El 26 de octubre último, el Tribunal Oral Federal nº5 condenó a Alfredo Astiz y otros militares, que durante la última dictadura, perpetraron desapariciones y muertes, entre las cuales, doce personas de la Parroquia de la Santa Cruz, de la ciudad de Buenos Aires.
La sentencia se dio como parte de la denominada “Megacausa Esma”, en referencia al Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio, que funcionó en la Escuela de Mecánica de la Armada. Alfredo Astiz, Jorge Acosta, Ricardo Cavallo y otros miembros de las Fuerzas Armadas fueron hallados culpables de los delitos que se les imputaba por ejercer el terrorismo de estado, la desaparición y muerte de personas.
En particular, Astiz, bajo el seudónimo de Gustavo Niño, se había infiltrado entre religiosos, madres y familiares de desaparecidos que por aquel entonces, se reunía en la Parroquia de la Santa Cruz, de la congregación pasionista. Tras haber marcado a las víctimas, el 8 de diciembre de 1977 dirigió el grupo de tareas que secuestró, torturó y dio muerte a un grupo de doce personas, entre las cuales figuraban la fundadora de Madres de Plaza de Mayo, Azucena Villaflor, y las monjas francesas Léonie Duquet y Alice Domon.
Varios de estos cuerpos que fueron arrojados al mar, años más tarde se hallaron en el cementerio de Gral. Lavalle (provincia de Buenos Aires) como N.N., y luego identificados por el Equipo de Antropología Forense en 2005. Tras el hallazgo, los restos fueron “sembrados” en el jardín de la Parroquia.
Este último fin de semana, la comunidad parroquial se reunió a celebrar la eucaristía -y como lo ha venido haciendo todos estos años- el encuentro sirvió parta hacer memoria de todo lo vivido, en especial, esta nueva sentencia de parte de la Justicia. De la celebración, participaron los familiares de las doce personas desaparecidas, y tres sobrinas de Leonie Duquet, que vinieron especialmente desde Francia para encontrarse con la comunidad.
Adolfo y Perla Mango, también miembros de la Santa Cruz, manifestaron que “Han sido dos años que gracias a nuestra Fe y a los compañeros con quienes supimos cobijarnos mutuamente, hemos podido sobrellevar las narraciones efectuadas por las víctimas y convertir ese dolor en fuente de luz y de lucha en exigencia de Justicia”.
En el boletín “Comunicándonos” de la Parroquia, Adolfo y Perla hicieron una síntesis de todo lo vivido en comunidad: “Nos marcó mucho el relato de los sufrimientos soportados por las religiosas, las situaciones de dolor a las que fueron sometidas las embarazadas en cautiverio, el destino de sus hijos”.
Y agregaron: “Agradecemos a Dios, Nuestro Señor, este acto de justicia que repara solo algo, porque hasta el momento conocemos parcialmente esta parte de la historia que vivieron nuestros 30 mil compañeros desaparecidos. Porque siguen los juicios. Por la ESMA pasaron 5000 personas. En el 2do y 3er tramo se han presentado hasta la fecha 400 y 500 víctimas respectivamente en las que están incluidos los casos de los sacerdotes Orlando Yorio y Francisco Jalics y las catequistas del Bajo Flores como Mónica Mignone y Marta Vazquez de Lugones y otros. Lo importante como sociedad es andar el camino y si nos preguntamos hasta cuándo, hasta la victoria, claro”
El padre Carlos Saracini, párroco de la Iglesia de la Santa Cruz, a su vez, reconoció que el resultado de este juicio que se dio el pasado miércoles 26 de octubre, fue tan trascendente para la comunidad que significó “un salto colectivo, que nos humanizó a todos”.
Sitio oficial de la película “La Santa Cruz, refugio de resistencia”.