de la vida del creyente.

La conclusión es simple y taxativa: estén preparados.

REFLEXIONES

Como en tiempos de Isaías o cuando Pablo escribe a los romanos, también ahora hay obras de la noche y hay destellos de luz. Por eso la invitación del evangelio tiene  plena vigencia: hay queprepararse.

En todo tiempo se han encontrado entremezcladas tinieblas y luz, pero tenemos derecho a preguntarnos ¿hasta cuando durará esta confusión de bien y mal, de luces y oscuridades?

Para el creyente de la palabra de Dios, es vigente en todo tiempo. Cualquiera sea la dimensión de las crisis, en cualquier situación la presencia del Señor es novedad, es esperanza, es camino.

Los acontecimientos políticos, económicos, sociales de nivel nacional y mundial a los que asistimos asombrados, perplejos, desconcertados, nos pueden paralizar, o doblegar, o derrumbar definitivamente. Así sucede con tantos emprendimientos que se abandonan, con tantos proyectos que se caen con tantas personas que se sumergen en la depresión o se suicidan…

Es preciso reconocer que son comprensibles estas reacciones fatalistas y desesperanzadas, pero no podemos renunciar a buscar respuestas superadoras. En cada persona, en las mismas instituciones de la sociedad, en el conjunto de los pueblos, hay reservas suficientes para reaccionar y encontrar nuevos caminos.

Es razonable pensar que este cambio de siglo y de mileno que recién comienza, pueda ser uno de aquellos cambios en la conciencia colectiva y en la cosmovisión de la humanidad, que nos introduzcan en una nueva cultura universal. En todo caso, si es posible un tiempo nuevo, será creación nuestra. Por eso este, como todo tiempo en la historia humana, necesita protagonistas conscientes, lúcidos y esforzados. No hay lugar para la tibieza, la mediocridad o la indiferencia. Todo nos invita al protagonismo.

En este contexto podemos situar los textos de este primer domingo del Adviento. Escuchando el mensaje de Isaías, decíamos que el pueblo nuevo reunido por el Señor, será mensajero y artífice de un nuevo orden, donde reinarán la paz y el trabajo.

Hablar hoy de un nuevo orden en la sociedad, nos lleva  a pensar en un nuevo orden planetario, universal. ¿Será posible semejante propuesta?

Solo es imposible lo que no se sueña. Las afirmaciones de los textos de hoy se sitúan en esta perspectiva: plantean sueños, utopías, los anhelos de un futuro posible.

Es el horizonte hacia el cual hay que marchar imaginando, creando, aportando con propuestas y acciones, porque aquellas utopías tienen que abrirse paso en un escenario donde parecen estar enquistados todos los males, violencias y corrupciones y entre otras cosas “paz y trabajo” parecen ser anhelos imposibles.

¡Qué resonancias tan fuertes tienen esos vocablos en el tiempo presente! Tiempo en que asistimos justamente a una profunda crisis de la paz y del trabajo en el mundo globalizado.

Si por la fe adherimos a Jesucristo, por la fe también debemos establecer una nueva manera de pensar y de vivir que nos hace optimistas en el mundo, aún en medio de sus contradicciones, de sus tinieblas.

De este modo la palabra de Dios es esperanza. Sale al cruce de muchas angustias y frustraciones, para decirnos que no se ha perdido todo. Que es necesario nuestro protagonismo para generar un mundo con nuevas posibilidades, un mundo donde la paz siga siendo un legítimo anhelo y el trabajo una merecida realidad.

Por eso decíamos arriba, que hay destellos de luz. Porque la humanidad sigue teniendo reservas de creatividad y de protagonismo. ¡No hay que “borrarse”! Esa es la clave. Puede alguien decir con razón, que “nos quieren borrar”. Entonces no hay que resignarse y hay que buscar y recrear espacios para sobrevivir y para comenzar a vivir tiempos nuevos.

Habrá que construir la paz desde el protagonismo de todos en las calles.

Felizmente, parece que se está recuperando esta capacidad de reaccionar y manifestar, de crear colectivos y expresarse en los espacios públicos.

Es que la calle es el lugar del pueblo, es el lugar cotidiano de la comunicación, de los movimientos, el que vincula lo particular y privado con lo social y comunitario. Y si en el ámbito de las mesas del diálogo discernimos y definimos propuestas para el cambio social, luego es necesario salir para manifestar, en el espacio público que es “la calle”, los anhelos, las esperanzas, los derechos que defendemos, las “utopías” que aún creemos posibles.

Una de esas utopías es el anhelo de paz que está siempre vigente, pero si entendemos la paz no como ausencia de conflictos o de guerras, sino como armonía de las relaciones entre los pueblos, como integración comunitaria que implique igualdad de posibilidades para todos, como distribución equitativa de los bienes de la tierra, como justicia social que asegure los bienes y beneficios que son derecho de todos, entonces iremos construyendo la paz en el hacer cotidiano y con el protagonismo “en la calle”.

Y por otra parte, habrá que recrear las formas del trabajo y de la distribución de los bienes. La desocupación y el desempleo, se han convertido en un problema mundial, tanto en los países del norte como del sur. El alto desarrollo tecnológico que no ha sido acompañado de políticas adecuadas, sumado a la vigencia de lo que se ha denominado capitalismo salvaje, junto a otros factores, todo esto ha instalado en el mundo el drama de la desocupación y el desempleo.

Como problema global necesita también respuestas estructurales que deben provenir tanto de las instancias nacionales como de los organismos y espacios de relaciones internacionales. Pero de manera semejante a lo que se decía respecto a la construcción de la paz, se necesita del protagonismo de todos para que los reclamos de las víctimas se instalen en los medios, para que la participación en las mesas de diálogo haga posible que la perspectiva de los trabajadores sea escuchada, para que la situación bochornosa de los desocupados y sub ocupados se instale en los medios. Estas u otras formas de participación son imprescindibles para que sea posible la recuperación del trabajo como hecho social y como valor  humano.

En este contexto la invitación del evangelio tiene una vigencia: hay que prepararse. Es una constante siempre que se presenta la llegada o la próxima venida del Señor que se invite a estar preparados, a ponerse de pié, a estar alertas y dispuestos. Pero ¿Cuándo viene el Señor? ¿Cómo llegará? ¿Dónde se lo encontrará?

No se trata de un momento puntual de la historia, ni de una forma preestablecida de presentación, ni de un lugar determinado. Su ingreso en nuestras vidas y en nuestra historia se puede concretar siempre en todo tiempo y en todas partes.

El evangelio sugiere lo sorpresivo, lo inusitadoinesperado de su llegada y concluye “estén preparados, porque el Hijo del hombre vendrá cuando menos lo esperen”.

Y San Pablo reinterpretaba esta invitación diciendo “hay que estar despiertos”. Entonces ¿Cómo estar preparados y despiertos? Las respuestas son escuetas, simples pero profundamente comprometedoras y esperanzadores:

  • Sabiendo, asumiendo, que hoy estamos mas cerca que cuando llegamos a la fe. Hemos crecido no solo como creyentes, también como humanidad, como sociedad. Tenemos hoy una conciencia mayor de nuestra condición y nuestros derechos que en tiempos pasados; poseemos mayores recursos y posibilidades que nunca; se ha abierto camino que nunca transitó la humanidad;
  • Si bien es cierto que el mundo parece sumido en profundas tinieblas de violencias, injusticias y corrupciones, hay que aceptar que mientras más avanzada está la noche, más cerca estamos de la aurora. No podemos renunciar a vivir el día que se viene, por más que la noche nos asuste y nos angustie ¡ya hay que despertar! Hay que unir sueños, proyectos y esfuerzos para generar las obras de la luz;
  • A la lista de obras tenebrosas que detallaba el apóstol (banquetes, borracheras, prostitución, vicios, pleitos y envidias), bien la podemos actualizar hoy con las nuevas formas de pecado personal y social que la humanidad se ha esmerado en inventar. A éstas antiguas y nuevas formas de muerte hay que superarlas “revistiéndonos de una coraza de luz… revistiéndonos del Señor Jesucristo”.
    Actualicemos la alabanza del Salmo 122.
    ¡Qué alegría cuando me dijeron: “Vamos al encuentro del Señor!”
    Ahora nuestros pasos se detienen antes las puertas de un mundo nuevo. Son las puertas de la ciudad del Señor ¡es una ciudad nueva!
    Una ciudad en la que todo se funde en la unidad.
    En ella se reúnen los que se han preparado para alabar al Señor promoviendo todo lo humano.
    Una ciudad donde triunfa la justicia y donde se construye la paz, donde disfrutan los que aman, donde la seguridad despierta la confianza.
    Una ciudad donde hermanos y amigos decimos:
    “¡La paz contigo!”, porque marchamos codo a codo construyendo la paz a fuerza de reclamos de justicia
    A las puertas de la casa del Señor, que es la ciudad nueva que anhelamos, pido para ti hermano, para los tuyos y para todos ¡la felicidad!