La Cripta Virtual: Un espacio para hablar Sin Tapujos

"Donde la Iglesia no engendre una fe liberadora, sino que difunda opresión, sea esta moral, política o religiosa, habrá que oponerle resistencia por amor a Cristo".
Jürgen Moltmann

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Visto la nota de adhesión firmada el domingo p.p. en el atrio de la Cripta y cuyo contenido, parafraseando al padre de la patria“no puedo negar que me ha parecido apocado”[1] quisiera agregar estas consideraciones personales.

 

 

Córdoba “la Docta”, 13/6/2004

 

Carta abierta al pastor de los pastores

 

En relación a las declaraciones oficiales de Mons. Carlos Ñañez, Arzobispo de Córdoba, según las cuales la comunidad cordobesa estaría presa de la “confusión y la perplejidad” por las declaraciones de un sacerdote honesto de esta ciudad, cumplo en aclararle que el único confundido y perplejo pareciera ser solo Ud. A menos que confunda Ud el orgullo genuino y fundado de sus feligreses con tales términos.

Quienes conocemos al padre Mariani desde hace solo 35 años, conocemos de la integridad de su persona, la piedad y caridad humana de sus gestos, su compromiso incondicional para con su comunidad y la coherencia transparente y valiente de su conducta pública, no obstante las oscilaciones políticas que estas atribuladas tierras han sufrido en dicho período. Y digo esto porque solo ignorando la dimensión del hombre y de su historia se puede sugerir falta de “responsabilidad y profundidad” o de “respeto por las personas” o de “ponderación de juicios” mencionados irresponsablemente en el comunicado oficial.

Por otro lado, la invitación a un “esfuerzo de fidelidad” a los “sacerdotes de la Arquidiócesis” suena cuanto menos a recordatorio de  la vigencia de la omertá.[2] Máxime aún cuando puede leerse en la prensa (Clarín On Line edición del sábado) que fuera frenada la segunda edición del libro Sin tapujos... extraña coincidencia! En mi diccionario, llámase a esto: censura.

 

Estas actitudes duales de expresarse de un modo (con mensajes encrípticos) y actuando clandestinamente de otra manera, especulando con las menguadas percepciones colectivas del rebaño para advertir tal contraste, es lo que el evangelio denomina “sepulcros blanqueados” y que fueran lo único vicio capaz de desatar la ira de Nuestro Señor Jesucristo en la famosa anécdota del látigo en el templo. La hipocresía, el cinismo, el dualismo (sin ‘h’ intermedia) señor pastor, fue el único pecado intolerable. Y tales características penden sobre sus actitudes, no sobre las del que pretende Ud juzgar.

Le recuerdo algunas palabras ajenas que han surcado el espacio y el tiempo, escapando a análogas hogueras censoras pretéritas y que ejemplifican cuanto describo:

 

"El hipócrita, creyéndose solo, expone los principios de su casuística perversa; hay acciones prohibidas por el cielo, pero es fácil arreglar con él estas contabilidades; según convenga puede aflojarse las ligaduras de la conciencia, rectificando la maldad de los actos con purezas de las doctrinas. Y para retratarse de una vez agrega[3]:

 

En fin votre scrupule est facile á déstruire

Vous etes assurée ici d'un plein secret,

Et le mal n'est jamais que dans l'éclat qu'on fait;

Le scandale du monde est ce que fait l'offence

Et ce n'est pas pécher que pécher en silence.[4]

 

Finalmente vuestro escrúpulo es fácil de destruir

Estáis seguros aquí de un pleno secreto,

Y el mal no está más que en el ruido que hace;

El escándalo del mundo es lo que hace a la ofensa

Y esto no es pecar, sino pecar en silencio.

(Traducción del autor)

 

Pero la inmaculada, fiel y silenciosa jerarquía por Ud conducida y defendida, podría evitar la confusión y la perplejidad de esta feligresía pensante explicando públicamente los interrogantes planteados en dicho libro:

 

  • los fieles silencios del mismo arzobispado durante los años 70 con la ahora inocultable realidad de los 30000 homicidios, revelados luego en el Nunca Más!,  bautizados con idéntico cinismo como “desapariciones” y que nuestro padre Mariani denunciara entonces con coraje y compromiso humano desde el púlpito[5] y que ahora relata en su libro. El libro que el pastor de pastores con falta de “responsabilidad y profundidad”, con falta de “respeto por las personas” ni  “ponderación de juicios” reconoce no haber leído;
     

  • el homicidio del arzobispo Angelelli y los padres Gabriel Longeville y Juan de Dios Murias;
     

  • el rol de la jerarquía eclesiástica en la subversión de estado, en la subversión económica, en la confiscación de ahorros, en la pobreza y la ignorancia, en el hambre material y no solo espiritual, la hipocresía institucional y finalmente el celibato sacerdotal, ejemplificado en las 3 anécdotas personales, privadas y adultas relatadas en sendas páginas (solo tres, sobre un total de 200);

A las cuales podríamos agregar:

 

  • el pago de la caución del banquero Trusso, acusado de quiebra fraudulenta, por parte del arzobispo de La Plata Mons. Aguer, imitando las prácticas de Mons. Paul Marcinkus y de R. Calvi con el Banco Ambrosiano;
     

  • las relaciones comerciales del Arzobispado a su cargo con el Sr. Yabrán;

O ahora si, habilitados por tal polarizado interés ciudadano en lo sexual:

 

  • el caso del arzobispo de Santa Fe, Edgardo Storni, acusado de abuso sexual, hoy de vacaciones en La Falda;
     

  • el caso del padre Grassi por abuso de menores;
     

  • el caso del padre Martínez del colegio católico Nuestra Señora del Camino de Mar del Plata implicado por abuso de menores;

  • ...

 

Podría Ud responder a estas preguntas, que no pretenden ser exhaustivas. Pero estimado pastor de pastores, recordando que “Si la bondad no está en las conductas, sobra en las opiniones[6] no responda Ud con palabras, siga el ejemplo de su “condenado” padre Mariani y explique tales hechos con conductas. Con ejemplarizadoras conductas que restituyan a nuestra Iglesia la dignidad y el respeto perdido.[7]

Dignidad y respeto institucional que no puede ser sino la sumatoria de las cualidades de los integrantes que la componen y donde el aporte del padre Mariani debe compensar desmesuradas contribuciones de signo contrario que elude Ud contabilizar.

 

Y la hipocresía tiene raíces muy profundas en nuestra civilización e (in)cultura occidental y cristiana. Son esas “razones que la razón ignora” diría Pascal. Veamos:


“el que tiene la intención de ser orador no necesita aprender lo que en realidad es justo, sino lo que parece justo a la multitud, que es precisamente la que juzgará; ni lo realmente bueno o hermoso, sino lo que parece; porque es la apariencia la que provoca la persuasión, no la verdad... pues nadie en los tribunales de esta índole se preocupa lo más mínimo de la Verdad, sino de lo convincente; que esto no es sino lo verosímil En resumidas cuentas, que se ha de procurar lo verosímil y mandar a paseo la verdad.... la verosimilitud se produce en la mente del vulgo en virtud de una semejanza con la verdad..."[8]

 

“Un príncipe no ha de tener necesariamente todas las cualidades citadas, pero es muy necesario que parezca que las tiene. Es más, me atrevería a decir eso: que son perjudiciales si las posees y practicas siempre, y son útiles si tan solo haces ver que las posees: como parecer compasivo, fiel, humano, íntegro, religioso, serio..” “Los hombres juzgan más por los ojos que por las manos. Todos ven lo que pareces pero pocos sienten lo que eres y esos pocos no se atreven a oponerse a la opinión de la mayoría que tiene además el poder...” “El vulgo se deja cautivar por la apariencia y el éxito, y en el mundo no hay más que vulgo”[9]

 

Raíces tan largas como la persecución de los honestos y sus obras:

“Pero como he intentado explicar en un tratado que determinadas razones me impiden publicar...” En nota a pie de página “Las ‘razones’ se reducen solo a una: la condena de Galileo en 1633”[10]

 

“En junio del 1762 (...) condenaba conjuntamente las dos obras (Emilio y el Contrato Social) a ser quemadas por ‘temerarias, escandalosas, impías y destructoras de la religión cristiana y de todos los gobiernos’ y decretaba el arresto del autor.”[11]

 

“Como no temer que bajo el imperio de las masas se encargue el Estado de aplastar la independencia del individuo y agostar definitivamente el porvenir”[12]

 

Esta conducta humana de condena a la sospecha, de desacreditación de lo ignorado (a veces, por inasible a las propias aptitudes o actitudes), de envidia a toda virtud ajena, de homicidio caínico a toda excelencia abelina, confundiendo la autoridad con autoritarismo, con tiranía, tiene milenarios orígenes, señor pastor. Milenarios, bíblicos y profanos.

 

“Los que tenían mayor reputación me parecían casi los más insuficientes (...) y otros de menos fama me parecían hombres superiores en cuanto a ser sensatos.”  “Como resultado, pues, los que son examinados se enojan conmigo en vez de enojarse con ellos mismos.”  “Pero señores, no es difícil escapar a la muerte; es mucho más difícil escapar a la maldad.” “Yo me iré sentenciado por el tribunal y ellos se irán convictos por la verdad, de villanía e injusticia”. Alegato de Sócrates ante el tribunal [13]

 

“Todos los que renuevan y crean son subversivos: contra los privilegios políticos, contra las injusticias económicas, contra las supersticiones dogmáticas. Sin ellos sería inconcebible la evolución de las ideas y de las costumbres, no existiría posibilidad de progreso. Los espíritus rebeldes, siempre acusados de herejía, pueden consolarse pensando que también Cristo fue hereje contra la rutina, contra la ley y contra el dogma de su pueblo, como lo fuera antes Sócrates, como después lo fue Bruno (...) La humanidad venera sus nombres y no recuerda el de sus perseguidores.”[14]

“Es perpetua lucha obrar bien entre malvados. Sería fácil proceder conforme a la propia conciencia si la común hipocresía no conspirase contra el hombre recto” [15]

 

Y para entrar en el tema del celibato le recuerdo que esta pregunta ronda a su rebaño allende el espacio, el tiempo (y el silencio, en una pentadimensión cósmica de la ética aun inexplorada):

“Todos los hombres están preñados tanto en el cuerpo como en el alma: al llegar a cierta edad nuestra naturaleza ansía engendrar (...) engendrar y parir en lo bello...”[16]

 

“Lo que hace a un dogma útil o pernicioso para los hombres en el estado civil, no es tanto la verdad o falsedad como el uso o el abuso que se hace de él.”[17]

 

“¿Tiene algo de extraño acaso, que el más hondo sentido religioso haya condenado el amor carnal, exaltando la virginidad? La avaricia es la fuente de los pecados todos dice el Apóstol...”[18]

 

“Si un grupo de sacerdotes tomara la iniciativa de defender que, en materias no dogmáticas como el celibato eclesiástico, la decisión no debe corresponder al Papa, sino a la comunidad de fieles agrupada en torno a cada obispo, y alrededor de esta iniciativa surgiera la solidaridad de muchísimos creyentes practicantes...” pregunta Umberto Eco “...una praxis de la Iglesia, tan profundamente enraizada en sus tradiciones, que no ha conocido excepciones reales en dos milenios de historia, no puede estar basada en razones abstractas o apriorísticas, sino en algo que atañe a su propio misterio” elude responder Carlo Maria Martini, Obispo de Milán[19]. Y elude su colega pastor contabilizar que tales “tradiciones milenarias”, para usar sus propias palabras, se han pagado con corrupción, trasgresión, abusos, igualmente milenarios, sobre sus fieles, no siempre adultos. Eso sí, silenciosamente... diría Moliere en la mencionada cita.

 

En la Historia todo Sócrates tiene su Meleto, todo Epícteto sus romanos, todo Jesús tuvo su Judas o su Pilatos, todo Séneca su Nerón, todo Galileo su Inquisición, todo Mariano Moreno su Saavedra, todo Bruno y Juana de Arco su brazo seglar...

Yo me pregunto: ¿necesitará Mariani su Ñañez?

Recordemos que “hereje no es el que arde en la hoguera sino el que la enciende” y que “en un país sin justicia, es peligroso tener razón”.

 

En caso afirmativo, comiencen a juntar cicuta, cruces y leña nomás, que somos muchos los “pecadores” que aspiramos a tales virtudes... porque “se necesitó tanta agua para apagar tanto fuego” y porque e pur si muove!.

 

Atte

Marcos Filiberti


[1] Bases, pag.132 – Juan Bautista Alberdi

[2] La Iglesia que “no predica sino sumisión y dependencia. Su espíritu es demasiado favorable a la tiranía para que ésta no se aproveche de ellos siempre.” (El contrato social, pag.137 – Jean Jaques Rousseau)

[3] El Hombre Mediocre, pag. 60 – José Ingenieros

[4] Moliére

[5] “Intentando instruir a los hombres es como se puede practicar la virtud general de amor a la Humanidad”. “Como la religión y las leyes civiles deben tender principalmente a hacer a los hombres buenos ciudadanos, esté claro que cuando una de las dos cosas se aparta de dicho fin, la otra debe tender a él con más fuerza” (Del espíritu de las leyes, pag.12y314 – Montesquieu)

[6] Las fuerzas morales, pag 54 – José Ingenieros

[7] “pues como ha dicho Montesquieu, es admirable que la religión cristiana, que ha proporcionado la dicha del otro mundo, haga también la de éste.” Bases, pag.122 – Juan Bautista Alberdi

[8] El Fedro – Platón 402 a.c

[9] El príncipe – Nicolás Maquiavelo

[10] El discurso del método pag 60 – Rene Descartes

[11] El contrato social, Estudio preliminar – Jean Jaques Rousseau

[12] La rebelión de las masas pag. 137 –  Ortega y Gasset

[13] Apología – Platón

[14] Las Fuerzas Morales pag.35

[15] Las Fuerzas Morales pag 53

[16] El banquete – Platón

[17] Del espíritu de las leyes, pag.317 - Montesquieu

[18] Del sentimiento trágico de la vida pag.136 – Miguel de Unamuno

[19] ¿En que creen los que no creen? Pag.52y71


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