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Síntesis de la encíclica de Benedicto XVI: “Deus caritas est”
Introducción
Respuesta al criterio que muchas veces relaciona el nombre de Dios con la venganza o hasta la obligación del odio y la violencia. Nada que ver. Dios es amor nos coma de su amor para que lo vivamos con los demás.
La palabra amor con una cantidad de significados. Los griegos nombran el de hombre y mujer como “eros” que, en cierto sentido se impone al ser humano. El N.T.usa la palabra ágape que indica una nueva concepción. El cristianismo envenenó al eros? No. Se opuso a él como forma religiosa que lo llevó hasta la prostitución sagrada .Pero lo puso en su lugar purificándolo e incluyendo la renuncia. Siendo el hombre cuerpo y alma cuando el amor se reduce sólo a lo corporal se degrada. El eros quiere remontarse en éxtasis hacia lo divino, porque el amor es éxtasis. Eros resulta hoy la expresión del amor mundano y ágape la del plasmado en la fe. No hay que separarlos hasta contraponerlos. Cuando más se encuentren nos aproximamos más a la realidad del amor.
Para la fe bíblica existe un solo Dios y ése es el verdadero y el que ama su obra y con amor de predilección a su pueblo Israel. El eros de Dios con el hombre es también ágape que siempre incluye el perdón. Es la experiencia mística del Cantar de los cantares. La soledad del primer hombre se remedia con la creación de la mujer con quien llega a ser una sola carne. En una perspectiva fundada en la creación el eros orienta al hombre hacia el matrimonio que es la única posibilidad de realización de su destino íntimo.
En la cruz es en donde se debe definir qué es el amor. El amor de Dios encarnado. Por eso Jesús lo perpetúa en la institución de la Eucaristía. La imagen de la nupcias entre Dios y el pueblo se hace realidad.. pero la mística de este sacramento tiene también un carácter social. Supone la unión con todos a los que Cristo se entrega. La distancia entre culto y ética desaparece así.
A Dios no lo vemos ¿cómo podemos amarlo? El texto de Juan llamado mentiroso al que dice amar a Dios y o ama a su hermano no excluye el amor al Dios que no vemos subraya la íntima unión entre el amor a Dios y al prójimo. Se trata de un amor que no es sólo sentimiento sino que abarca entendimiento voluntad. Por Dios y con Dios amo también a la persona que no me agrada.
El ejercicio del amor por parte de la iglesia
El amor es el servicio que presta la iglesia para atender a las necesidades y sufrimientos. Viendo el amor como la creación por amor, el envío del hijo por amor, y la entrega del Espíritu, vemos a la trinidad.
El amor al prójimo es tarea personal pero también de toda la iglesia. Necesita por eso de una organización. Las primeras fueron superadas pero permanece el núcleo de su contenido que entre los creyentes no debe hacer pobres. Se configuró andando los años el ejercicio de la caridad junto a la escucha de la palabra y la vida de los sacramentos.- Se cita una cantidad de experiencias. Alusión a Juliano el apóstata, copiando la organización eclesial. Objeción desde siglo XIX a la actividad caritativa de la Iglesia.. La revolución industrial trajo un nuevo orden para establecer la justicia y la iglesia lo aceptó tardíamente. Pero contribuyó con documentos muy importantes al restablecimiento de la justicia en la repartición de los bienes. Para definir la relación entre el necesario compromiso con la justicia y el servicio de la caridad hay que especificar: El orden justo de la sociedad es una tarea política Se trata de un desafío a la razón práctica. Y esta vive el peligro de desviarse por intereses o poder. Aquí viene el papel de la fe. Y en este punto se sitúa la doctrina social católica ayudando a purificar la razón. La iglesia no debe emprender por su cuenta la realización de un orden más justo. Pero debe contribuir esforzándose por abrir la inteligencia la voluntad las exigencias del bien. El deber inmediato de actuar a favor de un orden justo corresponde a los fieles laicos
Hoy, una multiplicidad de estructuras colabora al servicio caritativo. Desde la Iglesia ha de buscarse la colaboración con ellas tras el logro de mayor eficacia Quien ejerce la caridad en nombre de la iglesia nunca tratará de imponer
Los obispos son los primeros responsables de la iniciativa y la organización de la caridad de la iglesia. Las figuras de los santos y en especial de María son ejemplo y modelo para esa acción. Pero también habiendo ido hacia Dios están cercanos a los hombres y entonces su intersección resulta muy importante. |
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