Reflexión – Domingo 25 de setiembre de 2011 – 26 durante el año litúrgico (ciclo”A”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Mt.21,28-32) 

Pregunta Jesús a los sumos sacerdotes y ancianos qué les parece “Un hombre tenía dos hijos. Le dijo al primero “quiero que vayas a trabajar en mi viña” El dijo No! Pero después se arrepintió y fue. Se dirigió al segundo y le dijo lo mismo. Éste respondió “Voy señor”, pero no fue. ¿Cuál de los dos cumplió la voluntad del padre? El primero le contestaron: Jesús les dijo: Yo les aseguro que los publicanos y las prostitutas llegarán antes que ustedes al reino de los cielos. En efecto, vino Juan por el camino de la justicia y ustedes no le creyeron. En cambio sí lo hicieron los publicanos y prostitutas. Pero ustedes ni siquiera se han arrepentido para cambiar- 

Síntesis de la homilía

“Por la boca muere el pez”. Jesús usa esta táctica para convencer a los  “manda más” del pueblo judío, sacerdotes y ancianos. Es la mejor táctica de refutación de objeciones, lograr que los mismos objetantes impensadamente reconozcan su error.

Una vez más se denuncia la hipocresía eso que tantas veces encontramos a  nuestro alrededor y en lo que también a veces, nos refugiamos. Porque el sí del hijo que no va a realizar el trabajo, es un modo hipócrita  de excusarse a sí mismo y delante de su padre, con la tranquilidad de sostener con una mentira esa excusa.

Pero más impactante todavía lo que Jesús añade refiriéndose a quiénes son los representados por el hijo que dice No! pero va a trabajar. Publicanos y prostitutas, los que hacen negocio con su cuerpo y con el dinero imperial entran más fácilmente en el reino, que los que hacen negocio y poder desde lo religioso.

Tengamos siempre presente que cuando Jesús habla del reino de los cielos como dice Mateo o del reino de Dios como los otros evangelistas, no se refiere al más allá, sino a este reinado que Dios quiere establecer entre los hombres y comienza a ser realidad en ese hijo suyo que cumpliendo con su voluntad, adivinando lo que El quiere, llega a defender la fraternidad hasta hacerse intolerable para los poderosos que determinan y producen su muerte.

Nosotros tenemos calificados los pecados en un orden  distinto. Lo peor el sexo, lo segundo la corrupción económica  y lo tercero, es decir lo último y más excusable, la presión de la iglesia apoyando a los poderosos que muestran coincidencias con sus postulados rigoristas en la verdad y en la moral.

La calificación de gravedad por parte de Jesús, no es solamente significativa de la preferencia de jesús por los despreciados oficialmente, sino porque la hipocresía es el menos remediable de los pecados y la sacralización del poder que tantas veces ha contado a lo religioso como su cómplice conduce a vivir en el engaño a mucha gente en nuestra sociedad.

En lo personal es bueno que nos revisemos no sólo en nuestra actitud de nuestra fidelidad real y no aparente al querer del Padre, sino también en no fomentar discriminaciones excluyentes de todo derecho basándonos en nuestras propias reglas que a veces observamos porque no nos queda otro remedio.

Reflexión – Domingo 18 de setiembre de 2011 – 25 durante el año litúrgico (ciclo”A”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Mt.20, 1-16) 

Jesús en una nueva parábola indica a sus discípulos que el reino de los cielos es semejante a un propietario que sale a la mañana a buscar peones y los va contratando por un denario diario. Le hacen falta más y sale a varias horas a buscarlos con las mismas condiciones. Ya tarde, sale a buscar otros y les reprocha haber pasado todo el día ociosos. Ante la respuesta de que nadie los había contratado, los lleva también a su campo. A la hora de pagar el salario ordena al mayordomo que entregue el dinero comenzando por los que llegaron últimos que recibieron un denario. Los que estaban en la cola pensaron “si a éstos les paga un denario a nosotros seguramente nos darán más” Pero todos recibieron lo mismo .Y entonces, los primeros protestaban: nosotros hemos soportado el peso de todo el día y esto que vinieron al final reciben lo mismo que nosotros. Y el propieetario respondió “Amigo, no soy injusto porque te pago lo contratado. Si yo quiero dar a estos últimos lo mismo que a ti, ¿no tengo derecho a disponer de lo mío? ¿Por qué motivo vas a   molestarte porque yo sea bueno?

Así terminó Jesús: los últimos resultarán primeros y los primeros últimos.

Síntesis de la homilía

La parábola es un retrato de los tiempos en que cundía la desocupación porque los pequeños propietarios habían tenido que vender sus tierras a muy bajo precio a los invasores romanos y sus cómplices y debían esperar en las plazas para ser contratados. Las labores comenzaban a eso de las seis de la mañana y se extendían por 12 horas.  El terrateniente es dueño de una gran extensión y no le bastan los primeros contratados. Por eso vuelve varias veces a la plaza y va añadiendo brazos.

A eso de las cinco de la tarde todavía busca a otros a quienes reprocha haber estado de vagos hasta entonces. Ante la justificación de no haber sido contratados, los envía a su campo. La parábola está dirigida a advertir a los judíos que se consideraban en la comunidad de Mateo como elegidos primero y por tanto privilegiados, que en el reino fraternal no corren las desigualdades.

Reflexión

Como en todas las parábolas Jesús usa el impacto paradojal para fomentar la profundización del contenido. A primera vista nosotros también pensamos: Este propietario no obró correctamente. Más aun cuando nosotros vivimos en el capitalismo la realidad de salarios que no se acomodan a las necesidades de los obreros sino a la ambición de ganancia de los propietarios. Pero el reproche de vagancia da oportunidad para una justificación que también hoy es adecuada.”nadie nos contrató”.”Son unos vagos y el gobierno los alimenta para que sigan siendo así. Y a nosotros nos quieren quitar lo que hemos conseguido trabajando de sol a sol” En algunos casos esto es cierto, pero en muchos otros no. Los que han trabajado de sol a sol son los peones. La desocupación es causada por el egoísmo acaparador en que se inspira el capitalismo y por la estructura laboral

que no logra establecer de manera permanente los derechos inalienables a una educación salud y alimentos para una vida digna. Desde el propietario del campo que es Dios en la parábola, esto es tomado en consideración como parte del reino propuesto por Jesús.

Es oportuno repetir aquí  que lo del “reino de los cielos” a que se refiere Jesús no es algo del más allá sino de aquí, de ahora, de la tierra. Por eso quienes lo buscan o lo quieren construir con Jesús, asumen la actitud comprensiva de aquel propietario excepcional, de buscar y vivir la justicia para construir la felicidad. El objetivo del cristiano no es recibir favores o premios celestiales, sino resultados terrenales consecuentes con el querer del Dios revelado por Jesús que es lo nos pone en vital e indestructible comunicación con El.

Reflexión – Domingo 11 de setiembre de 2011 – 24 durante el año litúrgico (ciclo “A”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Mt.18,21-35) 

Pregunta Pedro ¿cuántas veces tengo que perdonar a mi hermano las ofensas que me haga? Hasta siete veces? Jesús responde. No, hasta setenta veces siete. Por eso, el reino de los cielos se parece a un rey que quiso arreglar cuentas con sus servidores. Le presentaron a uno que le debía diez mil talentos. Como no podía pagar, el rey mandó que fuera vendido junto con su mujer, sus hijos y todo lo que tenía, para saldar su deuda. El hombre a sus pies le pidió “dame un plazo y te pagaré todo”. El rey se compadeció le perdonó la deuda y lo dejó ir. Al salir el servidor encontró a un compañero que le debía cien monedas de plata y tomándolo del cuello hasta ahogarlo le decía “págame la deuda”. El otro se arrojó a sus pies y le pidió plazos. Pero él se enojó y lo hizo encarcelar hasta que pagara. Los compañeros fueron a contarle al rey lo que había pasado y él lo mandó llamar y le dijo: me rogaste y yo perdoné tu deuda.¿no debías tu también tener compasión de tu compañero? Y lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda. Lo mismo hará mi Padre con ustedes si no perdonan de corazón a sus hermanos.

Síntesis de la homilía

Exégesis de introducción: A quien matara a Caín,  Yahvé prometía  un castigo de 7 veces y Lamec un descendiente afirmaba que a él, que había asesinado a un hombre habría que vengarlo setenta veces siete. Ambas citas muestras el simbolismo numérico. Jesús dice que no hay límites para el perdón. La deuda de aquel hombre que debía ser muy encumbrado ascendía a 340.000 kilos de oro ya que en talento valía 34 kgs. oro. No podía pagarla nunca. Algo sin embargo volvería a las arcas del rey vendiéndolo con todo lo suyo como esclavo. La entrega a los verdugos  literalmente interpretada significaría “perpetua”.

Reflexión El perdón es una novedad cristiana íntimamente ligada a la buena noticia de un Dios Padre-madre. Las ofensas pueden ser incalculables como la deuda de aquel servidor, pero el amor las supera, habiendo sido también la causa de conceder un préstamo tan ingente. Esta es la primera realidad del mensaje de la parábola. El amor del Padre no tiene límites. Nada hay que El no perdone. Es el amor de padre-madre elevado a la última potencia. En el Padre nuestro (la añadidura que se hizo a la oración enseñada por Jesús) hay dos inexactitudes que deforman esa revelación central de Jesús. La primera, una insistencia en el pedido de perdón como si de eso dependiera la expresión amorosa del Padre. (anécdota del extraño escuchando el comienzo de la Misa) La segunda, que parece una presunción eso de dictarle a Dios el modo de perdonar. “Como nosotros perdonamos”. Al contrario, lo correcto sería comprometernos a perdonar nosotros como El perdona, imitándolo en la medida de nuestra pobreza y limitación, imitando  las características de ese perdón que sól El concede.

La aplicación del perdón sin límites no tiene sin embargo el significado de amplitud que reconocemos en Dios. El perdón de Dios es restablecimiento del amor violado por nosotros. Nuestro perdón ha de tener también esa cualidad. No se puede hablar de un perdón cómplice que incita a repetir los mismos daños causados, ni de un perdón por cobardía de exigir justicia, ni de un perdón temeroso para no exponerse a mal mayor, ni a un perdón despreciativo de la dignidad del otro. Ha de ser perdón de corazón. Es decir perdón reparador, que restableciendo el valor de la fraternidad (que puede ejercerse y vivirse en una variedad grandísima de niveles afectivos y efectivos),colabore a la construcción del reinado de Dios.

Un añadido para el Día del maestro

Invitamos a detenerse un momento en este recuerdo ligado a Domingo F. Sarmiento en la importancia de la educación para una sociedad que, viviendo en democracia, quiere conquistar más felicidad para todos, construir el “bien común”.

Y valorando ese ingrediente de la personalidad de los ciudadanos, valoremos también la gran importancia y el papel fundamental que juegan en la consecución de ese objetivo, los docentes de todos los niveles.

A pesar de interpretaciones peyorativas cuando  los docentes con diferentes medidas reclaman ser tomados en cuenta con salarios dignos y valorativos de su función social, hay quienes hablan de que ahora no hay ya docentes por vocación, sino por dinero, por puestos, por salarios. Esta afirmación además de ser injusta es incorrecta y errónea. No se puede ser docente sin vocación. No sólo porque hay que resignarse siempre a mezquinas retribuciones, sino porque la tarea de ilustrar la inteligencia, de formar la voluntad y de tener en cuenta, necesariamente las variantes culturales y científicas en constante avance, no puede llevarse a cabo sin una dosis muy grande de amo r y preocupación por los demás y por el país. Por eso pienso a propósito de la reflexión evangélica que hoy tiene que ser un día de pedir perdón a lo docentes. Por no respetarlos, por no compenetrarnos de las dificultades en el cumplimiento de su vocación, por no apoyarlos en sus demandas e iniciativas, por cargarlos con la responsabilidad absoluta de los vicios de un sistema armado precisamente para que no se piense  demasiado y con sentido crítico sobre las realidades que vivimos, a fin de que se mismo sistema siga imponiéndose con sus injusticia y exclusiones.

Que sus espíritus compenetrados más profundamente del valor de la enseñanza y la educación, no decaigan frente a la incomprensión y complicidad de muchos y su labor con todas las limitaciones  e imperfecciones propias de lo humano siga cumpliéndose con perseverancia y amor. Ojalá no sea sólo un “Feliz día del maestro” sino un estremecimiento nacional para revalorizar la educación en libertad y participación

Reflexion – Domingo 4 de setiembre de 2011. 23 durante el año litúrgico (ciclo “A”). Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Mt.18,15-20) 

Si tu hermano peca corrígelo en privado. Si no te escucha busca a una y dos personas más como testigos. Si rehúsa hacerlo dilo a la comunidad. Y si no escucha ya puedes considerarlo como pagano y publicano

Les digo que lo que ustedes aten quedará atado definitivamente y así también lo que desaten. Si dos de uds. se unen en la tierra para pedir algo mi Padre del cielo lo concederá. Porque donde hay dos o tres reunidos en mi nombre, yo estoy en el medio.

Síntesis de la homilía

El pasaje completo con la alusión a la oveja perdida, tiene como objetivo la construcción de una comunidad igualitaria. Por eso la preocupación por buscar a la que se fue, es fundamentalmente un cuestionamiento a la comunidad que puede por infinidad de motivos resultar excluyente. En el pasaje que nos ocupa, Mateo mira hacia el comienzo de este ideal: la conciliación entre las personas, la valoración de todos y cada uno (dos o más), el cultivo de la unión en las diferencias para que se pueda afirmar que están impulsados por el espíritu de Jesús. No hay una gradación judicial de los intentos de acabar con la transgresión de un hermano para terminar excluyéndolo. Es simplemente la constatación de que no se rige por el espíritu de Jesús, como indiferente o como traidor (publicano) a los principios del reino.

Reflexión

Es muy fácil considerar a quien piensa diferente, como adversario o enemigo. No se puede por otra parte negar que, cuando en las diferencias intervienen intereses particulares de origen terrenal, se producen enfrentamientos. El primer paso para evitarlos ya que siempre son semillas de distintos  niveles de violencia, es tratar de penetrar en el valor individual de cada uno. Entonces, con la diligencia investigadora y comprensiva se puede salvar la relación normal y hasta amistosa, conservando las diferencias. Hay oportunidades en que se hace necesario recurrir al juicio de los amigos de la persona en cuestión, para hacer posible el acceso a ese descubrimiento de sus valores. Pero la instancia definitiva que excluye la venganza pero justifica una distanciamiento respetuoso, es la comunidad. El juicio de la comunidad, que no necesita de una Asamblea `para alzar la mano a favor o en contra, sino, en el caso de las comunidades seguidoras de de Jesús de Nazaret, ya dispone de los criterios del reino mantenidos por el mensaje evangélico y el testimonio de la vida y acción de Jesús y, en la Iglesia por las reuniones multitudinarias y representativas que han sido los Concilios ecuménicos a cuya práctica recurrió también la Iglesia primitiva para solucionar las diferencias fundamentales de criterios entre Pedro y Pablo. Así la más estricta aunque muchas veces defectuosa conducta de la Iglesia, ha recurrido de los Concilios para determinar quienes continuaban o quedaban excluidos del espíritu del reino predicado por Jesús. El recurso a la Comunidad sostenedora de los valores del reino en el mundo actual consiste, en conreto, para nosotros en el recurso al concilio ecuménico Vaticano II, que no fue simplemente la reflexión de un grupo, de un sector, de una tendencia, sino la comunidad eclesial en el más profundo sentido de la palabra.

Para no sacarla de contexto, la sentencia de Jesús acerca del atar y desatar, es una advertencia para quienes no dan importancia a la vinculación efectiva y afectiva en el seno de la comunidad del reino. Todo lo cual excluye el poder absoluto de las jerarquías justificadas evangélicamente por el servicio y no por el poder.

Reflexión – Domingo 28 de Agosto de 2011. 22 durante el año litúrgico (ciclo “A”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema: (Mt. 16,21-27) 

Jesús comienza a hablar de su llegada a Jerusalén y sus sufrimientos hasta la muerte. Pedro lo llama aparte y lo reprende. Dios no lo permita, eso no sucederá. Pero Jesús le dice “Ponte detrás de mí, Satanás porque tus pensamientos no son de Dios sino de los hombres” El que quiera seguirme debe renunciar a sí mismo y cargar con su cruz para seguirme. El que quiera salvar su vida la perderá y el que la pierda por mí la encontrará. ¿de qué sirve ganar todo el mundo si el hombre pierde su vida? ¿y qué puede dar el hombre a cambio de su propia vida? El Hijo del hombre vendrá en la gloria del Padre rodeado de sus mensajeros y entonces a cada uno le distribuirá lo que le corresponde.

Síntesis de la homilía

Introducción exegética: Lo que dijeron los discípulos, y que Pedro se atrevió a completar respondía a las expectativas populares. Pedro no hace otra cosa que afirmar fuertemente esas expectativas. Una gesta liberadora. Es notable que Mateo que es calificado como el evangelista de la iglesia, mencione este desliz de Pedro y le aplique una corrección tan severa de Jesús. Hay entonces una intención expresa de señalar en la firmeza de la roca, las debilidades reales del ser humano. La indicación-orden de colocarse detrás, es muy clara. Con todo lo que puede significar  su papel como fundamento del reino, el único absoluto es Jesús siguiendo la voluntad del Padre, y hay que ir detrás suyo. Jesús se equivoca inicialmente al señalar a Pedro como lleno del espíritu del Padre.

Reflexión

Hay una especie se transmisión de poder (así lo ha interpretado una tradición eclesiástica) en la denominación de Pedro como roca y fundamento de la convocatoria de Jesús. La deficiencia de Pedro que hace notar Mateo es la que nosotros mismos advertimos muchas veces cuando el que considera digno de ser de algún modo superior a o de los demás (poder) está muy cerca del peligro del autoritarismo. El que afecta a la Iglesia cuando toma decisiones creyéndose Dios.

Pedro es judío y tiene profundamente metida la idea de un mesías temporal, de un caudillo político, e interpreta así el decir y pensar de la gente. Para él, mesías o hijo de Dios no significan otra cosa que “enviado para liberarnos del yugo que sufrimos como pueblo elegido” Y ése es el motivo más hondo por el que acompañan a Jesús y lo abandonarán en momentos cruciales. El mismo fenómeno de tanta gente que impulsada por la misma equivocación de Pedro presenta un reino de Dios como medio de lograr ventajas personales y éxitos regalados y entra en cumplimiento exacto de todas las reglas esperando así recibir el premio discípulo. Las promesas que se hacen a los santos para obtener favores generan muchas veces este critianismo o mejor catolicismo interesado en el reinado temporal. Por eso, finalmente concluyen en decepción.

Cuando Jesús habla de la importancia de la vida por encima de todos lo que puede ser la obtención de ventajas materiales, se está refiriendo al sentido de la vida encajada en el reino de Dios, lo que agrada y quiere el Padre y no el menosprecio de la vida.

Esto se da cuando se vive para tener y no se utiliza lo disponible  para vivir.

Reflexión – Domingo 21 de Agosto de 2011. 21 durante el año litúrgico (ciclo “A”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema:  (Mt.16,13-20)

En Cesarea de Filipo Jesús pregunta a los discípulos qué dice de él la gente. Unos dicen que es Juan el Bautista, otros que Elías y otros, jeremías o alguno de los profetas. Entonces les pregunta: Y ustedes quién dicen que soy? Pedro adelantándose le  dice “tú eres el mesías el hijo del Dios vivo” Jesús lo felicita diciéndole que lo que acaba de decir no es desde su personalidad humana sino sugerido por el Padre del Cielo. Y yo te digo que tú eres piedra y sobre ella construiré mi iglesia y las puertas del Infierno no prevalecerán contra ella. Te daré las llaves del reino y lo que ates o desates en la tierra quedará atado o desatado en el cielo. Después mandó a sus discípulos que no dijeran a nadie que él era el mesías.

Síntesis de la homilía

Datos exegéticos Cesarea es la ciudad en que Herodes el Grande hizo construir un templo en homenaje de Augusto. Filipos un hijo,   cambió el nombre original de la ciudad por el de Cesarea. El detalle geográfico suministrado por Mateo parece indicar la naturaleza de esa iglesia, comunidad de convocados o convocatoria de creyentes, que con sus características expresaba una conciliación entre Israel, Grecia y Roma(judaísmo, helenismo e imperio romano) La iglesia de los primeros siglos tiene en realidad las características de la Sinagoga, de la comunidad griega y de la legalidad romana. Las respuestas de los discípulos, fuente informativa para Jesús, aluden al pensamiento de Herodes temeroso de que Jesús fuera Juan reencarnado, y a la esperanza mesiánica de la vuelta de Elías para anunciar al mesías liberador de Israel, así como también a la característica de Jeremías y otros profetas perseguidos y sufrientes. Por encima de todo esto, Mateo se preocupa de exaltar la figura de Pedro que con lucidez excepcional afirma una especie de síntesis de todo el informe. “Eres el mesías, el hijo de Dios vivo” que significa una relación más íntima con el Padre que la de todos los buenos o justos, señalados también como hijos de Dios. La felicitación de Jesús trae consigo la designación de Pedro, como  piedra fundamento, para el reino que él desea construir y deberá luchar hasta vencer la fuerza del mal. El párrafo final constituye una advertencia

de la responsabilidad de Pedro en el atar con reglas justas, desatando de todas las esclavitudes, de modo que el reino de liberación vaya creciendo.

Reflexión

En el ambiente judío Jesús opta por una conciliación en lugar de un enfrentamiento parecido al de Juan el Bautista. Sin dejar de marcar las diferencias con el judaísmo cerrado, no deja de utilizar  sus principios y organización. Y al pesar del rechazo de la sujeción imperial y cultural representados por Grecia y Roma con sus ejércitos, no cierra las puertas a quienes proviniendo de esa mentalidad, se adaptan a la universalidad de su mensaje.

La diversidad y polémicas religiosas que han causado en nuestro mundo tantos enfrentamientos y guerras, no son expresión de ese mensaje verdaderamente ecuménico, católico y universal de Jesús de Nazaret. Ser hijos de Dios no sólo por título sino por vivir su espìritu, significa también hoy una apertura hacia todos los valores de personas y comunidades que pueden y quieren colaborar con los valores del reino iniciado y proclamado por Jesús.

Reflexión -Domingo 14 de Agosto de 2011. 20 durante el año litúrgico (ciclo “A”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema: (Mt.15,21-28)

Jesús llega finalmente a la otra orilla con los discípulos. La región de Tiro y Sidón. Al verlo una mujer cananea comienza a gritar. Señor, hijo de David, ten piedad de mí porque mi hija está atormentada por un demonio. El marchaba sin dar respuesta. Los discípulos se le acercaron para advertirle: atiéndela, porque nos molesta con sus gritos. Jesús respondió: yo he sido enviado solamente a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Pero la mujer se acercó, se postró y suplico “señor socórreme” Jesús dijo: No está bien tomar el pan de los hijos para dárselo a lo perros” Y ella contestó, Son embargo los perros comen las migas que caen de la mesa de los dueños. Jesús entonces respondió: Mujer! Tiene una fe muy grande. Que se cumpla tu deseo. Y en ese momento su hija sanó.

Síntesis de la homilía

Exégesis.- Mateo contrapone la actitud de Jesús a las de los judíos más observantes. Ellos se sienten impuros por el contacto con los paganos “perros”.

Les niegan toda dignidad y derecho. Jesús refleja esa actitud en las duras palabras con que responde a la mujer cananea. Pero, de inmediato muestra la diferencia de su modo de pensar abierto, con la estrechez de los fariseos que se consideraban los únicos detentores de la verdad, la ley y el culto divino.

Superada la tempestad Jesús acompaña a los discípulos a la otra orilla. Ya no tienen miedo. Es curioso que la soledad siempre tiene miedo. Aun la soledad de los que lo tienen todo. Allí el miedo más fuerte es perder algo aún de lo que les sobra.

Por eso Jesús acusa de falta de fe a los discípulos. No porque no creían que podía producirse un milagro, sino porque no tenían confianza en sí mismos y las posibilidades que Dios había puesto en sus manos. Su presencia fantasmal también los asusta. Sólo su compañía en la barca les trae seguridad. Sucede muchas veces que, por dejadez, indolencia o culpabilización de otros, si no nos viene ayuda “de arriba”, bajamos los brazos. Nos sucede en la vida común y en las tareas de Iglesia, simbolizada en muchas oportunidades con la barca que traslada a los discípulos de un  lado a otro, a la otra orilla. Seguramente no era la primera tempestad que afrontaban los discípulos si se trató realmente de una tormenta de viento huracanado. Pero quizás la costumbre de que Jesús solucionara sus problemas, aunque hacía poco les había encomendado a ellos el dar de comer a la multitud, los mal acostumbró y no usaron al full sus conocimientos del pequeño mar de Galilea.

El fenómeno de que los no creyentes resultan a veces mucho más comprometidos que los creyentes en la soluciones para las cosas y problemas personales y sociales, tiene un poco aquí su explicación.

Finalmente es notable que lo que Jesús llama fe en aquella mujer sirofenicia, pagana, no es la creencia en su divinidad, sino el amor a su hija que no le permite detenerse ante barreras de ninguna especie. La autenticidad y profundidad del amor del reino tiene que llegar a ese nivel.

Reflexión -Domingo 7 de Agosto de 2011. 19 durante el año litúrgico (ciclo “A”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Mt. 14, 22-23)

Saciada y despedida la multitud Jesús manda a los discípulos a embarcarse para la otra orilla. Mientras él se va a la soledad de la montaña para orar. Atardece y él está allí. Los discípulos en la barca se enfrentan a una tempestad en el Lago. Tienen viento en contra. Ya de madrugada Jesús va hacia ellos caminando sobre las aguas y ellos se asustan creyendo ver a un fantasma. Gritan desesperados. Jesús los calma y accede al desafío de Pedro de hacerlo a él también caminar sobre el agua. Mientra lo hace, tiene miedo al ver la furia de las olas. Y comienza a hundirse y grita ¡sálvame Señor! Jesús tiende su mano y lo ayuda diciéndole “hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?

Apenas sube a la barca el viento se calma. Y los que estaban en ella  dicen: Verdaderamente tú eres hijo de Dios!

Síntesis de la homilía

Introducción exegética: Los discípulos eran pescadores de oficio, de modo que inmediatamente obedecen la orden de embarcarse que les da Jesús, de pasar a la otra orilla que es habitada por paganos. Lo fundamental es que los deja solos, como a propósito.¿ Necesitaría Jesús de la soledad para estar en comunicación con el Padre? Esta actitud prepara al lector para lo que va a relatar inmediatamente Mateo. Tempestad, viento en contra, susto de los discípulos. Ir a la otra orilla, enfrentarse a los paganos, es muy difícil Entonces Jesús se aproxima y ellos se asustan más hasta gritar desesperados. Les parece un fantasma. Y hasta piden por Pedro un signo de que es él realmente. Es un recurso para solucionar las dudas sobre Jesús que afrontaban las comunidades perseguidas de Mateo. Con otra finalidad y acorde a distintas circunstancias Juan coloca el desafío de Tomás. Y Jesús acepta en ambos casos. Para que las comunidades no duden de que es verdaderamente hijo de Dios y obra en su nombre. Es Pedro, al final, el que se muestra menos confiado y comienza a hundirse.

Reflexión: La ausencia física de Jesús dejó desarmados a los primeros discípulos.

Habían esperado que restaurara victorioso el reino de Israel. Jesús los aleja y se aleja él mismo de la multitud que lo seguiría buscando como rey y milagrero. La orden es viajar a la otra orilla a proclamar al mundo lo que él había podido extender sólo al pueblo de Israel.

Si uno se pregunta después de leer el relato de Mateo qué perseguía el autor con esta descripción eminentemente imaginativa, se respondería como ya tantos lo han interpretado, que el objetivo era probar la divinidad de Jesús. Ni a Jesús ni a los judíos de su tiempo podía ocurrírseles que ese hombre fuera Dios. El objetivo de Mateo no es apologético (argumento para probar)  sino orientador para el cumplimiento de la misión que él iba a encomendar a sus seguidores, Hacer llegar el evangelio (la buena noticia) a toda creatura. Y para que no se ilusionaran pensando que esto les resultaría fácil, les asegura su presencia y ayuda (aunque más no sea como sospecha “fantasma”) y pone como dificultades para  tomar conciencia y obrar con esa presencia, el viento en  contra, las tempestades, el miedo y la falta de confianza en el proyecto del reinado de Dios.

Nosotros vivimos hoy esa experiencia en que el miedo y la falta de confianza nos hacen desistir de la lucha por el reino y dejarnos llevar por la correntada  y las olas.

Reflexión – Domingo 31 de julio de 2011 – 18 durante el año litúrgico (ciclo “A”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema(Mt. 14,13-21)

Jesús se entera de la muerte de Juan y se aleja para estar a solas. La multitud lo advierte y sigue por la orilla la trayectoria de la barca. Se encuentra con la gente al desembarcar y su compasión lo lleva a enterarse y remediar sus necesidades. Cuando ya atardece los discípulos le advierten que la gente tiene que irse para buscar alimentos y jesús les responde que ellos les den de comer. Ellos responden que sólo disponen de cinco panes y dos peces. Jesús los bendice y ordena a la gente que  se siente en el pasto y a los discípulos que distribuyan lo panes. Y todos comen hasta la saciedad y sobran doce canastas de pan. Los que comieron fueron unos cinco mil sin contar mujeres y niños.

Síntesis de la homilía

Exégesis

Tomar a la letra este relato de Mateo, además de constatar una cantidad de inexactitudes, empobrece su verdadero valor que es altamente simbólico. Una multitud de mas de cinco mil hombres no se mueve rodeando el Lago para darse con JESÚS en la orilla opuesta. El lugar es desierto pero los pueblos de donde la gente venía están cercanos. La solución de los discípulos es viable. Afirmar que tienen cinco panes y dos peces es una ridiculez. Partir el pan si se trata de distribuirlo entre 5.000personas produce una fatiga tremenda. Repartirlo con los peces (aunque estos no parecen bendecidos porque no se reparten).Se llenan doce canastos con las sobras. Es demasiado sobrante. ¿Y de dónde salieron los canastos en ese lugar desierto?

No hay más entonces que descubrir el mensaje detrás de los símbolos.

Aplicación

La muerte de un amigo produce mucha tristeza. Jesús profundamente sensible, no puede evitarlo y buscar estar solo para desahogarse. Primera indicación valorizante  de la amistad y del dolor. Cinco mil hombres es el número de componentes de las legiones romanas. Aquí hay una legión de la paz en lugar de una legión de dominio. Por eso el centro del relato no es la bendición que produciría la multiplicación, sino los cinco panes que compartidos se convierten en alimento para la multitud. La solución no es comprar. Hoy se compra y se vende una gran cantidad de cosas y la  pobreza avanza día a día. La solución no puede darse sin compartir. Y cuando se comparte se experimenta que realmente no hay empobreci- miento sino pedazos recogidos que alcanzan hasta para los que llegan tarde. El siete que suman los panes y los peces (lo que un  pobre solía llevar en el morra l)

y el doce de los canastos, son números tradicionalmente simbólicos con sentido de universalidad.

Pregunta para el grupo

Esto de compartir no es simplemente una consigna para aparecer generosos y no una realidad vivida? ¿Es posible? ¿Cuáles son los modos de compartir, individual y socialmente con los que estamos de acuerdo?

Reflexión – Domingo 24 de Julio de 2011 – 17 durante el año litúrgico (ciclo”A”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Mt. 13,44-46)

Enseña Jesús : “el reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en un campo que un hombre encuentra y lo vuelve a esconder y  vende todo lo que tiene y compra el campo.

También se parece a un negociante que se dedica a perlas finas y encontrando una de gran valor, vende todo lo que tiene y la compra.

Síntesis de la homilía

Exégesis

Lo primero a notar es que al hablar del reino de los cielos Jesús no habla del cielo sino de la tierra. Y el que tropieza con él y lo encuentra, está trabajando la tierra, no en otras prácticas devotas que lo alejan de ese trabajo. En la misma línea la comparación con el comerciante de piedras preciosas, el darse con una de gran valor no es resultado puramente casual sino de su búsqueda incesante. Ambas parábolas concluyen con un desprendimiento de todo lo poseído, no por el gusto de abandonarlo sino porque gozándolo, han llegado a encontrar algo mejor: el tesoro y la perla.  Finalmente, el detalle aportado por Mateo es la alegría de los protagonistas de estos hallazgos.

Aplicación

No  hay dudas de que la vida cristiana, (de seguidores de Jesús de Nazaret) implica austeridad. Exige a veces renuncias indispensables en un entorno que con mucha frecuencia resulta desfavorable y agresivo. ¿Quién va a negar que es muy difícil ser honesto, veraz, leal a la palabra empeñada en el mundo actual? Pero eso no es lo mismo que transformar el sentido de la vida en un valle de lágrimas, en un exilio de sufrimiento, en un destino de opresión. Con esa visión iluminada aparentemente por la esperanza de otra vida feliz muchos han hecho del cristianismo una propuesta amargada y amargante, disconforme con todo, cerrada a las alegrías y satisfacciones naturales, desparramador de la noción de pecado y temor al castigo eterno sobre todas las actividades placenteras.

El reino presentado por Jesús, no es el que rechaza las alegrías, la fiesta y los regalos de la naturaleza y la vida sino el que a través de ellas nos lleva por el camino de esfuerzos e intenciones de procurar para nosotros y los demás una vida mejor, precisamente porque tenemos conciencia de que el mejor rendimiento del que trabaja por los valores del reino, se da cuando trabajamos con alegría. Aunque haya que roturar la tierra. Aunque haya que esperar mucho tiempo en la actitud de búsqueda.

No hay que infravalorar lo valioso de lo que proporciona momentos y situaciones de felicidad. Desde allí brotan los impulsos para afrontar dificultades, para mantener las esperanzas y el optimismo.

Preguntas para el trabajo participativo ¿qué es más agradable al Dios de Jesús, cumplir con la misa del Domingo o quedarse a servir a un enfermo de la casa o de fuera, que reclama ese tiempo para su atención? ¿Por qué?

¿qué es más conforme con el querer de ese Dios fomentar la represión sexual o vivir naturalmente el gozo y la responsabilidad del amor sexuado?