A propósito de la presentación de mi último libro “Iglesia y política sin tapujos” (Argentina 2009 a 2011), me ha tocado escuchar diversos juicios e inquietudes. ¿Pueden los curas meterse en política? ¿Por qué sus juicios políticos en el libro se inclinan a la defensa del gobierno actual? ¿No es mejor dejar la política a los políticos? ¿Ud. cree que la Iglesia tiene algo que ver con la política o es que siempre debe permanecer alerta para que los gobiernos no lesionen sus intereses que son los intereses de Dios? ¿No es aplicable la instrucción de Jesús de dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios?
Otros, por supuesto me han agradecido todos los esfuerzos de imparcialidad partidista y la defensa de acciones tendientes al bien común, sí como el señalamiento de opiniones o realizaciones sin ningún resultado beneficioso para la sociedad.
Pero quiero en esta ocasión responder a las preguntas que encierran objeciones.
Lo de “meterse en política” puede tener varias acepciones.
1ra) siempre nuestras acciones y opiniones, emitidas o calladas, comprometidas o indiferentes, son “políticas” es decir, hacen bien o mal, están de un lado o de otro.
2da) Todo integrante de una sociedad de cualquier nivel tiene que interesarse por descubrir, para fomentar o rechazar soluciones, las necesidades reales y las legítimas aspiraciones personales y sociales.
3ra)las organizaciones o partidos políticos reúnen a gente que tiene idéntica o parecida visión sobre los problemas que se presentan a una sociedad concreta en momentos históricos concretos. Es absolutamente beneficiosa esta reunión y junto con eso la intervención concreta para aportar las soluciones vislumbradas. La eficacia de ese aporte depende por lo general del logro de acceder al poder o gobierno de esa sociedad.
4ta) La visión cristiana de la realidad no importa otra cosa que descubrir desde la buena noticia, de Jesús de Nazaret, el evangelio de (que no es lo mismo que la Iglesia, y que a pesar de sus definiciones tan claras en el proceder concreto, deben ser sometidas a crítica en cuanto a interpretaciones literales de juicios o conceptos) descubrir “los signos de los tiempos”, el pensar y el accionar humano beneficioso para la realización y felicidad del hombre en sociedad. no es la de un partido que busca el poder, sino la de quienes se disponen a contribuir con el bien común. Lo inadmisible en un cristiano es que quiera convertir su colaboración en una exigencia religiosa, sagrada y así influir en los demás. (No hay mucha diferencia con la misión de los medios de información ¿deben intervenir en política? Sí! ¿ Deben aprovechar su influencia para no dejar pensar a los ciudadanos e imponerles una visión político partidista? No!)
De todo esto, se siguen varias respuestas.
¿pueden los curas…? Sí, ayudando a descubrir por dónde pasan los signos de un tiempo determinado y comprometiéndose con su aprovechamiento.
¿por qué sus juicios…? Porque para mí es evidente que se han dado realizaciones y proyectos encaminados al bien y a los requerimientos sociales más importantes.
¿no es mejor dejar…? dadas las experiencias, con frecuencia los políticos no lo son en verdad, porque ni saben, ni se preocupan de la verdaderas necesidades sociales y son utilizados para fomentar intereses contrarios al bien común. La democracia tiene que contar con gente que pueda independizarse de las normas de los partidos que buscan el poder.
¿ud. cree que la Iglesia…? Como institución humana la Iglesia defiende intereses determinados de poder y dinero y sólo a veces es defensora de valores profundamente humanos y cristianos. Nada que ver con que sus intereses sean “intereses de Dios”.
¿no tiene entonces vigencia “dar al césar…”? No en la manera tradicional de interpretación. Porque no es que algo sea de la política y algo de Dios. Todo es de Dios y el cuidado debe ser puesto en que lo que es primero para el Dios de Jesús, que son los derechos del ser humano, deban ser respetados y defendidos.