Relexión – Domingo 17 de Julio de 2011 – 16 durante el año litúrgico (ciclo “A”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Mt.13, 24-30)
Otra parábola de Jesús: El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo, pero mientras todos dormían vino el enemigo y sembró cizaña en medio del trigo. Cuando aparecieron las espigas apareció también la cizaña. Los peones fueron a decirle entonces, ¿No sembraste buena semilla en tu campo? ¿Cómo es que ahora está mezclada la cizaña?

Esto lo ha hecho algún enemigo, les contestó. ¿Quieres que vayamos a arrancarla? –No porque arrancando la cizaña van a arrancar también el trigo. Que crezcan hasta la cosecha y entonces diré a los recogedores que saquen primero la cizaña y la aten en manojos para quemarla, y luego recojan el trigo para mi granero.

Síntesis de la homilía

Exégesis. La interpretación acostumbrada es que en este mundo Dios ha sembrado todo lo bueno pero un enemigo ha mezclado la maleza. Pero en el juicio final aparecerá la sentencia en contra de los malos, el fuego, y a favor de los buenos recogidos en el granero. Con el juicio final se conocerán todas las injusticias y los buenos irán al cielo y los malos al infierno.

La parábola de Mateo se refiere al campo del Señor y por eso tiene que aplicarse también a la Iglesia, ese conjunto de gente que ha recibido la semilla del reino. Y que con soberbia se cree superior (como los carismáticos con el e.s.) ignorando que la semilla está sembrada en todo el mundo. Y que, hacia adentro establece diferencias recurriendo a la intimación, sanciones y condenas de lo que no conviene a la institución humana en que se ha convertido, sin esperar para que los que suponen malos o cizañas se hayan definido realmente como perjudiciales a la iglesia o la sociedad.
Reflexión

La parábola tiene dos enseñanzas que llamaríamos centrales. La primera es la circunstancia claramente señalada por Mateo de que “todos dormían”. A veces en nuestra iglesia los únicos despiertos son los enemigos que siembran cizaña. Los fanáticos que se oponen a toda actualización del evangelio. Los que sometiéndose con renuncia a sus propios criterios, a cualquier decisión autoritaria siguen sem- brando condenas, incomprensiones, cerrazón.

La segunda, un rechazo absoluto de la discriminación por cualquier motivo. Porque ella implica muchas veces una disminución humillante de la dignidad de seres humanos y el afán de condenar hace perder infinitas riquezas humanas utilizables y dispuestas para la construcción del reinado de Dios anunciado e iniciado por Jesús de nazaret

Reflexión Domingo 10 de julio de 2011. 15 durante el año litúrgico (ciclo “A”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Mateo 13,1-23)

Jesús se sienta a orillas del lago y desde una barca enseña. Un sembrados sale a sembrar  y las semillas esparcidas caen en diversos espacios. Al borde del camino y las comen los pájaros. Entre las piedras con poca tierra y el sol las quema. Entre espinas y la maleza al crecer las ahoga. En tierra buena y tienen buenos y diferentes rendimientos. ¡El que pueda entender, que entienda! Entonces los discípulos le preguntan por qué con parábolas. Y él contesta que ellos pueden entender las cosas del reino de los cielos pero los eruditos y jerarcas, no. Porque a quien tiene se le dará más pero a quien tiene se le quitará lo que tiene. La explicación es que los que no quieren ver ni escuchar no pueden tampoco comprender lo sencillo del lenguaje de las parábolas. Y llama felices a los que pueden comprender. Les explica que el espìritu del mal se traga las semillas apenas arrojadas. Que las tribulaciones de la vida resecan la palabra de felicidad y esperanza. Que la malicia de los que viven seducidos por las riquezas ahogan los buenos propósitos. Y que la buena disposición interior hace que la palabra dé frutos beneficiosos para todos en distintas medidas de eficacia

Síntesis de Homilía

Introducción exegética: la abundancia de parábolas se conforma con la característica de la lengua hebrea de no presentar ideas abstractas sino representaciones concretas. Estas representaciones a veces suelen tener las apariencias de un hecho histórico. No son un cuento sino una fotografía de la realidad. No son un relato terminado sino al que debe poner el final el lector o el que la escucha. Por eso dependen de la intención de quien las lee o escucha. Las de Jesús son provocativas- Aquí la provocación aparece como desafío “el que pueda entender”.

Tener limpio el corazón sin  enredos ni malicia es un regalo que debemos cuidar. Jesús llama por eso felices a los discípulos. Los puntos principales son: la generosidad del sembrador y la predisposición de la tierra. La Palabra no son las palabras sino el mismo Jesús que no hace discurso pero hace obras.

Reflexión

La apertura de corazón para com-padecerse, com-prender, com-prometerse, el con siempre cuesta, no se obtiene como algo innato, inalterable. Se construye. Y la construcción implica el compromiso de la vida diaria con la intención de no cerrar caprichosamente el corazón, para compadecernos, comprender, comprometernos. Hay una especie de adiestramiento necesario. Desde lo pequeño hasta lo grande. Generosidad, solidaridad, indiscriminación, comprensión con los que tenemos cerca nuestro es la disponibilidad para que también socialmente estemos preparados para abrir nuestras vidas a los mensajes de la realidad.

Jesús es sembrador y es semilla. Su mensaje es abarcando a todos. Porque es un mensaje de humanidad. Desparrama la semilla sin fijarse dónde cae. Siempre puede ser fecunda. La buena tierra no es sólo la de las iglesias llamadas cristianas. Buena tierra hay en todas partes. Su palabra es él mismo: su acción, su vida. Por eso donde se viven principios de vida humanizante, donde se busca la justicia, donde se valora a cada persona y se descartan las marginaciones materiales o espirituales, allí la palabra está rindiendo frutos.

¿qué valores humanos hay que cultivar para ser la buena tierra que da frutos? En qué valores tienen que ser educados nuestros hijos?  Cómo somos palabra desde la vida como Jesús? ¿En qué debe colocarse el  objetivo de la catequesis en hacer buenos católicos o en formar buenas personas?

Domingo 26 de Junio de 2011. Festividad del cuerpo y sangre de Cristo. Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Jn 6, 51-58)

Yo soy pan vivo bajado del cielo. El que come este pan vivirá para siempre. Pero además el pan que  yo daré es mi carne para que el mundo viva.

Discutían los judíos diciendo ¿cómo puede este hombre darnos a comer su carne? Jesús les dijo: les aseguro que si no comen la carne de este hijo de hombre y no beben su sangre, no tendrán vida en ustedes. Quien  come mi cuerpo y bebe mi sangre tiene vida definitiva y yo lo resucitaré en el último día  porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. Quien come mi carne y bebe mi sangre está conmigo y yo con él. Como a mí me envió el Padre y yo vivo por el Padre, también el que me come vivirá por mí. Este es pan bajado del cielo no como el que comieron sus padres y murieron. Quien come de este pan, vivirá para siempre.

Síntesis de la homilía

Introducción exegética: la aplicación de este pasaje a la comida eucarística y a la definición tridentina de la presencia real, alejan del significado primero y lógico de las afirmaciones de Jesús. Comer no significaba en ningún idioma religioso, solamente ingerir alimentos. Significaba identificarse con lo que se comía. Así los que se alimentaban de la sangre de las víctimas sagradas `para contagiarse con  sus propiedades divinas. Así también los que comiendo alimentos impuros se contaminaban con impureza interior. La identificación de que habla Jesús es esa: comiéndolo, él está en nosotros y nosotros en él. No hay referencia a la última cena sino a toda la vida de Jesús. Cuerpo y sangre: todo el hombre.

Reflexión: Si tomamos a la letra las afirmaciones de Jesús y trasladamos su sentido a lo que hoy vivimos como comunión eucarística, contactándolo personalmente a través del pan y el vino, podríamos estar seguros de la salvación, no en esta vida, sino en la otra, la eterna. Caeríamos entonces en la misma afirmación objetada por los judíos.

La jerga popular tiene un dicho por demás elocuente. Cuando alguien ama mucho a otro (suele darse en las madres con respecto a sus hijos) le dicen “te comería”. Porque sería una repetición de esa simbiosis tan particular que se da entre ambos durante la gestación. En cuerpo y sangre. Y algo parecido es a lo que se refiere Jesús. La vida plena, el sentido más profundo de esta vida tan frágil, es comerlo, identificarnos en cuerpo y alma (la sangre era para la concepción judaica el alma, la vida) que quiere decir en lo que fue su testimonio de vida humana- Y por ese motivo la otra denominación de la comida eucarística, tan tradicional como la que encierra  el sentido sacrificial, es comunión. Porque en el fondo esto es la vida que se prolonga, la vida definitiva, la unión con Jesús y con el espíritu y la voluntad del Padre. La comunión entre los hijos. No la ficticia construida en base a sujeciones y humillaciones, sino la real que se mantiene, como dice el Libro del los hechos(cap.2) con la unidad de corazón por debajo o por encima de todas las diferencias y discusiones.

 

Domingo 19 de Junio de 2011. Festividad de la Trinidad (ciclo “A”) y día del padre. Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Jn 3, 16-18)

Dios demostró su amor al mundo, dándole a su Hijo para que todo el que le preste atención tenga vida definitiva y ninguno perezca. Porque el Hijo no fue enviado para dictar sentencia contra el mundo sino para que el mundo se salve por él. Quien le presta atención no está sentenciado y quien lo rechaza ya  ha recibido su sentencia porque no ha creído en el único Hijo de Dios.

Síntesis de la homilía

Introducción exegética: Juan afirma la categoría de Jesús de Nazaret como hijo único (muy amado, preferido, le llaman los evangelios anteriores) y lo constituye en el árbitro de salvación o condenación. Tomar a la letra el vocablo creer en Jesús significaría que con sólo un esfuerzo voluntarista por aceptar que es Dios o el Mesías ya estaría dada la salvación. Y creer significa mucho más: aceptarlo totalmente como hombre revelación del Padre. El rechazo de Jesús se explicita en el rechazo del hombre, de su dignidad, de sus derechos, de su felicidad.

Reflexión: Por coincidencia la fiesta de la trinidad coincide este año con el día del padre que, a pesar de toda la parafernalia comercial que los desnaturaliza, tiene gran sentido de admiración, agradecimiento y reparación para con las figuras tan elocuentes en las relaciones del amor humano que son las del padre y la madre.

Coincidencia que despierta nuestra conciencia para no dejarnos llevar por o6ra imagen de Dios que la que nos dio Jesús de Nazaret. Padre. Porque se puede decir que Jesús le cambió el nombre a Dios. En los evangelios sinópticos Jesús no habla de Dios sino cuando se refiere a su reinado. En el resto de oportunidades lo llama Padre. La interpretación de origen paulino y que con la imagen judía de la expiación, convierte a Jesús en víctima querida por el Padre, además de contrariar el sentido de la misión salvadora de Jesús, hace de ese Dios un cruel ejecutante de sentencias condenatorias. El Hijo privilegiado, preferido y  muy amado es un hombre como nosotros, con la conciencia y el compromiso de una misión descubierta en lo más profundo de su persona, de servir a la felicidad y liberación de todos. Por eso quien no lo acepta es quien no acepta al hermano hijo de Dios que es cada uno de nosotros, quien niega su dignidad y lo margina voluntariamente en la pobreza, la miseria, la discriminación, o cualquier clase de opresión. Y esa no aceptación conlleva delante de ese Dios de Jesús y también en el curso de la historia de la humanidad a quedar marcados por la sentencia de infidelidad y condenación.

En realidad esta fiesta es la fiesta del Padre y la conducta más consecuente de quienes aceptando a Jesús creemos en  él, es honrar al lado nuestro, a quien sirvió  de imagen en las parábolas del maestro para asegurarnos el cariño y la generosidad del amor de Dios.

 

Domingo 12 de Junio de 2011. Festividad de Pentecostés (ciclo”A”). Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Jn 20, 19-23)

Los discípulos están encerrados y con miedo. Es el primer día de la semana. Jesús  llega y los saluda deseándoles paz. Les muestra las manos y el costado. Los discípulos se alegran al verlo. Les dice nuevamente Paz con ustedes como el Padre me envió yo los envío a ustedes. Y sopló sobre ellos diciéndoles: reciban al Espíritu Santo. A quienes libren de pecados quedarán libres y a quienes se los retengan  seguirán siendo prisioneros.

Síntesis de la homilía

Breve introducción exegética: Es evidente la disparidad del relato de Lucas en los hechos con el de Juan que acabamos de leer. Pentecostés es fiesta superpuesta a la fiesta judía de las semanas. 50 días después de pascua y el comienzo de la cosecha.

Al   finalizar la recolección de los granos  el sacerdote ofrecía dos hogazas de pan hecho con la harina nueva, junto al sacrificio de animales. Fiesta de alegría y agradecimiento. También se unía el recuerdo de la llegada del pueblo al Sinaí con la entrega de las tablas de la Ley.

Hay preocupación en la comunidad de Juan por una herejía en marcha que niega la corporeidad del resucitado. Por eso muestra manos y costado.

Soplar es un gesto simbólico que significa la trasmisión de un nuevo espíritu para cumplir una misión muy importante de acu8erdo con la voluntad del Padre. El perdón de los pecados. La liberación de los males que afligen a los hombres. No hay relación con la confesión auricular de origen tridentino.

Reflexión: Hay una realidad que aprieta la historia personal y social de los hombres, el dolor, el fracaso, la enfermedad, las separaciones, las rivalidades, la muerte. Realidad dura y en ocasiones insoportable, que clama por ser remediada. En ese contexto se realiza la historia de Jesús de Nazaret como liberador de todos los que encuentra a su paso esclavizados por esas circunstancias que obedecen tanto a las limitaciones naturales como a las intervenciones desacertadas de los seres humanos. El espíritu, el plan, la voluntad, el proyecto del Dios Padre revelado por Jesús, es la supresión de esos males, con la fuerza de un compromiso como el suyo.

El soplo recuerda el soplo de vida de la creación del hombre. Destinado a hacer un hombre nuevo.

Ese episodio se repite cada vez que en la comunidad de seguidores de Jesús acontecen hechos que remedian necesidades, alivian dolores, remueven estructuras de egoísmo y opresión cambiándolas por otras de justicia y fraternidad. Como un soplo, se injerta en la historia, la humanidad nueva. El amor inconmensurable del Padre actúa a través de individuos, comunidades y acontecimientos que causan esas liberaciones, renuevan esperanzas y alientan el camino de los seres humanos.

Estar alertas para descubrir las acechanzas contra la dignidad y felicidad humanas

es darle presencia el espíritu de Dios para seguir cumpliendo la misión que aceptó Jesús como enviado por el Padre y encomendó también a sus discípulos.

No se trata entonces de un poder concedido a algunos, sino de una responsabilidad cargada sobre todos.

 

Domingo 5 de Junio 2011. Festividad de la ascensión del Señor (ciclo “A”). Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Mt 28, 16-20)

Los once fueron a galilea al cerro donde Jesús los había citado. Viéndolo se postraron ante él. Pero todavía muchos dudaban. Jesús les hablo así: he recibido todo poder en cielo y tierra. Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos bautícenlos para consagrarlos al Padre al Hijo y al Espíritu Santo.

Enséñenles lo que yo les enseñado. Yo estoy con ustedes hasta el fin de los tiempos.

Síntesis de la homilía

Al margen de la aparatosa escenografía de Lucas en el libro de los Hechos, mateo describe simbólicamente la despedida de Jesús. Citados a Galilea donde comenzó su predicación afirma su misión de mensajero de Dios, de su delegado. La comunidad de Mateo sufría grandes vacilaciones. 40 años después de la muerte y resurrección de Jesús, la gente se preguntaba cómo habían sucedido las cosas y si el testimonio de los primeros discípulos era verdadero. En pequeños grupos es relativamente fácil mantener afirmaciones no probadas en base a vínculos afectivos o de ideales compartidos. Pero al ampliarse la cantidad de receptores necesariamente brotan las dudas y las críticas. El detalle apuntado por Mateo “muchos todavía dudaban” indica el estado de inestabilidad de sus comunidades. Entonces las hace volver a Galilea donde Jesús comenzó su predicación. Allí les reitera que es el enviado del Padre. Que vale la pena recorrer el mundo esparciendo su mensaje y cambiando el sentido de la vida humana acechada por múltiples dificultades en una corriente de esperanza nacida de la bondad del Padre expresada por el hijo y el espìritu.

No hay enseñanzas nuevas. Lo que él ha enseñado es lo definitivo. A pesar de todos los argumentos, las experiencias y las dificultades. La misión no será fácil en un mundo en que los  dioses y las religiones son el fortín o el bunker del poder opresor en  múltiples sentidos. El aliento que él les promete es su misma fuerza, su presencia acompañándoles desde lo íntimo. Su espíritu sosteniendo sus luchas. Porque su intimidad con DIOS  en la meditación y en las circunstancias de su vida le han  hecho descubrir su misión de trasmitir con palabras y transformaciones (bautismos) la gran novedad del Dios Padre y de su amor.

La descripción lacónica de Mateo y la de Lucas escenográficamente perfecta, están de acuerdo con los objetivos perseguidos en la narración. Asegurar  a sus comunidad que Jesús es el hijo de Dios,, el que lo revela, el que está identificado con su voluntad. Por eso está a su lado. Por eso de alguna manera se desprende de nuestras limitaciones, dudas y temores,

Las pinturas artísticas alimentadas sobre todo por los relatos lucanos, nos han producido el impacto del primer viaje espacial. Para  nosotros ese lenguaje de símbolos es prácticamente desconocido y por eso los convertimos en hechos milagrosos que prueban irrefutablemente la intervención divina.

El mensaje fundamental está unido al esfuerzo por canalizar la vida en medio de tantas propuestas, por el camino y la huellas de ese Jesús que no es un cualquiera sino Dios entre nosotros.

 

Domingo 3 de Abril de 2011 – 4to.de Cuaresma (ciclo “A”). Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Jn. 9, 6-38)

Pasan junto a un ciego y los discípulos preguntan: ¿Quié pecó, éste o sus padres para que naciera ciego? Ni él ni sus padres, pero en él se manifestará la gloria de Dios. Mientras es de día hay que trabajar realizando la misión confiada porque cuando llega la noche ya no se puede trabajar. Mientras estoy en el mundo soy la luz. Hizo entonces barro con su saliva y untó los ojos del ciego diciéndole: Ve a lavarte a la piscina de Siloé (que significa enviado) Obedeció y volvió con vista. Los dirigentes judío no creyeron que hubiera sido ciego y llamaron a sus padres como testigos.

Entonces le preguntaban ¿qué te hizo? ¿cómo te abrió los ojos? Y él respondía Ya se los dije y uds. no me creen ¿o es que quieren hacerse sus discípulos? Ellos lo llenaron de insultos y le dijeron :éste no sabemos ni de donde procede. El hombre les contesto: si no viniera de parte de Dios no podría hacer nada.

Estás lleno de pecado le dijeron y ¿quieres enseñarnos a nosotros? Y lo echaron.

Jesús dijo después: he venido a realizar un proceso contra este orden establecido. Los que no ven verán y quedarán ciegos los que ven. Al enterarse los fariseos le fueron a preguntar ¿es que nosotros somos ciegos? Jesús respondió: Si fuesen ciegos no tendrían pecado pero como dicen que ven su pecado es mayor.

Síntesis de la homilía

Éste es uno de los siete signos (llamamos milagros) que enumera el evangelio de Juan. Y tiene un gran contenido simbólico con muchas enseñanzas de sentido común. Marca, en lo más profundo, el sentido de la disputa y el desacuerdo con los funcionarios del templo que mantenían un orden mezcla de imperio y religión, que llamaban la Ley. Los que viendo no querían ver y rechazaban a los que al revés de ellos llevaba la carga de la ceguera corporal pero tenían abiertos los ojos del corazón. La primera muestra de sentido común que contraría sin embargo la mentalidad religiosa judía, es que la ceguera de aquel hombre no es un castigo. Es simplemente consecuencia de una limitación de la naturaleza en que se puede manifestar la obra de Dios. Parece mentira que hoy, entre los católicos bien católicos se siga sosteniendo que los males que padecemos son castigos de Dios y no consecuencia de nuestras conductas equivocadas o de limitaciones brotadas de la naturaleza, tantas veces y de tantos modos agredida por nosotros. Esa apreciación al parecer ingenua ofende al Dios padre revelado por Jesús presentándolo como perseguidor obstinado de nuestro proceder para castigarnos. Y además causa una especie de alineación de nuestras responsabilidades con que podemos rmediar muchos, si no todos, los males de que estamos rodeados. La segunda afirmación afirma también algo obvio: el día es lo mejor para trabajar. La noche trae muchas dificultades. Y él se presenta como luz del mundo, es decir alguien que quiere iluminar con bondad y comprensión la vida de los hombres para que puedan cumplir cada uno con su propia misión. El testimonio de los padres que, por temor a los castigos de la Sinagoga no se comprometen más allá de lo que ellos están seguros es también una muestra de sentido común, repetida por su hijo que avanza un poco con la ironía de preguntar si tantas interrogaciones son para hacerse discípulos. La larga discusión y la pertinacia de los fariseos contrastan con la argumentación simple y de sentido común del hombre curado y de Jesús. Creo que vale la pena resaltarlo. Porque en muchas cuestiones y de manera especial las relativas a la fe, estamos acostumbrados a prescindir del sentido común. Y aunque esa especie de intuición desde lo más íntimo de nuestra naturaleza y la realidad, pueda ser perfeccionada casi infinitamente por el razonamiento especulativo, nunca puede ser contradicha o desechada absolutamente, porque se nos quita lo fundamental de nuestra libertad.

Finalmente, Jesús aclara que viene a instaurar un orden nuevo. A veces entre nosotros pareciera que la iglesia hace lo contrario: restaurar un orden viejo.

 

 

Domingo 10 de Abril de 2011 – 5to-de Cuaresma del ciclo “A” Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Ju.11,1-45)

Marta y María envían un mensaje a Jesús avisándole que su amigo está enfermo. Al recibirlo Jesús dice que esa enfermedad no es para muerte sino para dar ocasión a que se manifieste la bondad de Dios. Permanece durante dos días en el mismo lugar y después dice a los discípulos que Lázaro ha muerto y van a verlo. Jesús llega cuando estaba sepultado hacía 4 días. Marta le sale al encuentro y le dice “Señor si hubieras estado aquí mi hermano no habría muerto” Jesús le dice: Tu hermano resucitará. Yo soy resurrección y vida y quien me presta adhesión, aunque muera seguirá viviendo y el que vive y se adhiere a mí, no morirá nunca. ¿Crees esto? Marta respondió: Sí Señor yo creo que eres el mesías el hijo de Dios que tenía que venir al mundo. A Jesús se le saltaron las lágrimas y los judíos dijeron ¡cuánto lo quería! Quitaron la loza obedeciendo la orden de Jesús y él dio gracias al padre que siempre lo oía pero quería ser escuchado por la gente para que creyera que era su enviado. Y con un grito muy fuerte, clamó ¡Lázaro ven fuera! Y salió el muerto con piernas y manos atadas y Jesús mandó que lo desataran y lo dejaran marchar.

Síntesis de la homilía

Es muy curioso que este relato aparezca sólo en Juan, teniendo tanta importancia y produciendo tanto asombro que desde allí comienza el razonamiento de las autoridades de la gente del Templo para darle muerte. Porque si no hacen rápidamente, con hechos cómo éste todos se harán discípulos suyos.

No hay que perder tiempo discutiendo la historicidad o no del hecho relatado por el autor el 4to. Evangelio. Si es, como muchos sostienen, una parábola en acción, es decir un relato imaginado para trasmitir un mensaje, o realmente un hecho admirable para anticipar el de la resurrección de Jesús, no importa demasiado.

De paso y junto al sentido de preparar a los lectores para la resurrección de Jesús, aparecen una cantidad de detalles importantes para tener en cuenta. El primero, que Jesús vive la amistad con gran intensidad. Y esto es una revaloración de ese hecho natural con que se remedia la soledad y que tantas veces se descuida por intervención de elementos materiales o ideológicos. El segundo, que la separación física ocasionada por la muerte, lo afecta profundamente y sin embargo no renuncia a la esperanza de remediarla. El tercero, que la orden dada frente al muerto de pie y dificultado por las ataduras, Jesús ordena que lo desaten y lo dejen marchar. Un signo de que la vida es libertad.

El centro del mensaje, sin embargo, se sitúa en las palabras referidas a la resurrección. Si descontamos el hecho impactante como ninguno, de que un muerto resucite así como Lázaro, nos queda una interpretación más profunda y real que la revivificación física. Jesús es resurrección y vida porque la huellas que él va dejando en su testimonio y su historia en medio de nosotros hay una claridad meridiana para mostrar su vinculación con la vida, la felicidad, la fortaleza y la valentía. La resurrección del último día a la que alude Marta no tiene demasiada importancia para Jesús. Es la resurrección de cada día vivida y contagiada la que le importa y por eso fija el sentido de su acción en que quien vive como él esa vida no morirá jamás. Una interpretación literal nos llevaría a considerarnos inmortales. Cosa que contradice absolutamente la experiencia del ser humano. La interpretación de una vida posterior, es descartada por Jesús ante la afirmación de Marta que la posterga para el último día. La única interpretación que cabe es la de esta resurrección cotidianamente en curso y realización compartida. En lo que es posible y deseable que recuperemos como ideal cristiano de vida y evangelización.

 

 

Domingo 17 de Abril de 2011 – Domingo de Ramos (ciclo “A”). Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema: (Mt 21,1-11) (Mt.26,14-27 y 66)

Desde el pie del monte de los olivos Jesús manda a sus discípulos a traerle un asno atado junto a la asna madre, y les advierte que si alguien les dice algo le respondan que él los necesita y los va a devolver enseguida. Así se cumple lo anunciado por el profeta (Zac.9,9) “Mira que viene tu rey montado sobre un asno, la cría de un animal de carga” Los discípulos fueron trajeron los dos animales y pusieron sus mantos sobre ellos y Jesús montó. Una muchedumbre se juntó y extendiendo sus mantos sobre el camino seguía a Jesús gritando “hosanna hijo de David. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en las alturas” Al entrar en la ciudad la gente preguntaba quién era ése y los que veían con él respondían. Es jesús el profeta de Nazaret de Galilea.

Síntesis de la homilía

Realmente si no se trataba de cumplir una profecía, un burro era una cabalgadura ridícula para un rey o un enviado de Dios. La pequeñez del animal hacía normalmente que el que estaba montado tocara el suelo los pies. Mateo cubre la pobreza de la cabalgadura con los mantos de los discípulos y los de la gente que se extienden como alfombra. El interés del relato está puesto en la preparación para los sufrimientos que Jesús soportará en la ciudad capital, que tendrán como resultado final la resurrección, es decir una justificación de los mismos con el anticipo de la gloria en esta proclamación de la gente como enviado de Dios.

Entrada triunfal lo denominó la tradición, precisamente para resaltar esa característica de anticipo de un triunfo. Los historiadores la describen, sin fantasía, como la actitud de un grupo muy reducido que se atrevió con Jesús a desafiar el poder del Templo y del Imperio. Porque de esto se trata. Jesús elige la fiesta de la Pascua que concentra a judíos peregrinantes venidos de todas partes y por tanto, provoca el aumento de la vigilancia del poder romano para impedir disturbios y rebeliones. Y la elige como un acto de valentía. Conociendo perfectamente los riesgos que corre. Y hasta de una valentía provocativa. Porque su llegada al templo culmina con ese acto de indignación desafiante de todas las autoridades, al arrojar violentamente a los mercaderes estacionados en el patio de los gentiles. Y es que la valentía no depende principalmente de los riesgos que se corren sino de la grandeza de la causa que motiva su enfrentamiento.

Hoy somos testigos de grandes riesgos que se corren con ciertas prácticas deportivas, con ciertos asaltos, con el descuido provocador de los que manejan diversos vehículos, la agresividad de las picadas,,,etc- No se trata de valentía sino sencillamente de presunción. De un orgullo que es al mismo tiempo, inseguridad.

La valentía de Jesús depende de la causa que tiene conciencia de defender: la dignidad y los derechos de todo ser humano. No es que se entregue a la muerte por obedecer la voluntad del Padre que tiene que ser resarcido por el pecado del mundo. Lo apresan y ejecutan porque es peligroso para el templo y el imperio, que oprimen de diversos modos a la gente. Y es llevado al cadalso en contra de su voluntad. Su testimonio no es el de la fortaleza para aguantar los sufrimientos y las torturas. Su testimonio resalta la importancia de la causa que defiende. Y por eso es invitación para valorarla y defenderla contra todas las objeciones y amenazas.

Viernes 22 de Abril de 2011 – Celebración de la pasión y muerte de Jesús (ciclo “A”). Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Jn.18,1-19 y 42)

Descripción del apresamiento de Jesús, la interrogación del Sumo sacerdote y la bofetada del guardia, la negación de Pedro, el traslado al tribunal de Pilato, su conversación con él, el reconocimiento de su inocencia y la entrega para la crucifixión en el Gólgota, con la inscripción “rey de los judíos” el reclamo de éstos, las palabras de Jesús a Juan entregándole la custodia de su madre, las últimas palabras del moribundo y su posterior entierro en el sepulcro de un discípulo oculto y los guardias apostados a su lado.

Síntesis de la homilía

Hoy celebramos, no sólo conmemoramos el acontecimiento de la ejecución de Jesús Nazaret por una complicidad del poder imperial con el sacerdotal. La conmemoración que ha sido el centro de la insistencia en la importancia de la fecha, se ha vestido de dolor, de signos de luto y de tristeza, con una cantidad de prohibiciones, hasta de reírse en Viernes Santo- Todo esto ha quedado en el recuerdo, menospreciado por una cantidad de cristianos y no creyentes cercanos a la iglesia, con una especie de actitud prescindente de tantas exageraciones y detalles de crueldad inventados para resaltar el valor del sufrimiento y la sumisión.

Decimos que es celebración. Que conmemora la maldad de los hombres que entristece, pero celebra la generosidad de Jesús que, valientemente afronta el sufrimiento y la muerte, por la causa nobilísima de la liberación de la humanidad y la esperanza del nacimiento de un hombre y una humanidad nuevas. La deducción casi inmediata de estos ritos y gestos de dolor del Viernes Santo es y ha sido que a Dios le agrada el sufrimiento. Y que el sufrimiento de por sí es liberador. Lo cual contradice toda la actitud de Jesús que, en su camino no dejó de remediar o aliviar cualquier clase de sufrimiento. Caminaron los paralíticos, recuperaron la vista los ciegos, fueron curados los enfermos y perdonados los pecadores, alimentados los hambrientos, reintegrados los excluidos, dignificados los pobres, resucitados los muertos. Si el sufrimiento es el liberador ¿por qué no los dejó como estaban? Así se acumulaba, junto con su sufrimiento redentor, el de todos esos peregrinos del dolor. NO! Una y mil veces. Las palabras de Pablo que parecen exaltar el sufrimiento, no pueden interpretarse en ese sentido. “obedeció hasta la muerte y muerte de cruz, por eso Dios lo exaltó…” La obediencia no es simple y esclavizante actitud de un sometido. Es cumplimiento de la voluntad salvadora del Padre que le encomendó la misión de mostrar al mundo y a la historia que los valores humanos de relación y amor tienen que ser defendidos con todo arrojo, para no caer en el sufrimiento e ir transformando un mundo de injusticias y desigualdades en uno más conforme al amor del Padre. Si pudiéramos hablar de que Dios sufre, eso lo tendríamos que afirmar sólo cuando el hombre, los hombres sufren. Y en ese sentido Jesús carga con el mal de la humanidad y se empeña en una lucha sin cuartel que provoca e indigna a los malos que decretan su muerte. Jesús ha mostrado que sin prisa pero sin pausa el camino de la humanidad se tiene que ir haciendo con actitudes como la suya. La que nos sirve de garantía de que así se marcha hacia la resurrección querida por Dios.