Carta a un seminarista. Por Andrés Muñoz

Querido seminarista: No tengo el gusto de conocerte, porque hace tiempo que no voy por el seminario, debido a problemas alérgicos. Pero deseaba ponerme en contacto contigo, ahora que llega el Día del Seminario, para ofrecerte el Servicio de Atención de la Comunidad, (S.A.C.), que se ocupa del cuidado, participación e igualdad entre todos sus miembros, y del que no creo que te hayan hablado tus formadores.

El S.A.C. ha lanzado el Plan Integral de Refundación de la Iglesia Católica (P.I.R.I.C.), en el que se incluye una Campaña de Prevención de Riesgos Laborales, dirigida expresamente a seminaristas que, como a ti, los están modelando en la actual estructura eclesial para ser futuros profesionales de la religión.

A través de estudios, investigación, encuestas y diagnóstico popular se han detectado riesgos, accidentes y/o enfermedades en el clericalato que perjudican a varones célibes y, por extensión a toda la sociedad, por lo que urge su prevención.

Los riesgos profesionales clericales más agresivos son, como se sabe, la pederastia, la pedofilia, el abuso de menores y la discriminación de la mujer, víctima del celibato impuesto, de cuya gravedad y prevención no hace falta insistir.

Pero hay otra serie de peligros igualmente dañinos como la “Robotitis”, virus que se inocula por la demasiada exposición y contacto con materiales de chatarra y desecho provenientes de la teología escolástica, el derecho canónico, el magisterio eclesiástico, la moral sexual vaticana o la espiritualidad pietista, que pueden degenerar en ceguera o dependencia.

También está “El síndrome de poder”, popularmente conocido como “Cojonitis Aguda”, que es la inflación de los ganglios machistas por ponerlos encima de la mesa reiteradamente, que producen exclusión, ordeno y mando y la parroquia es mía.

El “Mobbing Celibatario” es la opresión que sufren muchos curas, localizada en la zona cardiaca y lumbar baja, utilizándose como falsos paliativos el ocultamiento o el apaño sentimental.

Otro riesgo es el “Mal de Sacristía” que se objetiva en una claustrofobia a lo social, reivindicativo, político y laical, para refugiarse en lo ritual y sagrado. Este problema se somatiza en el ombligo.

“Feminalergia” es otra dolencia eclesial y clerical de tipo crónico que se produce por el endoparásito institucional que contagia a los más cercanos y cuyos efectos colaterales lo sufren el 50% de los creyentes, es decir, las mujeres.

El “Traumatismo Múltiple” son las lesiones en los órganos y tejidos vitales de profesionales como teólogos, investigadores, exegetas, profesores, curas casados, homosexuales…, provocadas por prácticas jerárquicas abusivas.

Sin querer ser exhaustivo, te menciono, por último, otros cuantos riesgos de forma abreviada, a los que tendrás que estar atento para no ser víctima de ellos, como pueden ser una parálisis doctrinal, miopía comunitaria, estados climatéricos, asfixia ortodoxa, modorra litúrgica, numismática febril, manía persecutoria, morbosidad privilegiativa y otras manifestaciones curiales que pueden derivar en sarpullidos, eccemas y pruritos sociales.

Para evitar todos estos riesgos, problemas, conflictos, accidentes y/o enfermedades del clero te remito al Plan Integral de Refundación de la Iglesia Católica (P.I.R.I.C.), anteriormente mencionado, que consiste básicamente en un cambio radical del modelo productivo eclesial: cambio estructural, teológico y litúrgico, que da como resultado que otra Iglesia es posible y necesaria.

Para ser eficaz este plan se apoya en estos presupuestos: la comunidad antes que la institución, todos creyentes y no curas y laicos, la vida antes que el culto, Dios antes que ortodoxia, el espíritu por encima de la ley, igualdad varón-mujer, el amor en lugar de derecho canónico, ministerios y no privilegios, el reino de Dios y su justicia y después, mucho después la Iglesia.

De este planteamiento se deduce que no se trata de una reforma, ni una renovación, ni una restauración sino de una refundación o vuelta a la Iglesia de los primeros tiempos, en la que, entre otras cosas, no existía el status clerical o ministerio ordenado como casta y se daba el protagonismo a la comunidad, grande y pequeña, para repartir funciones y ministerios según la necesidad y los carismas.

No me puedo extender más en la descripción detallada de esta otra Iglesia, porque sería objeto, no de una carta, sino de un diálogo en profundidad, pero me gustaría que pensaras esta propuesta y la dieras a conocer a tus compañeros, porque se evitarían todos los riesgos, accidentes…propios de los clérigos y porque creo que esta visión eclesial tiene futuro.

Te puedes informar con más detalle en estos lugares de referencia: Teología de la Liberación, Comunidades de base, Redes Cristianas o movimientos como Somos Iglesia, Comunidades Populares, Moceop, Mujeres y Teología entre otras. Aquí encontrarás personas que te acogerán y te mostrarán sus experiencias comunitarias y en donde verás que no solo Otra Iglesia es posible sino que Otra Iglesia es ya realidad.

Espero verte por aquí. Nos conoceremos.

Fuente: Eclesalia

Descubrir lo encubierto. Cuando las piedras gritan. Por Pbro. Nicolas Alessio

“Para el poder, el secreto no pertenece al orden del abuso; es indispensable para su funcionamiento”

Michel Foucault, Historia de la Sexualidad, 1. La Voluntad del Saber, ed. Siglo veintiuno editores, 2005

 

El pronunciamiento del Grupo Angelelli a favor del Matrimonio Igualitario, entendiendo que la homosexualidad no es ni enfermedad, ni delito, ni pecado, quitó el velo al pretendido “pensamiento único” del magisterio vaticano en general y del episcopado argentino en particular.

Quitar este velo, haciendo pública nuestra posición, fue considerado un delito, por eso la “pena” aplicada se justifica afirmando: “Ha divulgado por escrito y de palabra por los medios de comunicación en contra del magisterio eclesiástico” (Proceso Penal Ordinario Prot. 22/2010).

Desnudar ante la opinión pública, que en el mundo católico existen diversas, plurales y a veces contrapuestas opiniones, reflexiones y sentires merece el juicio y la sanción. Los obispos argentinos saben absolutamente que existen estas posiciones disímiles en el seno del pensamiento cristiano y católico. Lo que desato el “proceso penal” es que estas posiciones fueran “divulgadas”. Si se mantenían ocultas, subterráneas, silenciadas, no se hubiera iniciado el juicio canónico. Para esta jerarquía eclesial, mantener en “secreto” estas voces distintas, “es indispensable para su funcionamiento” .

Es cierto, en la medida que quieren seguir siendo poder en el peor de los sentidos del término poder. Algo similar en aquella escena del domingo de ramos, cuando los jerarcas judíos le pidieron a Jesús que hiciera callar a sus seguidores, la respuesta fue contundente: “…si estos callan, gritaran las piedras”. Las piedras están gritando y no dejarán de hacerlo.

 

Solidaridad con Nicolás Alessio. Por el Secretariado de los Curas en Opción por los Pobres

Por el Secretariado de los Curas en Opción por los Pobres *

Como Secretariado del grupo de Curas en la Opción por los Pobres de la Argentina, y ante la sanción aplicada a nuestro hermano y compañero Nicolás Alessio, quisiéramos hacer llegar brevemente nuestra opinión.

En primer lugar, nos queremos solidarizar clara y fraternalmente con Nico en este momento difícil que –sabemos– está viviendo.

Lamentamos, además, la falta de diálogo; algo que tantas veces desde las mismas cúpulas eclesiásticas se ha alentado, no parece haberse aplicado en este caso.

Lamentamos que se dé a la sociedad una imagen de intolerancia y crispación, en momentos en los que se proclama la tolerancia, el respeto al que piensa distinto y el llamado al encuentro. Suponemos que lo que se pide a las instancias políticas hacia afuera debería vivirse alegremente también hacia adentro.

Lamentamos que se sancione tan duramente a un hermano, remitiéndose a la doctrina y al magisterio, y no se actúe por lo menos con la misma “vara”, o sin dudas, mucho más severamente, ante los casos de miembros de la Iglesia condenados por los poderes independientes de la República por crímenes de lesa humanidad, o abuso de menores y pederastia.

Lamentamos, finalmente, que en algunos ambientes eclesiásticos se transmita un mensaje a la sociedad civil orientado a ser severísimos e intolerantes en temas ligados a la moral sexual y no se mire y actúe con mucha mayor firmeza ante las torturas, la desaparición forzada de personas, los abusos de menores, los empresarios cómplices de modelos económicos genocidas de lucro infinito y egoísta, que envenenan la tierra y las aguas, que mienten a la sociedad desde los medios hegemónicos de comunicación o esclavizan seres humanos desde empresas textiles y agropecuarias, tantas veces solidarias con algunos sectores eclesiásticos a través de limosnas o asesorías.

Como curas en la opción por los pobres, queremos repetir nuestra solidaridad con Nico, e invitar a las autoridades eclesiásticas a revisar sus actitudes y buscar hasta las últimas consecuencias modos de obrar más semejantes al Evangelio y al Reino. Creemos que siempre “otro modo de ser Iglesia” es posible, en especial en momentos en que ser “seguidores del Nazareno” es un desafío fascinante, y no se manifiesta fácil resultar una “Iglesia creíble” al modo de Jesús.

* Grupo coordinado por Eduardo de la Serna. Nicolás Alessio fue echado por defender el matrimonio igualitario.

 

¿DIÁLOGO EN LA IGLESIA CATÓLICA? Carta de P. Victor Acha al Obispo.

Tomado de la carta enviada por el padre Víctor Saulo Acha al Arzobispo, en el mes de febrero

Escribo estas líneas a propósito de la situación planteada en ocasión de mi retiro de la actividad parroquial. Este retiro estaba acordado con el Arzobispo cuando me pidió hacerme cargo de la Pquia. Ntra. Sra. del Valle, La Cripta, en el año 2006.

Desde que el Padre Carlos Ñañez se hizo cargo de la arquidiócesis pareció que comenzábamos un proceso de participación, de integración, de diálogo que había sido poco frecuente entre nosotros y que por cierto nos alegró. Poco después sacerdotes y laicos vimos con agrado cuando el Arzobispo pidió colaboración para entregar una carta pastoral a la arquidiócesis en un Adviento ya lejano. Así hubo muchos signos prometedores de una pastoral diferente.

En lo que a mi respecta, durante años expresé mi adhesión a las propuestas del Plan Pastoral, he colaborado en semanas del clero (no sin inconvenientes), he acercado sugerencias, fui llamado a colaborar con el Vicario de Pastoral, P. Walter, se me pidió exponer en algún encuentro diocesano, etc. Y cuando personalmente o con otros creímos necesario sugerir cambios, poner acentos, cambiar algún esquema, también lo expresé.

Parece que todo esto no significó mas nada, desde el momento en que me permití disentir con expresiones de algunos Obispos (a propósito de la Ley de Matrimonio igualitario) en una cuestión absolutamente opinable y frente a la cual la Iglesia tenía la oportunidad de mostrar su equilibrio, acentuando por un lado los principios que considera importantes y por otro mostrando su apertura para buscar caminos nuevos para la integración y el crecimiento humanos.

En varias ocasiones el Arzobispo ha manifestado que tiene presiones, y que peligra el camino pastoral que está en marcha en la Arquidiócesis. ¿De qué hablamos? ¿Qué puede temer el Arzobispo? ¿Quién puede presionarlo si cree que cuenta con la fortaleza del Espíritu? ¿Quién puede cuestionar los procesos participativos que el obispo quiera instalar en su diócesis?

La más antigua teología y práctica eclesial nos dicen que el Obispo tiene plena autoridad en su diócesis. Nadie de fuera, puede cuestionar su autoridad en asuntos que hacen a su ministerio pastoral. Ninguna institución de la Iglesia se sitúa por encima del Obispo en lo que concierne a sus decisiones pastorales.

¿La necesaria “comunión episcopal” que le une al resto de los obispos, significa algún modo de sumisión? ¿El Obispo tiene que condicionar sus decisiones a la palabra o el pensamiento de otros obispos? Aún los documentos, expresiones y criterios de la Conferencia episcopal no son  vinculantes, si bien son asumidos en razón de la comunión de todos. Pero obrar en comunión no significa no pensar, no opinar, no buscar, no expresar diferencias, acentos, puntos de vista que en conciencia se consideran válidos.

La fisonomía jerárquica y de sentido verticalista que muestra la Iglesia Católica, tiene más de mundana que de evangélica y aunque tiene siglos desarrollando ese estilo de autoridad, debe ser revisada y adaptada a la realidad del mundo actual y siempre buscando coherencia con el Evangelio, que es el criterio supremo de la fe y de la práctica cristiana.

Esto no es una reflexión aislada ni original, en parte es doctrina tradicional y en parte es el pensamiento de teólogos de reconocida autoridad, al menos desde que el ya olvidado Juan XXIII tuvo la ocurrencia de decir que había que dejar entrar aires nuevos en la Iglesia y sacar el polvo acumulado desde siglos en sus estructuras.

A esta altura de la historia ¿tienen sentido las posturas conservadoras que pretenden mantener el statu quo sin buscar caminos nuevos en lo que concierne al ejercicio de la autoridad? ¿A dónde va a terminar una Iglesia que siga apelando a ese tradicional recurso de la autoridad para señalar un único camino y opciones más corporativas que fieles al Evangelio? ¿Es que la Iglesia no puede incorporar de una vez, formas sanas y hace tiempo aceptadas socialmente de  participación, cuando se trata de la designación de obispos y sacerdotes?

He planteado al Arzobispo que el Padre Pedro Torres, propuesto como futuro párroco no me parece la persona indicada y también que no comprendo por qué no fui consultado respecto al posible sucesor, ni se pensó en dialogar con la comunidad al respecto. El obispo, los sacerdotes y laicos somos parte de una misma institución, de un mismo proyecto y creo que aceptamos un mismo evangelio que nos señala un modo de relaciones que exceden los marcos institucionales, porque se vinculan con lo fraterno, lo solidario, lo participativo.

Aquí no se trata de una actitud contra el padre Torres, solo opinamos (la comunidad y yo) que sus opciones pastorales difieren de las nuestras y que cada persona es adecuada o no, para determinada circunstancia ó ámbito. Son incontables en esta y otras diócesis los casos de cambios semejantes que terminan desarmando comunidades, enfrentando a unos con otros y produciendo heridas y rupturas que solo consiguen el alejamiento de muchos, cuando nuestra misión es integrar y nunca dispersar. Por eso hemos reclamado ser escuchados

¿Acaso la consulta amplia, la opinión de las bases, el criterio de los protagonistas menoscaba la autoridad de quien tiene que decidir? ¿No es mejor el diálogo oportuno y con todos,  que tener que afrontar situaciones conflictivas e indeseables que dejan heridas a veces insalvables?

Laicos representantes de la comunidad han hablado al respecto con el Arzobispo y también con el Padre Torres, pero parece que la decisión es inamovible.

Nos preguntamos ¿la intención será desarmar esta comunidad, desalentar nuestro estilo participativo e inclusivo, ajustar los proyectos a un modelo de pastoral tradicional?

De ser así ¿Porqué acallar las voces que matizan los discursos oficiales? ¿No es una riqueza asumir la diversidad en el conjunto de una diócesis? Hay mucha gente que adhiere a una pastoral tradicional, de conservación, de sacramentalismo y devociones, pero en el escenario de esta sociedad del siglo XXI, en el escenario de nuestro país y en el de Córdoba, muchos alentamos otras opciones pastorales.

Aquellas y estas opciones diferentes contribuyen a sumar, a integrar lo diverso, a fomentar la convivencia de lo diferente. ¿No se parece esto a lo que hizo, propuso y pretendió Jesús, incluyendo a todos, aceptando a los que eran rechazados en su tiempo, planteando una experiencia religiosa diversa en ciento ochenta grados a lo establecido en aquella sociedad?

Superemos los miedos, compartamos nuestras dudas, seguridades y expectativas, busquemos juntos, escuchémonos sin prejuicios. Solo eso podrá salvar a nuestra Iglesia de quedar reducida a una secta, o de ser una más de tantas obsoletas monarquías, cáscaras sin contenido significativo.

Cada día es mayor el descrédito del Vaticano, de muchos obispos de Argentina y de otras latitudes y no por calumnias, sino porque sus expresiones, sus actitudes, son muchas veces extemporáneas, cuando no anacrónicas u obsoletas. Y porque además ha quedado patente que el pecado está tanto dentro como fuera de la Iglesia y esto no puede ser de otro modo, porque esa es la condición humana. Asumamos con sencillez y humildad y sin arrogancias lo que somos. Porque es tan cierto nuestro pecado, como lo debe ser nuestra vocación para proclamar oportuna o inoportunamente el Evangelio de la vida, superándonos desde nuestras limitaciones.

Todos debemos leer “los signos de los tiempos” y revisar con sinceridad y sin prejuicios ¡tantas! expresiones y acciones que no hablan de una Iglesia enteramente fiel al Evangelio. Hay que transformar una Iglesia que pretende defender siempre el orden establecido, atender a quienes le halagan el oído y dicen amen a cualquier propuesta, para quedar bien con todos, menos con los que piensan, opinan y proponen. Hay que transformar una Iglesia que piensa más en la defensa de sus instituciones epocales que en su irrenunciable misión profética. Esto es misión de todos los que decimos seguir a Jesús de Nazaret.

Entonces, para ser una Iglesia que escucha, que atiende, que asume a todos y a todos propone el diálogo adulto y maduro, aceptemos al interior de nuestra comunidad diocesana, la diversidad y el pluralismo.

La cuestión planteada en La Cripta no está cerrada, pues lo que hoy es un hecho puntual de esta comunidad, o bien nos lleva a buscar caminos nuevos en las relaciones pueblo autoridad, o las soluciones sin el diálogo y la participación serán ficticias y harán daño a todos.

PADRE VICTOR SAULO ACHA

 

 

INFORME SOBRE EL CONFLICTO EN LA CRIPTA

Leído en las Misas del 12 y 13 de marzo

Es de todos conocido que a lo largo de dos meses tanto el P. Víctor como representantes de los Consejos pastorales, tuvieron comunicaciones por carta y entrevistas con el Arzobispo y también con el designado P. Pedro Torres.

¿Qué está en juego con la llegada de un sacerdote que no comparte los lineamientos teológicos y pastorales que han orientado desde hace décadas el ser y hacer de La Cripta?:

–      Está en juego que La Cripta continúe siendo una comunidad que funda su pensamiento y su acción en los postulados del Concilio Vaticano IIº y en la Teología más avanzada desarrollada a partir de entonces;

–      Está en juego esta parroquia donde se puede integrar todo el que busque sinceramente crecer como buena persona y como creyente fiel al Evangelio de Jesús;

–      Está en juego este espacio donde no hay exclusiones; donde no hay exigencias pastorales que alejan a quienes no se ajustan a modelos convencionales; donde no se imponen condiciones ni trabas para que las personas accedan a los sacramentos o se integren en tareas comunitarias;

–      Está en juego poder participar de una liturgia sin acartonamientos, ni apego a las rúbricas, de carácter festivo y donde se tiene como eje vertebral el Anuncio del mensaje, partiendo no de los dogmas sino de las realidades humanas que vivimos todos los días las personas;

–      Está en juego el legítimo derecho que tiene esta y cualquier otra comunidad a opinar respecto al sacerdote que se hará cargo de conducir la animación de la comunidad;

–      Está en juego todo aquello por lo que todos ustedes participan de esta comunidad y no de otra.

Por eso en la Asamblea celebrada el pasado 26 de febrero se decidió casi por unanimidad “NO ACEPTAR”, el nombramiento propuesto por el Arzobispo. Y el jueves pasado la Comisión constituida a efectos de decidir las acciones a seguir, ha resuelto lo siguiente:

  • Ratificar una próxima Asamblea que tendrá lugar el sábado 2 de abril y a la cual estamos todos convocados;
  • Notificar al Arzobispo y a sus Vicarios que habiendo intentado por la vía  del diálogo acordar acerca del futuro párroco y sin tener resultados satisfactorios, a partir de ahora hacemos pública la situación a través de todos los medios que sea posible;
  • Participar en la Jornada Arquidiocesana del sábado 12 (asisten mas de 1000 personas, delegados de todas las Parroquias de la Arquidiócesis) y repartir a todos un breve volante dando a conocer nuestra situación y disposición al diálogo;
  • Se organizará un evento masivo al que convocamos con la consigna: “ABRAZO A LA CRIPTA”, cuyas características daremos a conocer próximamente;
  • Convocar a toda la gente que está vinculada a La Cripta ya sea en las Misas, como en los distintos Grupos parroquiales, en la Catequesis, en el Grupo Scout e igualmente a familias y vecinos relacionados con nuestra comunidad para participar en dicho Abrazo que concretaremos en el fin de semana entre el 8 y 10 de Abril.

 

El amor entre Clara y Francisco de Asís. Por Leonardo Boff

Francisco (†1226) y Clara (†1253), ambos de Asís, son dos de las más queridas figuras de la cristiandad, de las cuales podemos realmente enorgullecernos. Los dos unían tres grandes pasiones: por Cristo pobre y crucificado, por los pobres, especialmente los leprosos, y del uno por el otro. El amor por Cristo y por los pobres no disminuía en nada el amor profundo que los unía, mostrando que entre las personas que se consagran a Dios y al servicio de los otros puede existir verdadero amor y relaciones de gran ternura.

Hay entre Francisco y Clara algo misterioso que conjuga Eros y Ágape, fascinación y transfiguración. Los relatos que se conservan de la época hablan de los encuentros frecuentes entre ellos. Sin embargo, «regulaban tales encuentros de manera que aquella divina atracción mutua pudiese pasar desapercibida a los ojos de la gente, evitando rumores públicos».

Lógicamente, en una pequeñísima ciudad como Asís todos sabían todo de todos. Así, también del amor entre Clara y Francisco. Una leyenda antigua se refiere a esto con tiernísimo candor: «En cierta ocasión, Francisco había oído alusiones inconvenientes. Fue a Clara y le dijo: ¿Has oído, hermana, lo que el pueblo dice de nosotros? Clara no respondió. Sentía que su corazón se iba a parar y que si decía una sola palabra más, lloraría. Es tiempo de separarnos, dijo Francisco. Ve tú delante y antes de que caiga la noche habrás llegado al convento. Yo iré solo y te acompañaré de lejos, según me conduzca el Señor. Clara cayó de rodillas en medio del camino, poco después se repuso, se levantó y siguió caminando sin mirar hacia atrás. El camino atravesaba un bosque. De repente, ella se sintió sin fuerzas, sin consuelo y sin esperanza, sin una palabra de despedida antes de separarse de Francisco. Aguardó un poco. Padre, le dijo, ¿cuándo nos veremos de nuevo? Cuando llegue el verano, cuando vuelvan a florecer las rosas, respondió Francisco. Y entonces, en aquel momento, sucedió algo maravilloso: parecía que hubiera llegado el verano y miles y miles de flores irrumpían sobre los campos cubiertos de nieve. Tras el asombro inicial, Clara se apresuró a coger un ramillete de rosas y lo puso en las manos de Francisco». Y la leyenda termina diciendo: «A partir de ese momento Francisco y Clara nunca más se separaron».

Estamos ante el lenguaje simbólico de las leyendas. Son ellas las que guardan el significado de los hechos primordiales del corazón y del amor. «Francisco y Clara nunca más se separaron», es decir, supieron articular su mutuo amor con el amor a Cristo y a los pobres de tal forma que era un solo gran amor. Efectivamente jamás salió uno del corazón del otro. Un testigo de la canonización de Clara dice con grazie que a ella Francisco «le parecía oro de tal forma claro y luminoso que ella se veía también toda clara y luminosa como en un espejo». ¿Se puede expresar mejor la fusión de amor entre dos personas de excepcional grandeza de alma?

En sus búsquedas y dudas ambos se consultaban, y buscaban un camino en la oración. Un relato biográfico de la época cuenta: «Una vez, Francisco, cansado, llegó a una fuente de aguas cristalinas y se inclinó a mirar durante largos instantes esas aguas claras. Después, volvió en sí y dijo alegremente a su íntimo amigo fray León: Fray León, ovejita de Dios, ¿qué crees que vi en las aguas claras de la fuente? La luna, que se refleja ahí dentro, respondió fray León. No, hermano, no vi la luna, sino el rostro de nuestra hermana Clara, lleno de santa alegría, de suerte que todas mis tristezas desaparecieron».

Ahora en 2011 se celebran los 800 años de la fundación de la Segunda Orden, las Clarisas, por Clara. El relato histórico no podría estar más cargado de densidad amorosa. Francisco convino con Clara que, bellamente ataviada, la noche del domingo de Ramos huyese de casa y viniese a encontrarlo en la capillita que había construido, la Porciúncula. En efecto, ella huyó de casa y llegó a la iglesita donde estaban Francisco y sus compañeros con antorchas encendidas. Alegres, la recibieron con aplausos y con inmenso cariño. Francisco le cortó sus hermosos cabellos rubios. Era el símbolo de su entrada en el nuevo camino religioso. Ahora eran dos en un solo y mismo camino y hasta hoy «nunca más se separaron».

 

Sancionar para mantenerse. Por Guillermo “Quito” Mariani

Ha adquirido publicidad en los últimos días, y ha sido motivo de inquietud para muchos, la decisión tomada por el Arzobispado de Córdoba, como resultado de un juicio eclesiástico iniciado contra el padre Nicolás Alessio por expresiones públicas contrarias al criterio oficial de la Iglesia en el asunto de la ley de matrimonios igualitarios. La sanción le prohíbe el uso del ministerio sacerdotal, y lo priva del oficio de párroco que había ejercido en San Cayetano.

Hay un proceso canónico detrás de esta sentencia. Un  “abogado de oficio” ejerció supuestamente la defensa del Pbro. Alessio. Esto me hace recordar mi caso, en que habiendo el equipo jurídico que me defendía, apelando finalmente a la Signatura Apostólica, este Supremo tribunal vaticano exigió, además de un depósito previo de 1.800 euros, la elección en una lista de abogados residentes en Roma y aprobados por la Santa Sede, de quien debía defenderme. Ya los costos fueron motivo suficiente para no aceptar  pero, sobre todo, esa condición de que nombrara un abogado del entorno curial que no tenía noción de quién era yo para que me defendiera me pareció aberrante. No sé si esto sucederá en muchos casos en el orden civil. Pero de todos modos, la defensa por parte de quien está complicado con la acusación, no puede considerarse auténtica sino sólo “pro forma”- De modo que aquí no hubo diálogo ni oportunidad de apelación a la justicia, sino exclusivamente decisión autoritaria y hasta caprichosa.

En segundo lugar, hay que advertir que esta aparatosa decisión del poder, supuesto o añorado, por la jerarquía eclesiástica, no tiene efectos reales ni sobre la libertad  de los sancionados que siguen siendo ministros ordenados, ni sobre los cristianos que optan por acogerse a su ministerio, como fue en las primeras comunidades. Sólo queda restringida la anotación canónica de los sacramentos dispensados en esas circunstancias. Muy distinto por supuesto de lo que sucedía en tiempos de la Inquisición con cárceles, exilios, torturas y condenas a la horca o la hoguera.

Tengamos en cuenta, igualmente, que esa objeción, muy clara a primera vista, “si no están de acuerdo con las reglas de la institución ¿por qué no la dejan del todo y dejan de preocuparse por que cambie? Es el mismo argumento que Tradición Familia y Propiedad esgrimía en Brasil durante la dictadura militar que derrocó a Joao Goulart. “Amelo o déjelo” Si no les gusta este país así con sus reglas como están, ¡váyanse a otra parte!- Frase que copiaron aquí para poner letreritos en los parabrisas, los que apoyaban la dictadura militar. Pero los que no se iban, argumentaban: ¡es mi país! Es mi espacio heredado y adoptado! Además de no tener por qué abandonarlo, tengo pleno derecho y hasta obligación de exigir y luchar por que cambie lo que lo desfigura.

Que, en el caso de la Iglesia católica, que se dice la única fundada por Jesús de Nazaret, es todo aquello que contraría su norma suprema y elemental de fe y conducta: el Evangelio. Eso que quiso recuperar el Concilio Vaticano II y que con Benedicto XVI se está alejando cada vez más, devorado por una institución sostenida por la tradición tridentina, las finanzas y el poder monárquico. ¿Por qué entonces la actitud del Arzobispo Ñáñez? Sólo para mantenerse en el poder sin ser desplazado por la calificación de timorato o indeciso para jugarse por la Iglesia.

Finalmente, no hay que desconocer que, en la actualidad, son tantos y tan meritorios, humana y evangélicamente los sancionados/as (pastores obispos y párrocos, laicos y catequistas, teólogos, biblistas, y moralistas) que en ellos está renaciendo la verdadera comunidad de Jesús. No somos enemigos infiltrados, somos humildes defensores de la causa plenamente humanitaria de Jesús de Nazaret.

José Guillermo Mariani (pbro)

 

 

Más Cristianismo y Menos Catolicismo. Por Raul A. Perez Verzini

“La burocracia vaticana impone legalmente lo que no puede razonar teológicamente. A falta de argumentos, el gobierno imperial recurre a la fuerza. Los medios resultan conocidos. Son las medidas violentas de silenciar y excluir.”

Elisabeth Schüssler Fiorenza
(Exégeta y Teóloga Feminista de la Universidad de Harvard)

 

Más cristianismo y menos catolicismo fue la consigna más aplaudida en la asamblea parroquial del pasado 24 de Febrero, donde se votó masivamente el rechazo a la imposición autoritaria del obispo Ñañez de un párroco que no responde a las opciones de la parroquia.

Más cristianismo, es decir más evangelio. Menos Catolicismo, es decir menos institución eclesiástica.

No es que no queramos institución. La organización es necesaria, pero esta no puede ni debe estar por encima del espíritu del evangelio.

La práctica eclesial, sin embargo, está cada vez más centrada en la iglesia y menos en el evangelio. Es por eso que son cada vez más los laic@s y pensadores que hartos de tanta incoherencia se levantan para mostrar que otro cristianismo es posible.

Por eso el fenómeno de La Cripta es valioso. Representa un símbolo de una manera más creíble de ser cristian@s. Y por eso lo defenderemos de aquellos que están deseosos de hacerlo desaparecer.

No somos, como a algunos les gusta creer, un puñado de rebeldes politizados. Se trata de un enorme movimiento mundial de personas de distintas matrices culturales y extracciones políticas que coinciden en la importancia de volver al Evangelio.

Más cristianismo y menos catolicismo es la característica de la comunidad de La Cripta que, aunque no siempre consciente, ha ido caminando en una progresiva fidelidad a las ideas del evangelio apartándose de todo lo que huela a excesiva institución.

Ante la estrategia de destrucción de esta experiencia de 45 años por parte del obispado, se está esgrimiendo el argumento de que somos intolerantes y que no queremos darle una oportunidad al sacerdote impuesto. La respuesta es muy simple: No se trata ni de dar una oportunidad ni de negarla.

Esta comunidad tiene una historia y un proyecto. De ese proyecto se desprenden las responsabilidades que un párroco debe cumplir y de esas responsabilidades, surgió un perfil de párroco requerido. Así de simple, como lo hace cualquier organización sana.

Imaginen que se necesita cambiar un gerente y los responsables de tal cambio deciden imponer un candidato que no cumple los requisitos básicos. ¿Cuáles serían las consecuencias?

Se me ocurren como mínimo dos:

  1. El responsable de su designación sería seriamente cuestionado por incompetente. A nadie en su sano juicio se le ocurre nombrar un responsable de un área sin consultar primero con los involucrados el perfil requerido para el puesto.
  2. La misión y los objetivos organizacionales correrían un serio riesgo de verse truncados por la incompetencia del candidato. Ser incompetente para un puesto no tiene nada que ver con ser buena o mala persona. Si a mi me ponen de médico de un hospital seguramente mataré a más de un paciente. No porque sea mal tipo, sino porque soy ingeniero no médico.

Imagínense la cara de los pacientes, si ademas de poner a un ingeniero al frente de cirugía le dijéramos que es porque se trata de darle una oportunidad.

“Mire señor paciente, no sea intolerante! Es cierto, este muchacho es ingeniero no médico, pero es un gran tipo. Déle una oportunidad. Deje que lo opere. Deje de lado la ideología!. Eso sí, si le va mal después se lo cambiamos.”

En el ámbito institucional, a nadie relativamente cuerdo se le ocurriría argumentar que es de poco tolerantes no darle la oportunidad a un candidato que no cumple los requisitos del puesto. Sencillamente se lee el CV, y si no contiene lo básico, directamente se busca otro candidato.

En nuestro caso, hasta tuvimos la delicadeza de ir a hablar personalmente con el candidato y en la entrevista confirmó que no está de acuerdo con varias de nuestras opciones. Es decir, él mismo reconoció que no cumple el perfil.

¿Por qué tanto lío entonces? Es más, ¿por qué centrar en esa persona el problema? El problema no es el candidato, aun cuando venga impuesto por el ordinario del lugar.

El problema está en quien es responsable de selección personal y en sus métodos muy pocos apegados a las buenas prácticas organizacionales.

Intentar reducir el planteo a un problema con el candidato impuesto es ingenuo y manipulador. No tenemos nada contra el candidato. Es más, pudimos verificar que en su lugar es muy exitoso. ¿Por qué entonces privar a esa hermosa comunidad de alguien querido y seguramente adecuado para su proyecto?

Nuestra parroquia viene asumiendo compromisos muy concretos desde hace muchísimos años. Antes fue en contra de la dictadura militar, cuando de hecho la iglesia institución era cómplice. Hoy los desafíos son otros, pero también queremos ser una voz razonable y creíble en medio de tanto taliban suelto.

Por eso nos hemos puesto a estudiar para tratar de madurar nuestra fe y superar la catequesis infantil. Esto nos ha llevado a mantener contacto con teólogos y biblistas de vanguardia que nos ayudan a entender mejor el mensaje del evangelio.  Es decir, a ser más cristianos (=evangelio)  y menos católicos (=integristas y dogmáticos)

De hecho, algunos ejemplos concretos de las consecuencias de acercarnos más al cristianismo son:

  • Apoyo explícito a las leyes de fin de la impunidad.
  • Apoyo a la ley de matrimonio igualitario
  • Apoyo a la Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal, seguro y gratuito para no morir (según la consigna de Católicas por el Derecho a Decidir)
  • No discriminación en los sacramentos: divorciados, gays, madres solteras, parejas irregulares, etc. Bautismos sin importar la condición religiosa o legal de los padres.
  • La renovación de la liturgia. Cantos del cancionero popular, comunión bajo las dos especies, etc.
  • Participación activa de las mujeres en los puestos de liderazgo de la parroquia.
  • Participación de los laicos en la toma de decisiones. El Consejo Pastoral como órgano último de conducción de la comunidad dado que el párroco es temporario pero la comunidad permanece.
  • La homilía basada en la reflexión teológica, antropológica y exegética actual y no sólo en la repetición monótona y literalista del texto bíblico.
  • Centralidad en el mensaje de Jesús y no tragarse acríticamente lo que dice la iglesia institucional.
  • Promoción de la formación teológica y exegética de los laicos con pensadores sobresalientes como Ariel Álvarez Valdés.
  • Renovación de los sacramentos. Enfasis en la reconciliación comunitaria y no en la confesión individual. Etc, Etc.

Y por supuesto, todo SI, implica un NO.

Por eso, Quito Mariani fue tajante en no permitir la participación en la parroquia de grupos conservadores de talante integrista como Opus Dei, Legionarios de Cristo, Cursillos de Cristiandad, etc. Y en no promover prácticas supersticiosas como la mayoría de las devociones marianas.

 

¿Hay algún cura en esta línea? Será bienvenido a La Cripta.

¿No hay ninguno? No hay problema. Seguiremos haciéndonos cargo de las distintas actividades y celebrando la eucaristía con los múltiples curas que siempre y gentilmente nos acompañan.

Es cristianismo versus catolicismo. Cristianismo como centralidad en el mensaje del evangelio, leído críticamente y no de manera fundamentalista. Catolicismo como esa reproducción anacrónica del imperio romano centrada en la institución. Y cuya “tolerancia y respeto por lo diferente” son tan reconocidos en el mundo actual que no merece comentarios.

Exigimos un cura que comparta nuestro proyecto comunitario. Y eso no se negocia.

Una cosa debe quedarnos clara: La conciencia por encima de la institución.

Y ojo que no lo digo yo, lo dice un tal Ratzinger.

Paz y Bien

Ing. Raul A. Perez Verzini

Desde dónde partirán las flechas envenenadas. Por Guillermo “Quito” Mariani

El discurso de la Sra. Presidenta,  inaugurando un nuevo período do legislativo, una vez más deslumbró  por la muestra de agilidad mental,  profundización de cada uno de los temas y firmeza en la presentación de sus decisiones. Sin improvisación,  sin papel, pero con un manejo admirable de la expresión, la palabra y el pensamiento, se trató, aunque muchos no quieran reconocerlo, de un acontecimiento poco acostumbrado en todas las exposiciones de otros presidentes en las mismas circunstancias.

Pero, indudablemente, la sinceridad cruda con que trató varios problemas le acarreará muchas agresiones. Partirán flechas envenenadas desde muchos lados.

Y se explica, porque:

¿Cómo pudo afirmar la presidenta, que desde la Rosada es el gobierno y no las corporaciones las que gobiernan? ¿Qué corporaciones? ¿La del campo agroexporatador, la minera, la eclesiástica, la petrolera? ¿Existen acaso esas corporaciones? Y si existen, ¿son capaces de imponer sus propias decisiones y hacer prevalecer sus intereses particulares? Desde allí seguramente vendrán muchas flechas ensayando puntería definitoria.

Y ¿no fue  un atrevimiento anunciar la prolongación del subsidio universal  por hijo a las mujeres embarazadas? ¿Cómo le va a caer esto a la iglesia oficial que nunca ha hecho nada positivo para disminuir los abortos, o a los portales de Belén, que se benefician con el amparo a las madres solteras alquilándolas después para tareas domésticas? ¿no se está usando así NUESTRO dinero para fomentar la promiscuidad?  Es otro rincón del que partirán flechas envenenadas y muy penetrantes (porque se humedecen con lo sagrado).

Pero el colmo del desafío fue hablar de una ley para impedir el lavado de dinero que tarda en definirse porque muchos de los que deben aprobarla, no tienen las manos suficientemente lavadas. Como en la reacción ante la estatización de las AFJP los capitales espúreos y los buitres lanzarán picotazos desesperados.

Hay  denuncias dolorosas. La del trabajo esclavo por parte de las grandes empresas graníferas, que es parte de un panorama todavía muy incompleto y se está tratando de ocultar rápidamente como el caso de las millonarias evasiones impositivas. La de la complicidad de gremialistas que debieron defender a los trabajadores y se entretuvieron en otros menesteres.  La resistencia a la nueva ley de trabajo rural que trata de recuperar y actualizar el famoso “estatuto del peón”. Todo esto constituye un baldón muy grande para esas firmas poderosísimas y con raíces internacionales. ¿Podrá el gobierno resistir a las tremendas presiones que se originarán en esos sectores?

Finalmente la prometida ley de propiedad de la tierra que pondrá límites a la rapiña de los que aprovechándose de la necesidad de los propietarios compran por monedas realizando negocios gigantescos. Se trata también de grandes capitales internacionales que reaccionarán agresivamente.

Una lluvia de flechas envenenadas partirán seguramente desde todos estos rincones y hay que estar preparados para esquivarlas.