I: Concepto bíblico del “Kairós”
Existe un concepto bíblico muy importante: “kairós”, que significa “tiempo oportuno”, “tiempo de gracia”.
Tiene dos características:
Surge inesperadamente, donde nadie lo esperaba.
El kairós viene después de un “tiempo malo”, un tiempo negativo, un tiempo de retroceso.
II: El kairós, el tiempo bueno, el tiempo de gracia, fue inaugurado en 1962 por el Concilio Vaticano II, las conferencias episcopales de Medellín y Puebla, la Teología de la Liberación, las Comunidades de Base y muchos movimientos sociales de inspiración cristiana, que constituyen ese tiempo oportuno que Dios creó para la Iglesia Universal y especialmente latinoamericana y caribeña. El Papa iniciador de este tiempo oportuno fue Juan XXIII, quizás el profeta mas grande que ha tenido la Iglesia en el siglo XX.
III: El tiempo malo y negativo anterior al kairós actual:
Entre el Concilio Vaticano II (1962-1965) y el final del Concilio de Trento (aproximadamente en el año 1563) vivimos 400 años. Este tiempo en general fue un tiempo negativo y de retroceso. El concilio Trento fue la respuesta a la Reforma de la Iglesia propuesta por Lutero. Fue un concilio de contra-reforma, que reconstruyó toda la Iglesia para que nunca mas se diera una reforma.
Un hecho significativo fue la prohibición de traducciones de la Biblia en las lenguas populares. Podemos decir que la Iglesia vivió 400 años sin Biblia. El Vaticano II rompió esta tradición (con la constitución “Dei Verbum”) y fue el kairós del movimiento bíblico en todo el Pueblo de Dios. Otras reformas hicieron realidad ese tiempo nuevo: creación de un nuevo modelo de Iglesia (Iglesia luz de los Pueblos e Iglesia que asume el gozo y la esperanza de los pueblos. Otras reformas se dieron en el campo de la liturgia, la misión, el ecumenismo.
III: El Kairós, ese tiempo bueno que Dios nos ofreció, tiene limites, no es eterno, puede agotarse, incluso puede provocar crisis irreversibles.
El agotamiento de este tiempo bueno, ha generado dos modelos de Iglesia (no dos Iglesias, sino dos maneras de ser Iglesia).
Una Iglesia Pueblo de Dios, en la cual ese tiempo bueno, ese kairós de Dios, tiene la posibilidad de seguir existiendo. Este es el modelo de Iglesia que los pobres necesitan para sobrevivir.
Una Iglesia de Cristiandad, que necesita del poder y del dinero para sobrevivir. Una Iglesia donde el Kairós de Dios tiene muchas dificultades para perdurar
Nota indispensable: los dos modelos de Iglesia que hemos apenas descritos no son dos Iglesia que viven separadas y confrontadas entre ellas. Los modelos se entrecruzan, hay signos de la presencia de Dios en la Iglesia de la Cristiandad y signos de cristiandad en la Iglesia de los pobres.
Un gran teólogo del Opus Dei me decía cuando nos encontramos: “Pablo, tu eres el teólogo mas radical y mas ortodoxo que he conocido”. Eso ilustra lo que acabo de decir.
IV: La Iglesia Pueblo de Dios, por su mima identidad, es la Iglesia donde ese tiempo bueno, ese kairós de Dios, tiene la mayor posibilidad de consolidarse.
Signos de la presencia de ese kairós, de ese tiempo bueno de Dios, en la Iglesia de los pobres. Solo puedo enumerarlos:
1: La opción los pobres y contra la pobreza.
El término “pobre” con toda su complejidad: los oprimidos, los que viven en la calle, los enfermos de UIH/sida, los despreciados por su raza o color, los marginados por sus opciones sexuales diferentes, las mujeres pobres y maltratadas, pobres que muchas veces son “invisibes”.
2: Las Comunidades Eclesiales de Base, donde se une Oración, Palabra de Dios y Solidaridad.
3: La Lectura Popular de la Biblia, hecha con libertad, autonomía. La Lectura orante de la Biblia, que transforma el texto en Palabra de Dios. En este tiempo de crisis de la Iglesia, la lectura popular es lo mas significativo y seguro que podemos hacer.
4: Teología de la liberación con 40 años o mas de desarrollo.
5: Una Iglesia autóctona, donde la fuerza de la inculturación viene de los mismos indígenas, afroamericanos, y de otras tantas culturas y religiones.
6: Vida religiosa inserta de ambientes marginados y despreciados.
7: Los nuevos ministerios, donde desaparezcan las divisiones entre laicos y clérigos. Desacralización y des-sacerdotalización de los nuevos ministerios. Asumir la actitud de Jesús frente al Templo judío y sus sacerdotes. En la Iglesia originaria no hay sacerdotes, sino “presbíteros” (ancianos, maestros)
La inclusión de la mujer en todos los ministerios y responsabilidades de la Iglesia. Las mujeres, pero tampoco los hombres, deben ser ordenados como “sacerdotes”. Las mujeres deben ser integradas como maestras, sabias, teólogas, es decir asumir todas las funciones que tiene el presbiterado.
“Nunca mas una Iglesia sin mujeres”
Nuevos ministerios propios de una Iglesia Pueblo de Dios: Campesinos Delegados de la Palabras de Dios, Catequistas, Diáconos (hombres y mujeres), diáconos indígenas (prohibidos hoy en San Cristóbal de las Casas), oradores (que organizan la oración de la comunidad), curadores y muchos mas
La iglesia de los pobres estaré en el futuro casi completamente en manos de los laicos y laicas.
8: Una Iglesia que tiene sus centros propios de formación, tanto en América Latina como en el Caribe. Sin formación de los ministros de las comunidades la Iglesia de los pobres no tiene futuro.
9: Una Iglesia de profetas y mártires, tanto mujeres como hombres.
10: Estrategia fundamental de la Iglesia Pueblo de Dios: evitar las contradicciones innecesarias y crecer ahí donde está su fuerza.
Una Iglesia que prefiere encender una luz que maldecir las tinieblas.
Una Iglesia con esperanza, que sabe que después de cada crisis, es posible reconstruir el tiempo bueno de Dios.
V: La Iglesia de Cristiandad
Un modelo de Iglesia donde el Kairós que Dios nos otorgó desde el comienzo del Concilio Vaticano II empieza a agotarse y caer en una crisis que puede ser irreversible.
La Iglesia de Cristiandad, que vive gracias al dinero y el poder, es una Iglesia que ha perdido a los pobres. Una Iglesia que atrae y concentra el mayor número de Presbíteros al servicio de los que tienen el dinero. Algunas de sus Iglesias celebran mas de 12 misas cada fin de semana. Una Iglesia que afirma que “por fin la Iglesia los toma en cuenta”. Cuando era el tiempo bueno de Dios se sentían abandonados por la Iglesia. Una Iglesia que vive del “rito”, de la “Doctrina” y de la “religión” que les gusta y donde se les predica lo que quieren escuchar, una Iglesia que espiritualiza los Evangelios para no ofender a sus feligreses.
Los Movimientos religiosos al servicio de la Iglesia de Cristiandad:
El Opus Dei, Legionarios de Cristo, Heraldos del Evangelios, Comunidades de Sodalitium. Son los nuevos ejércitos al servicio del Papa, para defender la Iglesia de la Teología de la Liberación.
Tenemos una Iglesia del miedo: los laicos tienen miedo a los curas, los curas tienen miedo a los obispos, los obispos tienen miedo a la curia romana, y la curia tiene miedo a la teología de la liberación.
La Iglesia de la Cristiandad no es una Iglesia que vive en el mundo, sino dentro del mundo de la Iglesia.
Para terminar:
Cita de una conferencia de nuestro Maestro José Comblin, en El Salvador, en la celebración de los 30 años de martirio de Mons. Romero.
Es un testamento crítico y lleno de esperanza:
“Las preguntas de ayer me han dado la impresión que en muchas personas hay un cierto desconcierto en la situación actual de la Iglesia. O sea, como una sensación de inseguridad. Como decía Santa Teresa, de “no saber nada al respecto, que nada provoque temor”. Cuando era joven yo conocí algo semejante y, tal vez, peor. Era el pontificado de Pio XII. Él había condenado a todos los teólogos importantes, había condenado todos los movimientos sociales importantes, por ejemplo, la experiencia de los padres obreros en Francia, Bélgica y otros países. Ahí nosotros jóvenes seminaristas y después jóvenes sacerdotes estábamos más que desconcertados, preguntándonos, pero, ¿todavía hay porvenir? Yo me acuerdo que en aquel tiempo había leído una biografía de un autor austríaco del papa Pio XII. Y ahí contaba algunas palabras que había escrito el P. Liber, jesuita, profesor de Historia de la Iglesia en la Gregoriana. El P. Liber era confesor del papa. Sabía todo lo que pasaba en la cabeza de Pio XII y entonces decía: “Hoy la situación de la iglesia Católica es igual a un castillo medieval, cercado de agua, levantaron el puente y tiraron las llaves al agua. Ya no hay manera de salir (risas). O sea, la Iglesia está cortada del mundo, no tiene más ninguna posibilidad de entrar”. Eso dicho por el confesor del papa, que tenía motivos para saber esas cosas. Después de eso vino Juan XXIII y ahí, todos los que habían sido perseguidos, de repente son las luces en el Concilio y de repente todas las prohibiciones se levantan. Ahí renació la esperanza. Digo esto para que no se perturben. Algo vendrá, algo vendrá que no se sabe qué, pero algo siempre pasa”.
* Teólogo y biblista chileno
Fuente: Adital
Primeras Jornadas Teológicas Centro Americanas y Caribeñas
Guatemala 26 – 29 de abril 2011