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LAS CIFRAS DEL ESCÁNDALO Por JUAN GELMAN*
Militarismo - Buenos Aires (Argentina) - 31 de agosto de 2004
Hay records mundiales que el Libro Guinness no registra. Por ejemplo: el
gasto militar de EE.UU. para el año fiscal 2004-2005 ascenderá a 500.000
millones de dólares, es decir, 1360 millones por día, 56,6 millones por hora,
más de 940.000 dólares por minuto y casi 16.000 por segundo. En julio pasado, W.
Bush aprobó una partida de 417.000 millones de dólares para el Pentágono, a los
que hay que sumar otros 10.000 millones que se invertirán en construcciones
militares, unos 20.000 millones de los programas que en este ámbito ejecuta el
Departamento de Energía y alrededor de 60.000 millones que insumen la guerra y
la ocupación de Irak y Afganistán. Como gasto, es gasto.
El planeta alberga -o padece, según- a 6000 millones de habitantes, de los
cuales 2800 millones tienen un ingreso inferior a dos dólares diarios (Banco
Mundial).
La caída del Muro de Berlín en 1989 recortó los gastos militares en todo el
mundo, que pasaron de más de 900.000 millones de dólares en los años 70 -el pico
más caliente de la guerra fría- a 780.000 millones en 1999. A fines del 2004
serán de 950.000 millones de dólares, 50.000 millones más que en el 2003, sobre
todo por la considerable expansión del presupuesto militar norteamericano. EE.UU.
produce hoy alrededor de la mitad del gasto militar global, invierte en él casi
lo mismo que todo el resto del mundo (Natalie J. Goldring, directora ejecutiva
del Proyecto de Seguridad Global y Desarme de la Universidad de Maryland).
Al terminar el 2003 había en América Latina y el Caribe 20 millones de pobres
más que en 1997 (José Luis Machinea, secretario ejecutivo de la Comisión
Económica para América Latina -CEPAL-, organismo de la ONU). Repitiendo los
cálculos de más arriba, se observa que la pobreza creció a razón de 9100
latinoamericanos por día, 380 por hora y más de 6 por minuto.
Las cinco potencias que más invierten en armas y aledaños, hasta cubrir el 62
por ciento del total mundial, son EE.UU. (500.000 millones de dólares), Japón
(44.000 millones anuales), Francia (40.000 millones), Reino Unido (35.000
millones) y China (26.000 millones). Es notable: excepto Japón, esos países son
miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, cuya
asamblea general demanda año tras año el término de la carrera armamentista, el
desarme nuclear, el cumplimiento de las convenciones internacionales que
persiguen esos fines. Haced lo que yo digo, haced lo que yo digo.
El 44,4 por ciento de los latinoamericanos y caribeños -227 millones- vive
bajo la línea de la pobreza y un 79 de ellos -177 millones- son niños y
adolescentes o jóvenes menores de 20 años. El número de indigentes llega a 100
millones, un 19,4 por ciento de los habitantes de la región. La mitad de los
mayores de 60 años no percibe ingreso alguno. A fines de la década pasada, el 11
por ciento de la población de América Latina y el Caribe -55 millones- sufría
algún grado de desnutrición; aguda en el 9 por ciento de los menores de 5 años y
crónica en el 19,4 de los niños hasta esa edad (Estudios de la CEPAL y del
Programa Mundial de Alimentos de la FAO). Es la región del mundo donde impera la
mayor inequidad -o iniquidad- del planeta en lo que se refiere a la distribución
de la riqueza generada: el 20 por ciento más rico se queda con el 60 por ciento
del ingreso total y el 20 más pobre araña un 3. La economista estadounidense
Nancy Birdsall llevó a cabo una proyección econométrica para comparar la
situación de América latina a fines de los años 60 con la instalada después de
las dictaduras militares de los 70 y 80 y de la aplicación de las políticas
neoliberales. Resultado del estudio: las dictaduras y la globalización
duplicaron el nivel de pobreza que hubiera existido con las políticas económicas
anteriores (citado por Bernardo Kliksberg, director de la Iniciativa sobre
Capital Social, Etica y Desarrollo que auspicia el Banco Interamericano de
Desarrollo).
El excelente escritor norteamericano Gore Vidal acaba de señalar que hemos
estado constantemente involucrados en la guerra porque, según nuestra política,
ésta es la forma de hacer dinero. Así harán dinero los dueños y accionistas del
consorcio gigante y fraudulento Halliburton, pero no mucha gente más: una
estadística que la Oficina de Censos de EE.UU. dio a conocer el jueves pasado
indica que en el 2003 el número de estadounidenses bajo la línea de la pobreza
aumentó 1,3 millón en relación con el 2002. Ahora son 35,8 millones de
estadounidenses, el 12,5 por ciento de la población total.
La relación entre desarme y desarrollo en el contexto internacional actual se
titula el informe de 30 páginas que un grupo de 16 expertos militares convocados
por la ONU presentará ante la 59ª Asamblea General del organismo a mediados de
septiembre próximo. En una época en que la erradicación de la pobreza y el
desarrollo en todo el mundo son metas no alcanzadas por la falta de los fondos
necesarios, el aumento de los gastos militares globales constituye una tendencia
inquietante, se lee en ese documento. Al terminar la guerra fría -agrega-, se
esperaba que la disminución del gasto militar y una atmósfera internacional
menos conflictiva liberarían recursos financieros, tecnológicos y humanos para
los fines del desarrollo. Pero -comprueban los autores del estudio- a pesar de
las décadas de debates y propuestas la comunidad internacional no ha sido capaz
de alcanzar un acuerdo que limite el gasto militar o fije un porcentaje de ese
gasto para destinarlo al desarrollo nacional. Tal vez así sea porque los
gobiernos belicistas, el complejo militar-industrial, las fuerzas armadas, los
conglomerados petroleros y otros intereses conducentes forman parte de la
comunidad internacional.
La estadística del ingreso per cápita internacional más antigua que se conoce
es del año 1780. Por entonces, la desigualdad entre los países más ricos y los
más pobres era de tres a uno, hoy es de setenta a uno (Javier Iguíñiz,
economista, director de la revista Sur de Medicus Mundi). Y todos forman parte
de la comunidad internacional.
* Juan Gelman
Poeta y Escritor argentino
Fuente: www.altercom.org
Nota: ¿Qué sería del mundo si la Iglesia en lugar de concentrar
sus energías en un libro autobiográfico como el de Mariani se dedicara a
denunciar, haciendo uso de su inmenso poder, esta triste realidad?
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