Entramos ya a la segunda mitad de Abril
¿Seguimos?.-
Quizás no se piensa que el “celebrante”, ordenado para realizar la eucaristía, es la parte menor de la reunión eucarística.
La parte más importante es el “pueblo de Dios” presente en la celebración y en su andar la vida.
Toda celebración sacramental supone un signo encaminado a empujar nuestra acción a su verdadero objetivo: esforzarse por amar con profundidad y energía a las personas y la sociedad, para colaborar a la construcción de una comunidad más humana y justa. Esto se puede hacer y se hace muchas veces, sin ninguna clase de reunión ni aliciente.
Se puede hacer sin el signo de la eucaristía.
Pero si el signo se abandona, es como si el amor no se expresara en el abrazo o el beso. Pierde.
POR ESO INVITAMOS A JUNTARNOS PARA SENTIR QUE “SOMOS Y PODEMOS”
El Domingo 15 en ATALAYA – 11 hs