Hay que preguntárselo, si se quiere hacer un análisis realista y concluyente. Son considerados hasta hoy, como causantes materiales de las muertes en Villa Soldati así como la de Mariano Ferreyra el 20 de octubre pasado en el Roca, algunos detenidos por orden judicial. Las reyertas comenzaron como sucede regularmente, por defensas legítimas de sectores con intereses contrapuestos. La “patota” de Unión ferroviaria estaba dispuesta a impedir el corte de vías promovido por el partido obrero que se solidarizaba con los derechos y reclamos de trabajadores despedidos o tercerizados. No se sintió satisfecha al parecer, con cumplir con su objetivo de impedir el corte. A los palos y piedras que se lanzaron contendientes de ambos bandos, alguien ordenó añadir balas. Mariano Ferreyra de 23 años, cayó baleado en el torax, y una sexagenaria recibió también una herida grave en la cabeza.
En Villa Soldati, como en Lugano con el Club Alvariños, había gente que reclamaba su derecho a los terrenos que, en operaciones inmobiliarias mafiosas, les habían vendido supuestos promotores sociales, entre los que se han descubierto punteros políticos de trato frecuente con la gente carenciada. Desde la auténtica necesidad de viviendas que se vive todavía en Argentina, una ocupación en principio exitosa, convoca naturalmente a muchos otros necesitados Las luchas internas entre bandos opuestos provocan la intervención policial apoyada por la federal y alguien o varios, disparan proyectiles. Todo está en investigación. Parecieran identificados los autores materiales de la muerte de Mariano. Poco se sabe de los autores de las de Villa Soldati, aunque hay sospechas de la actuación policial duramente represiva.
Pero supongamos que todo esto se aclara, que la justicia, independiente de influencias poderosas, llega a establecer a los culpables directos. En nuestra historia reciente hay muchos asesinatos “por mandato” en los que han quedado en el anonimato, muchas veces revestidos de puestos oficiales, los mandantes. Por eso sería mucho esperar una cuidadosa e imparcial investigación que determinara culpabilidades y sanciones, no para venganza, sino para salud de una sociedad democrática.
En la imposibilidad, por diferentes motivos, de concretar muchas sospechas sobre quiénes están detrás de esas muertes para aprovecharlas, nos es lícito atenernos a conocidas actitudes y declaraciones públicas. A pocas horas de las muertes de Soldati el Sr. Rodríguez Larreta declaró que había solicitado al gobierno nacional una nueva ley de inmigraciones. El doble mensaje era que el gobierno era el último responsable y que los causantes directos de todos estos problemas eran los inmigrantes. Xenofobia latinoamericana. No tardó mucho en manifestarse con la misma línea el jefe de gobierno porteño quien, en repetidas ocasiones, tachó al gobierno nacional de mirar hacia otro lado para no enfrentar el problema. A su alrededor brotaron otras voces como la del Dr.Eduardo Duhalde que distinguiendo entre represión y muerte se pronunció decididamente por la primera (sin tiros). Los pronunciamientos de ciertos políticos que exigieron la imposición de orden a todo trance, no dejan de recordarnos, ciertas proclamas militares golpistas. Apresuradamente se unió Cobos afirmando que al Estado le corresponde mantener el orden y calificando como un desacierto tremendo el de Garré, al ordenar que los encargados de evitar los desórdenes,( las llamadas fuerzas de seguridad), no porten armas. ¡Sabia decisión si las hay! Porque así queda muy claro que el gobierno mantiene su actitud firme de rechazar la represión y la muerte como medios para conquistar objetivos de cualquier índole, aunque parezcan lentos o ineficaces los otros disponibles.
Los acontecimientos que aparecieron “desmadrados” y que quizás fueron “apadrinados”, lograron finalmente un beneficio. Los carenciados, recurriendo a la negociación con más sentido común que sus incitadores, accedieran a mejores planes de vivienda. ¿Quiénes son los agoreros que aseguran que estos planes no se van a cumplir? Los mismos que se restregaron las manos cuando el Sr. Duhalde afirmó en Estados Unidos que Argentina vive un clima preanárquico . Los que procuraron, con todos sus recursos, que el gobierno nacional torciera la política antirrepresiva, que constituye uno de sus más grandes y beneficiosos aciertos. ¿A quiénes importan las muertes? ¿A Clarín, a La Nación, a Macri, a Rodríguez Larreta, a Bergman, a Cobos, a Duhalde…? El interrogante sigue abierto. Descubrirlos es comenzar a identificar a los culpables.