La Cripta Virtual: Un espacio para hablar Sin Tapujos

"Donde la Iglesia no engendre una fe liberadora, sino que difunda opresión, sea esta moral, política o religiosa, habrá que oponerle resistencia por amor a Cristo".
Jürgen Moltmann

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Lo hizo de nuevo. Por Raúl A. Perez Verzini*

La inhumana crueldad del Vaticano, comandada ahora por el siniestro Ratzinger, ha clavado sus garras en uno de los pensadores más lúcidos y comprometidos de la teología de la liberación. Como sostuvo el gran Leonardo Boff, víctima también del actual papa, “Jon Sobrino es uno de los teólogos más serios, más evangélicos, diría que es uno de los teólogos personalmente más santos que tenemos. Por eso, la condena en su contra tiene una gravedad especial. Defrauda mucho a los pobres, porque Sobrino fue siempre un aliado de los pobres. Es malo para la Iglesia que condene a personas del talante espiritual de Jon Sobrino.”(1)

La incapacidad de Ratzinger y su pandilla de comprender a la Teología de la Liberación y su rol en América latina, no es más que un síntoma de su profunda incapacidad para comprender al ser humano y al mundo actual. Basta visitar los palacios vaticanos para entender lo difícil que es captar mirando desde ese lugar social lo que vive y lo que siente una persona común y corriente.

Sólo un alienado puede sugerir a comienzos del siglo XXI que se retorne a formas de religiosidad del Medioevo. Sólo un misógino puede, en nombre de Dios, violentar y excluir al 50% de la humanidad (las mujeres) del orden sagrado, sosteniendo al mismo tiempo un discurso de amor e inclusión. Sólo un cínico puede desconocer la locura del celibato obligatorio. Sólo un necio puede despreciar el valor humano y teológico de una obra como la de Jon Sobrino, ampliamente elogiada y reconocida por teólogos, exégetas e incluso cardenales de altísimo nivel.

La sangría de cristianos a otras religiones o simplemente a ninguna religión no hay que entenderla como fenómeno de la posmodernidad, sino por el contrario, como respuesta de salud de gente mínimamente cuerda que con sentido común descubre que estos gerontes están todos locos.

Pero lo más grave de todo, lo peligroso, es que lo hacen en nombre de Dios. Y tal vez sea por eso que aun existe gente ingenua, y seguramente con mucha buena voluntad, que se somete a semejantes arbitrariedades. Fueron educados en la falsa visión de que el papa es el representante de Dios en la tierra, como sostenía ayer una oyente de una influyente radio nacional. Y si el papa es la voz de Dios, yo que soy un simple mortal, no tengo otra alternativa que obedecer aunque sus disparates resuenen anacrónicos.

Sin embargo la táctica es distinta cuando se trata de interlocutores que no están dispuestos a tragarse el sapo. Con los teólogos y teólogas las medidas son directas, eficaces e impiadosas. Como decía hace algunos años Elisabeth Schüssler Fiorenza: “A falta de argumentos, el gobierno imperial recurre a la fuerza... Son las medidas violentas de silenciar y excluir” (2) [Cuánta razón tenía Bertrand Russell!]

Recuerdo de hace muchos años una charla informal entre algunos amigos frailes, en la que estábamos conversando sobre la validez o no de los votos religiosos de castidad, pobreza y obediencia. Nos preguntábamos si esos votos respondían al estado actual de avance de la humanidad y de la comprensión tanto de lo humano como de lo cristiano. Uno de ellos, citando al gigante Hermanito de Foucault P. Arturo Paoli, nos recordó: “Todo lo que no es liberador no es cristiano. Porque el espíritu del Señor se manifiesta sólo allí donde hay movimiento de libertad.”

Su respuesta clara, concisa y enérgica marcó el rumbo que algunos decidimos finalmente tomar en la vida. Ilusionados por la fuerza histórica del mensaje del evangelio cada uno recorrió su camino tratando como pudo de ser fiel al espíritu antes que a la letra y a la conciencia más que al vaticano. Conscientes que el Evangelio de Jesús de Nazaret es un evangelio de la Libertad. Esta afirmación de Paoli, fruto de una profunda experiencia espiritual y evangélica, puede servirnos hoy también como criterio de validación a la hora de decidir libremente si debemos o no aceptar lo que se nos quiere imponer desde el vaticano.

El anti-testimonio de la Iglesia durante los últimos 20 años traicionando vilmente la renovación iniciada desde el concilio, no nos debe mantener indiferentes. Nos exige una respuesta. No podemos callarnos. Debemos pronunciarnos, hacer oír nuestras voces. Las voces de los cristianos de a pie, de los que aun creemos en la fuerza revolucionaria del evangelio de Jesús de Nazaret tan diferente al totalitarismo moral y religioso de la curia. Es nuestra obligación moral mostrarle al mundo que eso no es el cristianismo!

Hace algunos años otro teólogo alemán, Gregory Baum afirmaba: “este grupo de curiales enquistados en el poder ha convertido a la lglesia en una monarquía eclesiástica con poderes dictatoriales lo cual, genera contrariedad”. E indignación podríamos agregar nosotros. Qué perverso hay que ser para salir a decir que la voz de un santo “provoca graves daños a los fieles”!!.

Qué actuales suenan las acusaciones de Jesús en Mateo 23 para entender el papado y los curiales:

“¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, que cierran la puerta del reino de los cielos para que otros no entren. Y ni ustedes mismos entran, ni dejan entrar a los que quieren hacerlo… ¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, que separan para Dios la décima parte de la menta, del anís y del comino, pero no hacen caso de las enseñanzas más importantes de la ley, que son la justicia, la misericordia y la fidelidad… ¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, que son como sepulcros blanqueados, bien arreglados por fuera, pero llenos por dentro de huesos de muertos y de podredumbre!. Así son ustedes: por fuera aparentan ser gente honrada, pero por dentro están llenos de hipocresía y de maldad”.

Por eso más que nunca las palabras de Jürgen Moltmann (3) que encabezan nuestro sitio web nos orientan en el camino a tomar: “Donde la Iglesia no engendre una fe liberadora, sino que difunda opresión, sea esta moral, política o religiosa, habrá que oponerle resistencia por amor a Cristo".

Notas:

(1) Diario Página/12. Marzo 15 del 2007
(2) Elisabeth Schüssler Fiorenza, Teóloga feminista profesora de la Harvard Divinity School. Revista Internacional de Teología Concilium N° 281. 1999
(3) Gran teólogo alemán

*Aclaración: Mi reflexión, no busca más que ser un desahogo de la indignación que siento como cristiano ante las noticias difundidas desde el Vaticano. Volver al Latin y censurar nuevamente a la Teologia de la Liberación, una de las pocas reflexiones coherentes dentro de la Iglesia, es demasiado!. No pretendo ser políticamente correcto. Quiero ser honesto con mis tripas y en el mejor de los casos motivar la lectura de los extensos artículos publicados en este sitio web. Como era de esperar se hicieron ciertos mis presagios del 2005.


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Última modificación: 30 de July de 2010