El cielo pierde pie en la tierra. Por Juan G. Bedoya

“Compelle eos” (oblígalos a entrar), apremiaba el obispo san Agustín en pleno combate contra laicistas y herejes. Esa orden a las autoridades civiles pone de manifiesto la involución de un prelado que poco antes había defendido la libertad de conciencia y la religiosa. Cuando se hace fuerte en su diócesis, acaba exigiendo al Estado el uso de la fuerza para someter a sus contraopinantes. Forzaba así la interpretación de la parábola en la que unos invitados descorteses se niegan a aceptar la invitación al banquete de un rey por la boda de su hijo. “Compelle eos”, ordena el monarca. Interpretando así al evangelista Lucas, Agustín de Hipona expone por primera vez la teoría de que el Estado, además de la obligación de proteger a la Iglesia, debe utilizar todos los medios, incluso la fuerza, para exigir a sus ciudadanos que abracen la fe cristiana.

Las sociedades modernas no aceptan esas prepotencias del pasado. Ciencia, política y cultura les han curado de espanto, y detestan la intolerancia y el que el poder quiera uniformar teorías y verdades, e imponer usos y costumbres. Es el imperio del relativismo contra el absoluto totalizador que predica el Papa romano. El escaso seguimiento del viaje de Benedicto XVI a Santiago de Compostela y Barcelona el fin de semana pasado -siempre en comparación con visitas anteriores- tiene que ver con todo esto.

Hay otras causas. La mujer, que es quien llenaba las iglesias, se está alejando de la práctica religiosa (o de su exhibición pública) por el papel secundario que tiene en lo eclesiástico, minusvalorada por la jerarquía y marginada de lo sagrado hasta el punto de considerar este Papa un delito muy grave su ordenación sacerdotal, equiparable al de pederastia. Los expertos también subrayan el desprestigio que acosa al Vaticano por encubrir abusos sexuales a menores en colegios y parroquias. Además, se achaca el retroceso de los entusiasmos al carácter de jefe de Estado y de Pontífice romano que exhibe en los viajes, con exuberancia de medios.

Frente a las banderolas con el eslogan de Totus Tuus (Todo tuyo) con que las masas recibieron a Juan Pablo II en Madrid en 1982, ahora se han exhibido banderas del Estado vaticano. También pesa la imagen del Pontífice, un anciano alemán que en el pasado ejerció de intransigente inquisidor romano, como presidente de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que es como se llama ahora el detestable Santo Oficio de la Inquisición.

Estas circunstancias explican el poco entusiasmo de las iglesias de base ante el viaje papal, pero también la caída de la práctica religiosa. No es pequeño el dato de que el año pasado se celebraron más matrimonios civiles que eclesiásticos. Cuando en 1870 el Gobierno legalizó las uniones civiles, acabando con el monopolio eclesiástico, los obispos de la época pusieron el grito en el cielo calificándolo como “la legalización del concubinato público universal”.

“Compelle eos”. Oblígalos a entrar. La intolerancia agustiniana le recuerda al teólogo Juan José Tamayo el desatino con que los ultraclericales han criticado al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, por no acudir el domingo a la misa oficiada por Benedicto XI. Lo reclamaban los nostálgicos de cuando hace menos de medio siglo la Guardía Civil multaba (e, incluso, pegaba) a quienes en los pueblos osaban no cumplir con la obligación de la misa dominical. Ahora atiende a ese precepto apenas el 13% de los que se dicen católicos en las encuestas. Peor: en miles de parroquias ni siquiera hay un sacerdote que ofrezca ese servicio pastoral, que antes era pecado no cumplir.

Frente al laicismo agresivo que se palpa ahora en España según Benedicto XVI, se alza todavía ese clericalismo furioso que querría ver arrodilladas a las autoridades civiles ante un líder religioso que es, además, jefe de un Estado extranjero y se exhibe como tal. Es esta terrible historia de clericales y anticlericales intransigentes -“¡Españoles, siempre detrás de los curas, unas veces con el cirio, otras veces con el palo!”, maliciaba Pío Baroja- la que explica, según el historiador católico Jaume Botey, de la Universidad Autónoma de Barcelona, “la desafección de la población con la Iglesia católica y el escaso entusiasmo ciudadano ante la visita del Papa”.

“Entre las razones de la desafección sigue pesando la identificación de la Iglesia con el franquismo, de la que la jerarquía no ha pedido perdón. Mientras no lo haga, seguirá siendo vista como colaboradora del terror en beneficio propio”, dice Botey.

El arzobispo emérito de Pam plona, Fernando Sebastián, ha expresado en voz alta la satisfacción por las escasas consecuencias que ha tenido para la Iglesia romana las décadas de brutal nacionalcatolicismo franquista. No hay que olvidar que la “sacralización del golpe militar” que provocó la Guerra Civil y aquella dictadura se produjo desde el primer momento. “No fueron los sublevados quienes solicitaron la adhesión de la Iglesia, sino que fue esta la que muy pronto se les entregó en cuerpo y alma. Fue una gran sorpresa para los generales sublevados, y la cuerda religiosa se convirtió muy pronto en la más vibrante en la lira de la propaganda nacional”, dice el historiador Hilari Raguer.

Benedicto XVI se remontó el sábado al “laicismo agresivo” del tiempo de la II República. El Vaticano siempre ha considerado de Derecho divino la Monarquía, y como regímenes impíos a las Republicas. “Hay que estrangular a la ramera”, era el grito de guerra del clericalismo en 1931. Lo que vino más tarde es historia terrible, sobre todo porque los vencedores no pararon de fusilar y encarcelar hasta varias décadas después de la última batalla.

Cuando el cardenal primado de Toledo, el catalán Isidro Gomá, se dispuso a pedir que pararan los fusilamientos, con la pastoral Lecciones de la guerra y deberes de la paz (8 de agosto de 1939), Franco prohibió su publicación, sin contemplaciones. También ordenó acabar con las homilías en vasco y catalán. El pobre cardenal no tardó en morir, se dijo que de disgusto. Había presidido la ceremonia de exaltación de la Victoria conduciendo bajo palio a Franco hasta el altar de la Iglesia de Santa Bárbara en Madrid para dejarlo “ungido” como Caudillo.

“La Iglesia ha salido viva” de esos tiempos de dictadura, ha subrayado el arzobispo Sebastián. No opina lo mismo el historiador Botey. Añade dos razones de presente para el enfriamiento de los fieles. “Se trata de la concepción del poder. La evangelización se hace desde el poder, en alianza con el poder político y económico. Esto va en contra de la actitud de Jesús que se enfrentó y denunció duramente tanto al poder religioso como al político”.

“La gente ve a la jerarquía como cómplice de los poderosos. También cuenta la concepción de la verdad y su convencimiento de poseerla, tanto en lo religioso como en lo civil. Este es el origen de la incapacidad de la Iglesia para entender la modernidad. En lugar de vivir como buena noticia que la humanidad vaya llegando a su adultez laica en la ciencia, la moral, la economía, la política o la construcción de la paz, lo vive lamentando su pérdida de poder. Su discurso va siendo progresivamente fundamentalista, alejado de la vida”, añade Botey.

La visita del Papa ha sido un claro ejemplo en estos dos aspectos. “Ha venido rodeado de poder político y mediático como ningún príncipe o gobernante hasta ahora, y de manera incomprensible riñendo a la sociedad española porque funciona ya con criterios de sociedad adulta, laica. Como creyente lamento que tanto lo uno como lo otro hará que aumente entre la gente el sentimiento de que la fe y las creencias que el Papa proclama no tienen nada que ver con ellos”, concluye el historiador católico catalán.

Otro motivo de distanciamiento es el carácter institucional y de poder mundano que se exhibe en este tipo de viajes. “La clave es la figura del Papa, desencajada desde hace mil años. Que sea un jefe de Estado resulta anacrónico, no tiene sentido. Que en su persona haya monopolizado la verdad y el bien, que se haya declarado infalible y que haya centrado en su persona todo el poder es un esquema medieval que resulta insostenible. Todo ese montaje entorno a su figura está muy superado. Es de otros tiempos”, sostiene el teólogo José Arregi.

La deserción de la mujer en estos actos de sublimación papal tiene que ver también con el poder que desprende el papado. Dice la teóloga Margarita Pintos: “Aunque todavía somos mayoría en las concentraciones, el que no se llenen los espacios previstos tiene que ver con la antropología eclesiástica, que sigue considerando a las mujeres criaturas dependientes, no autónomas”.

Añade Pintos: “Se nos niega la categoría de sujetos morales, teológicos y eclesiales. Solo esperan de nosotras la fidelidad que signifique sometimiento. Por esto el Papa tiene que adjudicarnos el lugar ‘casa y trabajo’, cosa que nunca hace con los hombres. Mientras nos quieran como servidoras (‘su carisma como religiosas es limpiar’, dijo el obispo de Barcelona ayer) y no como mediadoras de gracia y salvación, la Iglesia católica también perderá a las mujeres como ya perdió a trabajadores e intelectuales”.

Joan Oñate, presidente de Esglesia Plural, de Barcelona, cree que la Iglesia no ha sabido adaptarse a los valores del conjunto de la sociedad. “El escaso entusiasmo ante el Papa se debe a que su figura y la de la jerarquía es muy controvertida. El viaje se ha dirigido a los convencidos, a los más beligerantes. Llevamos décadas sin solucionar el encaje de la religión en la vida de las personas y cómo hacer visible la presencia de la Iglesia en la vida pública”.

Oñate sostiene que el Concilio Vaticano II jamás fue asumido por los obispos. “La Iglesia oficial no se ha apeado de un discurso simple y limitado -moral sexual, defensa de derechos adquiridos, postura defensiva ante el crecimiento del laicismo…-, que no conecta con una capa social creyente comprometida con el reparto desigual de la riqueza, las injusticias, los problemas medioambientales, etcétera”.

La Iglesia también debería actualizar su estructura, según Joan Oñate. “Las tomas de decisión deben ser democráticas, la paridad de género es imprescindible, los cargos no pueden ser vitalicios, debe existir el derecho a la disensión y es imprescindible una división de poderes. También se debería poner en marcha inmediatamente el acceso de la mujer al sacerdocio, la eliminación del celibato obligatorio, la participación decisoria de los fieles en los consejos parroquiales y la participación de los fieles en la elección de obispos, además de la limitación de la edad del Papa a 75 años, como entre los obispos”.

El Foro de Curas de Madrid también coincide en el desajuste entre realidad y jerarquía, y de ésta con respecto a sus fieles. “La obsesión por la defensa de la institución eclesial, la manía persecutoria, no es un camino evangélico. Cristo nos ha hecho libres”.

La dirigente de Somos Iglesia, Raquel Mallavibarrena, sostiene que las celebraciones de este fin de semana, más allá de la estética, distaban mucho de un planteamiento fraterno. “La liturgia debe ser una expresión viva de esa iglesia de iguales en la que no hay estamentos y en la que se vive la fraternidad”. Añade: “Los católicos debemos ser los primeros en favorecer la separación entre la Iglesia y el Estado, por fidelidad y coherencia con el mensaje evangélico. El dinamismo de un cristianismo profético e independiente a favor de los pobres y de los que sufren queda muy condicionado si la Iglesia como institución se mantiene en esa confluencia de intereses políticos y sociales bajo la idea, cada vez más un espejismo, de que España es un país católico”.

También lamenta Mallavibarrena que “la jerarquía siga mayoritariamente sin reconocer que dentro de la Iglesia existe un pluralismo respecto a muchas cuestiones de actualidad”. Según Somos Iglesia, también el Gobierno tiene una larga asignatura pendiente. “Es urgente que el Gobierno y los partidos y grupos sociales afronten con valentía y sin posiciones radicalizadas, el desarrollo de la laicidad, pendiente desde hace ya demasiado tiempo. La vigencia de los Acuerdos Iglesia-Estado condiciona de entrada que se llegue a consensos y a posturas constructivas”, dice.

Fuente: El Pais

Así no!. Por Guillermo “Quito” Mariani

¡Hay que neutralizar el crecimiento “K”! Esta es la consigna.

¿Cómo borrar del panorama político las multitudes en las movilizaciones populares del bicentenario y los millares de personas que superando todas las expectativas, sobre todo en la proporción de jóvenes, rindieron homenaje de adhesión entusiasta a Néstor y su esposa?

Se trata de un problema gravísimo. Todas las advertencias de inclemencia meteorológica, de desórdenes y atentados, anticipadas por la supuestamente “prensa libre” (para fraguar acontecimientos y publicitar calumnias), fallaron en el caso del bicentenario.

En cambio, lo imprevisto de la muerte del ex presidente, tomó a todos de sorpresa. Era de muy mala educación no expresar condolencias ante el estado general de dolor y consternación que se apoderó inmediatamente de la sociedad argentina. Y entonces, algunos hasta lloraron y se emocionaron (estilo Mirtha). Los más avispados se apresuraron a emitir supuestos mensajes de esperanza, como regodeándose irrespetuosamente de la muerte de Néstor Kirchner, (lo habían hecho ya con la de Mariano Ferreyra) aprovechándola para atacar al gobierno con la palabra sagrada del rabino Bergman y la imagen de padre dolorido del Ingenioso Blumberg. Gracias a eso, el país cambiaría empezando por la Presidenta, que sucumbiría a su condición de debilidad femenina y no dudaría en alejarse del movimiento obrero, rompiendo relaciones con H. Moyano y accediendo a reconocer la alteración de las mediciones del INDEC,  con el despido inmediato de G. Moreno. Así la gente  (o la calle como dice la Sra. Legrand) se convencería de que estamos peor que nunca y hay que comenzar un nuevo período de alianzas y concertaciones.

Pero esto no sucedió. Muy pronto Cristina, aun golpeada y conmovida por la muerte de su esposo y compañero, se irguió y visitó Córdoba fortaleciendo el convencimiento de la lucha por la clase trabajadora y, asegurando la continuidad del proceso industrializador. Y, en Berazategui no dejó de ratificar, sin lugar a dudas, la calaña de una oposición que no se detiene ante ninguna regla de convivencia.

¿Qué hacer entonces?  Lentamente fue apareciendo la solución elegida. Hacer creer a las multitudes que se reunieron para homenajear a ex presidente, que se trataba de un montaje escénico electoralista. Algunos hasta se animaron a afirmar que Kirhner no había muerto sino que había huido. Otros, menos atrevidos, hablaron de un suicidio, de un cajón pequeño para su estatura, de falta de fotos del cadáver, de los obstáculos para que la gente se acercara al lugar del velatorio en la Casa Rosada, de la incomprensible y estoica permanencia de Cristina junto al ataúd que interpretaron no como signo de adhesión y dolor sino de ocultamiento de la verdad sobre la muerte. No dejaron sin  revisar en este plan, ningún reducto que pudiera suministrar argumentos para cumplir con sus objetivos de contrarrestar las avalancha popular que les hacía anticipar una derrota 2011. Tanto y tan desesperadamente revisaron, que descubrieron al fin, a  un supuesto artista vidente (Solari Parravicini) que se dio cuenta de que sus cuadros eran en realidad profecías que se cumplían inexorablemente, y en uno referido a Argentina, en 1939, ponía un féretro con una mujer de pañuelo blanco en la cabeza, tal como se dio en el velatorio en que una de las madres se sacó el pañuelo y lo colocó sobre el cajón. Faltaría nomás que alguien invocara ahora al brujo López Rega para consultarlo sobre si no se trataría de una jugarreta de la triple A.

Refiriéndose a un asunto distinto Kichner decía en una ocasión: ¿Qué te pasa Clarín? ¿Estás nervioso? Ahora esa oposición ha entrado en nerviosismo y descontrol. Porque todo este afán de desmontar el crecimiento del proyecto kircherista con medios tan extraños y espúreos no puede explicarse de otro modo.

Domingo 28 de Noviembre de 2010 – 1ro de Adviento (ciclo “A”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Mt.24,37-44)

Decía Jesús: Con la venida de este hijo de hombre, pasará lo mismo que en tiempos de Moisés. Todos estaban muy tranquilos comiendo, bebiendo y gozando, cuando llegó el diluvio y se los llevó, salvándose sólo los que entraron con Noé en el arca. Cuando suceda de dos que trabajan juntos uno será llevado y otro dejado. Así que permanezcan alerta. Si el dueño de casa supiera a qué hora iba a venir el ladrón se quedaría despierto para no dejar forzar la entrada. También uds. estén preparados porque cuando menos piensen llegará este hijo de hombre.

Síntesis de la homilía

En la confusión de dos acontecimientos anunciados por Jesús, la destrucción de Jerusalén y la segunda venida, se basa tradicionalmente la explicación de las contradicciones que encierra este pasaje. Jesús asegura que no pasará una generación y luego afirma que nadie ni siquiera él sabe cuándo sucederán estas cosas. Habla de que uno será llevado y otro dejado, con lo cual no se refiere a un final total. Se refiere a la venida de un ladrón comparándola con la vuelta definitiva del hijo de hombre.

Es muy posible que estas previsiones estuvieran así mezcladas también en la mente de Jesús. Lo que constituye la preocupación de Mateo que escribe, cuando muy temprano hacia el año 68, es fortalecer la confianza de las comunidades acerca de la venida de Jesús que ya tarda en producirse y causa desaliento en el compromiso con su mensaje y con el reino. Desde ese enfoque hay que interpretar todo este discurso, plagado por otra parte, si se atiende a los versículos que lo preceden, de simbolismos aterradores.

La advertencia fundamental, que se traslada a cada uno de los seguidores de Jesús, es que no hay que dormirse, hay que permanecer vigilante para advertir el paso de Jesús al lado de cada acontecimiento, para dejarnos su palabra y la huella de su conducta.

Entró muy fuerte en nosotros con la catequesis tradicional la convicción de que, si había posibilidad de hacer una buena confesión antes de morirse, todo quedaba solucionado, sin importar las cosas que hubieran sucedido o que hubiéramos producido durante la vida. Esto, que pretendía ser una afirmación de la misericordia infinita del Padre, ha resultado alienante para muchos que sólo se preocupan de asegurarse la confesión en esos últimos momentos, descuidando el permanecer despiertos toda la vida. El adviento que, como tiempo litúrgico anticipa la navidad, no es un tiempo concedido para preparar todos los detalles de la gran fiesta de esa noche con o sin la familia- Tampoco es para practicar mortificaciones voluntarias de modo que resultemos agradables a ese Dios, que no las necesita en la inmensidad de su amor. Es para recordarnos, con el mismo  enfoque de Mateo, que Jesús está volviendo cada día para ponerse a nuestro lado en  el esfuerzo de construir ese mundo mejor, que él llamó reino de los cielos. En la búsqueda de los acontecimientos personales o sociales que nos brindan oportunidad de dedicarnos a vivir y ayudar a vivir la felicidad de los hijos de Dios, superando las rivalidades,  los engaños,  las opresiones o esclavitudes,  las injusticias y otra cantidad de agresiones contra el ser humano hijo de Dios y hermano nuestro.

Domingo 21 de Noviembre de 2010. Festividad de Cristo Rey (ciclo “C”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema: (Lc.23, 35-43)

El pueblo y sus jefes ante la cruz de Jesús decían:”Ha salvado a otros. Si es el mesías, el elegido, que se salve a sí mismo! También los soldados se burlaban acercándose para ofrecerle vinagre y decían “si eres rey de los judíos, sálvate a ti mismo” Sobre su cabeza había una leyenda: Este es el rey de los judíos” Uno de los malhechores suspendidos en la cruz lo insultaba diciendo:”¿tú eres el mesías? Sálvate a ti mismo y sálvanos a nosotros” El otro lo reprendía diciendo “¿no tiene temor de Dios? Sufres el mismo castigo que él pero nosotros lo tenemos merecido porque pagamos culpas, pero él no ha  hecho ningún mal” Y añadía: “Jesús acuérdate de mí cuando llegues a tu reino”. Y él le respondió: “Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso”

Síntesis de la homilía

En el bautismo realizado por Juan, Lucas pone una voz del cielo que afirma que Jesús es el hijo, el elegido. En la cruz, la voz es escritura. Sobre la cabeza de Jesús figura la inscripción “éste es el rey de los judíos”, que pareciera explicitar el motivo de su condena, pero para Lucas es la expresión de su verdadera realeza.

La repetición por parte de la gente que pasa copiando las burlas de los jefes llega también a adueñarse de los malhechores que muy posiblemente eran guerrilleros actuando contra la dominación romana.

El desafío de todos, es el mismo. Si eres el mesías, baja de la cruz, sálvate y sálvanos. No hay muestra más elocuente de que el mesianismo, la redención, la liberación querida por Dios y realizada por Jesús, nada tiene que ver con los reinados o imperios que someten a los pueblos a distintos niveles de esclavitud.

A nosotros nos parece una equivocación la cometida por los jefes y el pueblo ese desafío que pronuncian de paso por el lugar de la crucifixión. Pero, si nos fijamos un poquito, también nosotros lanzamos con frecuencia ese desafío, cuando pretendemos que Dios muestre su bondad aplastando a nuestros enemigos, salvándonos de la guerras y enfermedades, interviniendo en nuestra vidas personales para que no suframos ningún daño. En realidad la táctica proselitista de la mayoría de las religiones está basada en esta “propaganda” de la salvación que Jesús triza con su permanencia en la cruz del martirio por sus convicciones a favor de los valores  más hondos del ser humano. La afirmación salvadora para el malhechor que agoniza a su lado, traslada la salvación a otro nivel. Para los judíos estaban clasificados como lugares distintos las situaciones que se vivían después de la muerte. Infierno, lo más bajo y paraíso lo más alto. El estar conmigo en el paraíso significa que delante de Dios, el reconocimiento de la ofrenda liberadora de Jesús le da pleno sentido a su vida. Y ésa es finalmente la actitud a tomar por los cristianos seguidores de Jesús. Esforzarse por servir a la liberación del ser humano en todos sus espacios a pesar de la falta de reconocimiento o recompensa con que los poderosos halagan y premian a sus servidores.

Domingo 14 de Noviembre de 2010. 33 durante el año litúrgico (ciclo “C”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Lc.21,5-19)

La gente conversa sobre la magnificencia del templo y Jesús anuncia que no quedará piedra sobre piedra. Le preguntan cuándo sucederá. Jesús responde: tengan cuidado no se dejen engañar. Muchos se presentarán diciendo “soy yo” “el tiempo está cerca”. Antes ocurrirán guerras y revoluciones, levantándose pueblo contra pueblo y reino contra reino. Habrá terremotos, hambre y pestes en diversos lugares junto con fenómenos aterradores y señales en el cielo. Pero antes de todo eso, a uds. los perseguirán, los entregarán a las sinagogas y los encarcelarán llevándolos ante los poderosos para que den testimonio de mí. Serán entregados hasta por sus parientes más próximos y a muchos los matarán. Todo por mi Nombre. Pero ni siquiera un cabello se os caerá de cabeza. Gracias a la constancia salvarán sus vidas.

Síntesis de la homilía

Pasaje como éste son mirados por muchos como una bola de cristal de adivinaciones. Asumiendo literalmente los dichos de Jesús sin advertir las contradicciones, como por ejemplo entre la descripción de las persecuciones y el optimismo final de que no perderán ni un cabello, no se tiene en cuenta el estilo literario que como pertenecientes a un tiempo y una cultura determinados, usan los evangelistas. Se trata de un estilo bautizado como apocalíptico que se refiere a las circunstancias de consumación que desemboca en la plenitud del reino, y que siempre está cargado de  detalles impactantes.

El gran aviso es primero, que el esplendor de los templos es absolutamente transitorio. El templo del corazón del hombre buscando a Dios y descubriéndolo en los detalles de la historia y el entorno es lo verdaderamente importante. El culto nunca deja de ser una organización elaborada por los hombres en la que necesariamente se cuelan muchas deficiencias e intereses.

La segunda advertencia tiende a proteger del engaño con que muchos se aprovecharán de ingenuos y necesitados, para presentarse como redentores, creando primero un ambiente de miedo e inseguridad que impulse a aceptarlos, de acuerdo a sus intereses (económicos o ideológicos), como solución de todos los problemas,

La tercera tiene que ver con que los fenómenos naturales y las consecuencias de las rivalidades egoístas como guerras y destrucción, no son indicio del fin del mundo, sino desafíos que los hombres debemos encarar con nuestras propias capacidades para remediarlas.

Un cuarto aviso es que, como defensores de una causa que se opone a muchos intereses egoístas, los discípulos como él mismo, serán perseguidos de muchos modos. Y en esto hay que tener en cuenta que aunque hayan desaparecido o al menos amenguado las torturas, desapariciones y encarcelamiento, hay otra persecución que consiste en identificar a los comprometidos con el cambio social que asemeja nuestra realidad al reino querido por Dios, para excluirlos, descalificarlos o ridiculizarlos.

Frente a todas estas circunstancias que se van dando en todos los tiempos con mayor o menor intensidad (o con mayor o menor publicidad) se insinúan dos motivos de optimismo. La fidelidad a la causa de la humanidad, dará sentido a sus vidas. Y el gran argumento para afrontar las  dificultades y condenas será su presencia (la de Cristo) acompañando nuestros esfuerzos.

Domingo 7 de Noviembre de 2010. 32 durante el año litúrgico (ciclo “C”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Lc.20,37-38)

Los saduceos que niegan la resurrección hacen una pregunta a Jesús. Un casado y muerto sin hijos y una viuda que, de acuerdo a lo establecido por la ley se casa con los otros seis sin tener hijos. La pregunta es ¿Cuando resuciten los muertos, de quién será esposa? Jesús responde: En este mundo hombres y mujeres se casan pero los que sean dignos de participar del otro mundo no se casarán. Ya no morirán porque son hijos de Dios y semejantes a los ángeles por ser hijos de la resurrección. Que los muertos van a resucitar lo ha dado a entender Moisés en el pasaje de la zarza, cuando llama al Señor, Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. Porque no es un Dios de muertos sino de vivientes, los que en efecto viven para él.

Síntesis de la homilía

Los saduceos eran un grupo conservador al extremo que sólo admitía como inspirados por Dios los cinco libros de la Torá. No creían en la resurrección  y por eso procuraban  darse todos los gustos en vida. A pesar de su conservadurismo, estaban aliados con los romanos que los favorecían con distintas prebendas. Completamente distintos de los fariseos que practicaban la austeridad y esperaban la otra vida para ser compensados por sus sufrimientos. Esa otra vida era concebida como una continuación de la vida presente y eso da pie a la dificultad y el enredo de los saduceos. Por eso Jesús comienza estableciendo la diferencia absoluta entre esta vida y la de la resurrección.

A nosotros la tradición eclesiástica y la catequesis nos trasmitieron la forma de pensar de los fariseos. Con sus características positivas y negativas. Vivir en austeridad y penitencia para después gozar de la verdadera vida, condenar el placer y la euforia de vivir en este mundo. Facilitarnos la creencia en la resurrección interpretándola según nuestras costumbres, casi como una reencarnación postergada y con todo lo gozoso de nuestra naturaleza corporal. Por eso tenemos tanta confusión cuando nos referimos a la resurrección y, por lo general hablamos de que no creemos en ella porque no podemos imaginarnos cómo será.

Jesús no aclara el asunto así como tampoco contesta directamente la pregunta de los saduceos. Dice claramente que la vida en resurrección es absolutamente distinta de la de aquí. En las características del amor, de la proximidad a Dios, de la alegría de la realización personal. De todo eso que nosotros no somos capaces de imaginar sin referencia a nuestras experiencias. El afirmar que “serán como ángeles” que muchas veces fue interpretado como ausencia de todo lo sexual, no es otra cosa que una alusión misteriosa ya que nadie puede establecer cómo son los ángeles, si es que existen como seres distintos de la creación. Queda claro también que Dios es de vivientes no de muertos porque ya lo veía de este modo Moisés. Este es un argumento para refutar desde la ley a los saduceos.

La frase con que Jesús habla de los hijos de la resurrección como hijos  nos traslada a una desaparición de desigualdades y privilegios y a una vida en Dios con la carga de todo su misterio que en el fondo es el misterio del amor. Y ese es el camino de vivir para El, vivir para los demás.

Volando desde el sur brindó sus alas. Por Guillermo “Quito” Mariani

Se le quebraron las alas mientras volaba hacia el Sur

buscando en la cruz del cielo los rumbos para el país.

Acostumbrado a marchar como todos los sureños

desafiando vendavales, decidió no sucumbir

y de una hasta otra trinchera fue avanzando lentamente

desmoronando barreras con apostura viril.

Desde la sombra, las nubes invasoras de horizontes

quisieron cerrar su avance tirando arena en sus ojos

y tronando amenazantes con sonidos alquilados

ensayaron detener sus proyectos ambiciosos

de una patria justiciera con memoria del pasado

y una tierra igualitaria  sin pobres ni poderosos.

Se le escapaban las manos, no le bastó la palabra,

se le escapó el corazón en la lucha cuerpo a cuerpo

y sin dejar testamento nos vistió con su coraje

para seguir la pelea con esperanzas del viento

que   arroja arena en los ojos y también hincha las velas

para seguir navegando hacia el que fue su proyecto.

De pie frente a la inclemencia de los vientos agoreros

dos mujeres seguirán andando por sus caminos

la que  es madre de sus  hijos y compartió sus anhelos

de una Argentina distinta sin patronos ni excluidos

y la otra, la madre Patria con su presencia de pueblo

que lo envolvió con bandera como al mejor de los hijos.

De los anhelos más altos  para cambiar el destino

De esta Patria embarazada con ansias de parturienta

A la que amó como esposa y que lo adoptó por hijo.

Guillermo “Quito” Mariani

Ha muerto Néstor C. Kirchner. Por Víctor Saulo Acha

Me he preguntado si debía escribir este texto y he pensado que es preferible el riesgo de la palabra a la omisión del silencio. Por eso quiero compartir estas reflexiones.

En estos días dijo un joven: “yo no soy K, pero vi lo que sucedía y me dije ‘la historia pasa por aquí’. Y por eso he venido”

“La historia pasa por aquí” .Una afirmación que todos podemos convertir en un interrogante ¿Por donde pasa la historia? Tal vez por no hacerse este planteo muchos “ven” pasar la historia y se quedan en la vereda, sin sumarse a ella; otros “dejan” pasar la historia y se quedan en el encierro, para no arriesgarse en las dificultades, o para solo asomarse si hay algo aprovechable.

Quiero ir más allá del hecho de la muerte de Néstor Kirchner y tratar de descubrir porqué su muerte se convirtió en acontecimiento. Digo un acontecimiento por la  movilización que produjo, por las reacciones de personalidades dentro y fuera del país, por las expresiones de tanta gente común que ganó las calles.

Para saber “por donde pasa la historia” argentina, se hace necesario descubrir qué está sucediendo en nuestro país en este momento. Y voy más allá de esta muerte y mas allá de los entreveros del poder, de los aciertos o desaciertos de los diferentes actores políticos; más allá todavía de la circunstancia de quien nos gobierna o quien dará continuidad al proyecto de país que hoy está vigente.

Cuando planteo que está sucediendo en el país me refiero a algunos emergentes que no podemos ignorar:

En el hecho de la gran movilización de estos días, es innegable la abrumadora cantidad de jóvenes, no solo presentes, sino expresándose, manifestando su voluntad de protagonismo.

A esto debemos sumarle lo acontecido en este mismo año en ocasión de celebrarse el bicentenario. También entonces, en las masivas manifestaciones se destacaba la presencia juvenil.

Y más recientemente en Buenos Aires y muy cerca aquí en Córdoba, las tomas de las escuelas cuentan una vez más con el protagonismo de los jóvenes. Que no solo salieron a las calles, sino que en sus expresiones mostraron una asombrosa capacidad de análisis, una firme convicción de sus derechos ciudadanos y una respetuosa claridad para reclamar el diálogo necesario en busca de una mejor calidad en la educación.

Y no es esto un rebrote sesentista, es la expresión clara y contundente de la maduración social a la que ha llegado esta generación. Es que se han expresado los desaparecidos. No ya los que fueron silenciados para siempre, sino estos que estaban elaborando su mensaje, descubriendo su rol y aguardando la ocasión para decir aquí estamos: escúchennos.

¿Por donde pasa la historia? Estos brotes de protagonismo, estas palabras maduradas en silencio y ahora expresadas, estas marchas que son signos vitales y expresiones de presencia, son las señales de la historia posible, la historia que pretendieron robarnos, la historia que debemos construir, la historia que nos está llamando a no quedarnos ni dentro de casa ni en la vereda, sino a mezclarnos en la marcha de los que construyen caminando y mirando hacia adelante.

Néstor Kirchner ha muerto y muchos al constatar la ausencia, sintieron que algunos gestos de su acción estuvieron abriendo puertas y había que trasponerlas. Y por eso ganaron las calles.

Se abrieron puertas con decisiones políticas, económicas, sociales, tomadas en los últimos siete años. Decisiones que han sido discutidas, resistidas, rechazadas o aceptadas. Pero decisiones que tocaron cuestiones tan esenciales, que a nadie dejaron indiferente. Entonces, al aflorar las indiferencias el país se ha convertido en un escenario de debate, donde va creciendo nuestro protagonismo, que deberá crecer aún más.

Los jóvenes en las calles en una y otra ocasión y finalmente, con fuerza contundente en los funerales, nos están diciendo por aquí pasa la historia:

  • Por la presencia protagónica
  • Por el debate responsable
  • Por la confrontación en el diálogo
  • Por la aceptación del disenso y la pluralidad
  • Por la inclusión de los “desaparecidos” hasta hoy, para que sean palabra y presencia y así gestemos entre todos el país que nos merecemos.

Y será saludable no sumarnos a quienes con buenas intenciones algunos, o con aviesos propósitos otros, opinan y hacen preanuncios de ingobernabilidad. La continuidad del gobierno no es ni solo un deber de la presidenta, ni solo un anhelo de sus adherentes, es la exigencia de un país que quiere hacer de sus instituciones un camino, un instrumento para vivir y crecer y no una ocasión para provecho de oportunistas.

Nos debemos todos la continuidad institucional y la responsabilidad de hacernos cargo de esta hora de la historia.

P. Víctor Saulo Acha

Muertos que iluminan. Por Guillermo “Quito” Mariani

La incorregible miopía humana nos hace ignorar una cantidad de luces que se encienden a nuestro alrededor cuando, como un regalo para cada generación, brotan personas que cultivan sincera y profundamente los grandes valores humanos y sociales, apretados en un solo amasijo.

Eso nos está sucediendo con la muerte de Néstor Kichner, el verdadero instaurador de una democracia con memoria, justicia, independencia, renuncia a la represión, y proyecto de futuro. De su ataúd y esparciéndose como rayos luminosos, se desprende el recuerdo y valoración de todas esas decisiones que se fueron adoptando en su plan de gobierno compartido, como el hogar, con su esposa Cristina Fernández. Las palabras de los presidentes latinoamericanos y el respeto del mundo por su figura y su acción, constituyen un motivo de orgullo para los argentinos que ya nos hemos acostumbrado, en cierta manera, a repetir las consignas que los intereses externos y antinacionales injertan en los medios de información que les responden desde adentro. “Estamos muy mal” “somos un país sin futuro” “el default nos ha borrado del espacio internacional” “Somos nación triguera y tendremos que exportar trigo” “Con este gobierno las cosas no se arreglan más” “la crisis económica mundial nos va a arrastrar sin remedio” “somos en el mundo modelo de corrupción y engaño”… para terminar con “los argentinos  no servimos para nada”.

Segura y lamentablemente, la muerte del ex presidente deja un vacío en la política y en la historia argentina. A mi juicio, que escucho compartido por muchos, “desde Perón y antes de Cristina ningún presidente ha estado a la altura de las reformas sociales que necesita la Argentina”

Pero ya se muestra, aprovechándose de este inesperado arrancón, la saña de los políticos ambiciosos de poder, para volver atrás todo lo que la Argentina conquistó durantes estos años.

El machismo corporativista mediático, agroexportador, político y eclesiástico emiten, junto al inevitable mensaje de condolencias, uno que llaman de esperanza, descalificando a la sra. presidenta. Según ellos, ella  no será capaz de seguir el rumbo y cambiará la confrontación por concertación como único modo de conservar el proyecto sostenido y acordado con su esposo. Esta descalificación llega hasta compararla con Isabel Martínez  desorientada con la muerte de Perón (Urgente 24), o hasta  exigirle  que se desligue del movimiento obrero y de Moyano, prescindiendo también de los servicios de Guillermo Moreno al que señalan como sostenido empecinadamente por Néstor. Sólo así podrá, dicen, lograr el apoyo necesario para la gobernabilidad desde la debilidad femenina en que la deja su esposo y sostén (R. Fraga de la Nación) El mensaje entre líneas, de reavivar la concertación no alude por supuesto, a conversaciones para lograr acuerdo sino, como las producidas hasta ahora, para imponer las condiciones exigidas claramente y sin vueltas por las corporaciones mencionadas.

¡No conocen a Cristina! A fuerza de denigrarla irrespetuosa y hasta burlonamente, han creído que ella es la que ellos desfiguraron. No han sido capaces de descubrir ni respetar su inteligencia, su firmeza, su convicción para llevar adelante un proyecto nacional y popular como el que ha ido  apareciendo en las importantes decisiones tomadas hasta ahora. Además no han contado con que, el apoyo popular que creyeron conquistar con astucia y medios, ya se les está escapando día a día.

La personalidad de Néstor Kirchner ilumina desde su ausencia.

José Guillermo Mariani (pbro)