Detrás de una cachetada. Por Guillermo “Quito” Mariani

Lentamente, después de las primeras reacciones de perplejidad de la gente ante la reacción de la sra de Barrionuevo, presidenta de la comisiòn de asuntos constitucionales  de la honorable Camara de Diputados de la nación, aplicando una cachetada (con el puño cerrado)a su colega el diputado Kunkel, la oposición fue alineándose detrás de ella. No se equivocó la sra. Camaño al ofrecer su renuncia si los colegas de la oposición lo pedían así. Sabía que iba a brindar una nueva bandera a ese grupo desorientado que se califica como oposición u opositores, que busca desesperadamente detrás de quién y de qué alinearse. Lo ha ido haciendo detrás de cambiantes líderes ocasionales. La mesa de Enlace, el vicepresidente Cobos, la propuesta o resistencia a leyes de conciencia social e igualitaria, las injurias a la Sra. presidenta, etc.

Las afirmaciones de que la diputada procedió con equidad y justicia (de acuerdo a la sra. Carrió con valentía) ponen en claro que se está buscando un método para dirimir las cuestiones legislativas y es el de la agresión. Vaya y pase, lo de las agresiones verbales que los políticos justifican como “excesos de campaña”, y las mutuas entre los legisladores defendiendo sus posiciones partidarias, pero que se propicie la intervención violenta de la agresión física, no cuadra en personas con alguna madurez de criterio social. El recurso ya olvidado de  Herminio Iglesias, de quemar en el acto de cierre de campaña, un ataúd de la UCR, vuelve a propiciarse  por muchos que lo rechazaron en vistas a su ineficacia para inclinar los votos hacia el candidato peronista. Lo mismo aconteció con el gremialista D´Elía que en Marzpo del 2008 asestó una trompada a quien lo insultaba como negro de m… y groseramente se refería a la sra. Presidenta. Las mismas voces que entonces demonizaron a D`Elía, ahora canonizan a Camaño.

La diputada Carrió con sus calificativos antioficialistas desató en la Comisión de Asuntos Institucionales un debate agrio  y virulento, al que se sumó el  diputado entrerriano con la cita literal de un texto famoso, conocido y a la vez  rechazado por todos, en su oportunidad.

Aunque este episodio no hubiera sido preparado tal cual sucedió, la acritud con que parece gozar Carrió, se encaminaba a desviar el tratamiento del presupuesto hacia estas derivaciones agresivas, en esa pulseada con que la oposición intentó demostrar que mantenía su poder a pesar de  las expresiones populares de entusiasta apoyo al proyecto del gobierno, después de la muerte del expresidente Néstor Kirchner.

Una novedad ha aparecido en los últimos días: La propuesta presidencial de un contrato entre empresas, CGT y gobierno. Una vez más el  intento de responder a las acusaciones de que se decide autoritariamente sin  consulta a los interesados. Ya el Grupo de lo 6, ha expresado suficientemente qué es lo que entiende por acuerdos o pactos. Convenios que protejan sus intereses y tiren por tierra el objetivo principal del proyecto kirchnerista respecto a mejorar la distribución de ingresos. (porque de eso se está tratando en el fondo con todas estas oposiciones a las leyes sociales) La ley de participación en  las ganancias será seguramente oportunidad de  mostrar la fuerza opositora para defender a los más poderosos evasores de impuestos a las ganancias y frustrar ese punto esencial del programa oficial. No obstante el derecho de todos a oponerse a lo que no consideran adecuado es innegable e innegado. Pero, la circunstancia de alinearse, eufórica o tímidamente, detrás de la piña de Camaño buscando desacreditar los proyectos presentados y por presentar, es argumento “manotazo de ahogados”, que no debe seguirse utilizando.

José Guillermo Mariani (pbro)

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