¡“la identidad de la Cripta NO se negocia”! Abrazo Multitudinario. Por Laura Garzón

La convocatoria superó las expectativas. La consigna fue clara y la gritamos entre todos: ¡“la identidad de la Cripta NO se negocia”!

ABRAZO A LA CRIPTA  Por Laura Garzón.

Desde la afirmación: ¡“la identidad de la Cripta NO se negocia”!  Aún resonando en nuestros oídos y corazones, es que afirmamos:

Que ante el desconcierto y perplejidad que nos causan estas actitudes rígidas, de imposiciones y sanciones, vamos a resistir, a no dejarnos desanimar o perder la esperanza.
Nos comprometemos a continuar trabajando, en un auténtico seguimiento de Jesús de Nazareth, en su proyecto, y en el desafío de llevar su Buena Noticia, con coraje y alegría, a las minorías de nuestra sociedad.
Seguiremos luchando, por una Iglesia pluralista y participativa; convencidos que el Espíritu Santo guía e ilumina, a todas las personas de Buena Voluntad. No tiene sede exclusiva, ni preferida, en el Vaticano, o en Av. Hipólito Irigoyen. Ningún obispo, ningún sacerdote, ningún Papa, están por encima de nuestra Libertad de conciencia, de expresión o de pensar.
Por último, queremos reafirmar, que  reconocemos en el término Iglesia a la Asamblea de todos los bautizados, que se gobierna a si misma. Todos reconocemos a un mismo Padre, y en Jesús, a todos los hombres como nuestros hermanos.

Queremos agradecer especialmente a Quito, Víctor y las Hermanas de San Casimiro; pilares fundamentales en la construcción de esta Utopía, que durante 40 años, más allá de ser el sueño de una porción de Iglesia, ha sido un aporte y una lucha por la Dignidad Humana.

No sé si somos muchos o pocos, algunos dicen que somos un pequeño grupo de rebeldes (o algo así) pero no importa la cantidad, sino la convicción y el compromiso auténtico con la causa de Jesús.

¡“la identidad de la Cripta NO se negocia”!

ABRAZO A “LA CRIPTA”. En defensa de nuestro modo de ser.

PORQUE SOMOS IGLESIA, PORQUE QUEREMOS SER ESCUCHADOS, Y PORQUE QUEREMOS SEGUIR VIVIENDO Y CRECIENDO COMO LAICOS COMPROMETIDOS EN UNA IGLESIA PLURALISTA, LOS INVITAMOS A COMPARTIR NUESTRAS ALEGRÍAS E INQUIETUDES, Y PARTICIPAR EN LA GRAN MOVIDA ARTISTICO-CULTURAL DE ABRAZO A “LA CRIPTA”,

EL DOMINGO 10 DE ABRIL,   DE   14,30 a 18,30 HS. EN LOS JARDINES DE LA PARROQUIA NUESTRA SRA. DEL VALLE “LA CRIPTA”.

ACTUARAN: SILVIA LALLANA, LULA FERNANDEZ, GUSTAVO CHAZARRETA, INTI HUYRA, GUSTAVO PATIÑO, “NEGRO VILCHEZ”, NORMA PICCONE, GRUPO MIXTURA, EMBAJADA CULTURAL DE RIO III, ENTRE OTROS,  Y EL CORAL DE LA CRIPTA Y EL TALLER DE TEATRO “EX TRAS”.

AVDA LA PLACE  5788, A METROS DE “LA MUJER URBANA” COLECTIVOS  Linea N

NO FALTEN!!!

Jesús no fundó ninguna religión. Por José Comblin, SJ

Los retos de la teología en el siglo XXI

Nuestro punto de partida será la distinción entre religión y evangelio. El cristianismo no es originalmente una religión y Jesús no fundó ninguna religión. Más tarde los cristianos fundaron la religión cristiana, creación humana y no divina.

La religión es producto de la cultura humana. Hay una gran variedad de religiones, y todas tienen la misma estructura aunque muy diversas en su forma exterior. Todas tienen una mitología, un culto y una clase dedicada a su ejercicio. En eso la religión cristiana no es diferente de las demás. Ella también es creación humana, producto de diversas culturas. La religión es una realidad básica de la existencia humana. Plantea los problemas del sentido de la vida en esta tierra, el problema de los valores, el lugar del ser humano en el universo, y el problema de la salvación de este mundo de todos sus males.

La religión ha sido muy estudiada por la antropología religiosa, por la sociología religiosa, por la psicología religiosa, por la historia de las religiones. Todo eso ilustra también la religión cristiana. Por ser creación humana, la religión cristiana ha cambiado y puede todavía cambiar en el porvenir según los cambios de la historia. Este es incluso uno de los grandes desafíos de la hora presente, porque la religión cristiana está agotada y no ofrece respuesta a la orientación de la cultura actual, salvo restos del pasado.

El evangelio de Jesús no es una religión. Jesús no fundó ninguna religión: no proclamó una doctrina religiosa o una mitología, ningún discurso sobre Dios, no fundó ningún culto y no fundó ninguna clase clerical. Jesús proclamó e inauguró el reino de Dios en la tierra. El Reino de Dios no es ningún reino religioso, es una renovación de toda la humanidad, realización que cambia el sentido de la historia humana, abriendo una nueva época, la última. Es un mensaje para toda la humanidad en todas sus culturas y religiones. Se podría decir que es un mensaje y una historia meta-política.

Puesto que los seres humanos no pueden vivir sin religión, los discípulos de Cristo durante 2000 años construyeron una religión que fue como el revestimiento del mensaje cristiano, con el peligro de transformar el cristianismo en una religión. El revestimiento religioso puede ocultar el mensaje del evangelio o puede conducir a ese mensaje según la evolución de la historia. En muchos casos la religión ocultó el evangelio. Los cristianos enunciaron una doctrina que usó muchos elementos del judaísmo o de las religiones no cristianas ni judías, crearon un culto de la misma inspiración y crearon todo un sistema jurídico que encuadra una institución muy compleja.

Podemos decir que la historia del cristianismo es la historia de una tensión o de un conflicto entre religión y evangelio, entre una tendencia humana hacia la religión, y las voces o las vidas de los que querían vivir según el evangelio.

Las religiones son conservadoras y creen en un mundo permanente en el que todo recibe una explicación religiosa. La religión cambia inconscientemente pero resiste ante cualquier solicitación de cambio voluntario. Muchos cristianos y estructuras cristianas luchan sin saberlo contra el evangelio. Hay algo de verdad en lo que decía Charles Maurras, ateo francés del siglo XX, cuando decía que felicitaba a la religión romana por haber sacado del cristianismo todo el veneno del evangelio. Es un poco exagerado pero sugestivo.

El evangelio es cambio, movimiento, libertad. No puede aceptar el mundo que existe, porque tiene que cambiarlo. El evangelio es conflicto entre ricos y pobres. Es opción entre ricos y pobres. En la religión ricos y pobres son parte de la armonía general. Son así porque tiene que ser así, aunque los ricos tengan que ayudar a los pobres sin cambiar esa estructura creada por Dios o por los sustitutos de Dios. La religión quiere paz, aunque sea con alianza con los poderosos. El evangelio quiere conflicto.

La tarea de la teología es mostrar la distinción, buscar lo que es el evangelio y todo lo que se añadió y puede o debe cambiar para ser fiel a ese evangelio. Es libertar el evangelio de la religión. La religión es buena si ayuda a buscar el evangelio y no a olvidarlo bajo el revestimiento religioso. Es una necesidad humana pero tiene que ser investigada y corregida.

La teología está al servicio del pueblo cristiano o aun no cristiano, para que conozca el verdadero evangelio y pueda llegar a la fe verdadera y no a un sentimiento religioso. Durante siglos la teología estuvo al servicio de la institución para defenderla de las herejías o de los enemigos de la Iglesia. Así fue después de Trento hasta el siglo XX y en muchas regiones hasta Vaticano II. Fue apologética, arma intelectual en el combate contra las Iglesias reformadas y toda la modernidad, al servicio de la jerarquía. De cierto modo era un arma dirigida contra los laicos para que no se dejaran seducir por los enemigos de la Iglesia. Hasta Trento la teología era comentario de la Biblia, libre, abierta a todos, como trabajo intelectual gratuito. La Reforma partió de teólogos y entonces la teología estuvo bajo el control estrecho de la jerarquía.

1. Dios

La mayoría de los católicos entiende por la palabra Dios, una idea de Dios común a toda la humanidad con formas diferentes. Dios sería un Dios cósmico. Está dentro del cosmos como su creador o su ordenador. Es todo-poderoso, eterno, omnisciente, capaz de castigar o de recompensar, sensible a las oraciones y exigente de sacrificios y donaciones. Hay que pedirle perdón y pagar ese perdón por varias prestaciones. Es parte del universo al nivel más alto, sentado en el cielo de donde dirige el mundo entero. Es el autor del orden o de lo que los seres humanos llaman orden del mundo y que en realidad es el desorden del mundo. No quiere que se cambie ese orden.

Creen que conocen a Dios y no lo conocen. Conocen apenas una idea común a toda la humanidad bajo muchas formas diferentes. No conocen a Dios, porque a Dios nadie jamás lo ha visto y nadie sabe lo que es. Se creen que lo conocen, se equivocan y engañan a los demás.

2. La revelación

Dios se dio a conocer en Jesucristo. Anunció esa revelación por los profetas, pero no se había revelado. Se dio a conocer en la vida de Jesús. Jesús no lo dio a conocer por medio de palabras, discursos o de doctrinas. No ha hecho nada de eso. Nunca dijo lo que era el Padre en forma teórica. En eso hace caducar cualquier discurso sobre Dios y cualquier teología que son construcciones humanas. Suponen que ese discurso expresa lo que Jesús quiso decir y no dijo. Es un error. Si no lo dijo, ese mismo silencio ya es una revelación.

La Palabra o la revelación de Dios se hizo carne. No dijo hombre porque hombre es una categoría ambigua. ¿Qué es ser hombre? La doctrina oficial de la Iglesia se inspira en las categorías griegas que usaron los grandes Concilios que hablan de dos naturalezas en Jesús: la divina y la humana. Jesús tendría una naturaleza humana. Pero la palabra naturaleza no dice nada de lo que Juan quiere decir. Jesús era carne, lo que significa una vida humana con toda su debilidad, expuesta a todos los accidentes del mundo material, una vida hecha de esperanzas, ilusiones y desilusiones, proyectos, éxitos y fracasos, hecha de alegría y tristeza, que finalmente termina en la muerte. La carne es todo eso y mucho más.

La Palabra se hizo carne, o sea Dios se hizo carne. Esto significa que Dios abandonó todo su poder y se hizo débil como cualquier ser humano. Ni siquiera aceptó lo que lo que es poder en la sociedad humana. Dios se hizo pobre, laico, sin dinero, sin poder político, sin poder cultural. Se hizo un campesino de Galilea, provincia maldita por los judíos fieles a la ley. Dios es débil, conoce el sufrimiento, la persecución, la muerte infamante de la cruz. El Padre no se separa nunca del Hijo. El uno está en el otro.

¿Dónde está la revelación de Dios? Está en la vida de Jesús, primero en el proyecto global de su vida. Jesús tenía un proyecto bien definido que expuso en todas sus acciones y sus palabras. El proyecto es un cambio radical de toda la humanidad en vista de una humanidad justa y fraterna.

En este proyecto constan: la declaración de obsoleta de la religión de Israel para volver a las promesa de Abraham; la polémica contra las autoridades que quieren mantener el sistema judaico hasta el conflicto final que desemboca en la cruz. La cruz es la conclusión final de la lucha contra los defensores de la ley tradicional del judaísmo. Además, Jesús da las señales de la nueva humanidad por el cuidado de los enfermos, el privilegio de los dominados y las víctimas acusados de ser pecadores, la elección de un grupo de discípulos encargados de comunicar el evangelio en el mundo entero; las señales de apertura hacia los paganos y los herejes samaritanos; el reemplazo de la ley por la libertad. Jesús quiere una humanidad libre. Pablo resume muy bien cuando define el cristianismo como llamado a la libertad. Lo que hizo Jesús revela al Padre. No podemos leer las páginas del evangelio fuera de su contexto global que es el proyecto de vida de Jesús.

3. La libertad de Dios

La libertad de Dios se muestra en esto que hace abandono de todo poder. La vida de Jesús es sin poder, no se impone, no condena, no obliga, programa que fue el de dom Helder cuando llegó a Recife: dos palabras prohibidas, mandar y exigir. Jesús muestra el camino andando como lo hace. Viene a abrir el camino hacia una humanidad libre. En ese camino no hay ningún poder. Actúa libremente sin miedo, resiste las tentaciones de poder del Satanás, entra en conflicto con todas las autoridades sin miedo y con la mayor audacia. Dios respeta la libertad de los seres humanos y con eso les abre el camino a la libertad para que sigan ese camino. La cruz muestra el camino de la libertad: mejor morir que matar. Cree en la eficacia de la muerte porque sabe que Dios pasa por el camino de la libertad sin dominación. La fuerza de Dios está en el testimonio y en el amor a los rechazados, pecadores, víctimas, pobres en general. Esas son sus fuerzas. Es un Dios muy diferente de los dioses imaginados por las religiones, incluso por la religión cristiana.

La libertad procede del amor y el amor procede de la libertad. Amar es hacer hombres y mujeres libres o más libres. La libertad consiste en amar.

Para amar es necesario ser libre. Los seres humanos son prisioneros de su individualismo, de su preocupación por sí mismos que es lo que impide el amor. Dios es amor porque hace otros libres. En eso consiste su amor. El es libre y quiere que los seres humanos sean libres también.

4. La liberación de los hombres y mujeres

La historia de la humanidad es historia de la libertad. Pues los seres humanos no nacen libres, nacen dentro de una sociedad de dominación y explotación. Hay hombres y mujeres que dominan a otros y les someten a su voluntad, al servicio de su riqueza, de sus privilegios, de su poder. Hay una inmensa masa de hombres y mujeres dominados, explotados, excluidos para que otros puedan dominar y crecer. Por eso, la historia es una lucha constante y siempre repetida de los poderosos para imponer su dominación a los dominados, y los dominados luchan o tratan de luchar para defender su subsistencia, y conquistar algo de libertad. Todas las religiones ofrecen una imagen de la humanidad como algo fijo, estable, positivo globalmente, inmutable, creación de Dios. Querer cambiar es estar contra Dios. La religión cristiana ha enseñado eso por lo menos desde el 4° siglo y ya antes. La religión no acepta otro conflicto que no sea conflicto de las religiones. Para Jesús el conflicto no es de religiones, es el conflicto de dos clases, los dominadores y los dominados. Por eso Michel Henry, filósofo cristiano contemporáneo puede decir que el primer filósofo cristiano fue Karl Marx. Los filósofos griegos fueron filósofos del ser, del orden del ser, tanto Platón como Aristóteles. En lugar de ser buenos servidores de la teología, la apartaron del evangelio.

La dominación personal, grupal, estructural es el pecado que existe desde los orígenes de la humanidad. No es una obligación, pero todos los seres humanos contribuyen para mantener esas estructuras de dominación. Es un pecado de todos y es el pecado del mundo que tiene tanta fuerza en la humanidad que los seres humanos no pueden libertarse de esa dominación del pecado por sí solos. Son víctimas del pecado y pecan por sumisión al pecado universal. Jesús viene a libertar a los seres humanos de la esclavitud del pecado. El poder es la gran tentación: en lugar de ser servicio se transforma en dominación. Por eso, Dios no manifiesta ningún poder porque ha renunciado a todo poder de dominación o imposición. Jesús está libre del pecado porque no domina, no acepta ninguna forma de dominación.

5. El lugar de los pobres en la liberación

Todas las religiones predican que hay que ayudar a los pobres. La limosna es sumamente estimada en todas las religiones. El evangelio dice otra cosa.

El evangelio se dirige a los pobres porque ellos son los llamados a liberar a la humanidad. No dominan y por eso pueden ser libres. Pueden porque hay algunos que hacen todo lo posible para poder dominar también. Pero son muchos los que no aspiran a dominar y tratan de amar a su prójimo. Son ellos los que constituyen el pueblo con su palabra, su testimonio, sus acciones colectivas de voluntad de libertad. La liberación de la humanidad no viene desde arriba hacia abajo, sino más bien desde abajo hacia arriba. Esta es la locura de Dios de la que habla Pablo. Dios ha elegido lo más débil para destruir el poder de los más fuertes. De los pobres nace la nueva humanidad, de todos los que no quieren dominar y tratan de amar. Pueden ser cristianos o no, no importa. Pueden ser ateos, porque el Espíritu Santo viene a todos.

Los pobres encuentran una tremenda resistencia de los poderosos: pasan por la cruz, pero tienen la promesa de la victoria de la resurrección.

El gran desafío es convencer a los pobres de que tienen la fuerza del Espíritu para seguir el camino de Jesús y son capaces de construir un mundo nuevo, aun sin dinero, sin poder político, sin poder cultural. Pues los pobres tienen una conciencia de impotencia, de miedo, de sumisión a los grandes. La tarea de los discípulos de Jesús será la de animar y convencer a los pobres para que tengan la fe. Pues la fe no consiste en aceptar una doctrina universal válida para todos. Semejante doctrina no mueve a nadie. Sería solo una sumisión a un sistema de conceptos. La fe es creer que yo soy capaz de seguir el camino de Jesús y de construir un mundo nuevo por la fuerza del Espíritu a pesar de toda mi debilidad. Esa fe es muy difícil por supuesto, pero la mayoría de los católicos no tiene fe. Aceptan todos los dogmas, pero no tienen fe.

Tareas de la teología

La tarea principal y de cierto modo única es el estudio crítico de toda la tradición cristiana, para volver al evangelio. Se trata de redescubrir lo que realmente fue revelado en la vida y la muerte de Jesús. No se trata de destruir la religión. Sería inútil porque los seres humanos necesitan una religión y si se suprime ella reaparece en otras formas. El problema consiste en saber todo lo de la religión que ya no es comprensible ni aceptable en la nueva cultura moderna que entra en todas las religiones. Habrá que buscar lo que es realmente comprensible y significativo y puede ser un revestimiento aceptable del evangelio. Veamos los elementos de la religión.

1. La doctrina o la mitología

Jesús no formuló ninguna doctrina. Habló por medio de metáforas, narraciones, parábolas, sentencias, consejos, observaciones sobre la experiencia del momento. Ese medio de expresión es popular, es el medio de los pobres. Si Dios se expresó en esa forma, no lo hizo por distracción o por adaptación a un supuesto intelecto inferior de los pobres. Lo usó porque ese modo de expresión es menos riguroso, menos impositivo, menos limitado. Una doctrina siempre está marcada por una época, una cultura limitada en el tiempo y el espacio. El lenguaje metafórico conserva su sentido en medio de muchas culturas. Carece de la precisión que tienen los conceptos. Si Dios lo hizo así es porque lo escogió como el medio de expresión mejor posible. Si ese lenguaje no tiene la precisión de los conceptos abstractos es porque Dios no quería esa precisión. Las expresiones de Jesús permiten varias interpretaciones y Dios lo quiso así. No quiso que sus discípulos fueran prisioneros de una doctrina.

Más tarde la Iglesia definió en forma de conceptos muchas veces sacados de la filosofía griega una doctrina obligatoria. Impuso una interpretación rígida del evangelio. Los dogmas han sido siempre una causa de dudas, problemas, resistencias porque no todos aceptaban esa disciplina del pensamiento que Jesús no había impuesto.

La tarea de la teología será liberar el evangelio de la rigidez del dogma. Habrá que examinar críticamente todos los documentos del magisterio. Desde Trento los teólogos dieron habitualmente la interpretación maximalista de los dogmas. Necesitamos volver a una interpretación minimalista ¿qué es lo que el evangelio realmente impone? Además los dogmas actúan históricamente por lo que no dicen. Los 4 primeros concilios concentran todo en los conceptos de persona y naturaleza. Dejaron de lado la vida humana de Jesús. Por eso la vida humana de Jesús dejó de ser durante siglos motivo de reflexión de los cristianos. Tomás de Kempis pudo escribir un libro sobre la Imitación de Cristo, sin ninguna alusión a la vida humana de Jesús. ¿Qué Cristo es ese? Los dogmas ocultaron la vida humana de Jesús durante siglos. En Trento no se habló de la fe en sentido bíblico, sino de una fe religiosa que no es cristiana. La conclusión fueron siglos de incomunicación entre católicos y protestantes, lo que podía haber sido evitado.

Los dogmas fueron definidos por Papas u obispos. Pero ellos no representan necesariamente todo el pueblo cristiano, como si el Espíritu no estuviera también en el pueblo. Hubo concilios que dividieron profundamente y expulsaron de la Iglesia a sectores inmensos: las Iglesias de Siria, de Egipto y de todo el Oriente, sin hablar de los protestantes. Dentro de las asambleas hubo disensiones que no eran herejías. Por ejemplo en el Vaticano I. Esto fragiliza las definiciones. Todo eso es objeto de la teología.

Por supuesto la misma teología es sospechosa a la luz del evangelio y tiene que examinarse críticamente para ver si ayuda a la comprensión del evangelio o lo oculta, lo que sucedió muchas veces. Pues desde Trento la teología se hizo polémica contra los protestantes y los modernos. Se puso al servicio de la jerarquía. No es esa la tarea de la teología. Ella sirve para ayudar al pueblo cristiano a entender mejor lo que dice el evangelio. Está al servicio del pueblo cristiano y no de su jerarquía.

2. El culto

En la religión la parte más importante es el culto. En el decorrer de los tiempos, los cristianos han creado un inmenso edificio litúrgico, muy riguroso, muy determinado en todos los gestos y todas las palabras. Los ritos se han inspirado en el Antiguo Testamento, en las religiones de los pueblos cristianizados. Se ha llegado a definir que habría 7 sacramentos. Además hay una infinidad de bendiciones y demás actos de culto, más popular o más letrado. Después del Vaticano II hubo algunos cambios muy superficiales porque por lo esencial todo quedó igual. La consecuencia es que muchos católicos han abandonado un culto que ya no significa nada para ellos. De hecho es difícil entender de qué modo esa liturgia se relaciona con la vida individual y social de los tiempos presentes. La unción de los enfermos poco se practica. Poquísimos todavía practican el sacramento de penitencia. Todo tuvo significado cuando fue introducido en el culto oficial. Pero muchos ritos se hicieron incomprensibles. ¿Cuáles serían los gestos y las palabras que serían significativos para la nueva generación? En lugar de buscar lo que exige la situación actual de la humanidad, hay grupos importantes en Roma que querrían volver al pasado de Trento. Entonces sería la expulsión definitiva de la juventud. Querrían volver al latín. ¿ Por qué no al griego o al hebraico?

3. La organización

Todas las religiones se dan una institución cuyo elemento básico son los sacerdotes cuya misión consiste principalmente en el culto. La religión cristiana no podía escapar. Apareció un clero que – sobre todo después de Constantino – se separó socialmente del pueblo y formó una casta con su sub-cultura propia. En realidad hasta Trento el clero creó muchos problemas, pero Trento logró poner orden y definir el clero que todavía existe hoy. El sistema es rigurosamente monárquico. Todos los poderes están en el Papa y el Papa delega una parte de ellos a los obispos y éstos a los presbíteros y diáconos. Los problemas provocados por la situación actual del sistema monárquico y de la separación entre clero y pueblo, lo que hace imposible una verdadera comunidad, son bien conocidos y no es necesario repetirlos. Es evidente que el sistema no funciona. El rechazo del clero es uno de los motivos fundamentales del abandono de la Iglesia. En las otras Iglesias dichas históricas el problema es igual.

Durante siglos los teólogos se han dedicado a explicar y justificar todos los elementos del sistema. Los tiempos han cambiado. Todo lo que estaba ligado a la cultura tradicional, perdió su sentido y su legitimidad. La teología pondrá en contacto el evangelio y el mundo actual.

 

Fuente: Lamiarrita


INFORME SOBRE EL CONFLICTO EN LA CRIPTA

Leído en las Misas del 12 y 13 de marzo

Es de todos conocido que a lo largo de dos meses tanto el P. Víctor como representantes de los Consejos pastorales, tuvieron comunicaciones por carta y entrevistas con el Arzobispo y también con el designado P. Pedro Torres.

¿Qué está en juego con la llegada de un sacerdote que no comparte los lineamientos teológicos y pastorales que han orientado desde hace décadas el ser y hacer de La Cripta?:

–      Está en juego que La Cripta continúe siendo una comunidad que funda su pensamiento y su acción en los postulados del Concilio Vaticano IIº y en la Teología más avanzada desarrollada a partir de entonces;

–      Está en juego esta parroquia donde se puede integrar todo el que busque sinceramente crecer como buena persona y como creyente fiel al Evangelio de Jesús;

–      Está en juego este espacio donde no hay exclusiones; donde no hay exigencias pastorales que alejan a quienes no se ajustan a modelos convencionales; donde no se imponen condiciones ni trabas para que las personas accedan a los sacramentos o se integren en tareas comunitarias;

–      Está en juego poder participar de una liturgia sin acartonamientos, ni apego a las rúbricas, de carácter festivo y donde se tiene como eje vertebral el Anuncio del mensaje, partiendo no de los dogmas sino de las realidades humanas que vivimos todos los días las personas;

–      Está en juego el legítimo derecho que tiene esta y cualquier otra comunidad a opinar respecto al sacerdote que se hará cargo de conducir la animación de la comunidad;

–      Está en juego todo aquello por lo que todos ustedes participan de esta comunidad y no de otra.

Por eso en la Asamblea celebrada el pasado 26 de febrero se decidió casi por unanimidad “NO ACEPTAR”, el nombramiento propuesto por el Arzobispo. Y el jueves pasado la Comisión constituida a efectos de decidir las acciones a seguir, ha resuelto lo siguiente:

  • Ratificar una próxima Asamblea que tendrá lugar el sábado 2 de abril y a la cual estamos todos convocados;
  • Notificar al Arzobispo y a sus Vicarios que habiendo intentado por la vía  del diálogo acordar acerca del futuro párroco y sin tener resultados satisfactorios, a partir de ahora hacemos pública la situación a través de todos los medios que sea posible;
  • Participar en la Jornada Arquidiocesana del sábado 12 (asisten mas de 1000 personas, delegados de todas las Parroquias de la Arquidiócesis) y repartir a todos un breve volante dando a conocer nuestra situación y disposición al diálogo;
  • Se organizará un evento masivo al que convocamos con la consigna: “ABRAZO A LA CRIPTA”, cuyas características daremos a conocer próximamente;
  • Convocar a toda la gente que está vinculada a La Cripta ya sea en las Misas, como en los distintos Grupos parroquiales, en la Catequesis, en el Grupo Scout e igualmente a familias y vecinos relacionados con nuestra comunidad para participar en dicho Abrazo que concretaremos en el fin de semana entre el 8 y 10 de Abril.

 

Más Cristianismo y Menos Catolicismo. Por Raul A. Perez Verzini

“La burocracia vaticana impone legalmente lo que no puede razonar teológicamente. A falta de argumentos, el gobierno imperial recurre a la fuerza. Los medios resultan conocidos. Son las medidas violentas de silenciar y excluir.”

Elisabeth Schüssler Fiorenza
(Exégeta y Teóloga Feminista de la Universidad de Harvard)

 

Más cristianismo y menos catolicismo fue la consigna más aplaudida en la asamblea parroquial del pasado 24 de Febrero, donde se votó masivamente el rechazo a la imposición autoritaria del obispo Ñañez de un párroco que no responde a las opciones de la parroquia.

Más cristianismo, es decir más evangelio. Menos Catolicismo, es decir menos institución eclesiástica.

No es que no queramos institución. La organización es necesaria, pero esta no puede ni debe estar por encima del espíritu del evangelio.

La práctica eclesial, sin embargo, está cada vez más centrada en la iglesia y menos en el evangelio. Es por eso que son cada vez más los laic@s y pensadores que hartos de tanta incoherencia se levantan para mostrar que otro cristianismo es posible.

Por eso el fenómeno de La Cripta es valioso. Representa un símbolo de una manera más creíble de ser cristian@s. Y por eso lo defenderemos de aquellos que están deseosos de hacerlo desaparecer.

No somos, como a algunos les gusta creer, un puñado de rebeldes politizados. Se trata de un enorme movimiento mundial de personas de distintas matrices culturales y extracciones políticas que coinciden en la importancia de volver al Evangelio.

Más cristianismo y menos catolicismo es la característica de la comunidad de La Cripta que, aunque no siempre consciente, ha ido caminando en una progresiva fidelidad a las ideas del evangelio apartándose de todo lo que huela a excesiva institución.

Ante la estrategia de destrucción de esta experiencia de 45 años por parte del obispado, se está esgrimiendo el argumento de que somos intolerantes y que no queremos darle una oportunidad al sacerdote impuesto. La respuesta es muy simple: No se trata ni de dar una oportunidad ni de negarla.

Esta comunidad tiene una historia y un proyecto. De ese proyecto se desprenden las responsabilidades que un párroco debe cumplir y de esas responsabilidades, surgió un perfil de párroco requerido. Así de simple, como lo hace cualquier organización sana.

Imaginen que se necesita cambiar un gerente y los responsables de tal cambio deciden imponer un candidato que no cumple los requisitos básicos. ¿Cuáles serían las consecuencias?

Se me ocurren como mínimo dos:

  1. El responsable de su designación sería seriamente cuestionado por incompetente. A nadie en su sano juicio se le ocurre nombrar un responsable de un área sin consultar primero con los involucrados el perfil requerido para el puesto.
  2. La misión y los objetivos organizacionales correrían un serio riesgo de verse truncados por la incompetencia del candidato. Ser incompetente para un puesto no tiene nada que ver con ser buena o mala persona. Si a mi me ponen de médico de un hospital seguramente mataré a más de un paciente. No porque sea mal tipo, sino porque soy ingeniero no médico.

Imagínense la cara de los pacientes, si ademas de poner a un ingeniero al frente de cirugía le dijéramos que es porque se trata de darle una oportunidad.

“Mire señor paciente, no sea intolerante! Es cierto, este muchacho es ingeniero no médico, pero es un gran tipo. Déle una oportunidad. Deje que lo opere. Deje de lado la ideología!. Eso sí, si le va mal después se lo cambiamos.”

En el ámbito institucional, a nadie relativamente cuerdo se le ocurriría argumentar que es de poco tolerantes no darle la oportunidad a un candidato que no cumple los requisitos del puesto. Sencillamente se lee el CV, y si no contiene lo básico, directamente se busca otro candidato.

En nuestro caso, hasta tuvimos la delicadeza de ir a hablar personalmente con el candidato y en la entrevista confirmó que no está de acuerdo con varias de nuestras opciones. Es decir, él mismo reconoció que no cumple el perfil.

¿Por qué tanto lío entonces? Es más, ¿por qué centrar en esa persona el problema? El problema no es el candidato, aun cuando venga impuesto por el ordinario del lugar.

El problema está en quien es responsable de selección personal y en sus métodos muy pocos apegados a las buenas prácticas organizacionales.

Intentar reducir el planteo a un problema con el candidato impuesto es ingenuo y manipulador. No tenemos nada contra el candidato. Es más, pudimos verificar que en su lugar es muy exitoso. ¿Por qué entonces privar a esa hermosa comunidad de alguien querido y seguramente adecuado para su proyecto?

Nuestra parroquia viene asumiendo compromisos muy concretos desde hace muchísimos años. Antes fue en contra de la dictadura militar, cuando de hecho la iglesia institución era cómplice. Hoy los desafíos son otros, pero también queremos ser una voz razonable y creíble en medio de tanto taliban suelto.

Por eso nos hemos puesto a estudiar para tratar de madurar nuestra fe y superar la catequesis infantil. Esto nos ha llevado a mantener contacto con teólogos y biblistas de vanguardia que nos ayudan a entender mejor el mensaje del evangelio.  Es decir, a ser más cristianos (=evangelio)  y menos católicos (=integristas y dogmáticos)

De hecho, algunos ejemplos concretos de las consecuencias de acercarnos más al cristianismo son:

  • Apoyo explícito a las leyes de fin de la impunidad.
  • Apoyo a la ley de matrimonio igualitario
  • Apoyo a la Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal, seguro y gratuito para no morir (según la consigna de Católicas por el Derecho a Decidir)
  • No discriminación en los sacramentos: divorciados, gays, madres solteras, parejas irregulares, etc. Bautismos sin importar la condición religiosa o legal de los padres.
  • La renovación de la liturgia. Cantos del cancionero popular, comunión bajo las dos especies, etc.
  • Participación activa de las mujeres en los puestos de liderazgo de la parroquia.
  • Participación de los laicos en la toma de decisiones. El Consejo Pastoral como órgano último de conducción de la comunidad dado que el párroco es temporario pero la comunidad permanece.
  • La homilía basada en la reflexión teológica, antropológica y exegética actual y no sólo en la repetición monótona y literalista del texto bíblico.
  • Centralidad en el mensaje de Jesús y no tragarse acríticamente lo que dice la iglesia institucional.
  • Promoción de la formación teológica y exegética de los laicos con pensadores sobresalientes como Ariel Álvarez Valdés.
  • Renovación de los sacramentos. Enfasis en la reconciliación comunitaria y no en la confesión individual. Etc, Etc.

Y por supuesto, todo SI, implica un NO.

Por eso, Quito Mariani fue tajante en no permitir la participación en la parroquia de grupos conservadores de talante integrista como Opus Dei, Legionarios de Cristo, Cursillos de Cristiandad, etc. Y en no promover prácticas supersticiosas como la mayoría de las devociones marianas.

 

¿Hay algún cura en esta línea? Será bienvenido a La Cripta.

¿No hay ninguno? No hay problema. Seguiremos haciéndonos cargo de las distintas actividades y celebrando la eucaristía con los múltiples curas que siempre y gentilmente nos acompañan.

Es cristianismo versus catolicismo. Cristianismo como centralidad en el mensaje del evangelio, leído críticamente y no de manera fundamentalista. Catolicismo como esa reproducción anacrónica del imperio romano centrada en la institución. Y cuya “tolerancia y respeto por lo diferente” son tan reconocidos en el mundo actual que no merece comentarios.

Exigimos un cura que comparta nuestro proyecto comunitario. Y eso no se negocia.

Una cosa debe quedarnos clara: La conciencia por encima de la institución.

Y ojo que no lo digo yo, lo dice un tal Ratzinger.

Paz y Bien

Ing. Raul A. Perez Verzini

Alternativas para una iglesia de altares vacíos. Entrevista al Obispo Fritz Lobinger

(Entrevistado por Emilia Robles)

El obispo Fritz Lobinger (Passau, Alemania, 1929) lleva más de 50 años en Sudáfrica. Titular de la diócesis de Aliwal de 1988 a 2004, continúa viviendo en Durban. Fue cofundador en África de los Institutos Lumko de Misionología, con el modelo pastoral de pequeñas comunidades cristianas y el método de la ‘Biblia compartida’. Ha viajado por varios continentes, particularmente África, Asia y, recientemente, América Latina. La falta de presbíteros y la maduración de las comunidades cristianas son su principal preocupación pastoral.
Ante esto, propone que no se dejen solos a los obispos y al Papa en esa difícil tarea de dar salida a la “falta de vocaciones”, y que la comunidad de discípulos se implique activa y dialogalmente, buscando el consenso y la comunión corresponsable. Sus propuestas para la solución al ministerio presbiteral siempre están conectando con la gran tradición de las primeras comunidades paulinas.
Ha escrito varios libros en alemán, inglés y portugués. En primavera podremos leer en español sus dos últimos libros, Equipos de ministros ordenados y El Altar vacío (ambos en Herder). Su propuesta, reflexionada hasta en los detalles, fundamentada y abierta al debate, va encontrando cada vez más eco en una grave preocupación eclesial. Un gran tema pendiente para ser abordado en un amplio y corresponsable clima conciliar.

Lleva años pensando y escribiendo sobre esta propuesta de dos formas complementarias de ministerio presbiteral en la Iglesia católica. ¿Cuándo y cómo comenzó a reflexionar sobre esta propuesta?

Empecé ya a reflexionar sobre ello en la década de 1970, cuando vi con mis propios ojos cómo muchas comunidades sin curas residentes estaban ansiosas de poder ejercer los ministerios desde ellas mismas, haciendo voluntariamente ese trabajo. No sólo lo he visto de forma aislada, sino en muchísimas ocasiones. Y no sólo en mi diócesis, sino en muchos países de África, Asia y América Latina. He visto que estos ministros voluntarios han funcionado bien durante muchos años. Ante esta realidad, me pregunté: si las comunidades pueden ejercer tantos ministerios, ¿no es nuestro deber confiarles también el ministerio ordenado?

Al tiempo, vi que los sacerdotes habían asumido un nuevo papel de formadores de los líderes locales. Era imposible que pudieran estar presentes todo el tiempo en las diez, veinte o cincuenta comunidades a su cargo, pero sí podían estar presentes a través de los líderes locales capacitados. Así que el cura-proveedor (de servicios) se había convertido en cura-formador, con gran satisfacción por su parte. Todo esto me llevó a pensar que es posible, de manera realista y consensuada, ordenar a los líderes locales.

¿Cree que este proyecto es apto para ser aplicado en cualquier comunidad? ¿Cuáles serían las condiciones previas para su aplicación?

Este proyecto no puede desarrollarse de forma inmediata en todas las comunidades, pero sí, con el tiempo, en la mayoría de ellas. Hay muchas parroquias en las que predomina una actitud pasiva. Nunca han oído hablar –ni piensan– en la posibilidad de que ellos mismos hayan de ejercer los carismas que han recibido. Ni siquiera son conscientes de que los tienen. Piensan que todo el ministerio tiene que ser ejercido sólo por un sacerdote a tiempo completo que les envía el obispo. En ellas no deberíamos ahora ni siquiera mencionar la posibilidad de ordenar líderes.

El primer paso –en ellas– es transmitirles el mensaje del Concilio Vaticano II, que dice que todos los fieles tienen carismas y que éstos deben ser desarrollados. Hay que comenzar por poner los cimientos de un fuerte espíritu comunitario. Las comunidades deben, primero, superar el sentimiento de que “todo lo que se hace en la parroquia lo tiene que hacer el sacerdote; el sacerdote es la Iglesia”. Las miles de comunidades de las que hablé anteriormente ya han desarrollado esta convicción: “Somos la Iglesia. Las tareas de la Iglesia son nuestras propias tareas”. Este cambio de conciencia no se logra a través de sermones, sino dialogando entre todos y planteándonos qué estamos haciendo y qué podemos hacer, es decir, tomando decisiones juntos. El consejo parroquial debe convertirse en un lugar donde se escucha la voz de toda la comunidad y donde esta voz es respetada.

Otra manera sencilla de empezar a crear espíritu de comunidad es a través del Evangelio compartido entre pequeños grupos de vecinos. Basta con que el sacerdote asista un par de veces para iniciar el grupo; después, funcionan solos. Este método de trabajo ayuda a convencer a todo el mundo de que todos somos receptores del mensaje, que todos nosotros podemos comentar el Evangelio y que todos somos hermanos y hermanas en la Iglesia.

¿Esta propuesta de ordenar presbíteros en las comunidades es algo nuevo o ya existía en la gran tradición de la Iglesia?

La ordenación de los líderes locales voluntarios ha sido la norma en la Iglesia durante algunos siglos. Leemos en la Biblia, en los Hechos de los Apóstoles, capítulo 14, cómo san Pablo lo hizo cuando él y sus compañeros visitaron las comunidades de reciente formación: “En cada una de estas comunidades a las que visitaron, ordenaron ancianos”. Esto significa que en cada pequeña comunidad cristiana no sólo había uno, sino varios líderes ordenados. Ninguno de ellos era asalariado de la Iglesia, sino que todos siguieron en su trabajo secular. Durante algunos siglos, era evidente que había presbíteros que no se enviaban a la comunidad, sino que surgían de dentro de ella.

En la práctica oficial de la Iglesia, lo que una vez ha sido aceptado, puede volver a ser aceptado hoy día. Es un modelo que se nos permite seguir. Es, además, muy conveniente para nuestros tiempos. En estos días se observa un afán nuevo de los laicos para participar activamente en la Iglesia, y también sufrimos una grave escasez de sacerdotes. Por tanto, es imperativo para nosotros retomar esa tradición venerable de la Iglesia de ordenar a los líderes locales probados.

¿Qué aspectos de la propuesta podrían propiciar un consenso entre los diversos sectores de la Iglesia?

El consenso sólo será posible en la Iglesia si queda claro que la propuesta no destruye el sacerdocio existente. En este momento, muchos obispos tienen miedo de que la ordenación de los líderes locales ponga en peligro a los sacerdotes actuales. La forma actual del sacerdocio seguirá siendo como es, incluso puede salir beneficiada, si una segunda forma emerge junto a ella, de tal manera que las dos formas se necesiten y se refuercen mutuamente. Tampoco pedimos “sacerdotes casados”, contraponiéndolos a lo que algunos pueden vivir como elevado ideal de entrega total y espiritualidad específica del sacerdote célibe. Nosotros pedimos la ordenación de los líderes locales. Por supuesto, estos líderes locales son gente madura, en general, casada, pero nuestro objetivo es que sean personas que procedan de la comunidad. Y los actuales sacerdotes seguirán junto a ellos, como hasta ahora.

De los dos últimos libros que usted ha publicado sobre este tema, uno, ‘El Altar vacío’, es un libro ilustrado. ¿Qué se pretende con este formato, bastante novedoso para tratar temas en la Iglesia?

El uso de imágenes hace que sea mucho más fácil hablar de este asunto tan complejo. El problema de las comunidades sin presbíteros no se puede resolver respondiendo a una sola pregunta. Abordar en profundidad la cuestión requiere responder a un conjunto de preguntas. Y no podemos responderlas todas a la vez. Es más fácil concentrarse en una de esas muchas preguntas si en la imagen que se tiene ante los ojos aparece sólo este único aspecto. El uso de imágenes reduce los malentendidos. Las imágenes son también un estimulante para la mente. Nos ayudan a imaginar lo que sucedería si esta propuesta se llevara a cabo.

Insiste en que los nuevos “ministros ordenados” no traten de imitar la forma actual del sacerdocio. ¿Por qué?

Sí, eso me parece muy importante. Y por varias razones. Una es que los presbíteros voluntarios –con una vida similar a la del resto de los fieles en cuanto a familia, trabajo, etc.– quedarían sobrecargados, porque la gente esperaría, entonces, demasiado de ellos. Por otra parte, los actuales sacerdotes se sentirían degradados, porque entenderían que los presbíteros voluntarios harían lo mismo que ellos, sin tanta formación y sin la renuncia que implica el celibato. Además, tal vez, entre los jóvenes no se diferenciaría una vocación específica como la del presbítero célibe con total disponibilidad. Y la comunidad seguiría siendo pasiva, porque los nuevos ministros ordenados otra vez iban a hacer todo por ellos. Por ello, creo que ayuda a la diferenciación el criterio de que no se ordene nunca sólo a un líder, sino siempre a dos o tres en cada comunidad, es decir, a un equipo pequeño.

¿Cuáles son las ventajas del “equipo de ministros ordenados” en comparación con un solo ministro ordenado?

Si sólo se ordenara a una persona en cada lugar, este ministro local ordenado puede parecer demasiado similar a un sacerdote a tiempo completo. La gente esperaría tanto de esa persona como del cura actual. Esto significa que la propia persona ordenada se sentirá frustrada, y lo mismo ocurrirá con el resto de la comunidad. Esto aligeraría de tareas a cada miembro del equipo, que de esta forma no quedarían sobrecargados. Además, a muchos líderes que trabajan muy bien no les gusta ser la única persona ordenada en la comunidad. Prefieren unirse a un equipo, asumir la responsabilidad juntos y seguir siendo como el resto de los habitantes.

¿Cómo cree que los sacerdotes actuales aceptarán mejor esta alternativa complementaria dentro del ministerio presbiteral? ¿Qué puede ayudar a que reciban la propuesta con mayor confianza y positividad?

A los sacerdotes que ya hoy se dedican a la formación de los líderes les gustará nuestra propuesta, porque también en el futuro podrán hacer lo mismo, y mejor. También a los que les gusta sentirse entre la gente y trabajar juntos con el pueblo. Le disgustará a los que acostumbran a hacer todo solos, sin contar con los demás. O a los que quieren que se les distinga como alguien muy diferente, porque esta propuesta da mayor relieve a los líderes locales. Pero, incluso en estos casos, entiendo que eso no ocurre sólo por la manera de ser de algunos sacerdotes, sino que ciertas tendencias personales se ven potenciadas por la actual estructura de funcionamiento.

En cuanto a la segunda cuestión, creo que ayudará mucho el que los sacerdotes actuales ejerzan directamente el rol de formadores de los líderes. No deben delegar esta tarea en ningún centro diocesano. Esto les proporcionará mayor satisfacción personal y sentido de su ministerio.

¿Cuáles son las principales objeciones y los obstáculos en contra de este proyecto? ¿Por dónde podrían empezar a sortearse estas dificultades?

Tristemente, vemos algunos obispos y sacerdotes que quieren volver a los viejos tiempos, mientras que la gran mayoría de los laicos quiere seguir hacia delante. Esta tensión, si no se aborda bien, resulta peligrosa porque puede abrir brechas insalvables en la Iglesia. Algunos se opondrán también a la propuesta porque piensan –erróneamente– que el sacerdocio no ha cambiado nunca ni puede cambiar. Pero la realidad es que, en la historia, ha cambiado muchas veces y puede volver a cambiar.

Otros pueden poner objeciones porque subestiman a los laicos y no van a creer que los líderes locales puedan ser ordenados como presbíteros, dedicados a tiempo parcial. Pero tenemos la prueba ya, en comunidades sin sacerdotes, de que líderes de muchas de estas comunidades activas y maduras son capaces y están dispuestos a ejercer muchos ministerios, también el ministerio ordenado. Entiendo que todas éstas y otras dificultades han de sortearse a través de un debate amplio de todos estos aspectos en nuestra Iglesia, siempre en un clima de diálogo y colaboración.

Usted ha visitado y compartido durante muchos años la experiencia de varias Iglesias cristianas que ya combinan estas dos formas de ministerio presbiteral. ¿Qué es lo que podemos aprender, pues, de esas experiencias?

Sí, de eso hablo extensamente también en mis dos últimos libros. Al implementar estos cambios no debemos considerar únicamente un aspecto, por ejemplo, la necesidad de más sacerdotes. También debemos considerar otras cuestiones como la necesidad de hacer las comunidades activas. Por otro lado, es definitivamente posible combinar dos cosas: una profesión secular y el sacerdocio. Hay miles de presbíteros a tiempo parcial en varias Iglesias cristianas. Y, luego, es necesario que haya mucho diálogo en toda la Iglesia para desarrollar la propuesta.

 

Fritz Lobinger es Obispo emérito en Sudáfrica y autor de ‘Equipos de ministros ordenados’
Fuente Revista Vida Nueva

Se fue el Tatic, Samuel Ruiz (1924-2011), el profeta mexicano del siglo XX. Por Enrique Dussel

Ha muerto el 24 de enero el santo profeta de Chiapas, digno sucesor de Bartolomé de las Casas. Este último comenzó su lucha en favor de los pueblos originarios de América en el ya lejano 1514 en el pueblito de Sancti Espíritu de Cuba. Fue obispo de Chiapas desde 1544 hasta 1547, en que fue expulsado por la oligarquía de los conquistadores que ya dominaban esa tierra maya, por su lucha en favor de los pueblos originarios. Algo más de cuatro siglos después, y como continuando la labor de Bartolomé, fue nombrado en 1959 don Samuel Ruiz, a la edad de 35 años, obispo de Chiapas (siendo el más joven del episcopado mexicano de esos años.

Había nacido el 3 de noviembre de 1924 en Irapuato. Estudió primero en León; obtuvo su doctorado en hermenéutica bíblica en la Gregoriana de Roma. Era un hombre letrado, director del seminario de León (como Miguel Hidalgo lo fue del de Valladolid). Asistió al II Concilio Vaticano, participando todavía dentro de las filas del episcopado conservador.

Le tocaron tiempos de profunda renovación de la Iglesia y las convulsiones políticas del 68. En ese tiempo cambiará drásticamente su posición teórica y práctica. Será su comunidad indígena maya la que lo confrontará con la miseria, la opresión, la dominación política, económica, cultural y religiosa que la oligarquía chiapaneca había orquestado como herencia de los conquistadores y de los terratenientes contra ese pueblo originario.

El joven obispo sufre una conversión radical. Ya en 1968 fue uno de los cuatro oradores (sobre el tema de la pastoral indígena) en la Conferencia de Medellín del Celam, donde manifestó su calibre latinoamericano.

Brillará en América Latina como miembro de una camada de obispos que optaron por los pobres del continente, junto a Helder Camara, en Brasil; Leónidas Proaño, en Ecuador, y Óscar Romero, en El Salvador. Será uno de los reformadores de la Iglesia, fundamentando bíblicamente la revolucionaria teología de la liberación que estaba naciendo. Pero aún más, la llevó a la práctica con su pueblo indígena chiapaneco.

Aprendió dos lenguas mayas y se transformó en el profeta de su pueblo. Esto le traerá grandes enemistades, persecuciones, aun de aquellos que hoy, después de su muerte, lo ensalzan. Decía de él, y de don Samuel, el obispo de Cuernavaca don Sergio Méndez Arceo: Nosotros unificamos al episcopado mexicano. ¡Todos están contra nosotros!”

Perseguido por los potentados, los terratenientes, los políticos y hasta por algunos de sus sacerdotes, con indomable brío, con paciencia de indígena, con sacrificio titánico, recorriendo innúmeras veces su diócesis en camioneta, avioneta o a caballo, estaba presente consolando, alentando y dirigiendo a las “comunidades” mayas. Todas lo tenían por tatik (como el tata de los tarascos que fue Vasco de Quiroga); nombrado por ellos mismos “Protector del pueblo indígena”.

Contra viento y marea, y contra la opinión de muchos en el Vaticano (que como decía San Juan de la Cruz a un hermano observante estricto: “¡Cuídate de ir a Roma, partirás descalzo (reformado) y volverás calzado (corrompido)!”), transformó la Iglesia y la sociedad chiapaneca, educó a los líderes indígenas, que de catequistas llegaron a ser diáconos. ¿Qué fueron muchas y muchos comandantes zapatistas sino catequistas de don Samuel Ruiz?

Don Samuel creó proféticamente la conciencia de lucha de su pueblo, del cual, por otra parte, aprendió todo. Por ello, en la celebración de su muerte (no es contradictorio que el pueblo reunido junto a su cadáver exultara un cierto espíritu de profundo regocijo), se gritaba, en algunos casos machete en mano: “¡Samuel vive, la lucha sigue!”; o aquella crítica a la Iglesia de tantas traiciones: “¡Queremos obispos al lado de los pobres!”

Esa Iglesia ocupada en la beatificación de su burocracia (cuyo miembro supremo se le vio fotografiado junto a R. Reagan, o a A. Pinochet, y que se encolerizó ante la presencia de un humilde Ernesto Cardenal de rodillas, y sin embargo, ministro de Estado de la revolución sandinista, junto al gran cartel en el que se leía en la Plaza de la Revolución: “¡Entre cristianismo y revolución no hay contradicción!”

Don Samuel no fue sólo una figura mexicana. Era una personalidad profética latinoamericana, defensor de los derechos humanos de los humildes, de los inmigrantes en toda Centroamérica. Era una figura mundial, recibiendo premios internacionales y doctorados honoris causa en las más diversas y encumbradas universidades en reconocimiento a su pensamiento y a su acción.

Don Samuel es, junto a don Sergio Méndez Arceo, el símbolo más profético de la Iglesia mexicana del siglo XX, y uno de los pastores más importantes de la pastoral indígena en nuestro continente y el mundo. No queda sino alegrarse con el pueblo cuando exclamaba: “¡Samuel vive, la lucha sigue!”

Como Walter Benjamin escribía, se trata de un “mesianismo materialista” (si por “materialista” se entiende cumplir responsablemente con los deberes para con la vida de los pobres y explotados, como los indígenas chiapanecos). Samuel fue heroicamente consecuente con aquél: “¡Tuve hambre y me dieron de comer!” (que del Osiris egipcio pasó a Isaías y al fundador del cristianismo, del cual Samuel fue un digno testimonio).

por: Enrique Dussel, filósofo, emérito de la Universidad Autónoma Metropolitana

Fuente La Jornada de Mexico

Carta abierta de José María Castillo a José Antonio Pagola: “Lo más duro es no saber qué está pasando y porqué está ocurriendo” Por José María Castillo

“En esta Iglesia hay demasiado miedo a decir en público lo que cada uno piensa”

Querido José Antonio: Quiero expresarte, ante todo, mi solidaridad en la dolorosa situación que estás viviendo. Sé muy bien, por propia experiencia y por lo que cuentan otros teólogos bien conocidos, que, en circunstancias como la que tú estás pasando, uno se puede ver enfrentado a hechos y decisiones que son más duras y difíciles de lo que quizá se pueden imaginar quienes las provocan.

Recuerdo aquí la patética confesión pública que hizo el insigne moralista B. Häring, cuando poco antes de morir escribió aquel pequeño libro en el que contaba cómo había sufrido dos procesos en su vida, el que le hizo la Gestapo en la segunda guerra mundial, y el que lo hizo el Santo Oficio en Roma. Y al anciano profesor aseguraba que le había resultado más soportable el proceso de la Gestapo que el del Santo Oficio.

Como también tengo delante de mí el “Diario de un teólgo”, que dejó escrito el más grande estudioso de la eclesiología, el profesor Y. Congar. En una carta a su anciana madre le decía: “Me han destruido prácticamente. En la medida de su capacidad, me han destruido….No han tocado mi cuerpo; en principio, no han tocado mi alma. Pero la persona de un hombre no se limita a su piel y a su alma.

Sobre todo, cuando ese hombre es un apóstol doctrinal, él es su actividad, es sus amigos, sus relaciones, es su irradiación normal. Todo esto se me ha retirado; se ha pisoteado todo ello, y se me ha herido profundamente. Se me ha reducido a nada y, consiguientemente, se me ha destruido. En ciertos momentos… soy presa de un inmenso desconsuelo” (p. 473-474).Al final de sus días, Congar fue nombrado cardenal por Juan Pablo II.

Lo más duro, en estas situaciones, es no saber exactamente lo que etá pasando y por qué está ocurriendo. Son muchos y excelentes los teólogos que han leído y releído tu libro sobre Jesús. Y no han encontrado en él nada que sea contrario o que ataque el dogma cristológico. Además, tú has corregido el libro siguiendo las indicaciones que te había dado la Conferencia Episcopal.

Tu libro ha encontrado más acogida que ningún otro libro de teología escrito en lengua castellana en los últimos tiempos. Y con todo eso, no contentos quienes te atacan desde la sede central del episcopado español, han mandado retirar el libro de las librerías, se dice además que también han mandado destruir los ejemplares que quedaban por ahí. ¿Qué quieren realmente? ¿Qué pretenden? Que lo digan claro, por favor. Que sean sinceros.

Es demasiado fuerte verse perseguido en cincunstancias así. En abril de 1988, a mí se me comunicó oralmente (jamás se me ha dado un papel escrito o firmado por alguien), que la Santa Sede me retiraba el permiso para seguir enseñando en la Facultad de Teología de Granada, donde yo era catedrático de Teología dogmática. Nunca he sabido, ni he podido saber, por qué se tomó aquella decisión.

Sólo sé que el entonces Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cardenal J. Ratzinger, junto con el cardenal Suquía y con el obispo don Fernando Sebastián, visitaron al entonces superior general de los jesuitas F. J. Kolvenbach. Aquella entrevista es la explicación de la dura medida que se tomó contra mí.

Ni sé los temas que allí se trataron, ni tuve, por tanto, posibilidad de defenderme. Después de aquello se me ha calumniado y se han dicho de mí cosas muy duras, por hombres que hoy ocupan cargos muy altos en la administración de la Iglesia.

Y ahora, además, habrá que quien me acuse de que me defiendo. Si, a mis 81 años, no puedo ni debo defenderme, ¿qué es entonces lo que se puede hacer en la Iglesia? Me defiendo porque son demasiados los que callan.

Porque en esta Iglesia hay demasiado miedo a decir en público lo que cada uno piensa, por más que lo que uno piensa esté dentro de la ortodoxia de la fe católica. El citado Y. Congar, un eminente teólogo y un excelente religioso dominco, decía en su “Diario”: “tengo miedo de que lo absoluto y la simplicidad de la obediencia me pueda llevar a una complicidad con el abominable régimen de denuncias seccretas que es la condición esencial del Santo Oficio, centro y clave de bóveda de todo lo demás” (p. 305).

Amigo José Antonio, sólo la fe en Jesús el Señor y el amor a la Iglesia nos van a sacar adelante. Pero esa fe y ese amor son un pan cuya levadura es la libertad del Evangelio.

Fuente Redes Cristianas

La Iglesia católica optó por los ricos. Por José Comblin

Es tan buena esta entrevista a nuestro querido José COMBLIN, habla con tanta libertad y tanta clarividencia, que no nos permitimos privar a nuestros lectores de se lectura ni un día más, aunque hoy ya hayamos publicado un artículo extenso. En síntesis dice Comblin:  el problema es el Papa, o sea la función del Papa, una dictadura implacable con muchas formas de dulzura y amabilidad, pero implacable. Y esto se vio, después del Vaticano II, antes en Europa que en América. Pero ahora nos damos cuenta que la dictadura romana está destruyendo lo que por aquí se había adelantado como “iglesia de los pobres, de base, de liberación”.

ENTREVISTA publicado en revista El Periodista, edición Nº 200, 30 de diciembre 2010

JOSÉ COMBLIN, CREADOR DE LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN: “LA IGLESIA CATÓLICA OPTÓ POR LOS RICOS”

José Comblin nació en Bruselas en 1923. Hoy, con 87 años, llegó a Chile a visitarnos, ver nuestra realidad y mostrar su pensamiento. Lo hizo como en 1972, cuando expulsado de Brasil, lugar donde residía, este cura belga, uno de los creadores de la Teología de la Liberación, se vio obligado a salir y buscar refugio en el país de la Unidad Popular.

Hace 60 años que es sacerdote, fue unos de los creadores de la Teología de la Liberación y se vino a América porque estaba frustrado de la iglesia europea, “con una fachada todavía poderosa pero donde el evangelio estaba ausente”, y encontró su oportunidad cuando Pío XII pidió sacerdotes “para luchar contra el comunismo de America Latina

Tras su paso por Chile, volvió a Brasil. Escribió un libro denunciando la doctrina estadounidense de la seguridad nacional lo que le valió una nueva expulsión. Regresó a Brasil, donde vive desde 1980.

Entrevista

P: Usted conoce bien Chile y las almas de los chilenos ¿estamos bien, nos encuentra felices o despreocupados?

R: “Felices. A lo mejor porque he estado con personas felices, no parece haber preocupación. No hablaron mucho del bicentenario, no sé si tal vez no hubo fiestas animadas, pero los chilenos son los ingleses de América del Sur. No son tan exuberantes”.

    P: En los años 60 y 70, con todo el auge de la teología de la Liberación, ¿se imaginaba este mundo?

    R: “Hubo mucha concentración en la economía. No se pensaba, así mismo, que el porvenir sería un culto a esa concentración. Nadie se podía imaginar una evolución así”.

      P: ¿Qué queda de la teología de la liberación?

      R: “El promedio de edad es de 80 años, los teólogos de la liberación son mayores de 80 y no apareció una nueva generación. La represión fue muy fuerte, terrible y la dictadura del Papa aquí en América Latina es total y global. Acá se puede criticar a Dios, pero no al Papa. El Papa es más divino que Dios. Cualquier cosa que venga de Europa se aplica radicalmente, por otra parte, el papa Juan Pablo II, nombró toda una serie de  obispos disciplinados, sumisos, obedientes, de tal modo que es difícil encontrar en América Latina algún obispo con cierta personalidad, fueron elegidos justamente porque no tenían personalidad. Ahí las consecuencias: sumisos.

        La Teología de la Liberación no ha sido bien vista y el Papa ha sido el gran enemigo y adversario. Ni en los seminarios ni en las facultades de teología se puede hablar de eso. Entonces, apareció una nueva generación que considera que eso es ya del pasado, que ya ha muerto, se terminó. No interesa más. Para la nueva generación de obispos y sacerdotes, ya no existe”.

        P: ¿Cómo ve la situación de las comunidades cristianas de base, tienen fuerza hoy?

        R: “Es igual, donde hay un sacerdote anciano, continúan. Los jóvenes no se interesan ni entienden. Subsisten donde todavía hay sacerdotes que han vivido eso, que lo han creado”.

          P: ¿Qué va a pasar con esta Iglesia, dónde está poniendo el acento hoy y cuál es la proyección de esto en la medida que ustedes no pudieron transformarla?

          R: “En el mundo popular, en América Central el 50 por ciento de la población es evangélica. En otros países, el 30 por ciento. La Iglesia Católica ha abandonado a las clases populares, salvo los viejos, algunas reliquias del pasado como Mariano Puga, en las nuevas generaciones no se encuentran personalidades así. No se interesan más, salvo en algunos discursos o palabras bonitas. En la práctica, no. Hoy las universidades y colegios católicos son para la burguesía. El porvenir de América Latina es ser un continente evangélico protestante, salvo su clase alta. Así el Opus Dei y los Legionarios de Cristo, y todas esas asociaciones que hay de ultra derecha, van creciendo en ese sector”

            P: ¿Cuál es su opinión sobre estas asociaciones que mencionó?

            R: “Estos tienen la confianza de la curia romana y después representan la plena libertad dada a personalidades que son como los grandes Rockefeller, los conquistadores, como Escrivá de Balaguer que era un capitalista, el hombre que va a triunfar, que va a disfrutar el mundo, que va a ganar, ser rico, poderoso y que es capaz de crear gente totalmente subordinada, soldados con mentalidad de soldado, estos son todos hombres deformados psicológicamente, cómo son los futuros dictadores, Maciel de los Legionarios de Cristo, que se descubrió que tenía una vida paralela, fue un hombre que ha logrado reunir una fortuna  de 50 mil millones de dólares. Su chantaje, su palabra y su exigencia, llegaron a los millonarios.

            Hoy, los que han trabajado con él, sus colaboradores, todos dicen y afirman, que no sabían nada de la vida paralela. Cómo, trabajan 40 años con él y no saben nada, que tiene una familia, tres hijos, que practicó la pedofilia con los niños, alumnos de formación, de sus colegios, que tenía un mundo de amantes. ¿Todo eso no lo sabían? Se supone entonces que ellos son cómplices y también tienen una vida paralela”.

            P: ¿Cómo mantienen el poder y el secretismo?

            R: “Donde hay uno o dos obispos del Opus Dei en el Episcopado, intimidan a todos los demás. Los otros se quedan callados y uno solo habla, eso es un problema de psicología social típico de dictaduras”.

              P: ¿Cómo esta transición de Juan Pablo II a Benedicto XVI, a usted le ha llamado la atención el camino recorrido por Benedicto o es más de lo mismo?

              R: “Es lo mismo”.

                P: ¿Pero no esperaba que fuera peor?

                R: “Es que han sido elegidos por los mismos. Fue el Opus el que eligió a Juan Pablo II y al actual, practicando el chantaje, intimidando a los cardenales. El próximo Papa será igual porque el Opus tiene un poder muy fuerte. Es una continuación con pocas variaciones. El papa actual tiene más preocupaciones de doctrina y naturalmente no tiene la simpatía, el carisma, de Juan Pablo II, que era una cosa excepcional, pero globalmente es la negación del Concilio Vaticano II”.

                  P: ¿Dónde está Dios que ha permitido todo esto?

                  R: “Dios, ¿sabe dónde está? Está en la población La Victoria, está en La Legua, en la cárcel, pero de Roma ha desaparecido hace mucho tiempo. Hay algunos obispos excepcionales, gente buena, amable, gentil, acogen bien, pero no se puede entrar ningún problema, allí no, es lo que dice el Papa. No se discute siquiera top secret”.

                    P: Más allá de la represión fuerte de esta dictadura vaticana que usted menciona ¿cuál es la autocrítica que hace como creador de la Teología de la Liberación, que no pudieron generar una herencia, un desarrollo, qué pasó ahí?

                    R: “Es claro que hubo la ilusión de que el Concilio Vaticano II entraría en la práctica y no entró. Eso fue una confianza grande,  entonces merecería un cambio, era subestimar las fuerzas dominantes en la Iglesia Romana. Ahora siempre queda más claro que el problema es el Papa, o sea la función del Papa, una dictadura implacable con muchas formas de dulzura y amabilidad, pero implacable.

                      Como latinoamericanos, no hemos criticado la sumisión tradicional al Papa ni destacar que el problema de la Iglesia Católica es el Papa, y a veces Pablo VI se daba cuenta, pero tenía miedo de las consecuencias y Juan Pablo II, a veces, se daba cuenta de lo mismo. Cómo el Papa va a conocer la realidad de cada país y el asunto es quién lo aconseja. La autocrítica es haber confiado en el Concilio Vaticano II”.

                      P: ¿Y qué debieron haber hecho, quebrar a la Iglesia en su momento?

                      R: “En ese momento, en Europa, la crítica se centra en el Papa pero en América Latina, diga eso en la Iglesia chilena, quién va a entender qué significa eso. Algunos jesuitas sabrán, algunos otros religiosos, algunos viejos sacerdotes, pero no van a decirlo, pero lo pueden descubrir y pensar, pero todavía falta. Es difícil prever qué va a pasar. Creo que va a haber un shock cuando se den cuenta de que el continente se transforma en un continente protestante.

                      Hay una resistencia psicológica, miedo de tener que ver algo, entonces no se toca. Es ese el desafío principal y es por que habría que reconocer que han escogido a los ricos, han escogido permanecer con la clase alta, con la burguesía y eso es evidente pero no quieren verlo. En Chile eso es más que evidente, aquí es espectacular, el desarrollo que tiene en las universidades católicas, los colegios del Opus y los Legionarios.

                      Por mi parte considero que el porvenir del cristianismo está en China, Corea, Filipinas, Indonesia. Se estima que sólo en China hay 130 millones de cristianos, martirizados porque prácticamente están perseguidos. En Brasil no hay esa cifra, sería difícil encontrar a 30 millones. Casi todos son evangélicos”.

                        P: Si tuviera la posibilidad de decirle algo a cientos de sacerdotes jóvenes, si pudiera hablar directamente con ellos y abrirle los ojos en esta situación ¿qué les diría?

                        R: “Yo les diría: “váyanse a vivir a las poblaciones para conocer la realidad, porque si no conocen todo es palabras. Nuestra aliada es la realidad, el que no ve la realidad no ve lo que es la humanidad. Se queda con palabras y discurso, pero no puede crear nada. No hay receta pero si se van, porque tienen cabeza y corazón, descubrirán lo que hay que hacer”

                          P: ¿Y qué le parece que canonicen a Juan Pablo II, como él lo hizo con monseñor Escrivá de Balaguer?

                          R: “El papado de Juan Pablo II fue catastrófico. Todos los que han hecho su carrera con él han podido ser cardenales, a pesar de su mediocridad personal. No merecían nada pero él los promovió,  ¡claro que ahora quieren canonizarlo! Una vez  que han canonizado a Escrivá, todo el mundo sabe que se puede ser santo sin tener virtud alguna”.

                            ENVÍA ESTE DOCUMENTO PARA SU DIFUSIÓN, HOY 5 DE ENERO DE 2011:

                            Movimiento TeologìaS de la Liberaciòn – Chile

                            Cuadernos Opciòn Por los Pobres-Chile

                            Correo: opcion_porlospobres_chile@yahoo.com

                            Rosas 2090. Santiago – Chile

                            Fuente: Atrio.org

                            CURSO – TALLER: EL EVANGELIO DE JESUS Y LA IGLESIA EN ESTE SIGLO.

                            CURSO – TALLER en La Cripta Para profundizar en nuestra reflexión crítica sobre el cristianismo Para no perder la esperanza Para reunirnos y confraternizar Para poner en funcionamiento las neuronas…

                            Participá de nuestro próximo Curso – Taller en La Cripta.

                            Tema: EL EVANGELIO DE JESUS Y LA IGLESIA EN ESTE SIGLO. Nos guían: los sacerdotes Juan Carlos Ortiz y Nicolás Alessio (un lujo…!) Cuándo: 19 y 20 de Octubre del 2010 Horario: de 20,30 a 23 hs. Dónde: en el Salón Terraza de La Cripta El tema es de sumo interés y los expositores nos darán un valioso aporte. LOS ESPERAMOS!!!!