Juan XXIII (Quito Mariani)
Nacido como fruto de un aborto
según Pablo afirmaba de sí mismo,
pronóstico de vida muy escasa
y paréntesis corto e indefinido
solucionó cruciales divergencias
en un clima de Espíritu escondido
y se encontró de pronto coronado
como freno de todos los conflictos.
Con un nombre evangélico y polémico
sorprendió en su carácter de elegido.
Juan el amor, y “veintitrés” el cisma
quedaron en su nombre resumidos.
Reapareció el Espíritu con fuerza
en su rostro de abuelo permisivo
y el humor retornó a ser importante
en su andar y en su hablar de campesino.
Se reinstaló en el trono de San Pedro
la sonrisa del pescador sencillo
y se abrieron las puertas de la Iglesia
visualizando al mundo como amigo.
Irrumpieron los signos de los tiempos
con pujanza y vigor desconocidos
y en la Iglesia, barrida de intereses
se instaló la sorpresa de un Concilio.
El peso de los años y del cuerpo
no detuvo sus vuelos atrevidos
para lanzar la Iglesia hacia el futuro
recuperando el rumbo primitivo
Con coraje y pujanza juveniles
desafió majestad y rigorismos
y reabrió un horizonte de esperanza
revelando la Iglesia a los sencillos
(para los pobres y los perseguidos.)
Como una novedad muy esperada( de siempre ansiada)
la iglesia de los pobres tuvo un sitio
para ser atendida en su propuesta
para ser escuchada en su gemido
Vinieron de países olvidados
con un nuevo mensaje los Obispos
y en un Pentecostés maravilloso
las lenguas encontraron su sentido.
Superó largos años de reinados
la eficaz brevedad de su servicio.
Partió sin la cosecha de su siembra
mezclándose en el surco con el trigo.
Con generosa entrega de semilla
renunció a ver su tallo florecido
pero muchos gozaron de los frutos
de evangelio cambiando su destino.
Para apagar el brillo de su estrella
unieron su memoria a la de un Pío
que, mezcla de patrón y de soldado
recuperó el poder y el señorío
de la Iglesia, en el Aula de un Concilio
Y se instala acuciante la pregunta:
“si hay santos del poder y del servicio
si el fusil se equipara a la sonrisa
¿no hemos perdido a Cristo en el camino?”
Pero hay el testimonio irrefutable
de un santo con aureola de servicio
que poniéndose al lado de los pobres
inquietó la conciencia de los ricos
que hizo buena noticia la sonrisa
y siendo grande se hizo como niño
Que, dejando la “Silla Gestatoria”
bajó a lavar los pies de los discípulos.
En el 38vo. aniversario de la muerte de
Juan XXIII, un Pentecostés viviente.
Fiesta de Pentecostés 3 Junio 2001
José Guillermo Mariani
Del libro "Poemas de confesión y denuncia" de
José Guillermo Mariani que será presentado a fines de Agosto o principios de
Septiembre del 2001
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