SÍ A LA VIDA! Por Guillermo “Quito” Mariani

Aunque se cuide bastante señalarlo, la iglesia católica y sus seguidores “archifieles” por no llamarlos fanáticos, son los que presentan una posición más agresiva en contra de la despenalización del aborto. La ley que comenzó a discutirse en Diputados y fue frenada inesperadamente no pudiendo pasar a la Comisión de Familia, deberá superar otros obstáculos y posiblemente se postergue su tratamiento hasta el próximo período legislativo. No obstante, ya ese primer paso, de iniciar las deliberaciones, enfurece a quienes sostienen que de eso  no hay que hablar porque es decirle ¡ NO! A LA VIDA.

Por eso en esta segunda reflexión  voy a señalar simplemente cómo y por qué la iglesia católica oficial es cómplice de la proliferación irrefrenable de abortos.

1ro. Siempre se negó y se niega pertinazmente a una educación sexual completa y precoz. Aguer calificó la experiencia en un colegio secundario como incitación a la promiscuidad.

2do. Tradicionalmente ha demonizado el sexo, condenando en sí mismo el placer sexual a no ser que cargue con la  obligación de un hijo (los que Dios manda)

3ro. hablando por un lado, de paternidad responsable, ha condenado explícitamente durante mucho tiempo todo proceder anticonceptivo, Recién a comienzos del siglo pasado admitió la regulación por la continencia periódica  presentada como ley natural aunque es lo más artificial y antinatural puesto que decreta la falta de espontaneidad del acto sexual que tiene que ser regido por el almanaque.

4to. Olvidando absolutamente a las madres que mueren por abortos clandestinos y calificando esas muertes como castigo de su pecado

5to. Rechazando obstinadamente las investigaciones científicas que admiten casi unánimemente un período (de 14 primeros días, antes de la aparición de la cresta primitiva) en que seguramente hay una vida pero no todavía una vida humana, y la discusión vigente con argumentos muy serios, de que esto no es seguro hasta las doce semanas.

6to, Admitiendo todavía en labios y libros tradicionales que los padres engendran sólo lo corporal y el alma la infunde Dios. Nunca hubo acuerdo sobre cuándo se daba esta infusión del alma que constituiría al ser humano.

7mo. Usando para negar el bautismo de los niños, el argumento de que los padres no estén casados por iglesia. Con lo cual afirman, sin decirlo expresamente, que esos niños no son hijos de Dios, porque el bautismo es nada más que eso, la celebración de que todos somos hijos de Dios. Así los marginan de toda posibilidad  de la salvación en que dicen creer.

8vo.-Porque para usar el argumento  esgrimido de “Sí a la vida” esta iglesia carece de autoridad histórica ya que ha sido cómplice por acción o silencio, de torturas, muertes y desapariciones de los considerados culpables por la represión dictatorial y también de muchos inocentes. El “ SI A LA VIDA” en algunas oportunidades y el “NO A LA VIDA” en otras, es hipocresía.

9no. Animando la resistencia de profesionales y jueces, con la posibilidad de objeción de conciencia para cumplir con  la ley referida a la concepción por violación, la iglesia ha hecho postergar el tiempo de la expulsión  hasta que se convirtiera en eliminación de una vida humana

10mo. Provocando que los padres que descubrían a sus hijas embarazadas antes del matrimonio las expulsaran de la familia y consideraran que hubiera sido mejor que se murieran a que quedaran “deshonradas”

Muchos abortos y muertes se deben indudablemente, a estos principios y conductas severamente inculcados

¡Estoy fascinado! Por Eduardo de la Serna

¡Realmente fascinado! Escuchar hablar de “pro-vida” es algo que me subyuga y conmueve hasta lo más hondo. Es cierto que nunca pude imaginar que alguien defendiera grupos “pro-muerte”, pero gobernadores, diputados, senadores, políticos y hasta algún obispo se convocan “en defensa de la vida”. ¡Maravilloso! (aunque debo manifestar una nueva pregunta: uno de los obispos convocados fue “castrense”, y no me parece que sea la característica principal de las Fuerzas Armadas la “defensa de la vida”, ¿o sí?).

Sin embargo, mi fascinación no logra salir de cierta confusión: los defensores del peor genocidio económico que ha vivido América latina (el neoliberalismo), con desocupación, desnutrición, hambre, es decir, “muerte”, ¿son pro-vida?; los defensores del genocidio dictatorial con desapariciones, violaciones, negación de las identidades de niños, secuestros, asesinatos, y personas vivas tiradas al río o al mar, ¿son pro-vida?; los defensores de guerras como la de Irak (y tantas otras, como sostenedores de egipcios dictadores, por ejemplo), los aliados de los saqueadores de recursos y provocadores de muerte por petróleo, diamantes, ¿son pro-vida?

Quisiera tener esto claro, porque me confunden un poco estos sabios…

Y debo decir que mi confusión aumenta cuando veo que muchas veces, ¡casi siempre!, son los mismos. Los que han defendido guerras, dictaduras y modelos económicos de muerte, son los mismos, y salen a proclamar la defensa de la “vida”. ¿Qué es la vida para estos personajes? ¿De sólo nueve meses se trata “la vida”? La vida digna, con justicia, ¿no la defienden?; ¿la vida de los jubilados?, ¿los torturados?, ¿las violadas en los campos de concentración?, ¿los esclavos contemporáneos que utilizan sus amigos?; ¿los pobres que aprenderá a torturar la Policía Metropolitana?

¡Vida! ¿Estaban allí cuando se votó para que los jubilados tengan dos aumentos anuales?, ¿o que se anulara el perverso sistema de AFJP?, ¿y la Asignación Universal por Hijo?, ¿y el plan Conectar Igualdad?; ¿dónde estaban cuando se consideraron de “lesa humanidad” las violaciones de derechos humanos? ¿No es “vida” eso?

Pero cuando veo que a eso se suma una crítica al matrimonio igualitario (¿cuál sería el atentado contra “la vida” en este caso?), y la crítica a “la ideología de género”, me confunden más todavía. ¿Será que realmente estos señores y señoras (perdonen el lenguaje inclusivo, pero los que miramos desde una perspectiva de género solemos usarlo) son realmente defensores de “la vida” o son más bien defensores de una ideología que usa la vida –unos pocos meses de la vida, debemos decirlo– como excusa para sostener sistemas de muerte? Es bueno que tengan ideología; ¿quién no la tiene?, pero me permitirán que desde una irrestricta defensa de la vida, y vida digna, y de los derechos conculcados, manifieste mi más profundo de-

sagrado y rechazo a una simple cosa, quizás menor: no acepto que los que yo tengo por adalides de la muerte nos quieran hablar de “vida”, y que utilicen un lugar de la democracia –palabra que la mayoría de ellos y ellas desconoce– para levantar sus negras banderas de cruzada.

* Coordinador del Movimiento de Sacerdotes en Opción por los Pobres.

 

Fuente Pagina 12

Cuestión de vida o muerte. Por Guillermo “Quito” Mariani

El debate ya iniciado y frenado en la cámara de diputados sobre la nueva ley del aborto, es un paso largamente esperado para remediar ese mal en aumento que son los abortos, con una cantidad de consecuencias perjudiciales para las personas, la familia y la sociedad.

Hay quienes no admiten ni siquiera proponer el debate. Para ellos el aborto es delito grave contra el hombre y contra Dios, y debe ser penalizado consecuentemente en esta vida y en la otra.

Y se plantea entonces, como publicidad para impresionar y alarmar, una falsa disyuntiva. NO AL ABORTO! SI A LA VIDA!

El NO absoluto al aborto, que consistiría en que ipso facto (por algún decreto divino de necesidad y urgencia) quedaran suprimidos todos los abortos, es imposible de lograr.

La represión, la penalización, la recomendación de abstinencia sexual, no han tenido ni tendrán éxito. El número sigue creciendo.

La disyuntiva que se presenta entonces, es:

¿Dejamos que se sigan multiplicando los abortos, siempre traumáticos para quienes lo viven y su entorno? ¿O hacemos un esfuerzo real para disminuir el número de abortos y sus consecuencias fatales? Porque en muchas oportunidades acaban  con dos vidas inocentes (la del feto y la de la madre que muere precisamente como tal).

Lo que se pretende entonces desde el sector que opina a favor de la legislación y despenalización es: disminuir las muertes de niños antes de nacer y de madres, como consecuencia de serlo.

Y para eso se propone cambiar el criterio represivo y discriminante (los ricos sí, los pobres no) mantenido hasta ahora, que no ha logrado otro efecto que multiplicar los abortos y sus secuelas trágicas. Que remedios se proponen?

1ro.- despenalizar. Quitando al aborto la condición de lo clandestino, para que la decisión de realizarlo pueda ser motivo de consulta; para que se proceda rápidamente en el caso del hijo no deseado interrumpiendo el proceso y no una vida humana; para que esté al alcance de todos acceder a métodos modernos, asépticos y gratuitos.

2do.- Legislar sobre las condiciones de máximo y mínimo que deben brindar los centros de salud, el estado y la sociedad frente a las diversas  circunstancias que inducen a este proceder, en cuánto a quiénes, cómo, cuando, impulsados por qué situaciones, con qué posibilidades de asesoramiento y propuestas de soluciones,

3ro.- Destrabar las objeciones de cualquier origen que estén impidiendo una educación sexual precoz y completa en todos los ambiente educativos sobre todo lo referido a la sexualidad y su ejercicio natural y responsable.

4to.- determinar claramente los casos especiales, más allá del tiempo acordado en la ley, ((los 14 dias cuentan con casi unanimidad científica, no así las 12 semanas)con asesoramiento de especialistas, para que pueda elegirse, entre dos vidas en peligro, la  que tenga más probabilidades de supervivencia. O para que al menos puedan disminuirse las consecuencias desfavorables de una libre y motivada elección.

 No pareciera que a esta propuesta pudiera ser objetada razonablemente desde el punto de vista ético. Sin embargo hay una agresiva condenación hasta sobre la posibilidad de debatirlo. Y detrás de eso,  está dictando entre bambalinas, la Iglesia institucional, sobre la que hablo en la reflexión siguiente.

Derecho al Aborto. Entrevista a líderes religiosos argentinos

CUESTION DE FE

Aun cuando parezca monolítica la oposición de las religiones con más representación en el país a la despenalización del aborto, esta postura en contra del derecho a decidir de las mujeres sobre sus propios cuerpos no es una verdad revelada ni un dogma. Tanto en las iglesias cristianas –católica, evangelista o metodista– como en la religión judía hay voces disidentes dispuestas a dar debate y a poner en cuestión esta supuesta defensa de la vida de la que se apropia la prohibición y que oculta cuántas muertes de mujeres provoca el aborto clandestino.

Por Luciana Peker

“Para el teólogo Santo Tomas de Aquino la vida se transformaba en humana cuando había animación y esto era a los cuarenta días en el caso de los hombres y a los noventa días en el caso de las mujeres (¡porque somos más lentas¡) pero no desde la gestación. Es importante saber que en la doctrina hay diferentes posiciones y en la Iglesia Católica también hay distintas expresiones como la teología feminista (que interpreta a la Biblia con ojos de mujer) o la teología de la liberación”, explicó María Teresa Bosio, integrante de Católicas por el Derecho a Decidir. Ella trasciende la teoría y lleva a la práctica la fe en el apoyo al proyecto por el aborto legal, seguro y gratuito que ya está en el centro del debate social en lo que resta de este año y del que viene.

“Nosotras somos disidentes de la jerarquía católica, pero queremos ser parte de ella. Hay muchas mujeres y varones que piensan como nosotras a favor de la despenalización del aborto porque genera víctimas dentro de los sectores más pobres”, resalta. “El aborto no es nuevo y tampoco el rechazo de la Iglesia. Pero sí ha cambiado la posición católica que no fue igual en toda su historia”, relató la filósofa feminista y legisladora porteña (hasta el 10 de diciembre) Diana Maffía. “El maestro Aristóteles decía que todos los seres humanos estaban destinados a ser perfectos (o sea, varones), pero que a las mujeres nos faltaba un poco de cocción. Somos como un microondas fallado”, ironiza Maffía. “Mientras que Santo Tomás y San Agustín deberían ser excomulgados antes que las feministas”, aleccionó, aun con ironía redoblada por su concepción sobre el comienzo de la vida. Y argumentó: “Es la mujer la que tiene que tomar una decisión ante el conflicto moral. El problema es que la imperfección que se nos ha asignado históricamente –por ser supuestas portadoras de una racionalidad de segunda– es la que justifica que no podemos tomar nuestra decisión sin preguntarle al juez, al médico, al marido o al cura simplemente porque, según esa antigua concepción, sus embriones cuajaron antes que el de las mujeres. Es interesante que la Iglesia descalifica a las mujeres que ponemos el cuerpo, la subjetividad, el intelecto y las emociones para que el embrión crezca. Ya que, aún con su concepción, el embrión no crece solo, sino gracias a las mujeres”.

“¿Por qué tenemos que aceptar la visión homogénea que determina quién es persona y quién no? –cuestionó el rabino Daniel Goldman, de la Comunidad Bet El, en un debate sobre religión y aborto convocado por la diputada Cecilia Merchán en el Congreso–. En la tradición judía hay una gran discusión acerca de si el feto es persona. La madre, en caso de peligro, tiene derecho por sobre la vida del hijo. Decimos peligro físico, psíquico, y yo le agregaría peligro con responsabilidad social. Así que este es un buen comienzo.”

LA LEY QUE ESTA POR NACER

“El año de la vida”, caratuló el Episcopado Argentino al 2011 con el afán de “priorizar en nuestra patria el derecho a la vida en todas sus manifestaciones poniendo especial atención en los niños por nacer como en nuestros hermanos que crecen en la pobreza y marginalidad”. Sin embargo, hay otros religiosos y religiosas que también luchan por la vida pero con otra visión de la y las vidas. “No sólo creyentes, sino creíbles”, es una frase de monseñor Pedro Casaldáliga que, tal vez, resuma no sólo posturas personales, sino la posibilidad de tener otras posturas ante los retos de la vida sin abandonar la fe. Es el caso del presbítero cordobés Guillermo “Quito” Mariani, quien después de publicar su libro Sin tapujos –en donde relataba una experiencia amorosa de su juventud–, fue castigado por la jerarquía eclesiástica. “En la Iglesia hay dos líneas –argumenta Mariani–. La conservadora tradicional y la que surgió luego del Concilio Vaticano Segundo. Esta línea, que vino con toda una serie de cambios que se estaban dando en la sociedad, apareció como irrefrenable, pero al tiempo reaccionó la postura conservadora que se puso a la defensiva. En este sentido, la posición de no dar el debate ignora los derechos de la sociedad civil. Además, su calificación del aborto –como una interrupción de la fecundación– tiene un sustento poco científico. En su historia, la Iglesia fue incorporando los avances científicos. ¿Por qué ahora no? Es una cuestión de autoritarismo.”

“Se ha manejado desde la tradición judeo cristiana el tema de la culpa como una forma de dominación de la condición humana de la que hemos hecho un negocio”, admitió Frank de Nully Brown, obispo de la Iglesia Evangélica Metodista en el seminario “Religiones, Matrimonio Igualitario y Aborto, alianzas con y entre actores religiosos por los derechos sexuales y reproductivos en Argentina” que se realizó el 14 de junio, en el Instituto Universitario Isedet y estuvo organizado por el Grupo de Estudios sobre Sexualidades (GES) del Instituto Gino Germani, de la Universidad de Buenos Aires; Católicas por el Derecho a Decidir y el Instituto Hemisférico de Performance y Política, de la Universidad de Nueva York, con el respaldo de la Delegación de la Unión Europea en la República Argentina.

NI A FAVOR NI EN CONTRA

En el debate sobre la descriminalización del aborto hay una falsa dicotomía que los y las religiosas tienen como objetivo desarmar: “No hay que entrar en el debate a favor o en contra porque esto no es River-Boca. Yo no creí que iba a salir el matrimonio igualitario en la Argentina y salió”, apuntó el obispo de la Iglesia Evangélica Metodista. Y agregó: “Se ha manipulado sobre quiénes estamos a favor o en contra y no se puede discutir desde allí. El aborto es una circunstancia a la que se llega y a la que no se quiere llegar. Mi deseo es que ninguna mujer tenga que abortar en la Argentina y en el mundo. Es un deseo ambicioso pero es mi deseo. Sin embargo, no quiero que una mujer, si tiene capacidad económica, pueda salvar su vida y si no la tiene quede librada a su destino”.

La diputada cordobesa Cecilia Merchán, acostumbrada a ser la voz en las mesas de debates que escenifican en la televisión la idea de las dos campanas, traslada su experiencia como panelista a la reducción mediática del aborto como si se tratara de un ajedrez sin piezas grises. “La gran mayoría de los periodistas están a favor de la despenalización del aborto. Pero les encanta el circo y si tienen a mujeres agarrándose de los pelos y te ponen la ecografía con el feto de imagen de fondo mejor”, denuncia.

UNA LUCHA POR LA VIDA

Desde otro sector, la diputada evangelista Cynthia Hotton promueve, junto a la Universidad Austral (vinculada con el Opus Dei), el “Protocolo por la vida”, que promueve la Asociación Cristiana de Iglesias Evangélicas de Argentina. Mientras que el arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, priorizó durante su discurso en la tradicional caminata a la Virgen de Luján defender la vida “de los que van a venir”.

Sin duda, la advertencia es una amenaza a una reforma legal en la pelea contra el avance de la despenalización del aborto, que se va a discutir el 1º de noviembre, en la Comisión de Legislación Penal, del Congreso de la Nación. La diputada (hasta el 10 de diciembre) Merchán, contextualizó: “Es el proyecto que tiene más apoyo en el Congreso: lo avalan dieciséis universidades nacionales, doscientas cincuenta organizaciones sociales y cincuenta legisladores/as. Por eso, en base a la construcción colectiva, tengo optimismo respecto de la aprobación de esta ley. Pero los que están en contra se han unido y aggiornado porque hemos avanzado tanto que si no, están en el horno. Perdieron una batalla muy fulera (para ellos) que fue la del matrimonio igualitario y ahora están viendo cómo hacen para no perder otra”.

En contra de estos respaldos, las iglesias (evangélicas y católicas) que ya se unieron bajo el color naranja en la derrota de su postura pro heterosexualidad obligatoria, auguran que la religión va a aparecer como la gran enemiga de la posibilidad de decidir y de resguardar la salud de las mujeres. Sin embargo, no hay una sola religión. Ni una sola concepción de vida. “Se hace el juego de identificar a quienes estamos a favor de la despenalización del aborto como personeros de la muerte cuando la despenalización tiene que ver profundamente con la vida. Tenemos que apoyar que la ley salga porque está a favor de la vida”, diferenció De Nully Brown, quien profundizó: “Desde la pastoral proponemos redes de contención para no llegar al aborto y, en caso de que una mujer aborte, que la intervención se realice en un hospital público”.

En ese sentido, coincidió Maffía: “¿La represión es eficaz? Suponiendo que no la discutimos, igualmente, es totalmente ineficaz para defender la vida de los embriones y de las mujeres. Por eso, estamos a favor de la vida. Nosotras defendemos la vida y queremos una vida digna no sólo para el embrión”.

Por su parte, el pastor Lisandro Orlov, de la Iglesia Evangélica Luterana Unida, manifestó: “Es necesario sacar el tema del Código Penal para ponerlo en perspectiva de derechos humanos, del Evangelio y de los derechos de las personas. Esa es una necesidad de nuestra iglesia, es una necesidad pastoral. Pero también estamos apoyando la legalización porque tenemos que sacar el tema del aborto de la clandestinidad. El respeto de la autonomía es un valor que no podemos negociar. El cuerpo humano es el primer espacio donde ejercemos los derechos de ciudadanía. Nuestra Iglesia decidió, a pesar de las tensiones dentro de nuestra propia comunidad, que no podemos guardar silencio. Teníamos que hablar porque nuestro silencio nos hacía culpables de la cantidad de mujeres pobres que mueren cada día en América latina. La legislación prohibicionista ha mostrado que no está protegiendo la vida. Y yo quiero proteger la vida”.

MUCHA OPOSICION, MUCHOS ABORTOS

El otro fracaso de la prohibición del aborto es su falta de efectividad. Bossio, de Católicas por el Derecho a Decidir, cuestionó el poder de la jerarquía eclesiástica para convencer a sus fieles de no ejercer las prácticas que critican. “La prohibición religiosa no ha disminuido la cantidad de abortos”, sentenció. Los argumentos de Goldman también coinciden: “El aborto se practica le guste a la vecina, al maestro, al juez, al religioso o al legislador”. El obispo De Nully Brown agregó: “La penalización del aborto no salva vidas. Ni sirve para nada. Han crecido la cantidad de abortos y de muertes. Pero además, para penalizar realmente los abortos tendríamos que tener un Estado gendarme que vigile a todas las mujeres en edad fértil, y aún así –descartó– se castigaría a la mujer porque es muy difícil encontrar al hombre hasta si se hace un ADN. Por eso la penalización del aborto, en realidad, es inaplicable”.

El también cuestionó las frases rimbombantes que alientan a continuar los embarazos, pero que ocultan la cantidad de mujeres de fe que interrumpen esos embarazos. “Hay mucha hipocresía porque esto también les ocurre a las mujeres católicas, evangélicas y musulmanas”, desnudó.

“La defensa de la legalización del aborto en un hospital público se contrapone al comercio clandestino que gana con la penalización del aborto y que mueve mucho dinero. No sólo los religiosos hacen lobby en el Congreso, también los que ganan con ese comercio”, sentenció De Nully Brown. “¿Qué es el aborto?”, se preguntó Maffía. Pero la respuesta no fue filosófica sino constante y sonante: “Es un gran negocio que mueve millones y en el que tienen que gastar, muchas veces, su poquitísimo dinero las mujeres más humildes. Por eso, se opusieron al aborto la Facultad de Medicina y Asociaciones de Ginecología. No son casuales estas objeciones. El dinero mueve al mundo y a veces llega al útero de las mujeres”.

 

Fuente Página 12

La vida no es sueño. Por Calderita Barcarola (Hilda Rais)

El fetismo no es un humanismo

Josep Vincent Marqués

 

Les habla una cocinera

que como toda mujer

hubo oficios de aprender:

hortelana y niñera,

madre, nodriza, partera

y, como todas, aquí,

por las leyes maltratada,

pretendo sea respetada

nuestra forma de vivir,

por ello os he de decir:

 

Un Papa nos extramura,

un rey de turno obedece

y ordena a sus feligreses

ficción de ley con premura:

disfrazar la dictadura.

 

El marqués José Vicente

sostiene razón prudente:

fetismo no es humanismo.

Hombre que piensa lo mismo

que mujer, es un valiente.

 

Entonces, pues, aclaremos

esta fiera confusión

este apriete, esta opresión

por si alguna vez dudamos;

puede que sí pues estamos

en tierra tan singular

que penaliza abortar

cuando la experiencia enseña

que la mujer es la dueña

de no desear maternar.

 

Sueña la iglesia que sabe, y vive

con este engaño mandando,

disponiendo y gobernando

y a todo mundo prohibe

discutir lo que prescribe:

qué delicia es permitida,

cuál querra es una Cruzada,

qué gente es la inadecuada y

vaticana y protegida

cuándo comienza la vida.

 

¿De qué vida conversamos?

Flores, pájaros, verduras,

animales de pastura,

son vida y no nos culpamos

cuando esa vida acabamos.

 

No se tome esto a broma:

una pluma no es paloma,

la semilla no es zapallo

y simiente no es caballo.

 

Hablemos, pues, de persona.

La idealización no evita

conocer algo profundo:

persona se es en el mundo

aunque sea pequeñita

si en otro cuerpo NO habita.

¿Es lo humano una ilusión,

una sombra, una ficción?

¿La raicilla, es rabanito?

¿Es la yema un pollito?

¿Tiene un huevito razón?

¿Es la masa un pan horneado?

¿Un poroto, es un guisado?

¿Es un chocho carbonada

o la aceituna empanada?

¿La escama, es un pescado?

Tanto ejemplo no es en vano,

el semen no es un enano,

el óvulo no es doncella,

cigoto no es vida bella,

EMBRION NO ES SER HUMANO.

 

Fuente:  RIMA

Se viene de nuevo!. Por Guillermo “Quito” Mariani

Ya están desenvainando y empuñando los escudos. Se aproxima la batalla,

No voy demasiado al centro de la ciudad, pero ya he descubierto dos señales. Una, sobre una pared blanca en Avda.Vélez Sarsfield, otra, perdida entre los rostros sonrientes de políticos en oferta. La primera leyenda decía “No al aborto ¡Viva Cristo Rey!”, la segunda “¡No al aborto, sí a la vida!”. Un anticipo de las consignas que es escribirán en pancartas, se gritarán en  manifestaciones callejeras y se leerán en importantes documentos sagrados.

Un somero análisis de esos textos lleva a descubrir varias realidades. Lo que les es común  “No al aborto” es una treta engañosa y astuta: desfigurar al adversario. Porque hace suponer que los contrarios sostienen “Sí al aborto”. Y esto es absolutamente inexacto. Los atacados sostenemos un SI a la despenalización, a la desclandestinización, a la legalización, a la disminución de los abortos, a la supresión de muertes innecesarias, a la búsqueda de información y conocimientos que hagan posible una decisión libre y madura.

Y en cuanto al “Viva Cristo rey!”. ¿Qué tendrá que ver el reinado de Cristo con este asunto? Un debate que tiene la oposición  empecinada de la jerarquía eclesiástica actual contrariando los principios del vaticano II de adaptación a las realidades y problemas del mundo (GS.67 y 286)? Hay una explicación. La misma que tuvieron los escuditos que nosotros llevábamos, ingenuamente jóvenes, prendidos en el pecho, anticipando y alardeando sobre la victoria de la “revolución libertadora” del 55. Movimiento en que la iglesia estuvo intensamente complicada lo mismo que con la dictadura del 76. Presentarse y confundirse con Cristo rey o con Dios confiere ciertamente, para muchos, autoridad y poder.

Y en lo que se refiere a esa afirmación tan drástica “Sí a la vida”, que desearíamos de todo corazón, que fuera sincera ¿cómo entender que se defienda sólo la vida no nacida cuando se ha sido cómplice de las muertes inocentes de tantos eliminados en pleno rendimiento vivencial y social por la dictadura militar? Y ¿de dónde proviene la seguridad científica de que la vida humana comienza con la fecundación, cosa que ni siquiera los documentos eclesiásticos ( “De aborto procurato” (13) “Donum vitae”(60) “ se atreven a definir? Y ¿cómo se dice sí a la vida diciendo no a la educación sexual generalizada y temprana, no al uso de los métodos anticonceptivos, no a la facilidad de acceso a ellos por parte de los pobres, no a la distribución más equitativa de los ingresos por las retenciones e impuestos a los más acaudalados y generalmente acaparadores?

Se trata simplemente de una “cinchada” en la que en base a miedos, condenas y agresiones, la jerarquía eclesiástica lanza a la batalla a un ejército de sumisos que tienen que pagarle de alguna manera el favor brindado a sus intereses económicos y políticos.

Estamos ante la necesidad, por lo menos, de un debate serio que clarifique las posiciones con argumentos válidos, y culmine con una ley que defienda la vida y su dignidad, que remedie el alarmante número de muertes por aborto, que restablezca la valoración de la relación sexual para fortalecer a la familia, que desdemonice al sexo. Es de esperar que, ante la gravedad del problema, no prevalezcan intereses políticos o religiosos teñidos de parcialidad o fanatismo.

 

Religiosos y religiosas se expresan a favor de la despenalización del aborto.

Credos con otra mirada

Representantes de distintas iglesias y comunidades expresaron ayer su apoyo a la legalización y despenalización del aborto, en una conferencia de prensa, en el marco de las actividades por el Día Mundial por la Salud de la Mujer que se celebró el sábado pasado. Los religiosos se mostraron a favor de la ley de interrupción voluntaria del embarazo, con el propósito de sacar la problemática de la “clandestinidad”, ya que los abortos en condiciones no seguras son la principal causa de mortalidad materna. Este debate llegó al Congreso por iniciativa del Colectivo de Mujeres Juana Azurduy y la diputada Cecilia Merchán, quien adelantó que para mediados de junio está prevista una nueva audiencia pública para discutir el tema, en la Comisión de Legislación Penal de la Cámara de Diputados.

Bajo la consigna “la salud de las mujeres no es pecado ni delito”, los religiosos expusieron la postura de sus iglesias y comunidades acerca de la interrupción voluntaria del embarazo. Lisandro Orlov, representante de la Iglesia Evangélica Luterana Unida, manifestó que “es necesario sacar el tema del aborto del Código Penal y ponerlo en perspectiva de derechos humanos, de Evangelio y respeto por las personas”. El pastor señaló que la normativa prohibicionista llevó el tema a la “clandestinidad”, pero hay que hablar con “honestidad”: “No es un problema de otros, es de nuestras iglesias. Nuestro silencio significaría complicidad y muerte”, subrayó Orlov.

Una bandera colorida con la frase “Sí a la ley” fue el telón de fondo de la discusión de la que también participó el presbítero de la comunidad católica Guillermo “Quito” Mariani, quien rechazó la penalización del aborto, porque “clandestiniza y no da ninguna solución”. Además, hizo hincapié en el “autoritarismo” en la Iglesia, que no quiere llevar adelante la discusión. “La posición de no dar el debate ignora los derechos de la sociedad civil a la discusión”, dijo el sacerdote que renunció a su actividad pastoral en rechazo a la cúpula eclesiástica.

Por su parte, el rabino Daniel Goldman, de la comunidad Bet El, consideró que es necesario renovar la discusión y “no dejarse avasallar por el poder hegemónico que determina cómo debe ser la vida desde el punto de vista doctrinario y no desde la realidad de la vida misma”.

En el encuentro, la pastora Mariel Pons, de la Iglesia Metodista Argentina, leyó una carta pastoral del obispo Frank De Nully Brown, en la que se hace hincapié en que el aborto es un “problema social”. “Esconder nuestras prácticas culturales de abortos clandestinos no ayuda a enfrentarlas y a tomar decisiones inspiradas en la libertad y la dignidad de las personas”, señaló. Por su parte, Malena Nisman, coordinadora del Colectivo de Mujeres Juana Azurduy, señaló que el evento buscó “incorporar miradas desde varios sectores y darle visibilidad al consenso social que tiene el debate”.

“Es importante dar de baja un debate falso que dice que por un lado están los que promovemos el aborto y por otro las iglesias. Hoy demostramos que no es así”, remarcó Merchán al cierre del encuentro, al que asistieron los diputados Ariel Basteiro y María Luisa Storani. La legisladora de Libres del Sur enfatizó que buscarán un avance en el Congreso. “Creo que si todos los partidos dieran libertad de conciencia, ganamos”, expresó, en diálogo con Página/12.

 

Fuente Página 12

 

Despenalización del aborto en defensa de la vida. Por Frank de Nully Brown

A propósito de la próxima discusión parlamentaria sobre la despenalización del aborto, la Iglesia Metodista inicia el diálogo sobre esta problemática que atenta contra la libertad y la dignidad de las personas. Carta pastoral del Obispo Frank De Nully Brown.

 

 

El tema de la despenalización del aborto, que será motivo de debate en el Congreso Nacional, exige desde nuestra fe cristiana una profunda y sincera reflexión que contribuya a la valoración de la vida y al respeto y dignidad de todos los seres humanos en nuestra sociedad.

Limitar la discusión de la despenalización del aborto a una puja entre quienes están a favor y en contra de la práctica, es trivializarla: nadie puede estar a favor de la interrupción de una vida. Pero esta problemática va más allá de esta falsa polarización: la mujer que busca abortar lo hace con angustia y tristeza. La comunidad tiene que asumir esta realidad no escondiéndola sino sacándola a la luz.

Una reflexión pastoral debe abordar su tratamiento considerándolo en todas sus dimensiones físicas, sociales, éticas y espirituales. Para ello comparto aquí algunas reflexiones que procuran aportar a su mejor comprensión.

El aborto es un problema social

El tema del aborto debe ser considerado en relación con el contexto social en el cual ocurre. Nuestra sociedad carece de una adecuada educación sexual, planificación familiar e igualdad de género lo que contribuye a que se multipliquen los embarazos no deseados. Por otro lado, el aborto se ha constituido en un verdadero comercio, ya que, en la actualidad, la ley aprueba su práctica en forma muy restringida. Los sectores medios y altos de la sociedad pueden acceder a una atención clandestina segura, pero para muchísimas mujeres de limitados recursos, debido a prácticas no profesionales  y riesgosas, interrumpir la gestación implica  atentar contra  su propia vida. El Estado debe intervenir en dos sentidos: legislando la despenalización para evitar también la muerte de las madres y garantizando condiciones de equidad económica, educativa y sanitaria para que el aborto no sea una opción.

La penalización no resuelve el sufrimiento

La realidad del aborto no se resuelve penalizando a la mujer que lo practica y dejando de lado la responsabilidad del varón. Porque el problema no es solo de las mujeres, es un problema de todos. Poner el tema en su adecuado contexto lleva a considerar el reclamo de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo y, por otro lado,  abordar el sufrimiento de muchas mujeres desprotegidas.

Diálogo para construir libertad y dignidad

Por todo lo dicho considero que despenalizar el aborto puede ayudar al diálogo que contribuya a la edificación de nuestra sociedad. Cada víctima del aborto no puede convertirse en un número más porque es  alguien a quien Dios ama y a quien también nosotros debemos amar profundamente. Esconder nuestras prácticas culturales  de abortos clandestinos no ayuda a enfrentarlas y  a tomar decisiones inspiradas en la libertad y la dignidad de las personas.

Es nuestro deseo que se pueda generar en nuestra sociedad una discusión madura donde todos tengan la oportunidad de aportar sus propias visiones.  Porque:

”Nosotros amamos a Dios porque Él nos amó primero. Si alguien  afirma ’Yo amo a Dios’, pero odia a su hermano es un mentiroso: pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quienes no ha visto” (1 Juan 4:19-20).

Pastor Frank de Nully Brown

Obispo de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina

Febrero 25 de 2011

Fuente: Iglesia Metodista Argentina

No creo en tu Dios. Carta abierta al párroco que no queremos. Por Raul A. Perez Verzini

No creo en tu Dios.
Carta abierta al párroco que no queremos.

Estimado, no te pongo nombre para que no creas que el problema es con vos. De hecho, los que te han tratado dicen que sos una persona agradable y no juzgo tus intenciones.

El totalitarismo eclesial vernáculo, cínicamente acostumbrado a tomar decisiones sin consultar a los involucrados, te eligió como párroco de La Cripta. Y vos, quizá siguiendo la antievangélica obediencia debida, aceptaste. Te equivocaste.

Ya te lo hemos dicho y te lo seguiremos diciendo: No te queremos como párroco. No te recibiremos como párroco. Esta nunca será tu casa.

Nuestra decisión no es caprichosa. No se trata de rebeldes sin causa. Se trata, como diría Pedro Casaldáliga, verdadero pastor, de una rebeldía que busca la fidelidad a nuestra propia conciencia. Son más de 45 años de una línea pastoral fuertemente anclada en las intuiciones del Vaticano II y la reflexión teológica posterior. Son miles de personas que a lo largo de todos estos años se identificaron con la manera de ser y hacer que nos caracteriza. Y no estamos dispuestos a dejar que se destruya. Estamos preparándonos para dar batalla.

No pienses que tenemos algo contra vos. El problema es que no creemos en tu Dios.

No se trata de matices pastorales. No se trata de conservadurismo y monotonía a la hora de celebrar la eucaristía. Ni siquiera se trata de falta de conocimientos bíblicos y teológicos.

El problema es que no creemos en tu Dios.

Tu Dios impone uniformidad. El nuestro, celebra la diversidad.

Tu Dios impone castigos. El nuestro nos mira con misericordia.

Tu Dios es misógino. El nuestro es Padre, pero sobre todo Madre.

Tu Dios en monárquico y autoritario. El nuestro, fraterno y participativo.

Tu Dios se identifica con el totalitarismo vaticano. El nuestro, se expresa en la Biblia y en los signos de los tiempos, y sabe que el sábado fue hecho para el ser humano y no al revés.

Tu Dios elude el diálogo. El nuestro nos exige reflexionar críticamente.

Tu Dios nos trata como idiotas. El nuestro como adultos.

Nuestra parroquia tiene una fuerte tradición iniciada por Quito y continuada por Víctor, donde se ha respetado a los laicos. Donde se ha respetado la libertad de pensamiento y donde sobre todo, se nos ha tratado como adultos. Aquí, como reza la oración del consejo pastoral, somos los laicos los responsables de animar la marcha de la comunidad cristiana.

A los adultos no se les impone una manera de ser. A los adultos no se les impone un pastor. Los adultos eligen a quien merece ser llamado pastor.

Vos venís desde otro lugar. A vos te enseñaron que el laico está para obedecer. A vos te enseñaron que las investigaciones teológicas, antropológicas y exegéticas son para la universidad, no para compartirlas con los laicos, demasiado “ignorantes” la mayoría.

A vos te enseñaron que son más importantes las posturas de la jerarquía que lo que diga la Biblia y el pensamiento moderno. Por eso te toca defender lo indefendible. Por eso no podés sumarte a nuestras expresiones que apoyan a los divorciados, a los movimientos de GLBT, al sacerdocio femenino, al aborto legal, al fin del celibato, a la autonomía del estado y a la democratización de la iglesia entre otras.

Quizá por eso tus homilías hablan de que Jesús clavado en la cruz podría haber hecho caer un rayo del cielo para vengarse de sus enemigos… La verdad que cuando lo escuche no sabía si reír o llorar… Qué clase de teología te educa? Qué imagen de Dios tenes? Podes afirmar en conciencia que ese es el Dios de Jesús? No, el problema no lo tenemos con vos. El problema es que no creemos en tu Dios. Tu manera de entender el Evangelio y de vivir el cristianismo son incompatibles con nuestra manera de entenderlo y de vivirlo, por eso no sos apto para ser párroco de La Cripta. Ni serás bienvenido a nuestra comunidad.

No se trata de santidad. Probablemente vos seas más santo que nosotros. No se trata de quién está en la verdad y quien en el error. Nos sabemos en búsqueda permanente y dispuestos a cambiar nuestras opiniones cuando se nos demuestra el error.

No pretendemos cambiarte. No pretendemos que abandones tus creencias y tus modos de ser. Simplemente te decimos que nosotros tampoco queremos abandonar aquello que creemos y podemos fundamentar como correcto.

No queremos, como pediste, darte una oportunidad. Te haríamos perder tiempo y nos harías perder tiempo a nosotros. Estamos trabajando duro para contrarrestar el descreimiento y el abandono masivo de jóvenes y adultos que la Iglesia jerárquica, con Ratzinger a la cabeza, ha provocado en la gente. Y por eso exigimos como párroco una persona que respete nuestra caminata y venga a iluminarla con más libertad y más novedad y no a destruir lo hecho hasta ahora.

Nos hemos tomado en serio las palabras de Jürgen Moltmann, unos de los teólogos más importantes del siglo XX: “Donde la Iglesia no engendre una fe liberadora, sino que difunda opresión, sea esta moral, política o religiosa, habrá que oponerle resistencia por amor a Cristo”.

Gracias por entendernos.

Ing. Raul A. Perez Verzini

El aborto no es sólo un problema de las mujeres, es de toda la sociedad. Declaración.

Como varones y ciudadanos comprometidos con la defensa de los derechos humanos y trabajando en la promoción del pleno ejercicio de los derechos humanos, nos aproximamos desde esa perspectiva para reflexionar y compartir pensamientos y acciones con todas y todos los ciudadanos de nuestra provincia.

Asumimos que el cuerpo de todas las personas es el primer espacio en el cual esos derechos se ejercen y consideramos a la persona en su dimensión física e intelectual como una unidad indivisible y toda ella, en su diversidad, plena de dignidad y respeto.

En esa perspectiva de derechos humanos y garantías es que reconocemos la diversidad de posiciones existente y la tomamos en serio y por ello queremos dialogar y debatir para construir una sociedad más equitativa.

El tema de la legalización del aborto evoca convicciones fuertes y variadas que comprende el área de la responsabilidad social, la inequidad de género que afecta gravemente a las mujeres, la situación económica, las estadísticas que nos muestran que la prohibición del aborto continua provocando muerte y desolación.

Esta situación nos llama a buscar, construir y proponer nuevos caminos que ponga fin a tal mortalidad relacionada con abortos realizados en la clandestinidad y que coloca a las ciudadanas de nuestra provincia en situación de vulnerabilidad.

Hay un discurso muy fuerte desde distintos sectores, que intentan reducir el debate sobre el aborto a una cuestión religiosa, a un delito o a un capricho del “feminismo”.

Las mujeres, niñas y jóvenes que llegan a optar por interrumpir voluntariamente un embarazo, pueden ser nuestra hija, nuestra hermana, nuestra madre, nuestra novia, nuestra amiga, nuestra compañera de trabajo, de estudio o nuestra vecina.

Entre otros factores, muchas mujeres, llegan a tomar esta decisión porque es un embarazo no deseado, por falta de educación e información, por no acceder a anticonceptivos o porque fueron víctima de algún abuso.

Sea cual fuera, todas ellas tienen que interrumpir su embarazo clandestinamente, las que tienen dinero lo hacen en condiciones sanitarias adecuadas, las que no tienen el dinero, lo hacen expuestas a condiciones que las llevan a engrosar las listas de miles de mujeres hospitalizadas o es una de las 100 mujeres que mueren por año en nuestro país, por un aborto clandestino mal practicado.

Entendemos que el problema no es religioso, la mayoría de las 500.000 mujeres que se practican un aborto, son católicas, evangélicas, judías o profesan algún credo, también lo fueron aquellas que murieron por esta causa.

Que se legalice el aborto, no implica que todas las mujeres vayan a abortar, La legalización permitiría que aquella mujer que necesite interrumpir su embarazo pueda hacerlo en condiciones de salud seguras, esta decisión sería tomada por la mujer en base a sus derechos y sus convicciones religiosas.

La mayoría de las mujeres que tienen que tomar una decisión de este tipo, no lo hace con liviandad o por gusto, es un dilema ético y psíquico y que la marca profundamente; la penalización del aborto solo la empuja hacia más clandestinidad y la expone a realizarlo en condiciones inadecuadas, con riesgos de complicaciones, incluyendo la muerte.

La justicia y la protección de sus derechos no llegan nunca para ellas. La ilegalidad también refuerza la condena social, la culpa y la estigmatización. Son las mujeres más pobres quienes tienen que cargar con todo esto.

Uno de los principales obstáculos en nuestro país para avanzar a la despenalización y legalización de la interrupción voluntaria del embarazo, es el poder económico de un negocio ilegal organizado que mueve muchos millones de pesos por año en nuestro país.

Como varones reconocemos que la realidad del embarazo y del aborto es un tema eminentemente complejo y que compete a la libertad tanto ciudadana como religiosa y de profundo respeto a la libertad de conciencia como espacio sagrado.

La penalización del aborto, hace que los derechos a la libertad y a la dignidad de las mujeres se encuentren cercenados en nuestro país

Coincidimos con las recomendaciones de Amnistía Internacional y con la decisión de las Universidades Nacionales de Buenos Aires, Córdoba La Plata y Comahue que se manifestaron a favor de la despenalización del aborto.

En función de estas consideraciones como varones planteamos:

*  Nuestra exigencia para que el Estado garantice y lleve adelante el cumplimiento de la Educación Sexual en las Instituciones Educativas y en aquellas instituciones que lo requieran.

*  El libre acceso a Anticonceptivos para todas las personas.

*  Nuestro apoyo a todas las iniciativas que legalicen el aborto.

*  Educación Sexual para decidir, Anticonceptivos para no abortar y Aborto legal, seguro y gratuito para no morir.

Firman:

ALFREDO ZURITA, Medico Cirujano, Especialista en Salud Pública, Docente UNNE

RAÚL GLEIM, Pastor Iglesia Evangélica Luterana Unida

MARCELO SALGADO, Coordinador ISEPCI/Chaco.

MARCELO TISSEMBAUM, Periodista

LUIS ARGAÑARAS, Docente, Dramaturgo y Poeta.

JOSÉ LUIS BRES PALACIOS, Docente y Periodista.

BRUNO MARTÍNEZ, Periodista

BRIAN PELLEGRINI, Periodista

GABRIEL GAMARRA, Presidente de Unidos X la Diversidad. .

SEVERO RANNIS, Médico

RENZO OSUNA, Militante DDHH

JUAN PABLO AGUILAR, Estudiante

DARÍO EDGARDO GÓMEZ, Delegado Secretaria de Derechos Humanos de la Nación.

HUGO WINGEYER, Docente Universitario, UNNe

CRISTIAN GACZYNSKI, Abogado

RICARDO MAIDANA, Ingeniero y militante LGTB

CESAR ABEL GÓMEZ, Sociólogo, Docente Universitario, UNNe

Fuente:  CESA – Centro de Estudios Sociales Argentino