La Red de Católicas por el Derecho a Decidir (Integrada por 12 países de América Latina, incluido España como país asociado) expresa su más sentida preocupación ante las afirmaciones del papa Francisco durante la marcha con organizaciones anti derechos autodenominadas Pro-Vida, el día 12 de mayo del presente año en Roma, planteando que se “garantice la protección jurídica del embrión”, de manera que se “proteja al ser humano desde el primer instante de su existencia”.
Junto con la gran mayoría de ciudadanas y ciudadanos católicos de nuestros países, así como de muchos otros países en todos los continentes, queremos dejar constancia de que el Papa Francisco no habla en nombre nuestro y que disentimos de sus posiciones y de las de sectores religiosos fundamentalistas frente a la cuestión de ampliar el estatus del embrión, violando el derecho legítimo a decidir de las mujeres y poniendo en peligro su salud y su vida.
Con esta declaración, se evidencia una violación del principio de la laicidad del Estado, en el que sin lugar a dudas, la jerarquía eclesial católica, al unísono con otras visiones conservadoras y fundamentalistas pretenden imponer en las diferentes Constituciones y normativas jurídicas nacionales, principios de moral religiosa para impedir el avance que se ha venido dando en materia de los derechos en salud sexual y reproductiva y en los derechos de las mujeres, especialmente frente a su legítimo derecho a decidir. .
La postura del Papa Francisco, instala y reafirma una visión que desprecia la vida y la salud de las mujeres, quienes ante embarazos de alto riesgo, terminan siendo cruelmente sacrificadas en aras de obligarlas a continuar con embarazos no viables y embarazos no deseados. Ante esta dolorosa realidad nos preguntamos, ¿por qué para aquellos patriarcas y jerarcas de la iglesia católica la vida de las mujeres no vale? Nos indigna la falta de sensibilidad del Papa Francisco para con la Vida concreta y real de tantas mujeres, en su mayoría en situación de pobreza y exclusión, que padecen enfermedades y en muchos casos mueren por causas que pueden ser evitadas. No se puede hablar de justicia social y opción por los pobres negando esta dramática realidad.
En este sentido, como Católicas por el Derecho a Decidir:
- Afirmamos que la vida de las personas es mucho más que un código genético, es mucho más que respirar; la vida humana implica derechos, respeto, condiciones para una vida digna, con calidad y justicia social.
- Afirmamos y defendemos la laicidad del Estado como garantía de protección de la democracia y los derechos humanos.
- Afirmamos que la mayoría de las ciudadanas y ciudadanos católicas no nos identificamos con la declaración del Papa Francisco, ya que sus afirmaciones vulneran el derecho a decidir, la libertad, la salud y la vida de las mujeres.
Mayo, 2013