Homilías Dominicales. Domingo 25 de octubre de 2015  – 30 durante el año litúrgico (ciclo “B”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Mc. 10, 46-52)

Salía Jesús de Jericó seguido de mucha gente. Un mendigo ciego llamado Bartimeo (que significa hijo de Timeo) al oír que Jesús pasaba se puso a gritar:

Jesús, hijo de David, ten piedad de mí.  La gente quería hacerlo callar pero él gritaba más fuerte. ¡Hijo de David, ten piedad de mí!  Jesús se detuvo y dijo “Llámenlo” Entonces llamaron al ciego y le dijeron. Ánimo, levántate, él te llama:  El ciego arrojando el manto se pudo de pie de un salto y fue hacia él. Jesús le preguntó: ¿qué quieres que haga por ti? El respondió: maestro, que me devuelva la vista, Jesús le dijo : Véte, tu fe te ha salvado. Enseguida comenzó a ver y lo siguió por el camino.

 

Síntesis de la homilía

Mateo en el relato paralelo habla de dos ciegos a la salida de Jericó. Lucas, con Marcos hablan de uno solo y éste le da nombre Bartimeo. El objetivo de este relato compartido por los tres, es hacer notar la necesidad de curar la ceguera interior para sumarse a los seguidores del reino, el camino de Jesús. Por eso es importante fijarse en los detalles

Jesús pasa por el camino. Muchas veces escuchamos que Dios da la fe a unos y no a otros.

Además de ser inexacta se trata de una afirmación peligrosa. Tratándose de una cosa tan importante como para comunicar un sentido a la vida del ser humano, ¿Por qué había Dios de negarla a unos y concederla a otros? Jesús se ha hecho uno de nosotros con palabras, sentimientos, pensamientos y decisiones humanas. Sufriendo y gozando con nosotros. El está pasando constantemente por nuestros caminos. Las búsquedas honestas y serias del sentido del hombre y de su historia en la tierra, aún de los sentados a la orilla de los caminos. cargando con una cantidad de dificultades y sin que el desaliento les permita moverse y caminar como los demás, no quedan en el vacío. Jesús está pasando. Muchas veces es cierto, hace falta que la gente ayude a notar ese paso.  Que el bullicio de la esperanza de los demás llame a la propia puerta y nos aliente a levantarnos y a dar un salto como el ciego, un salto de confianza renovada en sí mismo y en los demás. A eso llama Jesús la fe que salva, la fe que no es un don de Dios sino un don que viene de nuestra misma naturaleza y la comunicación con el mundo y los hombres.

De esa fe  forma parte la actitud de búsqueda que está enraizada en nuestra propia naturaleza y que muchas veces con suficiencia de no necesitar ya más crecimiento en ningún orden, dejamos de lado instalándonos definitivamente en una postura que convertimos en definitiva frente al sentido del mundo y la historia, cuando en realidad ambos con su dinamicidad no están siempre desafiando para hacernos crecer y a la vez contribuir al crecimiento y a la felicidad de muchos..

Y aquí vale la pena especificar el sentido de la fe de que habla Jesús. Porque es fácil apenas se escucha o se lee ese minúsculo vocablo “fe” entre los católicos, identificarlo ó con la obligación de aceptar afirmaciones inaceptables por desfigurantes de la realidad, la creación o de un clima místico que  convence de que la aceptación de ciertas propuestas y promesas es garantía  de acierto y felicidad. Todo como si una creencia que a veces se convierte en fanatismo, agotara el contenido de la propuesta cristiana. La fe en muchos pasajes evangélicos, no es seguridad sino búsqueda, no es quietud sino movimiento, no es descanso sino camino, no es soledad sino relación y comunicación. Creo que un concepto que la define con cierta cercanía es el de búsqueda permanente y esperanzada. No en la seguridad de haber llegado sino en el esfuerzo de seguir caminando, aunque esto parezca más riesgoso.

Por ese motivo si tratamos de medir nuestra fe o la de los demás, generalmente la constatación de que dudamos o seguimos con preguntas sin resolver nos desalienta, cuando lo que debiera inquietarnos es un estacionamiento en las seguridades que no constituyanterreno propicio para continuar en la búsqueda.Creo que es también fruto de esta actitud que entre lo que pensaba hasta la recuperación de la vista que ése era el objetivo final y su felicidad, se convierte en alistarse para seguir el “camino”.

 

Raíces de Esperanza. En el día de la madre y de las madres. Por Guillermo “Quito” Mariani

 

 

No hace falta decirle cosas bellas

si la tenemos cerca,

porque es flor que perfuma

sin pretensión ninguna,

sin riego ni cuidados

con el clima espontáneo del regalo.

 

Por eso, ni advertimos su presencia,

en tiempos de niñez o adolescencia.

 

Solamente después, cuando la vida,

busca hacer cicatrices las heridas

añoramos su fuerza protectora

y admiramos  su entrega generosa.

Cuando al sentirnos lejos,

por geografía o tiempo

su figura se agranda en el recuerdo.

y el acierto corona sus consejos.

 

Y entonces, cuando el niño, adentro se despierta

descubre en nuestras almas al poeta

y anhelamos decir agradecidos,

lo que antes no dijimos:

 

Que el íntegro caudal de las ternuras

que tornan la existencia menos dura

brotó del corazón que en sus latidos

acompasó los nuestros con su ritmo.

Que en su limpia alegría

se iniciaron también nuestras sonrisas.

Que ella forjó las rejas del primer egoísmo defensivo

 

con su amor, de perdones mil veces repetidos.

Que su cariño henchido de firmeza

impulsó nuestros pasos y nuestra fortaleza.

 

Y el himno continúa,

si el corazón explora sus honduras.

Y cada vez hay nuevas resonancias

desde un arpa con cuerdas de alabanza.

 

Como en los meses de la “dulce espera”

crecíamos envueltos y amparados por ella    También hoy, que gestamos una sociedad nueva

ha de ser su presencia

la que engendra y alienta.

 

La angustia de las madres, es angustia de todos.

y el crecer, si es genuino, es luz para sus rostros.

 

No tendremos mañana de ternuras

si hoy cubrimos las fuentes  con barro de amarguras.

No habrá en nuestros jardines nuevas flores

si las regamos sólo con rencores.

No sonarán gozosos los himnos de la vida

siendo el odio y la muerte consignas repetidas.

 

Que simbolice un niño en este día

con flor de ingenuidad agradecida

con besos y caricias su homenaje para una joven madre.

 

Y nosotros, mayores

pongamos también flores

en las manos gastadas por el tiempo

o en las lápidas tibias de recuerdos-

 

Pero, a la vez,, dejemos la promesa..

con madura firmeza

de añadir nuestro grito a sus clamores

sin admitir que su dolor se ignore.

 

Ellas son las raíces de esperanza

de un mañana sin odios ni venganzas

Sus vidas, todas juntas, son luceros

que anuncian y preparan soles nuevos.

Homilías Dominicales. Domingo 18 de octubre de 2015  – 29 durante el año litúrgico (ciclo “B”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema ( Mc.10,35-45)

Santiago y Juan los hijos de Zebedeo se acercaron a Jesús y le dijeron:

Maestro queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir. El les respondió ¿qué quieren?

Ellos le dijeron : Queremos sentarnos uno a tu derecha y otro a tu izquierda cuando estés en tu gloria. Jesús les dijo : Ustedes no saben lo que está pidiendo.. Podrá uds, beber el cáliz que yo beberé y recibir el bautismo que yo recibiré?  Podemos, respondieron ellos. Entonces Jesús agregó: beberán el cáliz que yo beberé y recibirán el bautismo que yo recibiré. Pero no me toca a mí concederles que se sienten a mi derecha o izquierda porque esos puestos ya han sido. destinados. Los otros diez que habían escuchado a Santiago y Juan, se indignaron contra ellos pero Jesús los llamo y les dijo.  Ustedes saben que aquellos a quienes se considera gobernantes, dominan a las naciones como si fueran sus dueños y los poderosos les hacen sentir su autoridad. Pero entre ustedes no debe suceder así: Al contrario, el que quiera ser grande, que haga servidor de los otros y el que quiera ser el primero, que se haga el servidor de todos. Porque este mismo hijo de hombre no vino a ser servido sino a servir y dar su vida en rescate por la multitud.

 

Síntesis de la homilía

la confianza del parentesco de los hijos de Zebedeo con Jesús (primos hermanos), los anima a este pedido que parece un atrevimiento. Venciendo cualquier sentimiento de vergüenza por su ambición y aún  la reacción previsible de los demás,  que ya habían discutido con ellos sobre la superioridad de cada uno sobre los otros, los dos se dan   coraje y hacen el pedido a Jesús.

Algo para notar, es que Mateo en el lugar paralelo de su relato (cap.20) pone a la madre de Santiago y Juan encargándose de la atrevida petición a Jesús. ¿Por qué este cambio de Mateo?   Porque este evangelista tiene mucha preocupación por la Iglesia, la comunidad integrada por elegidos por Jesús que ya está en marcha cuando él escribe, y cuida en su relato que ninguno  quede demasiado desacreditado. Marcos, el primero de los narradores,  no tiene esta preocupación. Mateo atribuye la ambición a la madre de los dos discípulos como una cosa natural en ella, no la ambición de poder sino el querer lo mejor para sus hijos.

De todos modos, ante ese pedido, que parece olvidar lo que Jesús les venía diciendo acerca de que llegando a Jerusalén sería apresado y torturado, aunque resucitaría al tercer día,  ellos no tienen inconveniente en aceptar el desafío a que Jesús los enfrenta “Sí podemos”.

La ambicion de poder les contagia valentía y coraje, alentados por la seguridad del triunfo.

No está demás preguntarse si el mismo Jesús, convencido del clima escriturístico sobre todo en Isaías, que presentaba al mesías como sufriente hasta la muerte, compensada por un triunfo inmediato, no esperaba también lo mismo, ya  que afirma como absolutamente previsto  el destino asignado para cada  uno.

Lo que se quiere destacar, sin embargo, está muy claro. Apareció primero la dificultad expresada por Pedro ante el anuncio de la pasión  y la reprensión de Jesús. Luego el descubrimiento sorpresivo de que los ricos difícilmente entraran en el reino, y ahora, finalmente, la ambición de poder, que como germen de división, Jesús debe enfrentar con toda drasticidad.

No es suficiente un entusiasmo momentáneo y un aprecio de las ventajas del seguimiento de Jesús sino que es necesaria una actitud de convencimiento y compromiso que no es fácil aceptar, cuando el camino está obstaculizado por las ofertas  tentadoras del éxito, el dinero y el poder.

Y es toda la Iglesia, toda la comunidad apostólica la que, ayer y hoy, ha de tomar posición frente a estas opciones que siguen apareciendo como ideales pero, a la vez. como imposibles de lograr a través de las  circunstancias que esa Iglesia atraviesa, andando la  historia.

Ciertamente, para los discípulos fue crucial, después de la muerte de Jesús, afrontar las persecuciones con los sufrimientos adheridos, el rechazo de los poderosos en dominio y en dinero, y finalmente (quizás como la  mayor dificultad) el encanto del poder dominador que tantas veces desfiguró y hasta prostituyó el mensaje de Jesús y las consignas del reino.

No podemos juzgar sin mirarnos y juzgarnos a nosotros mismos, tomando conciencia de la permanencia de esa lucha que se presenta en cada recodo del camino y tiene siempre que ver con una victoria sobre el propio egoísmo, para fortalecer la resistencia al egoísmo de un sistema institucionalizado hasta la absolutizacion.

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Homilías Dominicales. Domingo 11 de octubre de 2015  – 28 durante el año litúrgico  “Ciclo “B” Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Mc.10,17-30)

Cuando Jesús se puso en camino un hombre corrió hacia él y, arrodillándose le preguntó: “Maestro bueno ¿Qué debo hacer para heredar la vida eterna?

Jesús le dijo ¿por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno. Tú conoces los mandamientos: No mates, no cometas adulterio, no des falso testimonio, no hagas el mal, honra a tu padre y a tu madre..” El hombre respondió:  Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud.  Jesús fijó su mirada en él, lo amó y le dijo:  Sólo te falta una cosa: Véte, vende lo que tienes y dalo a los pobres. Y así tendrás un tesoro en el cielo. Después ven y sígueme. El, al oir estas palabras, se entristeció y se fue apenado. Porque poseía muchos bienes. Entonces Jesús mirando a su alrededor dijo a los discípulos: “¡qué difícil será para los ricos entrar al reino de Dios!  Pero Jesús continuó diciendo: Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre en el reino de Dios. Los discípulos se sorprendieron aun más y se preguntaban unos a otros. Entonces ¿quién podrá salvarse?. Jesús fijando en ellos su mirada, les dijo : Para los hombres es imposible pero no para Dios porque para El todo es posible. Entonces pedro le dijo: Señor tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido

Jesús les respondió: les aseguro que a los que hayan dejado casas, hermanos y hermanas, padre  y madre, hijos o campos, por mí y la buena noticia recibirán el ciento por uno en casas, hermanos y hermanas, madre, hijos y campos en medio de las persecuciones y en el futuro, la Vida eterna.

 

Síntesis de la homilía

Que el cumplimiento de los mandamientos del decálogo de Moisés no es suficiente para la construcción del reinado de Dios entre los hombres, promulgado e instaurado por Jesús de Nazaret, es una primera conclusión que podemos sacar de este trozo, que plantea una cuestión realmente complicada, en la que hay que moverse, diríamos, “con pie de plomo”.

Como ser construído y  destinado a la comunicación, toda indicación de modo de proceder tiene que ver con una relación. Los mandamientos de Moisés, como otros de diversas fuentes, cumplen con esa condición. Las realidades fundamentales con las que el hombre tiene capacidad de relacionarse son: el cosmos, los semejantes, el creador u origen de todo.

Los preceptos mosaicos dan la máxima importancia a la relación y comunicación con Dios

tema de los tres primeros del decálogo.Los otros siete tienen que ver con relaciones interpersonales. Jesús proclama UN mandamiento nuevo. El del AMOR.

El mandamiento nuevo de Jesús abarca la triple realidad Dios, hombre y creación en un solo concepto que significa valoración, gozo y compromiso. Pero esta unificación produce una novedad: hace aparecer un objetivo unificante absolutamente necesario para tenerse en cuenta cuando se pretende alcanzar  la totalidad de aquellos objetivos: tener la vista y el corazón abiertos a la realidad para descubrir las carencias que nos rodean. En otras palabras: abrirse a la realidad del pobre. La perfección del reino de Dios proclamado e implantado inicialmente por la conducta de Jesús depende de la amplitud de esta apertura. No implica, sino que más bien supone la apertura y valoración de los bienes naturales, en relación con el origen de todo para todos, con un centro que garantiza la autenticidad de ambas actitudes: los cadenciados de cualquier clase, índole o dimensión.

No se trata como muchas veces se piensa absolutizando la previsión de Jesús de “cuán difícil resultará para los ricos integrarse al reino” que la riqueza en sí sea un mal. El mal es la riqueza fruto de explotación, injusticia o acaparamiento. La que descarta la actitud de preocuparse para que otros o mejor la sociedad total disponga de las posibilidad de acceder al uso y gozo de los bienes esenciales, renunciando o desprendiéndose  de una proporción de los beneficios obtenidos por su trabajo o los aciertos en sus manejos temporales. Por eso, lo que advertía Jesús a los discípulos, con vistas al futuro (en el que se incluye nuestro presente) es el peligro de que aun la legítima y honesta posesión de los bienes temporales, con una atención a todas las reglas y mandamientos como la del joven rico, muy apreciado por él, siempre constituirá una tentación para la comunidad de sus seguidores, la Iglesia, de ser colocada en el nivel de objetivo final- Esa actitud resulta incompatible con el establecimiento y crecimiento del reinado de Dios en la sociedad y también en la Iglesia.

La actitud de compartir es uno de los elementos de educación que va quedando de lado en nuestras costumbres sociales o, a lo más tiende a manifestarse en ocasiones especiales o trágicas. Pero hay una cotidianeidad que ha ido estableciendo con el sistema capitalista, el principio de “sálvese quien pueda” y por lo tanto “acumule todo lo posible en su haber, aunque despoje a los demás”.

Indudablemente ésa es la dirección cristiana que ha de tener la administración de los bienes materiales que en un sistema como el nuetro, es casi heroico mantener con firmeza permanente.

Homilías Dominicales. Domingo 26 de Julio de 2015  – 17 durante el año litúrgico (ciclo “B”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Juan 6,1-15)

Jesús  atravesó un día el Mar de Galilea llamado Tiberíades. Lo seguía mucha gente al ver las señales que hacía curando a los enfermos. Jesús subió a la montaña y se sentó con sus discípulos. Se aproximaba la pascua , la fiesta de los judíos. Al levantar los ojos vio que una gran multitud se acerca y dijo a Felipe ¿Dónde compraremos pan para darles de comer?  Decía esto para ponerlo a prueba porque bien sabía lo que iba a hacer. Felipe le respondió: con doscientas  monedas de plata no alcanzaría para que cada uno comiera un pequeño trozo. Uno de los discípulos, Andrés el hermano de Simón Pedro le dijo “Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos pescados, pero ¿qué esto para  tanta gente?  Jesús respondió: Háganlos sentar. Había muco pasto en ese lugar,

Jesús tomó los panes, dio gracias y los distribuyó entre los que estaban sentados. Lo mismo hizo con los pescados dándoles todo lo que quisieran. Cuando todos quedaron satisfechos dijo a los discípulos:

Recojan los pedazos sobrantes para que no se pierda nada. Ellos los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos que sobraron de los cinco panes de cebada. Al ver el signo que acababa de hacer la gente decía:  Éste es verdaderamente el profeta que debe venir al mundo. Entonces Jesús dándose cuenta de que iba a apoderarse de él para hacerlo rey, se retiró solo a la montaña

 

Síntesis de la homilía

¿Hay que creerlo así como lo cuenta Juan?

Los liturgistas que han armado la estructura de los períodos litúrgicos con las lecturas correspondientes a cada domingo, no han puesto en este lugar la multiplicación de los panes como la relata Marcos, sino que han preferido el relato de Juan. Posiblemente porque Juan no relata la institución de la eucaristía y este largo pasaje del capítulo VI tiene mucho acento eucarístico.

En definitiva, aunque los demás evangelistas se basan en el relato de Marcos, el escrito de Juan presenta varias inconsecuencias que hacen ver claramente que lo realmente histórico es muy distinto de lo que se presenta magnificado, como para no dejar dudas de que Jesús supera a Moisés  brindando el maná en el desierto a todo el pueblo peregrino.

No tiene nada de verosímil que Jesús se pusiera a distribuir persona por persona el pan y los pescados,  más si se trataba realmente de cinco mil hombres y según algunos evangelistas “sin contar las mujeres y niños” . Esa circunstancia apuntada,  hace ver que en la imaginación del relator estaban presentes las legiones romanas que con frecuencia acampaban en los descampados organizándose en grupos de 50 ó 100 para recibir y consumir los alimentos.

La preocupación de Jesús consultando a Felipe, que pareciera tener capacidad de calculador de porcentajes de dinero y alimentos, es remplazada en otros autores  por la preocupación de todos los discípulos que veían con temor aproximarse tanta gente, sin disponer de alimentos para saciar su hambre, y previendo  reacciones que podían producirse.

No existe posibilidad de desentrañar exactamente los mensajes contenidos en este relato, dirigidos a las comunidades de comienzos del siglo II, pero es legítimo tratar de interpretarlos para nuestra actualidad. Las multitudes hambrientas son una realidad cada vez más angustiante en nuestra historia.

Actualmente esa búsqueda presenta, con los naufragios de miles de buscadores de alimentos esenciales

mirados con terror y hasta con odio por quienes los ven acercarse, porque atentan contra sus propias seguridades, un problema que no ha tenido la solución que insinúa el evangelio.

Ustedes los que han traído, los que tienen algo, porque fueron previsores, porque ahorraron y guardaron, porque trabajaron duro para tener lo que tienen, ustedes son los que deben solucionar el hambre de los otros, sin descalificarlos ni condenarlos  ¿Es demasiado lo que se necesita? ¿No hay de dónde sacarlo? La cuenta no le rinde a Felipe. No alcanzaría con doscientas monedas de plata un pedacito para cada uno.

Jesús tiene otra mirada: -¿qué tienen? –Cinco panes y dos pescados.  De allí hay que sacar, de allí hay que compartir. La bendición del pan, para que alcance, no son unas palabras mágicas que lo multipliquen hasta sobrar, es la disponibilidad para compartirlo. Nunca es tan poco que no se pueda compartir.  Hay que decírselo a Estados Unidos, a Italia, España, Alemania, que están repitiendo ¿qué es esto para tanta gente?  Y, sin embargo ¡ES! Porque la voluntad de compartir no significa tener mucho dinero depositado en los Bancos y negociar sin límites para aumentarlo en beneficio de unos pocos sino agilizar los préstamos y perdonar las deudas, además de injustas impagables, de las naciones más pobres, en una decisión de extender la dignidad de la vida humana y  no de encerrarla en unos pocos seleccionados como más importantes por lo que tienen y no por lo que son.

 

 

Homilías Dominicales. Domingo 19 de julio de 2015  – 16 durante el año litúrgico (ciclo “B”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema:  (Marcos 6,30-34)

Los apóstoles se reunieron con  Jesús para contarle todo lo que habían hecho. Entonces él les dijo. Vengan ustedes solos a un lugar desierto para descansar un poco. Porque era tanta la gente que iba y venía que no tenían tiempo  ni para comer. Entonces se dirigieron a la barca para ir a un lugar desierto. Los que los vieron partir adivinaron su intención y de todas las ciudades acudieron por tierra a aquel lugar llegando antes que ellos. Al desembarcar Jesús se encontró con la muchedumbre y se compadeció porque eran como ovejas sin pastor y estuvo hablándole un largo rato.

 

Síntesis de la homilía

Las palabras brotan espontáneamente, con los recuerdos de los detalles del camino, No se habla de aumento de seguidores del reino, movidos por la predicación de los discípulos. Se habla gozosamente de la sujeción de los espìritus inmundos, es decir de los frutos de salud y felicidad cosechados en su andar

y relacionarse con la gente anunciando la proximidad de una sociedad nueva con una noticia nueva, la de un Dios Padre que quiere y fomenta esa novedad. Eso que, en el fondo, es evangelizar.

No se habla de una revisión de lo actuado. Ni Jesús lo exige. Acepta el entusiasmo de los Doce y sus acompañantes por la actividad cumplida siguiendo sus instrucciones, y los invita a descansar.

Esto, significa reconocimiento del esfuerzo puesto en la misión cumplida y, al mismo tiempo,  la necesidad de serenarse y gozar con el descanso del cuerpo y la comunicación amistosa de los compañeros de trabajo.

“No tienen tiempo ni para comer”, es la expresión con que Marcos describe la ansiedad de la gente por escuchar lo que cuentan los recién llegados de la amplia recorrida.

Pero, para descansar hay que retirarse y el mar es una invitación a buscar, alejándose de la multitud, el lugar de descanso. Allí están las  barcas a disposición. Se acomodan en ellas y comienzan a alejarse de  la orilla. La gente ha adivinado hacia dónde se dirigen y arman un proyecto de seguirlos para no perder el beneficio del contacto con ellos.

Las soluciones ingeniosas son resultado habitualmente de sentirse exigidos. Un dicho que es un “latinazgo” lo afirma “intellectus apretatus, discurrit rápidus”  Aquella gente se siente exigida, apretada. Tienen éxito en su plan  y llegan al lugar antes que los discípulos en la barca. Y Jesús diagnostica el sentido de su hazaña afrontando la distancia del contorno del Lago, calificándolos como “ovejas sin pastor”.

Y por eso, renuncia a su plan de tranquilidad y descanso y continúa su enseñanza.

Aquí hay dos cosas para observar: 1ra. La importancia de la actitud de acogida. Los discípulos habían sido enviados a buscar y, al menos en su apreciación, cumplieron exitosamente la misión.  Aquí es la gente la que los busca. Y Jesús no se esconde. Acoge bondadosamente y se pone a enseñar. Porque su palabra tiene que ver con todo lo que es la vida. Con las alegrías y los sufrimientos, con las dificultades y los éxitos, con las ventajas  e inconvenientes del régimen social en que viven y la  reacción de la gente es tomar en cuenta las palabras y consejos para encauzar su vida, para encontrarle sentido a esta experiencia de vivir cada uno en situaciones diversas.

En oportunidad de su visita a Betania, en la casa de Marta y María hermanas de su gran amigo Lázaro, Jesús explica a la diligente Marta que María escuchándolo ha elegido la parte mejor. No por comodidad o pereza, como piensa Marta, sino porque la palabra  engendra el pensamiento y el pensamiento orienta la vida y la vida orientada abre las posibilidad de realización y felicidad.

La  introversión exagerada es dañosa, como lo es la verborragia.La palabra que disimula o tapa la realidad

es traición para la comunicación. Pero la palabra usada para consolar, solidarizarse. Fortalecer, aconsejar sin presunción de infalibilidad, hace mucho bien porque es parte constitutiva de la comunicación que nos construye o nos destruye como seres humanos.

Homilías Dominicales. Domingo 5 de julio de 2015   – 14 durante el año litúrgico (ciclo”B”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Mc.6,1-6)

Jesús se dirigió a su pueblo, acompañado de sus discípulos. Cuando llegó el sábado fue como de costumbre a la Sinagoga y comenzó a enseñar. La gente que lo escuchaba estaba asombrada diciendo ¿de dónde saca todo esto? ¿de dónde le viene esa sabiduría y ese poder de hacer cosas maravillosas? ¿No es acaso el carpintero, el hijo de María,  hermano de Santiago, José ,Judas y Simón?

Y sus hermanas, no viven aquí con nosotros? Y así Jesús resultaba para ellos un motivo de escándalo.

Entonces le dijo : Un profeta es despreciado solamente en su pueblo, su familia y su casa. Y no pudo hacer allí ningún milagro, fuera de sanar a algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se asombraba de la falta de fe. Y continuó recorriendo las poblaciones de los alrededores, enseñando a la gente.

 

Síntesis de la homilía

Hay una  vinculación lógica en el ordenamiento del relato de Marcos que parece normalmente, saltar desprejuiciadamente de una cosa a otra. Se descubre,  sin embargo, un hilo conductor. En este caso, el valor: familia. Ha reconstituido prácticamente la familia del archisinagogo, ahora marcha hacia su familia de origen. A su pueblo natal. Es como si constituyera una provocación eso de ir a su pueblo con otra familia. sus discípulos. Así lo entienden los habitantes de Nazaret. Su presencia, a pesar del cumplimiento ritual de ir a la Sinagoga el sábado, es inquietante. La reacción de sus familiares y vecinos es agresivamente defensiva. Escuchando su enseñanza, la presentación de un nuevo reinado de Dios, y enterados por las noticias que llegaban, de su prestigio con la gente y las cosas maravillosas que hacía, entran en la sospecha de la procedencia de esas rarezas con que se muestra, allí donde todos los conocen.

Las preguntas ¿de dónde saca esa sabiduría de que hace gala y esa posibilidad de hacer cosas  maravillosas?  encierran ya la agresividad de una respuesta insinuada, que se transformará en real en boca de los escribas. Viene de Satanás. Es el único que puede conceder el poder y la sabiduría al  margen de la ley.  Jesús está endemoniado. Lo afirmarán claramente los jefes del pueblo.

Los profetas, a  pesar del reconocimiento que lograron en la memoria histórica de Israel, siempre fueron rechazados en sus enseñanzas y acción en el tiempo concreto en que vivieron. Jesús se lo hace notar a sus compatriotas de la patria chica. Son los parientes y conocidos los que rechazan a un profeta.

El que anuncia una realidad nueva y superadora de la cotidianeidad con sus tradiciones y seguridades, no puede ser aceptado. Más aún cuando es simplemente miembro de una familia en que ya está determinado por tradición, que el hijo ha de seguir la profesión del padre. No es el carpintero?   Llamarlo el hijo de María, no es un reconocimiento de la posterior tradición cristiana que señala a José como padre adoptivo o putativo de Jesús, es simplemente una ofensa, en el lenguaje de una cultura patriarcal, en que la descendencia es marcada por el padre.

El resultado final, que es solamente aportado por  Marcos, con absoluta sinceridad, es que Jesús NO PUDO hacer allí ninguno de los signos prodigiosos que se contaba había realizado en otros lugares.

Y es que los signos dependen de la interpretación. Y si no hay eso que se llama “confianza “ o “fe”, su eficacia es nula.

Este pasaje muestra con elocuencia una situación repetida muchas veces históricamente. Los cambios logrados en la marcha de la humanidad para favorecer mejoramientos en las relaciones de convivencia y reconocimiento de derechos, han sufrido siempre rechazos muy fuertes. La resistencia al cambio es el mecanismo defensivo de quienes han basado sus seguridades en la observancia de tradiciones y costumbres, con mucha frecuencia inconvenientes o dañosas para los demás. Allí está el secreto de  tantos movimientos revolucionarios que llegan al extremo de la violencia destructora de bienes y de vidas.

Una situación experimentada también en el orden eclesiástico. Aunque, con mucha estrategia de silencios, la resistencia a la gran propuesta renovadora de la Iglesia del Concilio vaticano II, logró, con una cantidad de condenas y exclusiones, afirmar de nuevo los viejos principios y reglas de la vida cristiana en la iglesia católica, llevándola a una especie de callejón sin salida del que, al parecer, trata de sacarla el Papa Francisco.

Que se tome conciencia de esta resitencia al cambio para no hacerse cómplice ni en la sociedad civil ni en la Iglesia de las resistencia siempre movidas por interese egoístas, a las reformas necesarias para extender a todos, los beneficios de la naturaleza, de la ciencia, de la salud y la realización personal y social.

 

¿Qué es y qué hay detrás de una CANONIZACION? Por Guillermo “Quito” Mariani

 ¿Qué es? Para muchos resulta algo misterioso, que produce una especie de estremecimiento mundial con ceremonias multitudinarias, para proclamar que alguien es un SANTO. Esto, en realidad, supone todo un proceso de investigación en la historia de vida y costumbres de la persona de que se trata, hasta considerarla primero como “siervo o sierva de Dios”. Desde allí se continúa investigando y recibiendo juicios hasta que el SUMO PONTIFICE (la Iglesia sigue siendo monarquía) decreta la BEATIFICACION, que es lo primero se celebra solemnemente. Para entonces, la investigación tiene que haber constatado  dos “milagros” o sea intervenciones expresas de Dios para probar la santidad del investigado. Estos hechos resultan seleccionados entre los numerosos testimonios que llegan al Vaticano, intercediendo por la canonización. Se deja pasar un tiempo (corto a veces y normalmente largo) para que producidos y examinados otros tres hechos milagrosos se decida finalmente la CANONIZACION Con lo cual queda asegurado para los católicos del mundo que la persona de que se trata ha logrado situarse en la presencia de Dios para siempre. “Está en el cielo” se dice vulgarmente.

Esto ciertamente huele a “cuento” y fantasía. Para algunos “misterio”. Vamos a tratar de dilucidar el “misterio” o explicar el “cuento”, recorriendo previamente la ruta seguida en la historia de la Iglesia, por las “canonizaciones”  (inclusión en la lista de los muertos que están en presencia de Dios, y son santos, por su excelencia de vida, y son también por eso, modelos  para los fieles)

El grupo social que es la Iglesia, puede afirmarse, se expresa en su santoral. Allí se entreveran: las características de una época; los diversos intereses de la institución y sus personajes; las influencias y ambiciones de dominio y poder; las ventajas económicas; la superación de las manchas inocultables con destellos de luz emanados de la misma fuente institucional; la variante influencia de la autoridad monárquica que determina y opta con actitud infalible…etc. Y, en este amasijo polimorfo, entran con su historia, las CANONIZACIONES.

En los primeros tiempos, la decisión de venerar a un difunto tributándole un culto público se tomaba por decisión popular, por consentimiento natural y multitudinario sobre sus virtudes. El origen de este criterio puede ponerse en el reconocimiento de la hazaña de los mártires. Cuando los cristianos a partir del siglo cuarto, dejan de ser perseguidos y se convierten en perseguidores, la santidad se traslada a otros personajes (monjes, ascetas, benefactores, gente piadosa…)

Recién en el siglo X un Papa canoniza a un santo. Juan XV al obispo Ulrico. Bastante más tarde, en el siglo XVII se dicta una normativa oficial para el proceso. La historia muestra con mucha claridad cómo el poder religioso se fue transformando en poder político. Y esa característica comenzó a mostrarse en las canonizaciones que iban reflejando los intereses de la institución en esos momentos. La canonización de un emperador se encamina a proponer como modelo a un gobernante político sumiso a la Santa Sede. Así  como la de Tomás Becket en 1973 , significó que la Iglesia elevaba a los altares a un obispo rebelado contra Enrique II.

Juan Pablo II canonizó una cantidad de santos superior a la de todos sus predecesores juntos. Su ideal:  mantener todas las características de la religión tradicional, anterior al Vaticano II. La rápida (contra toda regla) canonización de Jose María Escrivá de Balaguer, fundador del Opus, tiene en ese objetivo del Papa, parte de su explicación.

Hay otro aspecto, marginado con frecuencia, que es el económico. Ya con respecto a la importancia adquirida por el Opus en el pontificado de Juan Pablo II, tomó estado público la gran influencia ejercida por esta  Opus en la solución del escándalo del banco Ambrosiano, con el aporte de dinero influencia para sacar a Vaticano de esa circunstancia de quiebra desprestigiante y delictiva. Pero las canonizaciones mueven mucho dinero. Es muy difícil saber cuánto dinero “cuesta” un santo. Pero se trata de un  negocio parecido al de las indulgencias, a propósito de “la condenación en suspenso” del Purgatorio.

Pero, quizás lo más importante es que, además de alejarse del sentido evangélico de la santidad, se ha perdido el sentido original de este título concedido  a algunos de los fieles difuntos. La primera Iglesia lo usó para destacar la vida ejemplar de esos cristianos encajados en el mundo y comprometidos de diversos modos con su liberación. La importancia de las celebraciones litúrgicas de las canonizaciones ha ensombrecido ese primer objetivo justo y evangélico, para convertirlo simplemente en intercesor ante Dios (absolutamente innecesario porque el Padre nos ama sin necesidad de “cuñas”), aumentando así el sentido de sumisión, promesas y cumplimiento de las mismas con importantes dispendios económicos.

Las “beatificaciones” de Francisco, han escapado relativamente a las principales objeciones formuladas en mi reflexión. Brochero, inmerso en la realidad de su pueblo hasta el heroísmo.  Romero cuya historia hace vislumbrar una admisión de la santidad política (comprometida con la justicia y la fraternidad) El martirio es aquí el gran argumento y entonces se desdibujan las exigencias de hechos milagrosos requeridos reglamentariamente. No falta quien , sin embargo, afirma que el motivo fundamental es haber sido asesinado mientras celebraba la eucaristía. En otros casos, como Angelelli, Rutilio Grande, los mártires de Chamical y los de la universidad salvadoreña, como también Mujica, no pasarán la prueba porque no fueron muertos en expresa manifestación de fe católica.

Digamos, por otra parte,  que es mejor que así sea, porque vuelve a tratarse, a Dios gracias, de Canonizaciones populares,  que ganan en autenticidad.

 

Homilías Dominicales. Domingo 28 de junio – 13 durante el año litúrgico (ciclo”B”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema: Cuando regresó en la barca a la otra orilla, mucha gente se reunió a su alrededor y Jesús se quedó a orillas del Lago- Entonces llegó un jefe de la sinagoga que se llamaba Jairo y se postró ante él diciéndole:

Con insistencia “Mi hijita está por morir. Ven a imponerle las manos para que sane y viva” Jesús se fue con él y lo seguía una  muchedumbre que lo apretaba por todos lados. Se encontraba allí una mujer que hacía doce años que sufría hemorragias. Había padecido mucho en manos de numerosos médicos y había gastado todos sus bienes sin obtener resultados. Cada vez estaba peor.

Como había oído hablar de Jesús se le acercó por detrás entre la multitud y todó su manto porque pensaba que con sólo tocarlo quedaría curada. Inmediatamente cesó la hemorragia y ella se sintió sana. Jesús se dio vuelta al sentir qye un poder había salido de él y preguntó ¿quién ha tocado mi manto?  Ves que la gente te aprieta por todas partes y preguntas quién te ha tocado? Pero él seguía mirando a su alrededor para averiguarlo.  Entonces la m mujer muy asustada y temblando fue a arrojarse a sus pies y le confesó la verdad. Jesús le dijo: Hija, tu fe te ha salvado. Véte en paz. Tu enfermedad está curada.

Todavía estaba hablando cuando llegaron unas personas de la casa del jefe de la Sinagoga y le dijeron:
Tu hija murió ¿Para qué vas a seguir molestando al maestro? Pero Je´sús escuchando lo que decían, dijo al jefe de la Sinagoga. No temas. Basta que creas.  Y, sin permitir que nadie lo acompañara más que Pedro, Santiago y Juan fue a casa del jefe de la Sinagoga. Allí vio un gran alboroto y gente que lloraba y gritaba-Les dijo: ¿Por qué alborotan y lloran? La niña no está muerta, sino que duerme.  T se burlaban de él- Pero Jesús hio salir a todos y, tomando al padre y a la madre y a los que venían con él, entró a donde estaba la niña-  La tomó de la mano y le dijo “talitá kum” que significa : te lo ordeno , levántate! Enseguida la niña que ya tenía doce años se levantó y comenzó a caminar Todos se llenaron de asombro y y él recomendó que no contaran a nadie lo sucedido. Después, mandó que le dieran de comer.

 

Síntesis de la homilía

Se puede decir que en el largo relato que hemos escuchado, es el comienzo de lo que los escrituristas han llamado: el evangelio femenino de Marcos. Son dos mujeres. Todas las diferencias que hay entre ella, la edad (una adolescente y otra adulta): una esperando en su casa, muerta y la otra mezclada a la multitud cargando y exhibiendo su muerte psíquica y su muerte legal; una sanada con el gesto tímido de tocar el manto de Jesús, la otra tomada de la mano con la familiaridad de la amistad para renovar su confianza.

A veces vivimos la ilusión de que la discriminación femenina propia de las culturas patriarcales ha desaparecido. La extraordinaria fuerza de los hechos de femicidios multiplicados de manera alarmante entre nosotros, que son manifestación extrema de una violencia de género que tiene muchas otras demostraciones, nos saca violentamente de esa ilusión.

La investigación del pasaje de Marcos merece estudiarse con toda la profundidad humana que presenta para que nos permita entrar en el clima de la situación femenina en la cultura israelita y nos aproveche para purificar ese sentido machista de exclamaciones o conducta que han pasado a considerarse muy naturales y que constituyen el camino de los hechos lamentables que se han multiplicado entre nosotros-

Dediquemos un poco de atención al episodio del camino. Jesús acepta, ante la desesperación de un padre con su hija moribunda, acompañarlo hasta su casa. Lo sigue la gente amontonándose para no perder lo que pueda ser el resultado de esta situación tremendamente conmovedora. Entre la multitud va la mujer que no puede interrumpir, aún con intervención de los médicos más prestigiosos, la menstruación continua. El Levítico establece una grave impureza legal que aleja de todo contacto con la mujer mientras ese proceso tiene lugar.(lev.14,24-27)  Además de la discriminación social sufre la discriminación sexual. No puede casarse Su conducta, acompañando a la gente que marcha, es un verdadero acto de rebeldía contra la opresión de la Ley. Pero corre el riesgo del linchamiento por atreverse a ese desafío.

Por eso va resuelta, pero temerosa. Se acerca a Jesús sólo para tener entre sus manos el manto. Hay todo una simbología en el manto relacionado a la masculinidad. La sensibilidad de Jesús se muestra al percibir el pequeño detalle y hacer conciencia de la desesperación de la mujer, descubierta en su gesto. Y la tranquiliza.  Vete en paz! Ha comenzado su curación ayudándola a superar junto con la opresión legal su propia depresión.

Jesús continúa su camino y de la casa del archisinagogo le vienen a avisar que la niña ya ha muerto. Jesús no deja que el hombre se desaliente.  Lo impulsa a recuperar la confianza. Cuando llegan, sorprende a los reunidos en el rito del dolor, los llantos y gritos, y calma a la gente asegurando que la niña está dormida. Aquí, vale la pena detenerse, porque los gestos y acciones son muy elocuentes simbólica y psicológicamente. La mujer de camino estaba agobiada por la enfermedad y la discriminación legal. Aquí también la adolescente, a los doce años, edad de la menstruación y por eso de ser entregada en matrimonio, está en vísperas de perder su libertad. La cultura patriarcal convierte al varón en dueño de la mujer. Y ella, impotente para rebelarse contra la ley, elige la muerte. Por eso la perspicacia de Jesús, la declara dormida. La orden que le da tomándola de la mano es “te lo mando, levántate”, es perentoria. Están allí el padre y la madre, los que para ella representan la ley y están también los tres discípulos que representan la comunidad nueva y liberadora.

Jesús acaba de consumar la liberación de dos mujeres oprimidas por la Ley. Y puede decirse que, en medio de toda la riqueza de este relato de Marcos hay junto con un gran reclamo por la dignidad de la mujer, una gran lección de lo que significa su degradación en la privación de libertad y la crueldad de la discriminación.

Homilías Dominicales. Domingo 31 de mayo – Festividad de la Ssma.Trinidad (ciclo “B”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema(Mt. 28,16-20)

Los once discípulos fueron a Galilea a donde Jesús los había convocado. Viéndolo, se postraron delante de él. Algunos, sin embargo, dudaban.

Acercándose, Jesús les dijo estas palabras: He recibido pleno poder en el cielo y en la tierra. Vayan, instruyan a las naciones bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a cumplir mi mandamiento. Yo estaré con ustedes , hasta el fin del mundo.

Síntesis de la homilía

Hay todo una construcción ideológica alrededor de las menciones que hacen los evangelistas de la presencia de Dios en el espacio y el tiempo de la creación. El breve pasaje de Mateo, que hoy consideramos, es una de ellas. Y ha servido como argumento para imaginar una realidad metafísica recurriendo a las nociones aristotélicas de naturaleza y persona, presentar de esa manera una imagen del Dios trinidad, que no viola su unidad.

Todo esto está muy lejos de la pretensión de Jesús y su mensaje extraído, de una unión íntima y personal con Dios lograda a través de la tradición judía y la penetración profunda en el sentido de las Escrituras sagradas, junto con una penetrante visión y juicio sobre la realidad vivida por Israel, su pueblo.

Dios, el gran desconocido, a quien “nadie vio jamás” como afirma Juan, ha tenido para nosotros una manifestación a nuestro alcance: Jesús de Nazaret, hombre como nosotros.

Y esa manifestación experimentada por él como internalización del Dios origen de todo lo que existe, le ha permitido hablar de él, como el DIOS-AMOR.

A nuestro alrededor toda la realidad nos sugiere la presencia y acción del principio creador. Cada creatura tiene su característica para cumplir ese cometido. Jesús, una de esas creaturas, con una particularidad muy excepcional, ha cumplido con su misión de descubrir a los seres humanos, su vocación en la tierra, el cosmos y la humanidad, en conformidad con la gran revelación de que ese principio de todo lo que existe, es AMOR. Una palabra y un concepto que, de alguna manera están a nuestro alcance, gracias a que parcialmente lo vivimos en nuestras historias personales.

La vida y acción de Jesús, junto al mensaje que expresa su sentido, cuando con su “mayoría de edad” legal, comienza la posibilidad de actuar públicamente y dedicarse a la enseñanza itinerante, muestran el camino, la verdad y la vida que ese Dios autor de todo, quiere que llevemos los seres humanos. Y por eso, la mayor preocupación es complicar a sus discípulos con ese espíritu que refleja la voluntad divina para fortalecernos en la construcción de su reinado entre los hombres.

Esto, que no necesita de una formulación filosófico- metafísica como la que designamos como trinidad de Dios, es la perspectiva evangélica que, al mismo tiempo que la presencia de Dios en toda la creación, singulariza esa presencia en el ser humano que la concreta de un modo particular, Jesús de Nazaret, y la prolonga en la actitud de todos los que con su mismo espíritu, se comprometen en su seguimiento.

Bautizar, es decir “bañar, empapar” con la con la fuerza y la fluidez del agua fecunda, es ir multiplicando los constructores del reino y manteniendo el más perfecto sentido de la vida humana, en el feliz y eficaz cumplimiento de ese cometido