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Un “aniversario”, “antimemoria” Por Quito Mariani
Eva Duarte de Perón, una mujer, una bandera, un símbolo. Cincuenta años de su muerte. Un tiempo todavía demasiado corto para descubrir entre la basura y las cenizas que cubrieron su recuerdo, su verdadera historia, el verdadero sentido e importancia de su vida. Cenizas, de la hoguera en que sus enemigos quisieron incinerarla, con resentimientos oligárquicos, venganzas capitalistas, acusaciones denigrantes. Basura, que han acumulado incesantemente los que aparecieron como sus seguidores, los que pretendieron y pretenden reivindicar su figura, aprovechándola para engañar, traicionar sus ideales y despedazar sus banderas, ante un pueblo que todavía la evoca con cariño filial, llamándola “Evita” , y que, por eso, a veces se ha dejado engañar. ¿Quién puede negarse a abrir la puerta de su casa a quien golpea en nombre de una persona muy querida? Las celebraciones, tienen sentido, cuando los acontecimientos y las personas permanecen vivos y actualizados, en sus consecuencias, en la admiración que suscitaron, en el modelo de vida que propusieron. Memoria, en su acepción más profunda, no es simplemente, acordarse. Es “evocar” (llamar desde). Es traer desde el pasado hasta el presente, el acontecimiento que se conmemora, es decir , que se comparte. De otro modo, si se lo tapa, se lo desfigura, se lo aprovecha interesadamente y así se lo degrada, no se trata de “memoria” sino de traición a la memoria, “antimemoria”. De Eva Perón dependieron, sin ninguna duda, iniciativas como el voto femenino, la importancia fundamental del pobre en la estructura social, la dignificación del trabajo, la defensa de la independencia nacional, la protección de la niñez y juventud. Por eso, los pobres crearon a su alrededor una aureola, que los políticos aprovecharon para trasladársela a ellos mismos, aumentándola hasta convertirla en una especie de deidad que los recubriera de sus traiciones o ineficiencias. Detrás de toda esta realidad innegable, se acumularon las tentaciones del poder, el lujo, las arbitrariedades, las exageraciones agresivas, las prebendas. Sin embargo, si ella hubiera acudido con la postura arrogante de muchos de nuestros políticos actuales, a la definición de la Justicia, para cada uno de estos cargos, quizás hubiera sido sobreseída, sin necesidad de comprar a ningún Juez. En el cincuentenario de su muerte su nombre ha sido pronunciado con descaro por los que vendieron al País; por los que admitieron y admiten sin dificultad la dominación extranjera; por los que descartaron al trabajo y al trabajador como los grandes valores del progreso auténtico; por los que en lugar de conservar la juventud, expulsan a los jóvenes, cerrándole toda posibilidad en el País; por los que, en las internas partidarias (luchas exclusivamente de poder) se despedazan y fracturan la nación entera; por los que levantan monumentos para echarse incienso a sí mismos sin importarles absolutamente la “memoria”. Por eso, porque la mujer, bandera y el símbolo que fue Eva Perón les duelen a tantos, dentro del Movimiento popular con que ella soñó, este ha sido, lamentablemente, un Aniversario “antimemoria”. |
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