Simplicidad polémica. Por Guillermo “Quito” Mariani

 “Si el Dr. Gasbarri, mi amigo, insulta a mi mamá puede esperarse un puñetazo”.

En el contexto de un rechazo de la actitud de venganza asumida por los inspiradores y ejecutores del atentado contra Charlie Hebdo, la revista satírica francesa, me llamó la atención este ejemplo familiar y hasta cálido para señalar los límites que ha de tener la libertad de expresión. “No se puede insultar ni tomar el pelo frente a una postura religiosa. Como no se puede insultar a la madre, sin esperar una reacción violenta”

Los comentarios posteriores abrieron mi inquietud de análisis del por qué de tantas reacciones adversas a ese pasaje del reportaje al Papa Francisco I, durante su viaje a Filipinas.

Pienso primero que hay que advertir la espontaneidad y apertura del Papa para responder la requisitoria periodística. Esa espontaneidad pareciera argumento suficiente para descartar toda interpretación desfavorable, al ejemplo aducido por el pontífice.

Recordé algo muy frecuente en mi niñez. Cuando en la escuela primaria dos chicos se peleaban y los demás lograban sacarlos del “puñetazo va y viene”, la maestra convocada, comenzaba su admonición correctora y uno de los chicos explicaba: “¡él me insultó la madre!” Ya sabemos de qué insulto se trata. Lo escuchamos con frecuencia hasta en las asambleas legislativas. Y así justificaba su agresión.

Y es muy cierto que la burla o insulto a lo que queremos o consideramos recto y verdadero nos conmueve profundamente. Pero no explica el recurso a un mal mayor que es la venganza violenta, con lo que empieza el crecimiento de lo que Helder Cámara llamó “espiral de la violencia”.

Extraigo de mi memoria otro recuerdo. Allá por los 80, se estrenó una película “La vida de Brian” que aplicaba los episodios de la vida de Cristo, de manera desprejuiciada, pero con gran sentido del humor, a un personaje paralelo, Brian.

En Córdoba la estrenaron en Semana Santa. Del Arzobispado se emitió un mensaje prohibiendo a los católicos ver esa película, que era “gravemente ofensiva al sentido religioso”. Marketing involuntario. Pocos quedaron sin verla. La ridiculización estaba muy bien lograda y medida. A mi juicio una “gran película”. Mucho mejor que la de Mel Gibson que fue vista por miles de alumnos de los colegios católicos a los que habían enviado entradas gratuitas, con autorización del arzobispado.

Lo religioso, que abarca un concepto tan amplio, aparentemente ligado a Dios (del que todos hablan pero nadie ha contactado jamás. Jn.1,18), pero cuya institucionalización carga con una cantidad de objeciones y cuyos intereses han sido y son germen de violentos enfrentamientos y guerras a través de la historia, no tiene por qué quedar al margen de la crítica, del humor, del libre pensamiento y ejercicio en cultos y ritos determinados. PORQUE SE TRATA DE UNA ACTIVIDAD HUMANA (aunque cada sector pretenda hacerla aparecer como divina).

Pero si de algún modo es justificable la indignación, el rechazo, la instrumentalización de recursos para descubrir o destapar el error o el engaño de pretendidos valores, nunca se puede justificar ninguna acción contra la dignidad y el derecho de la vida humana.

Algunos han insinuado ya una interpretación maliciosa del ejemplo aducido por el Papa. Como detrás de cada intervención (de palabra o acción) de quienes ejercen el poder de cualquier nivel en cualquier sociedad, todo el mundo sospecha un doble mensaje, oculto en afirmaciones innegables e inocentes, aquí también se trataría de una actitud defensiva de Francisco. Una especie de “guiño al Islam agresivo” para que no “se las tome” con la Iglesia, el Vaticano o su propia persona. Entre las cosas que se dijo que motivaron la renuncia de Benedicto XVI, se mencionó una amenaza de ese tipo. No creo personalmente que este juicio corresponda a la realidad.

Vivimos en un mundo en que la libertad religiosa y la de expresión están muy lejos de la maduración que exige la convivencia. Quizás no sea posible establecer juicios y pronósticos definitivos. Pero será siempre bueno favorecer la convivencia, interpersonal, familiar, institucional y social.

La cruda realidad. Por Guillermo “Quito” Mariani

¡Francia está estremecida! Cuatro millones de franceses repudian esa venganza traicionera y absolutamente desproporcionada! Y todo el mundo no islámico, se horroriza ante esa injuria a la libertad de expresión y ese fanatismo que lleva a despreciar el valor de la vida humana, la ajena y la propia. Las expresiones de repudio han concentrado millones de hombres y mujeres en los grandes centros del mundo.

Es un testimonio tremendo. Quienes animan la realización de estas acometidas de terror debieran conmoverse frente al rechazo universal de su conducta, sus fanatismos y ambiciones. Pero… concentraciones quizás tan numerosas como estas se realizaron en las principales capitales del mundo rechazando el capricho norteamericano de arrasar Irak. Y en contra de la decisión de ONU, la invasión se llevó a cabo y sus secuelas perduran.

Pareciera entonces que rechazar, denunciar, condenar severamente, concentrar mayorías de resistencia a la violación de los derechos humanos esenciales, lamentarse convencidos de que “es lo que hay” y ya no podemos escaparnos de estas realidades que revelan la presencia de lo más deleznable que puede albergar el ser humano: el odio… tiene que dar lugar a un análisis más profundo que descubra tácticas más eficaces para disminuir, al menos, la frecuencia y lo inhumano de estos acontecimientos.

Y por eso no hay que olvidar los procesos históricos que desembocan en panoramas como el que estamos viviendo. Porque, detrás de todo, hay una especie de aprendizaje social, lento y profundo del que resulta muy difícil liberarse.

 

-Hemos aprendido, primero, que el dominio es más importante que los esfuerzos de comunión. Y en esa carrera emulan la delantera los medios masivos de comunicación que dependiendo de poderosas  empresas internacionales imponen sus intereses manipulando la información en su favor.

-La conciencia de que lo importante es “ganar” ha invadido todas las actividades, el tránsito vehicular, el deporte, las discusiones, la política y es generadora de una cantidad de violencias políticas,familiares, de género y discriminantes.

-Sabemos también que el capital es el factor más importante para calificar a las personas y sociedades, aunque por debajo sigan corriendo manejos sucios contrariando leyes y valores humanos. Y que, si no se aceptan las reglas, incluyendo las delictivas, para lograrlo, estarás permanentemente “en la lona”

-No tenemos duda de que la fuerza de las armas y su venta para dirimir contiendas inventadas, es lo más “convincente” para lograr sujeciones con supremacías

-Nos hemos acostumbrado a que instituciones tan prestigiosas, mayoritarias y piadosas como la iglesia católico-romana, no se hayan privado y aún justificado emprendimientos como las Cruzadas, la Inquisición y otras parecidas, con la convicción de ser absolutamente poseedoras de la salud y la salvación, camino de fanatismos.

-Por encima de todos los convenios y acuerdos internacionales en los organismos creados con ese fin, hemos experimentado que el más fuerte siempre tiene privilegios y termina triunfando.

-Son muy pocos los países que, como Argentina, sin dejar pasar el tiempo hasta el olvido, han llevado a los tribunales a genocidas torturadores y tiranos

-Estamos convencidos de que con todos los discursos y acciones para evitar las alteraciones producidas por las violaciones ecológicas son tomadas en serio por los chicos adoctrinados en las escuelas, los adultos afiliados a diversas agrupaciones defensoras del medio ambiente, pero violadas con secuelas tremendamente dañosas por las grandes industrias de los países que rehúsan a firmar tratados y compromisos concretos.

-No nos llama la atención de que se nos presente a un Dios asesino, que exigió la muerte de su hijo preferido para vengar las ofensas recibidas, y que menosprecie esta vida en favor de otra reservada para los que aceptan el sufrimiento.

TODO ESTO ES LO APRENDIDO-       ¡Y TENEMOS QUE DESAPRENDERLO!,

PARA LOGRAR UN VERDADERO CAMBIO. UNA PAZ QUE NO ESTÉ SIEMPRE PRONTA A ESTALLAR O QUE EXIJA PERMANENTEMENTE ESTAR PREPARANDO GUERRAS!

Algo quizás podamos hacer, fomentando en los jóvenes, desde todos los ángulos, un sentido crítico que vaya desmoronando estas lamentables lecciones, fruto de experiencias sociales repetidas y por eso, condicionadotas de nuestras conductas, con estas terribles consecuencias.

 

 

Huérfanos en vida. Por Guillermo “Quito” Mariani

Así calificó el Obispo de Villa María, Samuel Jofré, en su homilía del 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción de María, a los bebés frutos de “fertilización asistida”, o “fecundación in vitro” o en lenguaje más popular “bebés de probeta”, advirtiendo que estamos permitiendo experimentos que no están de acuerdo con la ley de Dios. Un bebé de probeta no está en el plan de Dios afirmó, y de este modo justificó su calificación. En realidad es un “huérfano en vida”

Y esto, a propósito justamente de la celebración de la fiesta de la Inmaculada Concepción, título de María como patrona de la ciudad. Es de notar que el título de Inmaculada Concepción de María no tiene nada que ver con que haya sido concebida de un modo distinto al normal regido por la comunicación sexual, ni tampoco se refiere para nada a su virginidad. Significa (y es un dogma eclesiástico proclamado a fines del siglo XIX en el Concilio Vaticano primero), que los católicos afirmamos que, desde su concepción en el vientre materno, María no tuvo complicidad alguna con lo que la tradición llamó “pecado original”. Un “pecado original” que no tiene nada que ver con el sexo (a pesar del juicio de San Agustín) sino que como raíz de todos las transgresiones de la voluntad del Dios de Jesús, es el EGOISMO enfrentado y destructor de valor fundamental proclamado por JESÚS para la construcción del reinado de Dios entre los hombres: el AMOR.

Al pecado se refirió el Obispo afirmando que los pecados son origen de todos los males que padecemos. Se refirió particularmente, al consumismo, sin señalar como su origen al sistema capitalista que vivimos, sino a una “modificación del desorden cósmico” haciendo depender su disminución del proceder de cada uno. Luego, quizás para referirse más específicamente a la festividad del día, lanzó esa calificación discriminante de los nacidos con el método de fertilización asistida.

No advirtió -y esto es muy grave- que en el caso de Jesús se produjo (ateniéndonos a la tradición literal y sin demasiada crítica) el primer caso de fertilización asistida! ¿Qué fue un milagro de Dios? Como quiera que sea, Jesús no habría sido concebido en el seno de María gracias a la comunicación sexual con un varón. Jesús sería entonces “un huérfano en vida” Pero, dicen es un milagro! Sin embargo, la calificación de “milagro” (cosa maravillosa) corresponde también a todo el proceso de investigación para llegar la fecundación asistida, fruto del trabajo de una cantidad de científicos que gracias a la voluntad de Dios consiguieron finalmente producir este MILAGRO de la ciencia. Todo el relato bíblico de Mateo que afirma la extrañeza y hasta el desencanto de José ante el embarazo de María, considerando adulterino el fruto de su vientre, se soluciona con un sueño al que José atribuye origen divino para dejar solucionada la cuestión. Porque no es tan fácil admitir la concepción sin el esperma varonil.

Pero nos queda otra inquietud ¿Cómo un obispo elegido con tantas precauciones por parte de la jerarquía eclesiástica completa (clero seleccionado, obispo, nuncio apostólico, Congregación cardenalicia de obispos, confirmación final y nombramiento por parte del Sumo Pontífice) puede permitirse afirmaciones ofensivas, descalificantes y erróneas sin que el episcopado rectifique sus afirmaciones?

Samuel Jofré Giraudo ya declaró públicamente que los juicios a los militares dictadores, torturadores y genocidas, estaban viciados de ambiciones políticas y debían revisare para anular muchas sentencias. Y en esta oportunidad como ahora ¡nadie dijo nada!

Como dato interesante hay que tener en cuenta que Jofré Giraudo ha sido asesor canónico en Arzobispado de Córdoba. Y los méritos logrados en su desempeño, junto al Cardenal Primatesta y al Arzobispo Ñáñez han sido probablemente los motivos de su encumbramiento. Pero su especialidad en derecho canónico no lo ha inclinado nunca a usar esta legislación como lo hicieron por ej. el P. Yorio y Angelelli, a favor y defensa de los derechos de los fieles sino en búsqueda de sanciones y penas para el castigo de toda posible transgresión. Quizás esto constituya una explicación de su proceder y el silencio de sus colegas.

 

 

Fotos. Por Eduardo de La Serna


La foto de varios obispos con Adolf Hitler.

La de obispos con el generalísimo Francisco Franco.

Otro obispo con Benito Mussolini.

Obispo que bendice armas.

Cardenal Cañizares que empieza una celebración con gran atuendo (después de esto fue elegido por Benedicto XVI para presidir el “ministerio” de la liturgia en el Vaticano).

Obispo Mogavero, vestido por Armani.

Obispo Zecca, en cena sibarita.

Monseñor Plaza con “el reverendo Moon” (fundador de la llamada “secta Moon”, al que dio el doctorado Honoris Causa de la Universidad Católica de La Plata).

Monseñor Ogñenovich con su amigo Carlos Menem.

Monseñor Pío Laghi con Videla (y otros).

Monseñor Calabresi con Viola.

Monseñor Tórtolo con Videla y Massera.

Cardenal Aramburu con Videla y Massera.

Cardenal Aramburu con Viola.

Cardenal Primatesta con Videla y Menéndez.

Y están las fotos que no se sacaron: el nuncio paraguayo preparando la caída de Lugo, el cardenal de Honduras, de Santa Cruz (Bolivia), el obispo de Guayaquil (Ecuador) en actitudes destituyentes, monseñor Storni (de Santa Fe, condenado por abuso sexual), monseñor Di Monte jugando al póker en Olivos con Carlos Saúl, monseñor López Trujillo con Pablo Escobar, y varias fotos más que faltan… Alguien debería haberlas sacado.

También está monseñor Bargalló con una mujer.

Adivinanza: ¿cuál es la foto episcopal que supuestamente causa escándalo y tiene al obispo en la cuerda floja?

 

* Coordinador del Movimiento de Sacerdotes en Opción por los Pobres.

 

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-197167-2012-06-25.html

Entrevista a Juan José Tamayo sobre el Congreso de Teología

 El Vaticano es una de las más patológicas encarnaciones del fundamentalismo católico. 

-Un año más, un Congreso más y van…

-Es el XXXI Congreso. Lo venimos celebrando ininterrumpidamente desde 1981 con una participación muy numerosa. El año pasado se inscribieron cerca de 950. En plena crisis religiosa, de avance del ateísmo y de rechazo de la religión, este Congreso es un ejemplo de vitalidad del cristianismo liberador.

-Este año sobre los fundamentalismos. ¿Por qué?

Porque los fundamentalismos, lejos de retroceder, avanzan, más aún, galopan en todos los terrenos y se apropian cada vez de más parcelas de la vida personal y social, religiosa y cultural, política y económica. No hay más que abrir los ojos y comprobar el avance de los partidos xenófobos e islamófobos en Europa, que han entrado en los parlamentos regionales, municipales y nacionales, e incluso en los gobiernos d distintos países, y el fanatismo de no pocos ideólogos y líderes religiosos, que queman libros sagrados de otras religiones, cometen atentados terroristas en nombre de Dios…Por ejemplo, la masacre de Oslo y a los atentados terroristas del 11-S, ambos llevados a cabo por motivaciones religiosas (”en nombre de Dios”).

El fundamentalismo es un fenómeno religioso en su origen, pero se está trasladando a otros ámbitos del quehacer humano. Hay un fundamentalismo político, que es la religión del Imperio; económico, que es la la religión del mercado; el patriarcal, que se traduce en el control del orden social por el varón y la imposición de los “supuestos” valores patriarcales en todos los órdenes de la vida; el cultural, que afirma la superioridad y absolutización de una cultura, en nuestro caso, de la cultura occidental; el científico, cuando la ciencia absolutiza su método de acercamiento de la verdad y lo impone al resto de los campos del saber.

Lo preocupante de los fundamentalismos hoy no es sólo el fenómeno en sí, sino que está instalado en las cúpulas de la mayoría de las religiones, de la política, de la economía e incluso de los Estados, etc. Es una de las más graves patologías de nuestro tiempo.

El papado es la institución fundamentalista por excelencia, que carece de fundamento bíblico y teológico y, por supuesto, no es de institución divina. El Vaticano es una de las más patológicas encarnaciones del fundamentalismo católico.

-Pagola denuncia hoy en RD a los “sectores que se dicen cristianos y se sirven de Internet para sembrar agresividad y odio”

-Pagola habla con fundamento porque es víctima, lo mismo que lo somos otros colegas, de las agresiones verbales de los fundamentalistas. Me parece un denuncia muy pertinente, ya que internet es uno de los cauces de expresión privilegiados de los fundamentalistas, no para debatir, contra-argumentar y dialogar civilizadamente entre posiciones ideológicas diferentes, sino insultar y desprestigiar con descalificaciones gruesas que llevan una fuerte carga agresiva, puede conducir a la violencia, tiene incubado el virus del odio, que extiende a otras personas y sectores. Y lo hacen, no con nocturnidad, sino a plena luz del día, con alevosía, bajo anonimato y la impunidad. Y lo más triste y preocupante es que se trata de correligionarios.

-¿La jerarquía católica alimenta esta dinámica de confrontación entre los diversos sectores eclesiales?

-En cierta medida sí, porque sus posiciones son muy afines con las de los integristas. No hay más que leer algunos documentos y algunas declaraciones papales y episcopales contra la teoría de género, contra el laicismo, contra determinadas leyes aprobadas por los Parlamentos. Me atrevo a hablar de una condescendencia y una complicidad con dichos sectores, a quienes los dirigentes eclesiásticos nunca corrigen, amonestan o condenan, y, frecuencia, amparan y legitiman. Existe una alianza entre la jerarquía católica, el integrismo católico y el integrismo político. En vez de posibilitar el diálogo entre los diferentes sectores católicos, la jerarquía toma partido abiertamente por los grupos citados, que se convierten en confidentes y colaboradores suyos.
Esto no hace fácil el diálogo con los colectivos de cristianos y cristianas, teólogas y teólogos crítico. Los cauces de comunicación de la jerarquía con los movimientos cristianas que defienden la reforma de la Iglesia conforme al concilio Vaticano II están cortados. Y no es sólo incomunicación, sino condenas, anatemas de los obispos y del propio papa a estos grupos. Se está produciendo una ruptura eclesial y una fractura teológica de difícil -por no decir, imposible- recomposición.

La experiencia de nuestros Congresos es emblemática al respecto. Al principio los celebrábamos en locales de instituciones religiosas (Fundación Pablo VI, Colegio Obispo Perelló, Colegio de los Escolapios). Desde hace quince años los celebramos en la Sede de Comisiones Obreras de la Región de Madrid, porque los obispos prohibieron a los directores de los colegios que nos autorizaran el uso de los locales. Durante varios años intervinieron algunos obispos en las conferencias y mesas redondas, donde podían expresar libremente sus opiniones, como el resto de los participantes. Incluso algunos asistieron a título personal. Después, no sólo prohibieron el uso de colegios religiosos, sino que algunos obispos escribieron cartas a los religiosos y religiosas para disuadirlos de asistir.

-¿Es posible que en la Iglesia puedan convivir las diferentes sensibilidades? ¿Cómo?

-Es necesario. ¿Por qué podemos convivir en la sociedad personas y colectivos de distintas tendencias ideológicas, políticas, éticas, etc., y no va a ser posible que esa convivencia se produzca en la Iglesia católica? ¿Cómo? Renunciando a actitudes condenatorias, intransigentes, excluyentes, fomentando el diálogo, la comunicación horizontal, respetando el pluralismo

-Una de las estrellas invitadas es el ex abad Franzoni…

-Franzoni es una de las personas más autorizadas para hablar de “El movimiento restauracionista en la Iglesia y la represión contra los teólogo de y las teólogas”. Fue abad de una de las principales basílicas de Roma, San pablo de Extramuros, y, como tal, con 36 años, participó en el Concilio Vaticano II. Hoy es uno de los pocos padres conciliares en activo. A sus 83 años tiene una lucidez envidiable y conserva el sentido crítico de la época del Concilio. Parece, por ello, la persona indicada para hablar de la involución eclesial, él que la ha seguido muy de cerca, pared con pared con el Vaticano, que la conoce muy bien, que la ha estudiado y sistematizado, que la ha vivido y padecido en su propia carne. ¡Y ha resistido! Nunca tiró la toalla. Todavía hoy sigue trabajando por la reforma de la Iglesia con el mismo empeño de hace cincuenta años, en el seno de las comunidades de base y en sintonía con los movimientos sociales. Es un honor que haya aceptado la invitación y será un privilegio escucharlo. Él sitúa el comienzo del movimiento restauracionista en la Iglesia católica no en los pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI, sino en el propio concilio Vaticano II y Pablo VI. Creo que lleva razón.

-¿Cuánta gente se espera?

El año pasado, como dije, llegamos aproximadamente a mil. Este año esperamos mantener el número de participantes, e incluso incrementarlo.

-Los sectores neoconservadores les acusan a ustedes de ser pocos y viejos y, por lo tanto, condenados a desaparecer…

-Pocos y viejos. Se ve que quienes nos acusan no se han mirado al espejo, ni van a las iglesias los domingos, ni son conocedores de las encuestas. Esa descripción es precisamente la perfecta radiografía del catolicismo institucional. ¿Somos pocos? Depende. Reunir cada comienzo de septiembre, a la vuelta de las vacaciones de verano, a cerca de mil persona desde hace 31 años ininterrumpidamente no parece dar la razón a los críticos. Hay que tener en cuenta que, además, a lo largo del año se celebran Congresos y Encuentros similares en casi todas las regiones españolas. En cualquier caso no se pretende reproducir un cristianismo triunfalista de masas, un cristianismo-espectáculo, sino generar dinámicas de participación y convivencia, crear círculos de diálogo y encuentro, fomentar espacios de reflexión y compromiso. ¿Condenados a desaparecer? Es una profecía que los agoreros vienen haciendo casi desde el principio de la celebración de los Congresos. Y hasta ahora no se ha cumplido. Que sigan haciéndola y sigan equivocándose. Si eso les hace felices… Cada uno se consuela como puede. Nosotros seguiremos a nuestro ritmo año tras año, mientras la gente responda a la convocatoria. Más bien, parece una signo de vitalidad y de resistencia. Ah, y por si alguien no lo sabe, los Congresos se autofinancian con las cuotas de los congresistas; no reciben subvención alguna.

-¿Habrá un recuerdo especial para Enrique Miret, Díez Alegría y Julio Lois?

-Por supuesto. Los tres participaron activamente en los Congresos, fueron miembros muy queridos de la Asociación Juan XXIII desde su fundación, a comienzos de los 80 del siglo pasado, ejercieron el cargo de presidentes, dejaron una huella indeleble en ella por su gran dedicación, su trabajo teológico riguroso, su compromiso cívico y su talante dialogante. Los tres han fallecido en poco menos de dos años: Enrique Miret, el 12 de octubre de 2009; José Mª Díez-Alegría, el 25 de junio de 2010, y Julio Lois, el pasado 22 de agosto. A Miret y Díez-Alegría les recordamos de manera especial el año pasado. Este año le haremos un homenaje a Diez-Alegría con motivo de su centenario (1911-2011). Para Lois tendremos un recuerdo emotivo y dedicaremos un espacio especial para hacer presente su ejemplaridad como cristiano, ciudadano y teólogo.

-¿Hay teólogos preparados y dispuestos a tomar su relevo en el anuncio y en al denuncian profética?

-Las vocaciones teológicas hoy escasean, al menos en el horizonte de la teología crítica, pero no han desaparecido. Todo lo contrario, está surgiendo una nueva generación de teólogos, teólogas y especialistas en ciencias de las religiones, que trabajan con gran rigor metodológico, en diálogo con otras disciplinas, con sentido profético, ubicados en los lugares de marginación y exclusión, y comprometidos con la liberación de los sectores marginados de nuestra. Hay, igualmente un amplio y plural movimiento cristiano de base que están en la base de las nuevas corrientes teológicas y que constituyen su fuente de inspiración. El futuro del cristianismo profético y de la teología liberadora es esperanzador. Es verdad que lo que vemos en el cristianismo institucional es una capa de hielo muy gruesa. Pero debajo del hielo hay agua, que cuando salga a la superficie puede convertirse en un verdadero torrente. Pero hay que ser cautos y no echar las campanas al vuelo. Vivimos tiempos de cambio de paradigma en todos los órdenes de la vida. ¡Quién sabe lo que será del cristianismo ¡y de la teología! Mientras tantos nosotros seguimos caminando a ritmo de utopía.

Fuente: Religion Digital.

 

Se viene de nuevo!. Por Guillermo “Quito” Mariani

Ya están desenvainando y empuñando los escudos. Se aproxima la batalla,

No voy demasiado al centro de la ciudad, pero ya he descubierto dos señales. Una, sobre una pared blanca en Avda.Vélez Sarsfield, otra, perdida entre los rostros sonrientes de políticos en oferta. La primera leyenda decía “No al aborto ¡Viva Cristo Rey!”, la segunda “¡No al aborto, sí a la vida!”. Un anticipo de las consignas que es escribirán en pancartas, se gritarán en  manifestaciones callejeras y se leerán en importantes documentos sagrados.

Un somero análisis de esos textos lleva a descubrir varias realidades. Lo que les es común  “No al aborto” es una treta engañosa y astuta: desfigurar al adversario. Porque hace suponer que los contrarios sostienen “Sí al aborto”. Y esto es absolutamente inexacto. Los atacados sostenemos un SI a la despenalización, a la desclandestinización, a la legalización, a la disminución de los abortos, a la supresión de muertes innecesarias, a la búsqueda de información y conocimientos que hagan posible una decisión libre y madura.

Y en cuanto al “Viva Cristo rey!”. ¿Qué tendrá que ver el reinado de Cristo con este asunto? Un debate que tiene la oposición  empecinada de la jerarquía eclesiástica actual contrariando los principios del vaticano II de adaptación a las realidades y problemas del mundo (GS.67 y 286)? Hay una explicación. La misma que tuvieron los escuditos que nosotros llevábamos, ingenuamente jóvenes, prendidos en el pecho, anticipando y alardeando sobre la victoria de la “revolución libertadora” del 55. Movimiento en que la iglesia estuvo intensamente complicada lo mismo que con la dictadura del 76. Presentarse y confundirse con Cristo rey o con Dios confiere ciertamente, para muchos, autoridad y poder.

Y en lo que se refiere a esa afirmación tan drástica “Sí a la vida”, que desearíamos de todo corazón, que fuera sincera ¿cómo entender que se defienda sólo la vida no nacida cuando se ha sido cómplice de las muertes inocentes de tantos eliminados en pleno rendimiento vivencial y social por la dictadura militar? Y ¿de dónde proviene la seguridad científica de que la vida humana comienza con la fecundación, cosa que ni siquiera los documentos eclesiásticos ( “De aborto procurato” (13) “Donum vitae”(60) “ se atreven a definir? Y ¿cómo se dice sí a la vida diciendo no a la educación sexual generalizada y temprana, no al uso de los métodos anticonceptivos, no a la facilidad de acceso a ellos por parte de los pobres, no a la distribución más equitativa de los ingresos por las retenciones e impuestos a los más acaudalados y generalmente acaparadores?

Se trata simplemente de una “cinchada” en la que en base a miedos, condenas y agresiones, la jerarquía eclesiástica lanza a la batalla a un ejército de sumisos que tienen que pagarle de alguna manera el favor brindado a sus intereses económicos y políticos.

Estamos ante la necesidad, por lo menos, de un debate serio que clarifique las posiciones con argumentos válidos, y culmine con una ley que defienda la vida y su dignidad, que remedie el alarmante número de muertes por aborto, que restablezca la valoración de la relación sexual para fortalecer a la familia, que desdemonice al sexo. Es de esperar que, ante la gravedad del problema, no prevalezcan intereses políticos o religiosos teñidos de parcialidad o fanatismo.

 

Los peligros de la arrogancia del imperio. Por Leonardo Boff

Me cuento entre los que se entusiasmaron con la elección de Barack Obama para presidente de Estados Unidos, especialmente viniendo después de G. Bush Jr,  presidente belicoso, fundamentalista y de poquísimas luces. Creía éste en la inminencia del Armagedón bíblico y seguía al pie de la letra la ideología del Destino Manifiesto, un texto inventado por la voluntad imperial norteamericana para justificar la guerra contra México, según el cual Estados Unidos sería el pueblo escogido por Dios para llevar al mundo los derechos humanos, la libertad  y la democracia. Esta excepción se tradujo en una arrogancia histórica que hacía que Estados Unidos se arrogase el derecho de imponer al mundo entero, por la política o por las armas, su estilo de vida y su visión del mundo.

Esperaba que el nuevo presidente no ya fuera rehén de esta nefasta y forjada elección divina, pues anunciaba en su programa el multilateralismo y no la hegemonía, pero tenía mis dudas, pues por detrás del Yes, we can (sí, nosotros podemos) podía esconderse la vieja arrogancia. Ante la crisis económico-financiera pregonaba que Estados Unidos había demostrado en su historia que podía todo, y que iba a superar la actual situación. Ahora, con ocasión del asesinato de Osama bin Laden ordenado por él (en un estado de derecho, que separa los poderes, ¿tiene el ejecutivo el poder de matar o eso es competencia del judicial que manda prender, juzgar y castigar?) cayó la máscara. No ha podido esconder la arrogancia atávica.

El presidente, de extracción humilde, afrodescendiente, nacido fuera del continente, primero musulmán y después evangélico convertido, dijo claramente: «Lo que sucedió el domingo es un mensaje para todo el mundo: cuando decimos que nunca vamos a olvidar, estamos hablando en serio», que es como decir «terroristas del mundo entero, vamos a asesinarlos».

Aquí se revela, sin medias palabras, toda la arrogancia y la actitud imperial de ponerse por encima de  toda ética.

Esto me hace recordar la frase de un teólogo que sirvió doce años como asesor de la ex-Inquisición en Roma y que vino a solidarizarse conmigo cuando sufrí el proceso doctrinario. Me confesó: «Aprenda de mi experiencia: la ex-Inquisición no olvida nada, no perdona nada y cobra todo; prepárese». Efectivamente, así fue lo que sentí. Peor le ocurrió a un teólogo moralista, queridísimo en toda la cristiandad, el alemán Bernhard Häring. Con un cáncer de garganta que casi no le permitía hablar fue sometido a un riguroso interrogatorio en la sala oscura de aquella instancia de terror psicológico por causa de algunas afirmaciones sobre la sexualidad. Al salir confesó: «este interrogatorio fue peor que el sufrí con la SS nazi durante la guerra», lo cual significa: poco importa la etiqueta, católico o nazi, todo sistema autoritario y totalitario obedece a la misma lógica: cobra todo, no olvida y no perdona.

Así lo prometió Barack Obama y se propone llevar adelante el estado terrorista creado por su antecesor, manteniendo la Ley Patriótica que autoriza la suspensión de ciertos derechos y la prisión preventiva de sospechosos sin avisar siquiera a sus familiares, lo que se convierte en secuestro.

No sin razón escribió el noruego Johan Galtung, el hombre de la cultura de la paz, creador de dos instituciones de investigación sobre la paz e inventor del método Transcend en la mediación de los conflictos (una especie de política del gana-gana): tales actos aproximan a Estados Unidos a un estado fascista.

La verdad es que estamos ante un imperio. Es la consecuencia lógica y necesaria del presunto excepcionalismo. Es un imperio singular, basado no en una ocupación territorial o en colonias, sino en 800 bases militares distribuidas por todo el mundo, la mayoría innecesarias para la seguridad estadounidense. Pero están ahí para meter miedo y garantizar su hegemonía en el mundo. Nada de eso ha sido desmontado por el nuevo emperador, que no cerró Guantánamo como había prometido y todavía envió treinta mil soldados a Afganistán para una guerra perdida de antemano.

Podemos estar en desacuerdo con la tesis básica de Abraham P. Huntington en su discutido libro El choque de civilizaciones, pero hay en él observaciones dignas de atención, como esta: «la creencia en la superioridad de la cultura occidental es falsa, inmoral y peligrosa» (p.395). Mas aún: «la intervención occidental probablemente constituye la fuente más peligrosa de inestabilidad y de un posible conflicto global en un mundo multicivilizacional» (p.397). Pues bien, las condiciones para semejante tragedia están siendo creadas por Estados Unidos y sus aliados europeos.

Una cosa es el pueblo estadounidense, bueno, trabajador, y algo ingénuo, que admiramos, y otra el gobierno imperial, que no respeta tratados internacionales que van contra sus intereses y es capaz de todo tipo de violencia. Pero no hay imperios eternos. Llegará el momento en que será un número más en el cementerio de los imperios muertos.