Cristianos no religiosos. Por Guillermo “Quito” Mariani

Un artículo de Osvaldo Bayer publicado recientemente por Página 12 construye respetuosamente una alternativa para una frase del conocido rabino Daniel Goldman, contrariando una afirmación del escritor israelí Yoram Kaniuk. Éste había escrito: Se puede ser demócrata o religioso. Goldman corrige: se puede ser demócrata y religioso. El escritor y periodista argentino, desde Bonn expresa su respeto por los razonamientos con que el rabino defiende su postura. Pero con un estilo que le es propio, estrenado en “La Patagonia rebelde”, el de los testimonios orales en paralelo con los documentos de la historia oficial, muestra las objeciones con que se enfrenta esa afirmación de que es posible ser demócrata y religioso, a la vez.

El caso de la bruja reina de Bruchhausen aparece  en estos días casualmente evocado y descrito por un diario de Bonn. El atrevimiento de aquella mujer noble, de casarse con un peón de campo, produjo su degradación por parte de Roma, el sometimiento a cruelísimas torturas y finalmente la condena a la hoguera, hace 370 años. Bayer lo utiliza como argumento síntesis y signo de un pasado difícilmente ocultable, que tiene hoy manifestaciones menos cruentas pero que traducen la misma tendencia.

Creo que resulta clave, para terciar en la discusión, una especificación de lo que se entiende por “religioso”. Habitualmente hablar de religión es referirse a una relación con Dios que, primero, afirma su existencia, y segundo, mantiene una comunicación con El que revela lo que es de su agrado. La absolutización de estas dos afirmaciones llevan a cada grupo”religioso” a considerar la pertenencia por la aceptación, como única opción, de lo que se propone como revelación de Dios y camino para estar “con” El. Así se convierte en grupo proselitista y, a la vez, excluyente. A la seguridad del grupo (nadie tiene contacto directo con Dios) contribuye el que sean muchos los que se adhieren, y los que no lo hacen, queden excluidos. Esta adhesión se gratifica con premios y la exclusión por castigos (de origen divino). Con procederes diversos, que usan el miedo a castigos temporales o eternos, o la exigencia de sumisión absoluta con la alternativa de expulsión o venganza, la historia ha sido y es testigo de tremendas violaciones de derechos humanos fundamentales y de situaciones de violencias y guerras entre “fanatismos” rivales. Por eso, cada una de las grandes religiones es, en  realidad una monarquía. Desde la absolutización del poder como venido de Dios (Vaticano) o la de los libros sagrados interpretados literalmente como Palabra de Dios (Biblia, Corán, Upanishads.).

Eso establece la distinción entre religioso y creyente. La actitud de este último admite racionalmente un principio originario y misteriosamente ordenador del cosmos que se expresa en la grandiosidad de una obra superadora de todo producto  humano y va descubriendo a través de éxitos o fracasos cuál es el camino mejor para el logro de la realización personal y comunitaria o social. El participar con todos de esta actitud de búsqueda, es fundamento de la democracia. Hay ciertamente otros conjuntos que absolutizan intereses materiales o posiciones ideológicas y se fanatizan hasta obstruir las democracias. Pero el “fanatismo” religioso es el más peligroso `porque es sagrado, intocable. Creo absolutamente necesario hacer notar que el cristianismo no es una religión (sí lo es el catolicismo) sino una cosmovisión desde y hacia la valoración del ser humano, por lo cual, si no se desfigura, es compatible con la democracia en sentido pleno. Una cosa es valorar la democracia, otra resistirla con todo, y otra aguantarla. Sólo es auténtica la primera postura pero la historia avala en las religiones sólo lo que impulsa a llegar hasta la última. Y el sólo aguante, no es democracia. 

Creo en Dios y en Cristo, pero no en la Iglesia. Por Hans Küng (entrevista)

Lleva 83 años en el seno de la Iglesia católica y no lo lamenta. Nunca ha querido darse de baja ni convertirse al protestantismo para perder de vista al Papa de una santa vez. Una aclaración que no sobra cuando se trata del cura suizo Hans Küng, una leyenda viva de la teología en lengua alemana, que todavía se mantiene en la brecha, ya sea reivindicando el sacerdocio de las mujeres o el uso de la píldora. A pesar de su edad, no le faltan ganas para explayarse en una conversación telefónica con este periódico desde su despacho de la Fundación Ética Mundial, una institución interdisciplinar con sede en Tubinga.
Bastan unos segundos para detectar de inmediato la energía y carácter que le han permitido seguir adelante y no arrugarse ante la Santa Sede: «¡Se ha retrasado diez minutos! Ya veo que su sentido metafísico del tiempo no coincide con el mío», se queja con fina ironía. Nunca le ha gustado que le hagan esperar ni mirar a las musarañas. Acaba de reeditarse en España ‘La Mujer en el Cristianismo’ (ed. Trotta) y en su país natal ya se ha hecho un hueco en las listas de ‘best-sellers’ su último trabajo, ‘Ist die Kirche noch zu retten?’ (‘¿Puede salvarse todavía la Iglesia?’). Los que le conocen sospechan que es descendiente de Guillermo Tell, a la luz del arrojo con que dispara sus críticas.
«Ya es hora de que el Vaticano abandone un sistema absolutista que data del siglo XI. Fue entonces cuando los Papas se hicieron con todo el poder e impusieron el clericalismo, es decir, la preponderancia de los curas que margina a los laicos. ¡Eso no puede ser!», reflexiona en voz alta, con la convicción de «un miembro fiel de Ia Iglesia, que cree en Dios y en Cristo, pero no en la Iglesia». He ahí el matiz.
Su condición de teólogo ‘independiente’, sin autorización eclesiástica, le permite hablar con total libertad. Desde que, en 1979, la Congregación para la Doctrina de la Fe le privara de la licencia, se siente un hombre nuevo. Se le castigó por hablar sin tapujos y, de rondón, se le dio alas para apuntar todo lo lejos que quisiera. Hace poco en la revista alemana ‘Der Spiegel’ llegó a comparar a Benedicto XVI con Vladimir Putin, «porque ambos han heredado un legado de reformas democráticas y, en lugar de ir hacia adelante, van hacia atrás».
A su juicio, el Concilio Vaticano II es la gran asignatura pendiente, una hoja de ruta que permitiría recuperar el camino perdido antes de que sea demasiado tarde. «La Iglesia católica está enferma. Su mal es una jerarquía absolutista que no forma parte esencial de su naturaleza. No es algo imprescindible. Hay que desarrollar el Concilio Vaticano II», insiste con pasión y los ojos puestos en aquella época, la década de los 60, cuando creía que el autoritarismo y el culto a la personalidad -«de eso hay mucho ahora»- no tardarían en superarse gracias al impulso de Juan XXIII.
Piña con Ratzinger
Entonces hacía piña con Joseph Ratzinger, cuando ambos eran unos treintañeros ‘progres’ y brillantes que aspiraban a renovar la Iglesia. No obstante, sus caminos no tardaron en separarse, llevados por las circunstancias y talantes muy dispares. Benedicto XVI se aferra a la tradición y el orden, mientras que Hans Küng todavía se inclina por el diálogo y el progreso. Son duros, constantes y con una inteligencia descomunal. Germanos de pura cepa, que se resisten a tirar la toalla.
Una actitud que tiene mérito a la vista de las estadísticas de 2010 sobre apostasías y bautizos en Alemania: por primera vez, había más abandonos (181.000) que ingresos (170.000). Desde los años 60, han perdido a decenas de miles de curas, cada vez más parroquias se quedan sin servicio religioso y los monasterios languidecen sin relevo generacional. La patria de Ratzinger, donde el 32% de la población es católica, no sigue en masa los dictados del Vaticano. Una tendencia que confirma la crisis del catolicismo, apostólico y romano en Europa.
– ¿Qué piensa de los movimientos conservadores (Opus, Legionarios, kikos…)?
– Me consta que en España se habla mucho de ellos. Y no dudo que habrá quienes depositen toda su confianza en ellos… Pero yo no. ¡La sociedad va en otra dirección! Si se apuesta solo por la línea conservadora, todos saldremos perdiendo.
– Si usted ahora tuviera 20 años, ¿le atraería hacerse cura?
– No me arrepiento de formar parte de la Iglesia. Ni mi bautizo ni mi ingreso como sacerdote son motivo de amargura. Todo lo contrario.
– Pero si fuera joven ahora…
– A ver, no me interrumpa. ¿Qué le puedo decir? La Iglesia actual es muy jerárquica, nada democrática y no responde a las expectativas de la mayoría de la juventud. Los movimientos conservadores, insisto, no representan a la gente joven.
– A estas alturas, ¿qué le parece el actual Papa?
– Me hacía ilusiones, pero ahora tengo claro que el cambio no vendrá de la mano de Ratzinger.
– ¿Cuándo fue la última vez que le escribió Benedicto XVI?
– Hace poco, me agradeció por mediación de su secretario el envío de mi último libro, ‘Ist die Kirche noch zu retten?’ (‘¿Puede salvarse todavía la Iglesia?’). Me alegro de que la relación entre nosotros no se haya roto. Por lo demás, espero que el siguiente Papa sea muy distinto.
– Por cierto, usted critica el celibato entre los curas, pero ¿le parece sano el de los monjes y monjas?
– Ah, eso es diferente. Las órdenes religiosas son como asociaciones privadas, con una serie de cláusulas que se aceptan libremente. El celibato forma parte de su identidad. Les enriquece. Nada que ver con el supuesto de los curas, en los que hay una imposición sin ningún fundamento.
– Una curiosidad: ¿por qué Dios es Padre y no Madre?
– No, no, Dios está más allá de la identidad sexual. En las Sagradas Escrituras hay metáforas tanto masculinas como femeninas. En fin, ya ve, es una de tantas confusiones que han ido arraigando a lo largo de la historia.
Fuente Religion Digital.
Hans Kung, es uno de los teólogos y pensadores más libres e importantes de la Iglesia en la actualidad. Consultor del Vaticano II por pedido de Juan XXIII, fue castigado por Juan Pablo II por criticar su viraje conservador junto a su aliado Ratzinger.

La ignorancia bíblica. José María Castillo

Resulta alarmante comprobar la ignorancia de conocimientos bíblicos que tiene la gran mayoría de los que se dicen cristianos.

Esto es irritante. Porque no hay ninguna otra institución que tenga la ventaja que tiene la Iglesia para explicar cada domingo el Evangelio, los textos del Nuevo Testamento, la Palabra de Dios. Miles de iglesias, muchos más miles de misas, a las que la gente acude, dispuesta a escuchar lo que le digan.

Sin embargo, a pesar de que los curas tienen una posibilidad que nadie más tiene, ni los partidos políticos, lo que ellos enseñan en las homilías es tan pobre, tan mal enseñado, que la gran mayoría de los que asisten a misas y funciones de iglesia, ni saben lo que son propiamente los Evangelios, ni tienen una idea clara de por qué no se puede decir que el Jesús que allí aparece es el que existió, ni saben qué es la redención, ni por qué Jesús curaba a los enfermos, o qué es el Reino de Dios.

Lo repito: esto es exasperante. ¿No han tomado conciencia de este gravísimo problema? ¿Por qué no se toman las medidas pertinentes para resolverlo?

A veces pienso, o al menos sospecho, que la Iglesia le tiene miedo al Evangelio. Y sobre todo tiene miedo que la gente se entere de qué es lo que realmente dijo y enseñó Jesús. ¿Será así?

Y hasta me da por pensar que, en no pocos ambientes eclesiásticos, se tiene interés en que el público sepa más lo que dice el papa que lo que dijo Jesús. Si esto es verdad (¡Dios no lo quiera!), entonces es que la crisis de la Iglesia es más profunda de lo que imaginamos. Porque significaría que el cristianismo se está saliendo de la Iglesia.

 

 

Desprolijos, pero no vencidos. Por Nicolas Alessio

 “Huesos secos, escuchen las palabras de Yahvé, entrara mi espíritu en ustedes y vivirán” Ezequiel

 

Y entro el espíritu en nuestros huesos secos. Y nos llenamos de nervios y carne. Y desde los cuatro vientos surgimos. Y nos pusimos de pie. Y estallo la pasión por vivir. Y como todo lo que estalla no es prolijo. No puede serlo. Es pasional, alocado, intuitivo. Prolijo fue el saqueo de los que gobiernan. Los que gobiernan con decretos y leyes de ajuste, canje y bancarizaciones forzadas. Ellos saquean prolijos. El pueblo saquea como puede. Y es cierto que hubo desbordes. Pero ¿puede ser de otra manera? Cuando te ahoga el dolor de la vísceras, cuando te aprietan la garganta, cuando te desangran esperanzas, cuando se ríen de tus lagrimas, cuando te torturan despacito…¿como no desbordarse? Ya estábamos desbordados de impotencia y angustia. Pero claro, hay diferencias, el saqueo popular debe ser reprimido. El saqueo prolijo no tiene castigos, al menos por ahora. Así, no obstante las “vallas de contención social” que tanto predican organismos “humanitarios” cómplices de políticas de saqueo, las plazas estallaron. Con pocas armas. Cuerpos sudados, gritos y cacerolas. Una autentica revolución en paz. Y los nuevos pobres se sumaron a los pobres de siempre. Una autentica alianza de sectores populares que dijeron al unísono “basta”. Y los pueblos se mueven. Según sus propia musica. Y son los frutos de muchos años de siembra en la conciencia y el corazón de los pobres, los de antes y los nuevos. Y los pueblos aguantan, pero tienen un limite. No se puede tensar tanto la cuerda y pretender que no se rompa. Solo los soberbios y los necios se animan a tanto desatino. Desatinos prolongados y hondos. Una pregunta empezó a correr en el inconsciente y el consciente popular: “¿hasta cuando vamos a aguantar?”. Y se aguanto hasta el miércoles 19 de Diciembre. O antes, o un poco despues. A días de la natividad. Como para que no terminaran de quebrarnos en navidad. Como para que no terminaran de bancarizar la navidad. Como para que no terminaran de profanar la navidad, saqueando afectos, abrazos y gozos. Y algunos politiqueros y comunicadores sociales volvieron al disfraz del lenguaje, y hablaron de “los gestos violentos”, de hechos “vandálicos”. ¿Y la violación-violencia constante, honda, tozuda, cínica, burlona, pertinaz, impune, sádica que venimos padeciendo nosotros? ¿Y las “bandas” financieras que saquean la sangre de nuestros trabajadores? Claro, de “esa” violencia no se habla. Son “operaciones financieras”. ¿Y la agresión-represión de las “fuerzas del orden”? ¿Cuantas muertes lleva en su haber este sistema? Y en las plazas dijimos “basta”. Ahora tenemos que decir “nunca mas”. Grave advertencia para ciertas hienas risueñas que ya conocemos y ahora ocupan lugares de poder. Artífices y también responsables ineludibles de tanta tragedia. Que se cuiden, ese “aliento” que vivifica huesos secos no deja de rondar nuestras plazas.

 

Pbro. Nicolas Alessio

La Santa Cruz, refugio de resistencia. Memoria de los 12

El 26 de octubre último, el Tribunal Oral Federal nº5 condenó a Alfredo Astiz y otros militares, que durante la última dictadura, perpetraron desapariciones y muertes, entre las cuales, doce personas de la Parroquia de la Santa Cruz, de la ciudad de Buenos Aires. 

La sentencia se dio como parte de la denominada “Megacausa Esma”, en referencia al Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio, que funcionó en la Escuela de Mecánica de la Armada. Alfredo Astiz, Jorge Acosta, Ricardo Cavallo y otros miembros de las Fuerzas Armadas fueron hallados culpables de los delitos que se les imputaba por ejercer el terrorismo de estado, la desaparición y muerte de personas.

En particular, Astiz, bajo el seudónimo de Gustavo Niño, se había infiltrado entre religiosos, madres y familiares de desaparecidos que por aquel entonces, se reunía en la Parroquia de la Santa Cruz, de la congregación pasionista. Tras haber marcado a las víctimas, el 8 de diciembre de 1977 dirigió el grupo de tareas que secuestró, torturó y dio muerte a un grupo de doce personas, entre las cuales figuraban la fundadora de Madres de Plaza de Mayo, Azucena Villaflor, y las monjas francesas Léonie Duquet y Alice Domon.

Varios de estos cuerpos que fueron arrojados al mar, años más tarde se hallaron en el cementerio de Gral. Lavalle (provincia de Buenos Aires) como N.N., y luego identificados por el Equipo de Antropología Forense en 2005. Tras el hallazgo, los restos fueron “sembrados” en el jardín de la Parroquia.

Este último fin de semana, la comunidad parroquial se reunió a celebrar la eucaristía -y como lo ha venido haciendo todos estos años- el encuentro sirvió parta hacer memoria de todo lo vivido, en especial, esta nueva sentencia de parte de la Justicia. De la celebración, participaron los familiares de las doce personas desaparecidas, y tres sobrinas de Leonie Duquet, que vinieron especialmente desde Francia para encontrarse con la comunidad.

Adolfo y Perla Mango, también miembros de la Santa Cruz, manifestaron que “Han sido dos años que gracias a nuestra Fe y a los compañeros con quienes supimos cobijarnos mutuamente, hemos podido sobrellevar las narraciones efectuadas por las víctimas y convertir ese dolor en fuente de luz y de lucha en exigencia de Justicia”.

En el boletín “Comunicándonos” de la Parroquia, Adolfo y Perla hicieron una síntesis de todo lo vivido en comunidad: “Nos marcó mucho el relato de los sufrimientos soportados por las religiosas, las situaciones de dolor a las que fueron sometidas las embarazadas en cautiverio, el destino de sus hijos”.

Y agregaron: “Agradecemos a Dios, Nuestro Señor, este acto de justicia que repara solo algo, porque hasta el momento conocemos parcialmente esta parte de la historia que vivieron nuestros 30 mil compañeros desaparecidos. Porque siguen los juicios. Por la ESMA pasaron 5000 personas. En el 2do y 3er tramo se han presentado hasta la fecha 400 y 500 víctimas respectivamente en las que están incluidos los casos de los sacerdotes Orlando Yorio y Francisco Jalics y las catequistas del Bajo Flores como Mónica Mignone y Marta Vazquez de Lugones y otros. Lo importante como sociedad es andar el camino y si nos preguntamos hasta cuándo, hasta la victoria, claro”

El padre Carlos Saracini, párroco de la Iglesia de la Santa Cruz, a su vez, reconoció que el resultado de este juicio que se dio el pasado miércoles 26 de octubre, fue tan trascendente para la comunidad que significó “un salto colectivo, que nos humanizó a todos”.

Sitio oficial de la película “La Santa Cruz, refugio de resistencia”.

Divinización de la fantasía y la inseguridad. Por Guillermo “Quito” Mariani

Mucha gente afirma que en un mundo tan materialista como el nuestro, hay necesidad de mayor espiritualidad y por eso las multitudes (y las empresas privadas de transporte) se lanzan fervorosamente hacia cada lugar en donde aparece un indicio de la presencia divina.

Lo primero a advertir acerca de ese razonamiento es que esas personas evitan mencionar la causa última de ese materialismo que son los intereses económicos, elevados a su mayor potencia por el sistema capitalista. Las apariciones de la Virgen María, oficializadas y canonizadas por el Vaticano con oportunidad de Lourdes (para favorecer la definición del dogma de la inmaculada concepción) y de Fátima (para contrarrestar al comunismo ateo) se han multiplicado indefinidamente. Así han llegado a superar otras famosas de Jesús en el sagrado corazón hablándole a María de Alacoque o en visiones de Juan de Arco, o los milagros eucarísticos con presencia de sangre mostrando la presencia no sólo viva sino corpórea de Jesús.

Ahora, hay vírgenes por todos lados. Cada nación, cada clase social, cada circunstancia histórica tiene su aparición y moviliza multitudes. No bastan las devociones con que la gente común santifica a diversos gestos heroicos como la difunta Correa o el gauchito Gil o simplemente a personajes del espectáculo canonizados por una muerte trágica como Rodrigo o Gilda.

Aquí  se trata de algo que la Iglesia católica admite y fomenta sutilmente. Un culto a María alimentado con fantasías e inseguridades, calificadas oficialmente como respetable religiosidad popular o intervención maravillosa de Dios en el quehacer de los hombres. Hay para todos los gustos:  imágenes que lloran, otras que sangran, otras que  transpiran. Las que hablan distintos idiomas, las que dejan mensajes de conversión y, sobre todo las que ofrecen y realizan curaciones admirables.

Innumerables modelos de rostros, vestidos y mantos. A veces uno tiene ganas de que salga el letrerito acostumbrado en la TV: “la virgen María se viste…en…”.

Una imagen que, cuando fue retirada después de larga permanencia en un mismo sitio, deja la sombra de la silueta como mancha en la pared, es suficiente (sucedió en Alta Gracia) para que una multitud renueve toda su devoción y se agolpe para contemplar una nueva aparición de María. No hace demasiado tiempo, un foco eléctrico con la resistencia quemada que se estampa en el vidrio como monograma de María era motivo para interpretar que María estaba dando avisos sobre el horroroso anuncio de los mensajes de Fátima. Y, de paso, para coleccionar “bombitas” y venderlas con promesa de milagros.

Ha llegado a Córdoba la supuesta vidente de Salta María Livia, en una misión difusora de su privilegio de conversar con María y producir, en base al contacto con ella, un clima de espiritualidad en el cerro, en que atiende a sus devotos, con desmayos, éxtasis y curaciones.  Puede llenar estadios.

¿Está creciendo la fe en Dios? ¿Las multitudes que se agolpan en el Uritorco o en el Chateau o en el Orfeo como las que se electrizan con las interpretaciones de conjuntos de Hard Rock o Metal están ansiosas de espiritualidad? Si todo esto convoca multitudes ¿Sólo en la iglesia católica no constituye por eso mismo un signo de lo auténticamente espìritual? ¿El éxito multitudinario no es signo de la presencia de Dios? ¿O son sólo divinizaciones, (canonizaciones se llaman en lenguaje católico) con frecuencia comercializadas, resultado de fantasías enfermizas o necesidades no remediadas que causan esa inseguridad de náufragos aferrándose a cualquier cosa? Es para pensarlo ¿verdad?

La dignidad de María se funda en que fue madre de Jesús y su primera seguidora. El resto de los títulos por más que quienes se los aplican vean bailar el sol tienen su explicación en sugestiones individuales o masivas muchas veces planeadas con distintos intereses (como hacer ver que ésta con apariciones es la verdadera iglesia) y basadas otras en la necesidad de aferrarse a algo para remediar inseguridades de cualquier índole.

Feminismo y liberación. Por Teresa Forcades

La productora venezolana Guarátaro Films ha realizado una  entrevista a la religiosa catalana Teresa Forcades, donde habla sobre feminismo, planificación familiar y aborto en el contexto venezolano. El vídeo se ha realizado en la comunidad de Carapita, Caracas, Venezuela, durante una visita de la monja benedictina, durante la que afirmó que “ante todo, hay que evitar que haya mujeres que se vean a sí mismas como ‘¡qué lástima ser mujer!’, sino al revés ‘¡qué gozo ser mujer!’”.

 

 

 

 

Está bueno indignarse. Por José Nicolás Alessio

Esta bueno indignarse.  Se estremecen las tripas

Desde finales de los 70, la reflexión de fe de las comunidades en Latinoamérica, consideró como punto de partida de sus compromisos por la liberación de los empobrecidos, la “indignación ética”[i]. Ante el dolor humano inocente no puede haber indiferencia. En la parábola del samaritano, las traducciones del texto de Lucas suelen decir “al verlo, sintió compasión” “viéndole fue movido a misericordia”. El término griego usado significa literalmente “se le revolvieron las tripas”. Eso es indignarse, cuando te duele en tu propia carne interior el dolor de “otro”. Esto lo ha subrayado magistralmente Gustavo Gutiérrez cuando señala que más que “ser prójimos”, “nos hacemos prójimos” de aquellos sufrientes que somos capaces de ver y ante los cuales se nos estremecen las tripas.

Es un primer paso, sentir con el otro su misma “pasión-sufrimiento”. Eso es “compasión”.

Hoy se está desplegando un movimiento globalizado de “indignados”. Tiene su origen en España, estalló el 15 de Mayo del 2011,  pero obviamente no aparece como un hongo luego de la lluvia. Hunde sus raíces en múltiples reacciones sociales (jóvenes, desocupados, etnias masacradas, minorías olvidadas, campesinos, militantes políticos) fundamentalmente “anti-globalización”, podemos recordar aquellas contra la Organización Mundial de Comercio[ii], los “Foros Sociales”, las “Cumbres de los Pueblos” y un buen tiempo antes los movimientos como el Zapatista[iii], el de Mujeres, el de Etnias Nativas o de Campesinos. Todos, de alguna manera, desde sus propias cosmovisiones hacen una crítica profunda a este mundo real del “nuevo orden neo-liberal” y apuestan por “otro mundo posible”.  Reaccionan por diversas motivaciones, pero sobre todo reaccionan ante una situación planetaria que no da para más. Situación que fundamentalmente afecta a la humanidad toda. Desde la cuestión económica que hace del capital financiero un ídolo que se cobra vidas humanas, hasta el límite de la producción-consumo de las sociedades privilegiadas del primer mundo que están literalmente aniquilando el planeta (agotamiento de recursos naturales, contaminación, manipulación) pasando por las invasiones militares de EEUU sin ningún límite ético, el asesinato del líder libio Muamar Kadafi, por razones económicas, vuelve a confirmarlo.

Si bien es muy pronto para hacer una evaluación de sus estrategias, de su capacidad para tener continuidad y de su eficacia de transformación, debiera quedar claro que la comunidad de los discípulos de Jesús tiene razones suficientes para acompañar a este movimiento de indignación. Las Iglesias cristianas debieran ser las primeras “indignadas” si quisieran ser fieles al mandato de Jesús. Sin descartar que  no faltan severas razones para indignarse “en” y “de” las Iglesias, al menos nosotros, lo afirmamos contundentemente de la Católica Romana[iv].

Nuestra espiritualidad-modo de vida según el Espíritu de Jesús[v], es la del samaritano. Sentir como propio el dolor del mundo, padecer con él. Pero esto es insuficiente. Debemos pasar de la indignación a dignarnos. Dignarse es hacerse cargo, es hacer algo, es tarea, es acción. Es informarse, es reflexionar juntos, es imaginar alternativas. Estamos transitando un tiempo crucial. Ya se decía, cuando la energía atómica se tradujo en armas atómicas, que por primera vez el hombre podría acabar definitivamente con sí mismo y su mundo habitable. Hoy estamos en una situación más crítica aún. Tomar postura es un imperativo ético-agónico que nos pone en el límite entre la vida y la muerte.  También es estar en la calle manifestando cuando la realidad lo exige. También es saber votar con conciencia, también es participar en las organizaciones del barrio, de la ciudad. Es meterse en la política, en el gremio, en la cooperativa. Es participar, no ser indiferentes, porque la dignidad de lo que somos y queremos ser, si no la defendemos, la estamos regalando.

 

 

Notas

[i] He intentado encontrar el origen de la frase “indignación ética” en la teología de la liberación, la única referencia encontrada que tengo es la de Luiza E. Tomita, que comienza su trabajo Desafios a la Teología de la Liberación desde una perspectiva feminista

(http://www.teologialatinoamericana.org/index.php?option=com_content&view=article&id=82:desafios-para-la-teologia-de-la-liberacion-desde-una-perspectiva-feminista&catid=59:teologias-emergentes&Itemid=73)

diciendo “La Teología de la Liberación que apareció en los años 70, formó la base teórica para la Iglesia de los Pobres. Ella partía de una indignación ética frente a la pobreza y la marginación de grandes masas de nuestro continente (L. Boff 1977), y propone un proceso de liberación en el que los pobres puedan recuperar su dignidad olvidada y contribuir a la gestación de una sociedad más justa y más fraterna.” El libro de Boff citado es Eclesiogênese: As Comunidades Eclesiais de Base reinventam a Igreja. Petrópolis: Vozes., texto posterior al de Gustavo Gutiérrez, Teología de la Liberación Perspectivas.

[ii] Por ejemplo, las manifestaciones contra la cumbre de la OMC en Seattle sucedidas entre el 29 de noviembre y el 3 de diciembre de 1999 donde miles de personas convocadas principalmente por sindicatos, organizaciones ecologistas, profesionales, anarquistas, y personas comunes, se movilizaron en las calles de Seattle contra la Organización Mundial de Comercio (OMC) hasta hacer fracasar la llamada Ronda del Milenio. Están consideradas como el inicio de una nueva etapa del movimiento antiglobalización, a partir del cual han tenido lugar protestas masivas en todas las cumbres de la OMC. La mayor manifestación, conocida como N-30 o Batalla de Seattle, tuvo lugar el 30 de noviembre. Según el departamento de policía de Seattle esta manifestación contó con 40.000 participantes aproximadamente.

[iii] En mi opinión fue el grito desde las tierras mexicanas el “momento primero” de crítica profunda al sistema neoliberal globalizado. El Subcomandante Marcos, popular por su aparición pública con un pasamontañas sin dar a conocer su nombre real, es el líder del EZLN (Ejército Zapatista de Liberación Nacional) desde 1994, año de su formación. El evento fundacional del ejército fue el 01 de enero de 1994, cuando organizados militarmente con las comunidades indígenas zapatistas de la localidad de Chiapas, tomaron varias cabezas municipales, pronunciándose en contra de los “malos gobernantes y el sistema capitalista” y reclamando democracia, libertad, tierra, pan y justicia para los indígenas.

[iv] En España, solo para citar un ejemplo que no sea el escándalo de los casos de abusos sexuales del clero, veamos “Para hacer posible la Jornada Mundial de la Juventud ha sido necesario un pacto con estas fuerzas económicas y políticas, que refuerza la imagen de la Iglesia como institución privilegiada y cercana al poder, con el escándalo social que ello supone, particularmente en el contexto de la actual crisis económica”. El Foro de Curas de Madrid, que aglutina a 120 sacerdotes, presentó ayer un rotundo comunicado sumamente crítico con la Fundación “Madrid Vivo“, que financia en buena medida la Jornada Mundial de la Juventud. “Los mecenas de Rouco blanquean su dinero pasando por la sotana del Papa”, denuncian los sacerdotes, que cuestionan la oportunidad de gastar decenas de millones de euros -tanto de las arcas públicas como del patrocinio de empresas de “dudosa ética”- en mitad de la crisis económica” Ver nota en http://www.periodistadigital.com/religion/juventud/2011/06/21/religion-iglesia-jmj-foro-curas-madrid-documento-mecenas-rouco-madridvivo-.shtml

[v]  “El origen de esta espiritualidad, la pasión que está en el origen de este espíritu, es lo que está también en el origen de la Teología y la Espiritualidad de la liberación. Y es lo que está en el origen de toda utopía revolucionaria “una persona no se hace revolucionaria por la ciencia, sino por la indignación”  De Maria Vigil y Pedro Casaldaliaga Espiritualidad de la liberación, citando a C. y L. Boff, Cómo hacer teología de la liberación, ed. Paulinas, Madrid 1986, pp. 10 ss. Y M. Merleau-Ponty, Humanisme et terreur, París, 1956, p. 13

 

 

Cristianos y No Creyentes. Por José Ignacio González Faus

Allá por los tiempos de Jesús se cuenta de un rabino que perdió la fe, con el comprensible escándalo social de su comunidad. Pero otro maestro comentó sobre él: “Dichoso el rabino, porque podrá practicar el bien sin esperar recompensa”. Es la lección (y casi la envidia) que desde hace años dan muchos de los no creyentes: hacen el bien sin esperar recompensa. Jesús dijo también que no es el que dice “Señor, Señor” el que entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad del Padre. Y he visto que algunos no creyentes cumplen la voluntad de Dios mejor que muchos de nosotros.

Además, un gran profeta del catolicismo del siglo pasado (Emmanuel. Mounier, fundador de la revista Esprit) escribió que, en el futuro, los hombres no se distinguirán por la postura que tomen ante el tema de Dios sino por la que tomen antes los condenados de la tierra. Y, en la misma línea, esa impresionante conversa que prefirió quedarse fuera (Simone Weil) dejó escrito: “No es por la forma en que un hombre habla de Dios, sino por la forma en que habla de las cosas terrenas como se puede discernir si su alma ha permanecido en el fuego del amor de Dios”.

Todos esos testimonios apuntan confirman las palabras de otro gran profeta, mártir de Adolf Hitler (el pastor Dietrich Bonhoeffer), que dijo: el Dios de Jesús, es “lo opuesto a todo lo que el hombre religioso espera de Dios”. Cuesta tragarlo pero es así. Porque en Jesucristo, Dios no se ha revelado como “todopoderoso” sino como aquél que renuncia a su poder para identificarse con la debilidad que somos y con las víctimas que producimos. Un Dios inútil como objeto de consumo pero buena noticia como horizonte y fuerza de vida.

Por eso puedo decir a los no creyentes: no se preocupen si no pueden creer. Conozco muchas gentes así. Pero los cristianos aceptamos “la comunión de los santos” que significa que todo lo de Dios es común; por eso es tarea nuestra creer por los que no creen y esperar por los que no esperan.

Hace ya muchos años, en uno de mis primeros escritos, comenté unos versos de Atahualpa Yupanki. Son estos: “Hay cosas en este mundo / más importantes que Dios: / que un hombre no escupa sangre / pa’ que otros vivan mejor”. Y los comenté de esta manera: para quien cree en Jesús no es el ser humano quien dicta esta estrofa; es Dios mismo quien nos hace saber que, para él, hay cosas más importantes que el que los hombres se ocupen de Dios, a saber: que no tengan unos que escupir sangre para que otros puedan vivir mejor (quizá también más piadosamente).

Por eso los cristianos tenemos que ser perdonados de muchas incoherencias.

 

Fuente Lamiarrita

El Evangelio llegó tarde. Por José Ma Castillo

Ocurre con frecuencia que, entre cristianos, se le da más importancia a los ritos, a las normas, a la organización, a la gestión de la autoridad o a los asuntos económicos (a todo eso), que a la fidelidad al Evangelio. Por eso, muchos veces me pregunto: ¿qué nos pasa a quienes nos consideramos creyentes en Jesús, que el principio rector de nuestras vidas no es justamente el mismo principio que rige nuestra forma de vivir?

Este problema – por lo que yo he podido informarme – viene de lejos. No es cosa de ahora. Se trata de un asunto que tiene sus orígenes en los orígenes mismos del cristianismo. La cosa se comprende en cuanto se tiene en cuenta cómo y cuándo se organizaron las primeras “iglesias”. Y también cuando se sabe cómo y cuándo, en aquellas primeras “iglesias”, se conocieron los evangelios, es decir, lo que fue la vida de Jesús y lo que aquella vida representa para nuestra vida.

Quiero decir lo siguiente: Jesús murió en los años 30 del s. I. San Pablo escribió sus cartas, a “iglesias” que él mismo había fundado, y de las que se sentía responsable, entre los años 49 al 56. Los evangelios, en la redacción que ha llegado hasta nosotros, se empezaron a difundir después del año 70 y no se terminaron de conocer hasta finales del s. I o quizá algo después. Los Hechos de los Apóstoles se redactaron entre los años 80 y 90.

Todo esto quiere decir que las primeras “iglesias” (de las que tenemos noticia) se organizaron de acuerdo con las ideas y creencias que les trasmitió el apóstol Pablo. Pero sabemos que Pablo no conoció a Jesús. Ni mostró interés por informarse de la vida terrena de Jesús. A Pablo “se le apareció” el Cristo resucitado y glorioso (Gal 1, 11-16; 1 Cor 9, 1; 15, 8; 2 Cor 4, 6). Es más, Pablo llegó a decir que el conocimiento de Cristo “según la carne” no le interesó (2 Cor 5, 16). Por tanto, hay indicadores suficientes para pensar que las primeras “iglesias” cristianas, de las que tenemos noticia, tuvieron su vida, sus esperanzas y sus motivaciones más determinantes en la gloria, en el cielo, en la eternidad, allí donde ellos pensaban encontrar al Señor de Gloria. La vida, el ejemplo, la bondad, la profunda humanidad de Jesús, todo eso, fue conocido por muchas comunidades, y por las más importantes “iglesias” de la primera hora, bastantes años más tarde, quizá veinte o treinta años después. Se puede decir que el “Señor glorioso” se adelantó al “Jesús terreno”.

Por esto he dicho que “el Evangelio llegó tarde”. Tan tarde, que, a no pocos bautizados, no nos ha llegado todavía. Esto es lo que explica, en definitiva, por qué nos preocupa más “someternos” al Señor glorioso que “seguir” al Jesús terreno. Y por eso ha pasado lo que tenía que pasar, estando así las cosas: tenemos un Cristianismo con mucha autoridad, pero llevamos una vida con muy escasa ejemplaridad.